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Mensajes del libro «Lecciones de la verdad, nivel uno, tomo 1»
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LECCION SIETE

UN PANORAMA CLAVE DEL ANTIGUO TESTAMENTO

(1)

DESDE ADAN HASTA NOE

BOSQUEJO

  1. En Adán se ve la redención de Dios:
    1. Recibiendo la promesa de la redención de Dios.
    2. Experimentando la esperada redención de Dios:
      1. Mediante la substitución del sacrificio sangriento.
      2. Mediante la unión de las pieles de cubierta.
  2. En Abel se ve el camino de Dios para la redención el cual es la aceptación por Dios por medio del sacrificio:
    1. Abel trabajando y viviendo por Dios: “el que daba de comer a las ovejas”.
    2. Abel adorando a Dios conforme a la revelación de Dios.
  3. En Enós se ve que el hombre necesita a Dios y que el hombre le invoca para disfrutar de las riquezas de Dios.
  4. En Enoc se ve a uno que fue redimido y que caminó con Dios en la senda de la redención.
  5. En Noé se ve a uno que caminó con Dios y trabajó con Dios para satisfacer la necesidad de aquella generación:
    1. Caminando con Dios.
    2. Edificando el arca.
    3. Cambiando la era por medio de su vida y obra.

TEXTO

  De esta lección en adelante tenemos la intención de estudiar el resumen del Antiguo Testamento paso tras paso. En esta lección examinaremos la porción del Antiguo Testamento desde Adán hasta Noé.

I. EN ADAN SE VE LA REDENCION DE DIOS

A. Recibiendo la Promesa de la Redención de Dios

  Inmediatamente después de la caída, Adán y Eva reconocieron que habían violado la prohibición de Dios en cuanto al comer del fruto del árbol de la ciencia. También ellos reconocieron que el resultado de sus transgresiones había de ser la muerte. Por lo tanto, se escondieron de la presencia del Señor, esperando la pena de muerte. Sin embargo, Dios entró, no para declarar la pena de muerte, sino para predicar el evangelio, dándoles una promesa maravillosa que la simiente de la mujer heriría la cabeza de la serpiente (Gn. 3:15).

B. Experimentando la Esperada Redención de Dios

  Además de recibir la promesa de la redención de Dios, Adán también experimentó la esperada redención de Dios. (La verdadera redención había de ser cumplida cuatro mil años después). Después de su caída, Adán y Eva se dieron cuenta de que eran pecaminosos. Así que, trataron de ayudarse a sí mismos haciendo faldas de hojas de higuera para cubrir su desnudez. Esto indica que ellos intentaron cubrir su carne pecaminosa con sus propias obras. Antes de la caída el hombre no necesitaba que la sangre le redimiera, pero después de la caída necesitaba que el sacrificio sangrante le redimiera. Por eso, el intento del hombre de cubrir su desnudez con el producto de la vida vegetal nunca puede tener éxito. Las faldas que Adán y Eva hicieron de las hojas de higuera no cubrieron su desnudez ante los ojos de Dios.

  En Génesis 3:20, después de que Adán oyó las buenas nuevas, él inmediatamente llamó el nombre de su esposa Eva, el cual significa viviente. El creía que él y su esposa iban a vivir y no morir. Debido a la creencia de Adán, vemos la justificación de Dios en el versículo 21. Después de que Adán creyó en las buenas nuevas, Dios hizo túnicas de pieles del sacrificio para él y su esposa y los vistió. Las túnicas completamente los cubrieron. Esto significa que Dios los justificó (Gn. 3:21). El ser justificado significa ser cubierto con la justicia de Dios, la cual es Cristo mismo. El que Adán y Eva estuvieran bajo las túnicas de pieles del sacrificio significaba que ellos se habían vestido de Cristo. Cristo como la justicia de Dios los cubrió.

1. Mediante la Substitución del Sacrificio Sangriento

  A fin de hacer túnicas de pieles de corderos, Dios probablemente mató a los corderos en la presencia de Adán y Eva. Por eso, la sangre de los corderos fue derramada, porque sin el derramamiento de sangre no hay perdón (He. 9:22). Hemos sido redimidos por la sangre preciosa del Cordero de Dios, el cual fue destinado por Dios para nosotros desde antes de la fundación del mundo (1 P. 1:18-20) y fue inmolado desde la fundación del mundo (lit., Ap. 13:8). Cristo es el Cordero de Dios. Por tanto, podemos ver un cuadro del derramamiento de la sangre de Cristo allí en el huerto de Edén. Sin el derramamiento de la sangre, Dios no puede cubrir al hombre caído. En la cruz Cristo fue muerto por el Dios justo. Por medio del derramamiento de Su sangre, Dios ahora puede cubrirnos con Cristo como nuestra justicia. En el huerto de Edén Adán experimentó la redención esperada. El hecho de que él se vistiera de las túnicas de pieles fue basado en el derramamiento de la sangre del sacrificio, porque el cordero sacrificatorio se hizo un substituto por el hombre pecaminoso.

