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Mensajes del libro «Iglesia genuina, Una»
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UNA IGLESIA GENUINA

  Lectura bíblica: 1 Co. 1:2-9

  1. “La iglesia de Dios”: una iglesia que no sólo es poseída por Dios, sino que también tiene a Dios como su naturaleza y su esencia, las cuales son divinas, generales, universales y eternas—v. 2a.
  2. “La iglesia ... en Corinto”, una iglesia en una ciudad, que permanece en una localidad definida, tomándola como su base, su terreno y su jurisdicción para llevar a cabo sus asuntos administrativos: es física, particular, local y temporal con respecto al tiempo—v. 2b.
  3. “La iglesia ... los santificados en Cristo”: una iglesia que ha sido santificada, hecha santa, en Cristo, y tiene a Cristo, quien es la corporificación del Dios Triuno procesado en Su plenitud, como su elemento y esfera—v. 2c.
  4. La iglesia está compuesta de los “santos llamados”: la asamblea de los santos, los santificados, que han sido llamados y sacados del mundo satánico—v. 2d.
  5. “Con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo”; esta frase larga indica que la iglesia que es genuina está relacionada con todos los santos que invocan el nombre del Señor Jesucristo en cualquier lugar por todo el mundo—v. 2e.
  6. El Señor Jesucristo es “de ellos y nuestro”; esto indica que la iglesia que es genuina tiene al Señor Jesucristo como “su” porción, “su” posesión de la herencia divina, para “su” disfrute—v. 2f.
  7. “Gracia y paz a vosotros de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”; esto indica que la iglesia que es genuina está bajo la impartición de la “gracia” (la corporificación del Dios Triuno procesado para el disfrute de Sus llamados) y de la “paz”, (el Dios Triuno procesado, y el resultado de que Sus llamados lo disfruten como gracia), y las dos vienen de Dios el Padre como la fuente de la Trinidad Divina, del Señor Jesucristo como el cauce del fluir de la Trinidad Divina, y del Espíritu Santo como la extensión del fluir de la Trinidad Divina, Aquel que llega hasta nosotros (lo cual no se menciona explícitamente, pero está implícito: 2 Co. 13:14)— v. 3.
  8. “A causa de la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús”; esto indica que la iglesia que es genuina tiene como base la gracia de Dios que le ha sido dada en Cristo, y no su propia condición—v. 4.
  9. “En todas las cosas fuisteis enriquecidos en El ... de tal manera que nada os falta en ningún don”; esto indica que la iglesia que es genuina en todas las cosas es enriquecida en Cristo, de tal manera que nada le falta en ningún don, ni en el don inicial por dentro, como por ejemplo la vida eterna y el Espíritu Santo (Ro. 6:23; Hch. 2:38; He. 6:4), ni en los dones milagrosos exteriores—vs. 5-7a.
  10. “Aguardando con anhelo la manifestación de nuestro Señor Jesucristo”; esto indica que la iglesia que es genuina debe tener una señal normal, esto es, el aguardar con anhelo la manifestación (la aparición) de nuestro Señor Jesucristo—v. 7b.
  11. “El cual [refiriéndose a Dios en el versículo 4] también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo”; esto indica que una iglesia que es genuina necesita crecer en vida (como se menciona en 1 Corintios 3:6) después de que recibe gracia por primera vez, para que sea irreprensible en el día de la venida de Cristo—v. 8.
  12. “Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión de Su Hijo, Jesucristo nuestro Señor”; esto indica que la iglesia que es genuina ha sido llamada por Dios el Padre, quien es fiel, a la comunión, a la participación, de Su Hijo Jesucristo, quien es el Espíritu consumado, todo-inclusivo, vivificante, que imparte y mora en nosotros (1 Co. 15:45; 2 Co. 3:17-18), quien es la porción divina para que la iglesia pueda disfrutar al Dios Triuno consumado—v. 9.

  En mis primeros estudios con respecto a la iglesia, 1 Corintios 1:2-9 me impresionó mucho y despertó en mi espíritu un gran aprecio por la santa Palabra. Ninguna otra porción de la Palabra contiene semejante descripción de lo que es una iglesia local. Esta porción es muy corta; sin embargo, en estos ocho versículos se pueden ver todos los rasgos de una iglesia local, incluyendo su naturaleza, su posición, su elemento, su esfera y su relación. Hay doce puntos significativos presentados en estos ocho versículos, y cada cual merece nuestra atención total. Estos puntos son muy misteriosos y están llenos de implicaciones espirituales y secretos espirituales, escondidos, misteriosos y divinos.

