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Mensajes del libro «Lecciones básicas acerca de la vida»
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LECCIÓN TRES

LA INTENCIÓN QUE DIOS TIENE CON EL HOMBRE

  Lectura bíblica: Gn. 2:8-9, 16-17; Ap. 2:7; 22:14; Jn. 6:35a, 57b

BOSQUEJO

  1. El hombre es puesto frente a dos alternativas:
    1. El árbol de la vida:
      1. Representa a Dios como vida para el hombre.
      2. Resulta en una vida de dependencia.
    2. El árbol del conocimiento:
      1. Representa a Satanás como el mal para el hombre.
      2. Resulta en una vida independiente.
  2. Dios deseaba que el hombre le recibiera como vida al comerle:
    1. Comer es la única manera de recibir nutrición orgánicamente.
    2. Dios es el verdadero alimento del hombre.
    3. Recibir a Dios al comerle a Él es asimilarle metabólicamente en el ser del hombre.
  3. Dios le prohíbe al hombre comer del árbol del conocimiento:
    1. El primer mandamiento que Dios dio al hombre.
    2. Comer, recibir algo en su interior, es crítico para el hombre:
      1. Después que el hombre fue creado, Dios no le pidió que hiciera nada.
      2. Dios simplemente le mandó que no comiera del árbol equivocado.
    3. Comer del árbol del conocimiento es recibir a Satanás como vida maligna en el ser del hombre.
    4. El mandamiento de prohibición que Dios impuso al hombre era una advertencia:
      1. Indica la grandeza de Dios al tratar con el hombre.
      2. Indica que Dios ama al hombre.
      3. Indica que Dios deseaba que el hombre comiera del árbol de la vida para recibir a Dios en su interior como su vida.

  En esta lección queremos ver la intención que Dios tiene con el hombre.

I. EL HOMBRE ES PUESTO FRENTE A DOS ALTERNATIVAS

  En Génesis 2 vemos que el hombre fue puesto frente a dos alternativas.

A. El árbol de la vida

  Una de las dos alternativas que el hombre tenía frente a él era el árbol de la vida (vs. 8-9).

1. Representa a Dios como vida para el hombre

  El árbol de la vida representa a Dios como vida para el hombre.

2. Resulta en una vida de dependencia

  El árbol de la vida resulta en una vida de dependencia. Necesitamos desarrollar este punto para que los santos entiendan a qué nos referimos. El árbol de la vida, en primer lugar, representa a Dios como vida para el hombre. Si el hombre toma de este árbol, el resultado será una vida de dependencia. Muy pocos cristianos se dan cuenta de que la vida siempre produce dependencia. Todo lo relacionado con la vida tiene que ver con dependencia; y uno jamás podrá “graduarse” de ninguna actividad relacionada con la vida. Comer es una actividad que gira en torno a la dependencia. Uno no puede decir que ya comió los mejores manjares y que comió una cantidad de comida tan suficiente que ya no volverá a comer. También beber y respirar son actividades de las cuales dependemos, y jamás nos graduaremos en estas actividades.

  Esto muestra que tomar a Dios como nuestra vida resulta en una vida dependiente. Por otro lado, el conocimiento resulta en independencia. Si uno va a la universidad y obtiene un diploma, ya no tiene que volver a dicha institución. Cuando sabe lo que el profesor sabe, ya no tiene que depender de él. Pero si tomara al profesor como si fuese su vida, jamás podría independizarse de él. Es cierto que si lo tomara meramente como su fuente de conocimiento, podría independizarse de él, pero si lo tomara como vida, no podría ser independiente. Le sería imposible prescindir de él y dependería de él siempre.

  Dios no es conocimiento para nosotros; Dios es vida para nosotros. Le tomamos como nuestra vida, y de inmediato, la vida divina nos hace depender de Él en lo profundo de nuestro ser. Tenemos que depender de Él siempre. Él es la vid, y nosotros los pámpanos, los cuales permanecen en la vid (Jn. 15:5). Los pámpanos que se separan de la vid mueren. La vida de esta vid resulta en una vida dependiente en todos sus pámpanos, ya que éstos dependen de la vida de la vid misma.

