
Este libro está compuesto de mensajes dado por el hermano Witness Lee en la primavera de 1973 en Los Angeles, California.
En los comienzos de la iglesia, algunos grandes maestros se levantaron para defender la verdad de que Cristo es Dios y hombre. Esto se debió a que la filosofía griega había entrado en la iglesia. Cuando esta filosofía se revolvió con las enseñanzas cristianas, se la conoció como gnosticismo, el cual enseñaba que toda la materia es esencialmente maligna. Aquellos que sostenían las enseñanzas del gnosticismo no podían creer que Cristo hubiese tenido la contaminación de tener carne humana. Por lo tanto, negaban la encarnación, la redención y la resurrección de Cristo. Esta es la razón por la cual el apóstol Juan escribió que cualquier espíritu que no confiese que Jesucristo vino en la carne, no es de Dios (1 Jn. 4:2-3).
Los defensores de la verdad trataron de aclarar la diferencia de opiniones con respecto a la persona de Cristo. Esto resultó en la Cristología, que es el estudio de quién es Cristo, el estudio de la persona de Cristo. Arrio fue un maestro herético que decía que Cristo era una criatura pero que no era el Creador. El concilio convocado en Nicea en el año 325 d. de C. declaró que el arrianismo era una herejía y lo rechazó. El Credo de Nicea recalca que Dios es triuno, que la Deidad tiene tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Muchos, sin embargo, inconsciente y subconscientemente creen que hay tres Dioses separados. No entienden que Dios es triuno para dispensarse en Su pueblo escogido y redimido, y no para que lo estudiemos doctrinalmente o lo debatamos.
Nuestro Dios es el Dios Triuno, y ha sido procesado de tal manera que puede ser dispensado en nosotros. Para que una sandía sea dispensada en nosotros, primero tiene que ser cortada en rebanadas. Al masticar las rebanadas, éstas se vuelven jugo. La sandía entera, las rebanadas y el jugo pueden considerarse como la “trinidad de la sandía”. Cuando la sandía ha sido procesada convirtiéndose en jugo, podemos fácilmente ingerirla para que se haga nuestro mismo elemento. Dios el Padre ha sido procesado pasando por Dios el Hijo, y ahora es Dios el Espíritu. Hoy el Espíritu es igual que el jugo de sandía; está disponible para que lo bebamos. A todos se nos ha dado a beber de uno solo Espíritu (1 Co. 12:13). La Biblia no nos dice que se nos ha dado a beber de un solo Padre o de un solo Hijo. Nosotros no podemos beber la sandía entera ni las rebanadas de la sandía, pero sí podemos beber su jugo. Igualmente, podemos beber el Espíritu, quien es la consumación máxima del Dios Triuno procesado. Nuestro Dios hoy es el “Dios en jugo”. Dios ha sido procesado.
La Trinidad Divina no fue revelada plenamente sino hasta que el Señor Jesús fue resucitado. Después de la resurrección del Señor, El volvió a mandarles a los discípulos que fueran a hacer discípulos a las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mt. 28:19). La Trinidad Divina nunca fue revelada tan claramente como lo fue después de la resurrección del Señor, porque después de Su resurrección, Dios fue procesado totalmente. La “sandía” ha sido plenamente procesada para hacerse “jugo”. Puesto que Dios ha sido procesado, le podemos beber. El libro de Apocalipsis concluye con un llamado a tomar la agua de la vida (22:17). El agua de la vida es el Dios procesado, el Espíritu vivificante. Aquellos defensores de la verdad que escribieron el Credo de Nicea no tenían claridad en cuanto a que el Dios Triuno había sido procesado para el dispensar divino de Sí mismo en Sus elegidos.
Como hemos visto, debido a la defensa de la verdad, se introdujeron diferentes opiniones entre los llamados cristianos. Entonces estas opiniones crearon grandes divisiones. Finalmente, el cristianismo occidental se convirtió en la Iglesia Católica Romana, y el cristianismo oriental se convirtió en la Iglesia Griega Ortodoxa. Además de estos dos grandes ramales del cristianismo, también existieron los nestorianos en Persia. Estas fueron las tres grandes divisiones del llamado cristianismo en el siglo sexto. Además de estas tres grandes divisiones, existieron muchos grupos libres. Debido a que aparecieron muchos grupos libres que se dividían de la iglesia general, algunos designaron a la iglesia general como la Iglesia Católica. Católico significa universalmente unidos. Pequeños grupos libres fueron formado debido a que algunos cristianos vieron que la que llamaban iglesia general se había vuelto mundana. Trataron de quedarse en la iglesia general, pero con el tiempo vieron que no había manera alguna de ayudarla, así que empezaron a reunirse ellos solos. Esto aconteció una y otra vez a lo largo de la historia de la iglesia. Una y otra vez se formaron grupos libres. El problema de todos estos grupos, no obstante, fue que no vieron la meta corporativa de Dios.