2. Mediante la Unión de las Pieles de Cubierta

  La substitución genuina se basa en unión. Adán y Eva eran pecaminosos, y los corderos fueron matados y su sangre fue derramada por sus pecados. Pero si los corderos y Adán y Eva hubieran sido separados los unos de los otros, los corderos no podrían haber substituido por ellos. Una vez que Adán creyó en el evangelio, Dios le cubrió con una túnica de pieles de cordero, y él se hizo uno con el cordero. El pecador se había hecho uno con el substituto. Esto es la unión. La unión causa la eficacia de la substitución. Una vez que participamos en esa unión, todo lo que el substituto ha realizado es nuestro. Cristo lo ha hecho todo por nosotros en la cruz. Puesto que nosotros somos uno con Cristo, todo lo que Cristo ha realizado en la cruz llega a ser nuestro. Por tanto, cuando Adán y Eva se pusieron las túnicas de pieles hechas por Dios, eso tipificó que ellos habían creído hacia adentro Cristo y que se habían hecho uno con Cristo.

II. EN ABEL SE VE EL CAMINO DE LA REDENCION DE DIOS: LA ACEPTACION POR DIOS POR MEDIO DEL SACRIFICIO

A. Abel Trabajando y Viviendo por Dios: “el que Daba de Comer a las Ovejas”

  Abel trabajó y vivió para Dios; también él vivió por Dios. El era el que daba de comer a las ovejas para Dios (Gn. 4:2, heb.). Durante el tiempo de Abel los corderos no podían ser comidos por los hombres, porque antes del diluvio a los hombres se les permitió alimentarse de vegetales y frutas solamente (Gn. 1:29). Por lo tanto, el que Abel diera de comer a las ovejas no era para buscar comida para su propia existencia. El no trabajó y vivió para sí mismo como Caín, sino para la satisfacción de Dios como Dios lo deseaba. Parece que el propósito e interés de su vida era satisfacer a Dios según el camino de Dios.

B. Abel Adorando a Dios Conforme a la Revelación de Dios

  Abel no presentó su sacrificio según su concepto, pensamiento o camino, sino conforme al camino de la salvación de Dios. El adoraba a Dios conforme a Su revelación (He. 11:4). El sabía que había nacido de padres caídos y que era maligno, pecaminoso y contaminado ante los ojos de Dios. El necesitaba una ofrenda con el derramamiento de sangre para satisfacer el requisito justo de Dios y las pieles del sacrificio para cubrir el hombre desnudo. Por consiguiente, la Biblia dice que Abel trajo de los primogénitos de sus ovejas, y de la grasa de los mismos (Gn. 4:4). Cuando él ofreció la grasa, el sacrificio fue matado y la sangre fue derramada. El derramamiento de la sangre era para su redención, y el quemar de la grasa era para la satisfacción de Dios. El hizo esto conforme a la instrucción de sus padres. Lo que Abel hizo correspondió exactamente a los requisitos de la ley mosaica que fue dada más tarde por Dios. Esto prueba que su manera de adorar a Dios era conforme a la revelación de Dios, no según su concepto.

  Según Números 18:17, el primogénito de vaca o de oveja, que es un tipo de Cristo, no lo podían comer los hijos de Israel; tenían que ofrecerlo a Dios. Por tanto, en la tipología Abel ofreció Cristo a Dios. El ofrecer del primogénito de vaca u oveja tenía dos factores: la sangre, la cual fue rociada sobre el altar para la redención, y la grosura, la cual fue quemada en el altar como una ofrenda, como un sabor agradable para el Señor para Su satisfacción. El Señor Jesucristo tenía estos dos factores. El tenía la sangre que fue derramada por nosotros y la grosura que satisfizo el deseo de Dios. Abel, viendo el camino para la redención de Dios, presentó semejante ofrenda a Dios y fue aceptado por Dios.