UNA DESCRIPCION EXCELENTE DE LA IGLESIA

  El libro de 1 Corintios es uno largo que consta de dieciséis capítulos. El capítulo 1, los versículos del 2 al 9, es una condensación de todo el libro, la cual nos da un esquema de su estructura. Aunque en estos versículos Pablo habla de la iglesia que estaba en Corinto, no habla de su condición. Muchas veces cuando hablamos de una iglesia, nuestro hablar se trata principalmente de la condición de la iglesia. Esto puede compararse con la manera en que describimos a otra persona. Cuando describimos a alguien, normalmente hablamos de su condición y de su apariencia. Muy pocos describiríamos a una persona según su naturaleza y su posición. Pero, si no podemos evitar hablar de su condición, es difícil presentar un cuadro verdadero de lo que es esa persona en realidad; tal vez no expresemos lo que es la verdadera naturaleza de esa persona. Del mismo modo, cuando hablamos de una iglesia, es fácil centrarnos en la condición de esa iglesia. No es común oír hablar de una iglesia según la naturaleza, la esencia y el elemento de la misma. Pero si nuestro hablar se centra en la condición de una iglesia, es posible que hagamos correr rumores y así dar a otros una impresión inexacta de aquella iglesia.

  Cuando Pablo trató con la iglesia que estaba en Corinto, la condición de la iglesia era negativa y miserable, y estaba llena de divisiones, confusión, errores, y aun herejías y rebelión. Según lo que consta en el Nuevo Testamento, la condición de la iglesia en Corinto era tal vez más negativa que la de cualquier otra iglesia. No obstante, Pablo era sabio y lógico. Pablo amaba la iglesia, y nunca la despreciaría ni la difamaría. A menudo los biógrafos ponen en la primera página de su libro un cuadro muy agradable de la persona de la cual tratan, a fin de darle al lector una impresión positiva de aquella persona. De la misma manera, Pablo, al comienzo de su epístola a los corintios, presentó un cuadro bello, maravilloso y excelente de la iglesia de Dios.

LA IGLESIA DE DIOS

  El versículo 2a dice: “A la iglesia de Dios”. Esta expresión indica que la iglesia no sólo es poseída por Dios, sino que también tiene a Dios como su naturaleza y su esencia, las cuales son divinas, generales, universales y eternas. Pablo no se refiere a la iglesia en Corinto como a una iglesia lastimosa que tiene maestros judíos perturbadores y filósofos griegos orgullosos. Aunque es posible que otros pudieran haber mirado la iglesia según su condición, Pablo sabía lo que era la verdadera naturaleza de la iglesia, así que tenía la confianza de llamarla “la iglesia de Dios”.

  En calidad de iglesia de Dios, la iglesia no sólo es poseída por Dios, sino que también tiene a Dios como su naturaleza y su esencia, las cuales son divinas, generales, universales y eternas. Cada elemento tiene su naturaleza, y en la naturaleza del elemento está su esencia. Dios es la naturaleza y esencia de la iglesia. Por lo tanto, la iglesia es divina.

La iglesia ... en corinto

  “La iglesia ... en Corinto” (v. 2b) era una iglesia en una ciudad, la cual permanecía en una localidad definida y tomaba aquella localidad como su base, terreno y jurisdicción para efectuar sus asuntos administrativos. Como tal, era física, específica, local y temporal con respecto al tiempo. La iglesia de Dios a la cual Pablo escribió, no estaba en los cielos sino en Corinto. Corinto era una ciudad griega y moderna. Era una ciudad muy pecaminosa y muy conocida por su fornicación. Sin embargo, la iglesia permanecía en aquella localidad para ser un testimonio local de Cristo. El testimonio local de Cristo es parte del testimonio universal de Cristo. El testimonio universal se compone de los testimonios locales y se constituye de los mismos.

  La iglesia toma la localidad como su base, terreno y jurisdicción para su administración. Una iglesia local tiene una administración, la cual tiene cierta jurisdicción para los asuntos administrativos. La base, terreno y jurisdicción de la iglesia es física, más bien que divina, específica más bien que general, local más bien que universal, y temporal con respecto al tiempo, más bien que eterna. Estos son los aspectos locales de la iglesia.

La iglesia ... los santificados en cristo

  La iglesia es “los santificados en Cristo” (v. 2c), habiendo sido santificada, hecha santa, en Cristo, quien es la corporificación del Dios Triuno procesado en Su plenitud, como su elemento y esfera. Cristo es la corporificación del Dios Triuno procesado en toda Su plenitud. Ahora nosotros estamos en este Cristo, y tenemos a este Cristo como nuestro elemento y esfera. Así como la madera es el elemento de una mesa, así también Cristo es el elemento de la iglesia. El también es la esfera, el ámbito, de la iglesia.