  Vemos esta vida dependiente en Abraham, quien seguía al Señor. Hebreos 11:8 dice: “Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber adónde iba”. El Señor no le dijo a Abraham adónde iría, ni le dio un mapa de ruta. Si el conductor de un automóvil recibe un mapa de ruta de parte de alguien, ya no tiene necesidad de aquella persona. Puesto que tiene el mapa de ruta, no tiene que depender de la persona que se lo dio. Pero si una persona se le diera a sí misma, si le diera su presencia o su compañía como guía para el camino, jamás podría independizarse de ella. La persona sería el mapa de ruta y sería necesario depender de ella continuamente. Ése fue el verdadero caso de Abraham. Abraham ejercitó su fe para confiar en que Dios le guiaría; tomando la presencia de Dios como el mapa para su viaje. Así que, Abraham tuvo que depender de Dios.

  El Dios de la gloria apareció a Abraham (Hch. 7:2), y esa aparición dio por resultado que Abraham llevara una vida de dependencia. Por consiguiente, comer el árbol de la vida nos hace depender siempre de esa vida, esto es, de la vida contenida en el árbol de la vida. Es como los pámpanos de la vid que siempre dependen de la vid, o sea, de la vida que hay en la vid.

  Una y otra vez tenemos que hacer énfasis en que el árbol de la vida representa a Dios como vida para el hombre y que cuando el hombre come de dicho árbol e ingiere a Dios como vida, inmediatamente la vida divina resulta en una vida dependiente en el hombre. El hombre, antes de comer del árbol de la vida, de Dios mismo como vida, es independiente; pero una vez que come de dicho árbol, de Dios mismo como vida, le es imposible seguir siendo independiente. Inmediatamente, la vida divina hace que el hombre dependa de Dios en todo.

  Si nosotros que estamos en las iglesias ministramos conocimiento a las personas, es posible que aprendan lo que les enseñamos y sigan su propio camino, pero si les ministramos vida, jamás podrán ser independientes. La vida no tiene independencia, sino todo lo contrario: produce dependencia. Algunas personas pueden reunirse con la iglesia y aprender algo, pero luego se van y tratan de realizar ciertas actividades usando lo que aprendieron. Pueden tomar el conocimiento que adquirieron y seguir su vida independiente, pero no habrá vida en lo que hagan. Nosotros debemos depender del árbol de la vida, es decir, de Dios mismo, quien es vida para nosotros.

B. El árbol del conocimiento

  La otra alternativa que se le presentó al hombre era el árbol del conocimiento.

1. Representa a Satanás como el mal para el hombre

  El árbol del conocimiento representa a Satanás como el mal para el hombre. Este mal es en realidad una vida maligna.

2. Resulta en una vida independiente

  El árbol del conocimiento resulta en cierta vida de independencia en las personas. Cuanto más conocimiento tiene uno, más independiente se vuelve. El conocimiento hace que las personas sean independientes. Cuando uno come del árbol del conocimiento, tiene el sentir de que no necesita depender de Dios; por el contrario, depende del conocimiento que adquirió. Pero si uno come del árbol de la vida, ello hará que dependa de Dios. La vida es un asunto de dependencia, mientras que el conocimiento trae consigo independencia.

  El hermano Watchman Nee presenta esto claramente en el folleto titulado Dos principios relacionados con el modo de vivir. Estos dos principios son en realidad dos vidas diferentes. Una vida es dependiente y la otra independiente; una es el principio de dependencia y la otra es el principio de independencia. El árbol de la vida resulta en un principio de dependencia, y el árbol del conocimiento resulta en un principio de independencia. Puesto que el hombre tomó del árbol del conocimiento, se independizó por completo de Dios, pero todo el que se arrepiente y recibe a Dios como vida, vuelve a depender de Él.

  Antes de ser salvos, éramos completamente independientes de Dios, pero cuando nos arrepentimos y creímos en Dios, empezamos a depender de Él. Cuando vivíamos por el conocimiento, éramos totalmente independientes, pero siempre y cuando vivamos por nuestro espíritu, por la vida divina, dependemos de Dios. Así que, estos dos principios provienen de dos clases de vida. La vida divina nos hace dependientes, y la vida satánica nos hace independientes. Ser independiente indica que uno es rebelde, ya que rebelarse equivale a independizarse de Dios.

II. DIOS DESEABA QUE EL HOMBRE LE RECIBIERA COMO VIDA AL COMERLE

  Dios deseaba que el hombre le recibiera como vida al comerle.

A. Comer es la única manera de recibir nutrición orgánicamente

  La única manera de recibir nutrición orgánicamente es comer. La única manera de recibir algo orgánico es comerlo. Lo que ingerimos llega a ser lo que nos alimenta orgánicamente. Debemos desarrollar este punto.