Algunos de nosotros tal vez pensemos que el recobro del Señor comenzó con Martín Lutero, pero debemos darnos cuenta de que el recobro del Señor por medio de Sus vencedores empezó en el siglo segundo. En poco tiempo, después de completarse la revelación divina, la iglesia cayó en degradación, así que fue necesario que hubiera un recobro. El recobro del Señor empezó inmediatamente después de que la iglesia se hubiera degradado. El hilo de recobro comenzó en el siglo segundo y ha continuado a lo largo de los siglos.
A lo largo de los siglos aquellos que amaron al Señor no transigieron con el cristianismo mundano. Tenían el deseo de guardar la palabra del Señor hasta donde pudieron. Tenían el deseo de vivir con una conciencia pura y adorar a Dios según lo que vieron en las Escrituras. Pero yo tengo que recalcar una y otra vez que no tuvieron claridad acerca de la meta corporativa de Dios. Es por esto que la venida del Señor ha sido demorada hasta este día. No importa cuántos grupos de cristianos haya sobre esta tierra, siempre que no se tenga la vida apropiada de iglesia, el Señor no habrá obtenido todavía Su meta.
Necesitamos tener la comprensión de que somos “personas de iglesia”. Día tras día estamos “iglesiando”. “Iglesiar” es nuestro trabajo. Somos la iglesia. No somos denominacionales, ni interdenominacionales, ni antidenominacionales. Somos personas de iglesia. Estamos en el recobro de la meta del Señor. Este recobro no es el recobro de la justificación por fe, la salvación, ni la santificación. Estamos en el recobro de la iglesia, el cual incluye el recobro de todos los puntos anteriores.
El recobro del Señor tomó forma definida con la consigna de Martín Lutero en cuanto a la verdad de la justificación por la fe. Lutero fue un gran defensor de la salvación, de la justificación por la fe, pero él también cometió algunos errores considerables. Por un lado, él defendió la verdad; por otro, cometió el error de aliarse con el gobierno de Alemania. Esta afiliación con el gobierno fue la fuente de lo que se conoce como iglesias del estado o iglesias nacionales. No piense que estoy criticando a Lutero. Entiendo que todos somos humanos. Por un lado, podemos ser muy usados por Dios. Por otro, podemos ser débiles en otras áreas. Lutero fue firme en cuanto a la justificación por la fe, aun a costa de su vida. En su defensa de la justificación por la fe, él estuvo firme en contra del papa, el poder más grande de la tierra en aquel entonces, pero cuando llegó a la cuestión de la iglesia, fue débil. Esto concuerda con el relato histórico. La primera iglesia estatal fue la iglesia estatal de Alemania. Luego muchas otras naciones europeas siguieron el ejemplo de Alemania, entre ellas Dinamarca, Noruega y Suecia. Con el tiempo, se formó la iglesia estatal de Inglaterra, la Iglesia Anglicana. La Iglesia de Inglaterra se mezcló con el gobierno de Inglaterra. Aún hoy, la reina de Inglaterra es la cabeza de la Iglesia de Inglaterra. El rey de Dinamarca es la cabeza de la Iglesia Estatal Luterana de Dinamarca, y el rey de Suecia es la cabeza de la Iglesia de Suecia hoy en día. Esto provino del error que cometió Lutero. Aun el mismo Lutero admitió que fue débil en este punto. Todos los defensores de la verdad cometieron algunas equivocaciones. No hay casi ninguna excepción a esto. Toda estos errores se debieron a una enorme carencia: la falta de visión, la revelación apropiada, de la meta de Dios. La meta de Dios es la iglesia. Por la misericordia del Señor, la visión de la iglesia, la revelación respecto de la meta corporativa de Dios, es muy clara hoy en día. Todos nosotros necesitamos claridad acerca de la única meta de Dios: la iglesia.
A mi parecer, el hermano Watchman Nee ha sido el don más grande que la Cabeza de la iglesia ha dado a Su Cuerpo, especialmente en este siglo. Puedo darles testimonio con una conciencia pura de que él también fue un gran defensor de la verdad acerca de la iglesia. Según mi conocimiento, el hermano Nee no cometió equivocaciones debido a que él tuvo mucha claridad en cuanto a la meta corporativa de Dios, la iglesia. En tanto que tengamos la visión de la iglesia y estemos claros acerca de la meta corporativa de Dios, estaremos a salvo. La iglesia, el Cuerpo, el nuevo hombre, la meta corporativa de Dios en Su propósito eterno, es nuestra salvaguarda. No importa cuánto conozcamos la Biblia, si no conocemos la iglesia, con el tiempo cometeremos una equivocación seria. Si tenemos claridad acerca de la iglesia, estamos protegidos. Nada nos protege tanto como conocer la iglesia, como ver el Cuerpo. El fin primordial del recobro del Señor es la vida de iglesia. Todos los puntos anteriores del recobro del Señor, como por ejemplo, el recobro de la justificación, la santificación, la vida interior, y el entendimiento adecuado de la profecía, sirven al fin del recobro actual de la vida de iglesia. Hoy estamos aquí para la vida de iglesia. Si verdaderamente tenemos la visión de la iglesia y hemos visto que a Dios sólo le importa la iglesia, nunca estaremos divididos por ninguna doctrina.