COMPUESTA DE TODOS LOS SANTOS LLAMADOS

  La iglesia está compuesta de los “santos llamados” (v. 2d): la iglesia de los santos, los santificados, los que han sido llamados y sacados del mundo satánico. Nosotros hemos sido llamado por Dios para ser santificados en Cristo. Ya no estamos en el mundo; estamos en la iglesia, la cual ha sido llamada por Dios y santificada en una persona maravillosa, Cristo, quien es nuestro elemento por dentro y nuestra esfera por fuera.

CON TODOS LOS QUE EN CUALQUIER LUGAR INVOCAN EL NOMBRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

  El versículo 2 contiene cinco requisitos para una iglesia genuina. Como hemos visto, la iglesia genuina es la iglesia de Dios, es la iglesia en una localidad, está santificada en Cristo, y está compuesta de los santos llamados. El versículo 2e continúa con el quinto requisito: “Con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo”. Esta frase larga indica que la iglesia genuina está relacionada con todos los santos que invocan el nombre del Señor Jesucristo en todo lugar por todo el mundo. Pablo no hace mención de la iglesia como la que está relacionada con todos los que han sido bautizados por inmersión o con todos los que hablan en lenguas o guardan el sábado. Más bien, la iglesia está relacionada con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, incluyendo a los creyentes de hoy, los que nos antecedieron y los que vendrán después.

  Estar relacionados con todos los santos nos guarda de ser sectarios, de estar aislados o divididos. Sin importar las prácticas particulares, estamos relacionados por Dios en Cristo con toda clase de cristianos, y sin considerar donde estemos, no podemos separarnos de ellos. Sin esta relación, nos quedaríamos aislados y divididos. Si no tenemos nada que ver con otros creyentes, no somos una iglesia local. Más bien, somos una secta local, una división local. Tenemos que estar abiertos en todo aspecto. Nosotros estamos abiertos a todos los que invocan el nombre del Señor Jesús, sin importar sus prácticas particulares.

EL SEÑOR JESUCRISTO ES “DE ELLOS Y NUESTRO”

  El versículo 2f dice: “Nuestro Señor Jesucristo ... de ellos y nuestro”. Esto indica que la iglesia que es genuina tiene al Señor Jesucristo como “su” porción, “su” posesión de la herencia divina para “su” disfrute. El es la porción de todos los creyentes en cualquier lugar.

GRACIA Y PAZ DE PARTE DE DIOS NUESTRO PADRE Y DEL SEÑOR JESUCRISTO

  El versículo 3 dice: “Gracia y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”. Esto indica que la iglesia que es genuina está bajo el impartir de la “gracia”, la cual es la corporificación del Dios Triuno procesado para el disfrute de Sus santos llamados, y de la “paz”, la cual es el Dios Triuno procesado, que es el resultado de que Sus llamados lo disfruten como gracia. La gracia y la paz son impartidas a la iglesia de parte de Dios el Padre como la fuente de la Trinidad Divina, del Señor Jesucristo como el cauce del fluir de la Trinidad Divina, y del Espíritu Santo como la extensión del fluir de la Trinidad Divina, Aquel que llega hasta nosotros. Esto no se menciona explícitamente en el versículo 2, pero está implícito (2 Co. 13:14).

  Con base en los requisitos para una iglesia genuina que se encuentran en el capítulo 1, versículo 2, la iglesia puede recibir el impartir divino de Dios mismo como gracia y paz. Esto procede de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Esto también implica que este impartir procede del Espíritu porque cuando el Padre y el Hijo son mencionados, el Espíritu está implícito. Por lo tanto, la gracia y la paz proceden del Dios Triuno, de la Trinidad Divina —el Padre divino, el Hijo divino y el Espíritu divino— un solo Dios en diferentes aspectos, con todas las riquezas de la Trinidad Divina. El Dios Triuno es la gracia y la paz para Sus llamados para el disfrute de ellos.