B. Dios es el verdadero alimento del hombre

  El único camino que debemos seguir es comer, y Dios es el único alimento que debemos ingerir. Por eso, debemos proclamarles a los demás que el alimento físico que comemos es una sombra y que la realidad de dicha sombra es Dios. Para demostrar esto, nos podemos basar en Colosenses 2:16-17.

C. Recibir a Dios al comerle a Él es asimilarle metabólicamente en el ser del hombre

  Me agrada el uso de las palabras orgánicamente y metabólicamente. Recibir a Dios al comerle a Él es asimilarle metabólicamente en nuestro ser. Cuando recibimos a Dios, Su elemento nuevo reemplaza lo que somos y nuestro elemento viejo es desplazado. Esto es semejante al metabolismo. Comer los alimentos orgánicamente y digerirlos metabólicamente, asimilándolos en nuestro ser es un ejemplo de comer, digerir y asimilar a Jesús como nuestro alimento espiritual. Ésta no es simplemente nuestra idea, sino lo que presenta la Biblia en su totalidad y a un nivel profundo.

  Cuando el Señor Jesús vino, dijo: “Yo soy el pan de vida” (Jn. 6:35a), y “el que me come, él también vivirá por causa de Mí” (v. 57b). El árbol de la vida se ve tanto en Génesis 2, al comienzo de la Biblia, como en Apocalipsis 2 y 22, al final de la misma. Esto nos muestra que el pensamiento presentado a lo largo de la Biblia es que el hombre debe comer a Dios, ingerirle orgánicamente y asimilarle metabólicamente para que Dios llegue a ser sus “fibras”, sus “tejidos”, su propio ser. El alimento que comemos llega a convertirse en lo que somos, ya que somos lo que comemos. Estamos compuestos de los alimentos que hemos asimilado. Según este mismo principio, hoy en día Dios es nuestro alimento.

  En Apocalipsis 2:7 el Señor Jesús prometió a la iglesia en Éfeso que al que venciera le daría a comer del árbol de la vida. La última promesa que consta en la Biblia es la de disfrutar el árbol de la vida, el cual es Cristo con todas las riquezas de la vida divina (22:14).

III. DIOS LE PROHÍBE AL HOMBRE COMER DEL ÁRBOL DEL CONOCIMIENTO

  Dios no le dijo a Adán nada acerca del árbol de la vida, pero sí le mencionó el árbol del conocimiento. Dios le prohibió al hombre que comiera de dicho árbol (Gn. 2:17).

A. El primer mandamiento que Dios dio al hombre

  El primer mandamiento que Dios dio al hombre tenía que ver con comer. Le ordenó que no comiera del árbol del conocimiento del bien y del mal.

B. Comer, recibir algo en su interior, es crítico para el hombre

  Comer es vital para nosotros porque al hacerlo, recibimos algo que llega a formar parte de nuestro ser. Si comemos el alimento adecuado, recibiremos la debida nutrición. Si uno ingiere veneno, muere. Los padres esconden de sus hijos las sustancias venenosas, manteniéndolas fuera de su alcance. Hasta los laboratorios que producen medicamentos y químicos ponen etiquetas con advertencias en algunos de sus productos, que especifican el contenido de sustancias nocivas o envasan ciertos medicamentos en frascos que los niños no puedan abrir. Lo que el hombre ingiere es crítico y puede traerle vida o muerte. Comer es crítico para el hombre.

1. Después que el hombre fue creado, Dios no le pidió que hiciera nada

  Después que el hombre fue creado, Dios no le pidió que hiciera nada. A Dios tan sólo le interesaba lo que comería el hombre que Él había creado.

2. Dios simplemente le mandó que no comiera del árbol equivocado

  Dios sencillamente mandó al hombre que no comiera lo que no debía. Lo que el hombre sería y lo que le sobrevendría en el futuro dependía por completo de lo que comiese.

C. Comer del árbol del conocimiento es recibir a Satanás como la vida maligna en el ser del hombre

  Cuando el hombre comió del árbol del conocimiento, recibió a Satanás, la vida maligna, en su propio ser. Todos estos aspectos acerca de la intención que Dios tenía con el hombre son completamente opuestos al concepto humano natural. Es por eso que debemos recalcar estos aspectos, explicarlos, y hacer que dejen una impresión clara y profunda en todos los santos.

D. El mandamiento de prohibición que Dios impuso al hombre era una advertencia

1. Indica la grandeza de Dios al tratar con el hombre

  El mandamiento de prohibición que Dios impuso al hombre era una advertencia para éste, lo cual indica la grandeza de Dios al tratar con el hombre. Solamente un hombre vil obliga a otros a aceptar su opinión. Ninguna persona noble u honorable forzaría a los demás.