III. EN ENOS SE VE QUE EL HOMBRE NECESITA A DIOS Y QUE EL HOMBRE LE INVOCA PARA DISFRUTAR DE SUS RIQUEZAS

  Enós significa el hombre frágil y mortal. Después de la caída, no solamente se volvió vana la vida humana, sino que también el hombre se volvió frágil y mortal. Cuando veamos que nuestra vida es vanidad y que nosotros mismos somos frágiles, espontáneamente invocaremos el nombre del Señor. Esta es la razón por la cual Génesis 4:26 dice: “Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová”. Desde el tiempo de Enós, la tercera generación de la humanidad, los hombres empezaron a invocar el nombre del Señor, reconociendo su debilidad, fragilidad y mortalidad.

  En hebreo, la palabra para “el Señor” es Jehová. El nombre Jehová empieza a aparecer desde Génesis capítulo dos; se usa primeramente para Dios con relación al hombre. Jehová es el nombre para el Dios que entra en una relación íntima con el hombre. Por tanto, Génesis 4:26 no dice que los hombres empezaron a invocar el nombre de Dios, sino el nombre de Jehová. Los hombres no invocaron a Aquel que creó todas las cosas, sino a Aquel que estaba tan cerca a ellos, a Aquel que estaba relacionado con ellos de manera muy íntima. El nombre Jehová significa “YO SOY EL QUE SOY” (Ex. 3:14); El es Aquel que existe desde la eternidad hasta la eternidad. El es Aquel que era en el pasado, que es en el presente, y que será en el futuro para siempre. El es el Eterno. Cuando los hombres se dieron cuenta de que eran frágiles y mortales, empezaron a invocar a Jehová, el Eterno. Este invocar empezó aun con la tercera generación humana. Se continúa a lo largo de la Biblia, y también fue practicado por los santos del Nuevo Testamento (Hch. 9:14; 22:16; 1 Co. 1:2).

IV. EN ENOC SE VE A UNO QUE FUE REDIMIDO Y QUE CAMINO CON DIOS EN LA SENDA DE LA REDENCION

  Génesis 5 es un registro del vivir y engendrar de algunas personas, que aunque eran salvas, todavía vivían bajo el último resultado de la caída: la muerte. Entre estos registros, hallamos que una generación escapó de la muerte, y ésa fue Enoc. Enoc caminó con Dios por trescientos años, y Dios se lo llevó (Gn. 5:24). La razón por la cual Dios se llevó a Enoc fue para que no viera la muerte (He. 11:5). El hecho de que él fue guardado de la muerte fue la salvación máxima de Dios. Esta es la salvación en plenitud.

  La manera de escapar de la muerte fue descubierta por la séptima generación de la humanidad. El invocar el nombre del Señor fue descubierto por la tercera generación, y cuatro generaciones después, la manera de escapar del resultado máximo de la caída del hombre fue descubierta por la séptima generación, Enoc. Enoc vivió de tal manera que él fue guardado del poder de la muerte. Antes de que Enoc fuera llevado arriba por el Señor, y mientras él estaba viviendo y caminando en la tierra, la muerte no podía matarlo. Enoc venció el asesinato de la muerte.

  Enoc fue la primera persona en ser arrebatada. El ser arrebatado es estar madurado en la vida caminando con Dios. El caminar con Dios no es el no hacer caso de Dios, ni el ser presuntuoso, ni el hacer cosas según nuestro propio concepto y deseo, ni el hacer cualquier cosa sin Dios. El caminar con Dios es tomarle a El como nuestro centro y todo, hacer las cosas con El conforme a Su revelación y dirección, y hacerlo todo con El. No es solamente vivir para Dios y hacer cosas para Dios, sino hacer las cosas conforme a Dios y con Dios. Enoc caminó con Dios de tal manera, viviendo y haciendo cosas conforme a Dios y con Dios, no según su propio deseo o concepto, ni conforme a la corriente de la edad en que él vivía.

  Que Enoc fuera llevado por Dios no ocurrió repentinamente. El continuamente caminaba hacia arriba con Dios hasta que él tocó el cielo. Enoc caminó con Dios día y noche por tres siglos, por más de cien mil días. El caminó con Dios día tras día, acercándose a Dios un poco más cada día. A la edad de trescientos sesenta y cinco años, al estar casi tocando el cielo, Dios se lo llevó.