CON BASE EN LA GRACIA DE DIOS DADA EN CRISTO JESUS

  El versículo 4 dice: “Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, a causa de la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús”. Esto indica que la iglesia que es genuina tiene como base la gracia de Dios la cual ha sido dada en Cristo, no su propia condición. La gracia de Dios no le es dada a la iglesia con base en la espiritualidad ni en la condición de la iglesia. La gracia de Dios sola es la base de la iglesia. El agradecimiento que Pablo da a Dios en el versículo 4 se basaba en el don de gracia que fue dado a la iglesia en Cristo Jesús. En el Nuevo Testamento, la frase “en Cristo” se usa principalmente en relación con el Dios Triuno (2 Co. 5:19), y con los creyentes corporativamente (1 Co. 1:30). Por lo tanto, la gracia de Dios dada a los creyentes es el Dios Triuno mismo.

  La iglesia se afirma en la base de gracia para recibir más gracia. Hemos recibido la gracia como nuestra base, y hoy nos afirmamos sobre la gracia, y no sobre nuestros atributos, nuestras virtudes ni nuestras excelencias. Por lo tanto, estamos calificados para recibir más gracia, incluso gracia sobre gracia. Juan 1:16 dice: “Porque de Su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia”. Estamos calificados por gracia para recibir gracia sobre gracia. Tenemos que agradecer al Señor porque cuanto más tormentas hay en la iglesia, más “olas” de gracia tenemos. Cada tormenta trae consigo otra “ola” de gracia. Más aún, esta gracia trae como resultado la paz. En Su Trinidad Divina, Dios no sólo es gracia, sino paz para nosotros. Después de recibir la gracia, estamos en paz, y podemos decir: “¡Aleluya, Amén!”. Estamos en paz porque hemos disfrutado la gracia, y tenemos la gracia porque hemos recibido gracia sobre gracia.

EN TODAS LAS COSAS ENRIQUECIDOS EN CRISTO

  Los versículos 5-7a dicen: “Porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en El, en toda palabra y en todo conocimiento; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don”. La iglesia que es genuina es enriquecida en todas las cosas en Cristo, de tal manera que nada le falta en ningún don. El don a que se hace referencia aquí es el don inicial por dentro que resulta de la gracia, como por ejemplo, la vida eterna y el Espíritu Santo (Ro. 6:23; Hch. 2:38; He. 6:4), y no los dones milagrosos exteriores. El Dios Triuno como gracia para nosotros resulta en el don y viene a ser el mismo. Hemos recibido gracia, y tenemos el don que procede de la gracia, de tal manera que nada nos falta en ningún don.

AGUARDANDO CON ANHELO LA MANIFESTACION DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

  El versículo 7b dice: “Aguardando con anhelo la manifestación de nuestro Señor Jesucristo”. Esto indica que la iglesia que es genuina debe tener una señal normal, esto es, el aguardar con anhelo la manifestación, la aparición, del Señor Jesucristo. No estamos esperando conseguir un nuevo automóvil o lograr una posición alta. Más bien, esperamos la manifestación, la aparición, la segunda venida, del Señor Jesucristo desde los cielos.

SIENDO CONFIRMADOS POR DIOS HASTA EL FIN

  En el versículo 8 Pablo dice: “El cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo”. Esto indica que una iglesia que es genuina necesita crecer en vida, como se menciona en 1 Corintios 3:6, después de que recibe gracia por primera vez, para que sea irreprensible en el día de la venida de Cristo. Después de recibir la gracia como nuestra base, tenemos que crecer en gracia para que seamos irreprensibles en el día de la venida de Cristo. “El cual” en el versículo 8 no se refiere a Cristo, sino a Dios en el versículo 4. Dios nos ha dado gracia, y este mismo Dios también nos confirmará hasta el fin. El es el Alfa y la Omega. El es el dador de gracia en el principio y el cumplidor de nuestro crecimiento en vida al final. El nos confirmará hasta el fin, para que seamos irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo.

LLAMADOS A LA COMUNION DEL HIJO POR EL DIOS FIEL

  El versículo 9 dice: “Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión de Su Hijo, Jesucristo nuestro Señor”. Esto indica que la iglesia que es genuina ha sido llamada por Dios el Padre, quien es fiel, a la comunión, a la participación, de Su Hijo Jesucristo, quien es el Espíritu consumado, todo-inclusivo, vivificante, que imparte y mora en nosotros (1 Co. 15:45; 2 Co. 3:17-18), quien es la porción divina para que la iglesia pueda disfrutar al Dios Triuno consumado. En 1 Corintios 15:45 dice: “Fue hecho ... el postrer Adán, Espíritu vivificante”, y 2 Corintios 3:17 dice: “Y el Señor es el Espíritu”. Este Espíritu vivificante, el Espíritu consumado como la consumación del Dios Triuno, es la porción divina de la iglesia para su disfrute del Dios Triuno consumado. Además, la iglesia ahora es un espíritu con este Espíritu.