2. Indica que Dios ama al hombre

  El mandamiento de prohibición que Dios hizo al hombre también indica el amor que Dios tiene para con el hombre. Debido a que Dios ama al hombre, le advirtió que no comiera el alimento equivocado.

3. Indica que Dios deseaba que el hombre comiera del árbol de la vida para recibir a Dios en su interior como su vida

  La advertencia que Dios hizo al hombre en cuanto a no comer el árbol del conocimiento indica tres cosas: la grandeza de Dios, el amor de Dios y el deseo de Dios. Dios deseaba que el hombre comiera del árbol de la vida para recibir a Dios como su vida.

  Dios no obligó al hombre a tomar lo que Él deseaba que comiera, sino que dejó que el hombre tomara la decisión. La advertencia que le hizo al hombre indica que, por una parte, Él es magnánimo y que, por otra, es amoroso. No obligó al hombre a hacer lo que Él deseaba, lo cual nos muestra cuán grande es Él. Pero, por otro lado, le advirtió que no comiera el alimento equivocado, lo cual implica que Dios ama al hombre. Él puso al hombre frente a dos árboles y le advirtió que no comiera del árbol del conocimiento. Sin duda, esto indica que Dios quería que el hombre comiera del árbol de la vida. Por consiguiente, la advertencia de Dios deja implícito Su deseo; Él deseaba que el hombre comiera del árbol de la vida. Así que, la advertencia de Dios indica Su deseo. Dios quería que el hombre tomara del árbol de la vida, es decir, de Dios mismo, que le recibiera en su interior como vida.

  Esta lección es crucial. Es una idea que revoluciona por completo nuestros conceptos humanos. Debemos tomar esta lección como preparación para que los santos avancen en la vida divina.

  Pregunta: ¿Cómo podemos demostrar claramente que el árbol del conocimiento del bien y del mal representa la vida de Satanás?

  Respuesta: La Biblia nos muestra que en el universo sólo hay dos fuentes. Satanás vino a seducir al hombre induciéndole a participar del árbol del conocimiento. Esto significa que él cautivó al hombre haciendo que éste le ingiriera. Este hecho es muy importante en la Biblia. El árbol de la vida y el árbol del conocimiento son las dos líneas gobernantes que corren a lo largo de los sesenta y seis libros de la Biblia.

  En las familias, en las naciones y hasta en las iglesias Dios está presente como árbol de la vida, y Satanás como árbol del conocimiento. ¿Cuál escogeremos y a quién nos dirigiremos? Si tenemos contacto con Dios, obtenemos vida y empezamos a depender de Él, pero si tomamos el árbol del conocimiento, obtenemos a Satanás. Si tomamos a Satanás, nos independizamos de Dios. Cuando nos volvemos independientes, esto significa que nos rebelamos. Cuanto más nos alimentamos del árbol del conocimiento, más nos rebelamos contra Dios y más independientes somos de Él. Además, al alimentarnos del árbol del conocimiento nos hacemos uno con Satanás, quien era y sigue siendo rebelde. Si nos alimentamos del árbol de la vida, nos hacemos uno con Dios y nos volvemos dependientes de Él.

  Estos dos principios están frente a nosotros hoy, pero casi todas las personas optan por el árbol del conocimiento. Es muy raro ver personas que escogen el árbol de la vida. Inclusive en nuestra vida diaria, debemos reconocer que nos alimentamos del árbol del conocimiento. Cuando el esposo discute con su esposa, está participando del árbol de conocimiento. Cuanto más alegamos tratando de demostrar quién está equivocado y quién tiene la razón, más comemos del árbol del conocimiento. Como consecuencia, recibimos muerte y nos independizamos de Dios. En ese caso, debemos arrepentirnos y confesar nuestra falta. Debemos limpiarnos con la preciosa sangre de Cristo, ya que ésta nos vuelve a poner en contacto con Dios. Cuando contactamos a Dios de nuevo, volvemos a depender de Él. La próxima vez que nos veamos frente a la tentación de argüir, debemos decir: “Señor, si Tú no discutes, yo tampoco lo haré. Si Tú no arguyes, tampoco yo argüiré; pues soy uno contigo”. Todos nosotros necesitamos depender, en nuestra vida diaria, del árbol de la vida y apartarnos del árbol del conocimiento del bien y del mal.

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