Después de la reforma, con el énfasis de Martín Lutero en la justificación por la fe, las iglesias estatales con el tiempo se volvieron vacías y muertas. La reacción a lo muertas que estaban las iglesias de la reforma, se dio entre los místicos quienes estaban en la Iglesia Católica. El Señor levantó un grupo de personas, entre las cuales estaba la señora Guyón, el hermano Lawrence y el padre Fenelon. Ellos se desentendieron de las prácticas externas y de las enseñanzas, y se ocuparon sólo de la realidad de la vida interior. Estos santos, quienes fueron conocidos como los místicos, fueron el comienzo del recobro de la realidad viva de la vida interior. La experiencia que tuvieron de Cristo como la vida interior tuvo su comienzo como una reacción a la vaciedad de las iglesias de la reforma. Sin embargo, los místicos, a quienes el Señor usó para recobrar la vida interior, también cometieron algunas equivocaciones debido a que no vieron el Cuerpo, la iglesia. No tuvieron la salvaguarda del Cuerpo y el equilibrio del Cuerpo.
Necesitamos ser impresionados profundamente con que la salvaguarda de todo nuestro andar cristiano y el equilibrio de nuestra vida cristiana es la iglesia. Si nosotros hemos visto la iglesia, nunca seremos divididos por nada. Si tenemos claridad con respecto a la visión de la iglesia, nunca tendremos jerarquías. Que uno ponga a los obispos por encima de los ancianos, indica que no ha visto que la iglesia es un Cuerpo vivo, un organismo. La iglesia no puede ser controlada por organización humana. La jerarquía es la organización humana.
Ya que la iglesia es el Cuerpo orgánico de Cristo, no puede tener relación alguna con la organización. Si algo anda mal en nuestro cuerpo físico, es sanado orgánicamente. El cuerpo es un organismo; no puede ser tocado ni tratado en una forma organizativa. La iglesia es un organismo. La iglesia no sólo es el Cuerpo de Cristo sino también el nuevo hombre. Tal como la vida que hay en nuestro cuerpo físico se encarga de las enfermedades, la vida que hay en el Cuerpo de Cristo puede encargarse de cualquier problema. Si hay problemas en una iglesia local, es mejor que quitemos nuestras manos de estos problemas y se los dejemos a Cristo, el médico celestial. El es la vida que hay en el Cuerpo. Necesitamos dejar que la vida que hay en el Cuerpo obre en el Cuerpo. Nuestras propias obras aparte de esta vida están relacionadas con la organización, y esto no ayudará al Cuerpo sino que lo dañará. Cuándo vemos problemas en la iglesia, debemos aprender a mantener al margen nuestro ser y nuestras acciones.
Cada problema y molestia que haya en la iglesia es una tentación para los líderes. Si los que dirigen en las iglesias se hacen a un lado cuando haya un problema, esto será una gran victoria. La tentación más grande para los ancianos que están en las iglesias es los apuros y los problemas que hay en las iglesias. Es posible que ellos piensen que tienen que hacer algo para solucionar estos problemas. No obstante, mientras nosotros hacemos algo, podemos estar en la esfera de la organización, la cual daña el Cuerpo. Debemos abstenernos de hacer cosas, y más bien dejar que la vida del Cuerpo se encargue de los apuros y de los problemas. Si hacemos esto, significa que sabemos que la iglesia no es una organización sino que es el Cuerpo orgánico de Cristo. Si una persona se corta un dedo, es posible que necesite cuidarlo de un modo apropiado. Pero si lo cuida impropiamente, le hará más daño. Con el tiempo, la incisión que tiene en el dedo será sanada por la vida que hay en el cuerpo. La iglesia no es una organización sino un organismo. La historia de la iglesia ha mostrado que la organización ha dañado la iglesia.
Todos necesitamos ver lo que es la iglesia. Si vemos la iglesia como la meta corporativa de Dios, todo lo que hagamos traerá provecho al Cuerpo. Debido a que los defensores de la verdad en el pasado no han tenido el conocimiento adecuado de lo que es la iglesia, ellos cometieron errores que causaron daño a la iglesia. Hoy en el recobro del Señor necesitamos ver la iglesia, ver el Cuerpo. Entonces cualquier cosa que hagamos será de provecho para la iglesia y nunca será una pérdida ni un daño para ella. La visión de la iglesia es nuestra salvaguarda y nuestro equilibrio. En tanto que permanezcamos del lado de la iglesia, estamos seguros. Si nos ausentamos de la iglesia, estamos en peligro de hacerle daño a la iglesia. Que el Señor tenga misericordia de nosotros para que veamos que las opiniones, la organización, los rangos, y las enseñanzas que difieren dañan la vida de iglesia. Este daño ocurre porque las personas no tienen una visión adecuada de iglesia. Hoy en el recobro del Señor, el Señor desea mostrarnos la meta máxima de Su propósito: la vida de iglesia.