  Por el fiel Dios Triuno, fuimos llamados a la comunión, disfrute y participación de Jesucristo nuestro Señor. Hemos sido llamados a un disfrute, y este disfrute es nuestra comunión. Además, esta comunión es Jesucristo. El es nuestra porción; El es “de ellos y nuestro” (1:2). Estamos disfrutando al Hijo de Dios como la corporificación del Dios Triuno en plenitud. Cada reunión de la iglesia genuina es una reunión de disfrute y de festeje.

  Como hemos visto, hay cinco requisitos para ser iglesia genuina. En primer lugar, es la iglesia de Dios. Luego, es la iglesia expresada en una localidad en particular. Además, se compone de los que han sido santificados en Cristo y de los santos llamados. Por último, no está aislada, dividida ni separada de los otros santos, sino que se relaciona con todos los que invocan el nombre del Señor Jesucristo en cualquier lugar. Tal iglesia tiene a Cristo como su porción, disfrute, Señor, Cabeza, y como todo. Tal iglesia también está dispuesta, calificada y está en la posición apropiada para recibir la impartición de la gracia divina y la paz divina. Si tenemos los cinco requisitos anteriormente mencionados, no estamos en la base de nuestra propia condición o de buenas obras, sino en la base de la gracia que hemos recibido, la cual es Dios mismo. Estando en esta base recibimos más gracia para nuestro disfrute, y estando en esta base también recibimos el don que procede de la gracia, así que no carecemos de nada. Estamos enriquecidos en el don inicial y celestial, tal como la vida eterna y el Espíritu Santo. En tal posición, no hay nada más que hacer sino solamente esperar Su segunda venida.

  Como una conclusión maravillosa de una descripción tan excelente de la iglesia, presentado en los versículos del 2 al 8, Pablo pasa a decir: “Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión de Su Hijo, Jesucristo nuestro Señor” (v. 9). Aquel por el cual fuisteis llamados es el Dios Triuno, como se indica por la referencia a “Dios” y “Su Hijo”. Además, que Pablo usara la preposición “por” implica un proceso por el cual el Dios Triuno pasó a fin de llamarnos. La frase “por el cual” es definida plenamente en Efesios 1. Efesios 1:3-6 es una porción de la Palabra que trata de la elección y predestinación del Padre, y que proclama el propósito eterno de Dios. Los versículos del 7 al 12 hablan de la redención del Hijo y proclaman el cumplimiento del propósito eterno de Dios. Luego los versículos del 13 al 14 hablan de la acción del Espíritu de sellar y de dar las arras, proclamando la aplicación del propósito cumplido de Dios. En resumen, los versículos del 3 al 14 revelan la elección del Padre, la redención del Hijo, y el sellar y las arras del Espíritu. Después de esto, Pablo continuó y oró pidiendo que la iglesia conociera la esperanza del llamamiento de Dios (vs. 17-18a). La elección del Padre, la redención del Hijo y el sellar del Espíritu tienen su consumación en nuestro llamamiento. Fuimos llamados por el Dios Triuno: el Padre, el Hijo y el Espíritu, es decir, por la elección del Padre, por la redención del Hijo y por el sellar del Espíritu. La elección del Padre ocurrió antes de la fundación del mundo, la redención del Hijo ocurrió hace dos mil años, y el sellar del Espíritu empezó cincuenta días después de la resurrección del Señor. Este fue el proceso por el cual pasó el Dios Triuno para poder llamar la iglesia genuina a la comunión del Hijo, Jesucristo.

  ¡Qué porción tan maravillosa de las Escrituras es 1 Corintios 1:2-9! Esta porción nos revela lo que es la iglesia genuina. Según las apariencias exteriores, tal vez la iglesia parezca estar en una condición lamentable, pero por dentro la iglesia es maravillosa. Estoy tan contento que estoy en la iglesia y que estoy en pro de la iglesia.

  Hoy el recobro del Señor se compone de dichas iglesias genuinas. Cuando consideramos el recobro del Señor, no debemos considerar su condición exterior. Si meramente consideramos su condición exterior, podríamos ser engañados. Tenemos que seguir más adelante, más profundo y más alto para mirar lo intrínseco de la iglesia: su naturaleza, su esencia, su elemento, su base y su terreno. Si miramos las iglesias de esta manera, seremos guardados de ser engañados, y disfrutaremos todas las riquezas de lo intrínseco de la iglesia. Que el Señor tenga misericordia de todos nosotros.

  Mensaje dado por Witness Lee en Long Beach, California, el 2 de junio de 1990

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