V. EN NOE SE VE A UNO QUE CAMINO CON DIOS Y TRABAJO CON DIOS PARA SATISFACER LA NECESIDAD DE AQUELLA GENERACION

  El hombre descendió de Adán a Abel y de Abel a Enós, entonces él empezó a invocar el nombre del Señor para disfrutar de todas Sus riquezas. Entonces en Enoc vemos un hombre que caminó con Dios. En Génesis 6 vemos que Noé ciertamente era salvo, que complació a Dios, que invocó a Dios, y que disfrutó de todo lo que El es. Además de todos estos aspectos positivos de la vida de los salvos, Génesis 6 nos muestra aun más cosas.

A. Caminando Con Dios

  Génesis 6:9 dice que Noé caminó con Dios. Sin duda, Noé heredó todas las bendiciones espirituales de sus antepasados, tales como Adán, Abel, Enós y Enoc y siguió a su tatarabuelo, Enoc, para caminar con Dios en una generación torcida, perversa y adúltera. Noé representaba una fuerte continuación de la línea de la vida y con mucho desarrollo, la avanzó más.

B. Edificando el Arca

  Debido a que Noé había hallado gracia, caminó con Dios por fe, y heredó justicia, Dios estaba muy contento con él de modo que El se abrió a Sí mismo a él, diciéndole que edificara el arca (Gn. 6:13-14). Así que, Noé no era solamente uno que caminaba con Dios, sino también el que edificó el arca. El arca era para salvación. En aquel tiempo, el arca de la salvación fue edificada por Noé. Abel ofreció dones a Dios, Enós invocó a Dios, Enoc caminó con Dios, pero Noé, además de hacer todas estas cosas, hizo algo más: él edificó el arca.

C. Cambiando la Era por medio de Su Vida y Obra

  La vida y la obra de Noé no eran simplemente un asunto de caminar con Dios o de edificar el arca, sino que también un asunto de cambiar aquella era. Satanás había corrompido aquella edad al máximo, y hasta Dios se arrepintió de haber hecho al hombre en la tierra. Pero Noé halló gracia. La vida de Noé era una vida que cambió la era. Si queremos entender que la vida de Noé era una vida que cambió la era, tenemos que ver la economía y el propósito de Dios cuando al principio Dios creó al hombre.

  Hay un gran contraste entre Génesis 1 y 6. Si usted lee la última parte de Génesis 1, verá que Dios creó al hombre a Su propia imagen con el propósito de expresarse a Sí mismo (1:26). Dios tenía la intención de que el hombre fuese Su expresión. El hombre era como una fotografía, hecha a la imagen de Dios para expresar a Dios. Además, el hombre también estaba encomendado con la autoridad de Dios para que ejercitara esta autoridad para el dominio de Dios en la tierra. El hombre fue encomendado con la autoridad de Dios para que él representara a Dios y estableciera un dominio en la tierra sobre todas las criaturas de Dios.

  Después de que Dios creó al hombre, El dijo: “Bueno en gran manera” (Gn. 1:31). En el segundo día de Su obra, Dios no dijo nada, porque en ese día había ángeles caídos en el aire y demonios en el agua. Era imposible que Dios dijera: “Bueno”, en ese día. En los otros días, Dios simplemente dijo: “Bueno”. Solamente en el sexto día, el día en que Dios creó al hombre, Dios miró a Su obra, especialmente al hombre y dijo: ¡“Bueno en gran manera”! Ante los ojos de Dios, el hombre era bueno de gran manera.

  En Génesis 6, Dios echó otra mirada a la humanidad. Cuando Dios echó Su primera mirada a la humanidad en Génesis 1, el hombre era bueno en gran manera. Pero cuando Dios le echó otra mirada al hombre en Génesis 6, El vio que el hombre había venido a ser malvado y corrupto a lo máximo, y lamentó haber hecho al hombre. ¡Qué cambio de Génesis 1! Originalmente el hombre estaba en un nivel tan alto; pero empezando con el capítulo tres, él descendió más y más abajo. Dios no es un Dios temporal, sino un Dios eterno. En El no hay ni una sombra de variación (Stg. 1:17). Una vez que El toma una decisión, ésa perdura para la eternidad.

  Leamos Génesis 6:5-7: “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho”. Si eso hubiera sido todo, no hubiera habido esperanza. Pero el versículo 8 dice: “Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová”. Este es uno de los versículos más grandes en el libro de Génesis. Satanás se alegraba de oír que Dios iba a destruir al hombre de la faz de la tierra, pero Noé halló gracia a los ojos del Señor. Esto volvió la situación y cambió la edad. ¡Dios no estaba derrotado! En medio de una aparente derrota, había victoria a través de un hombre que halló gracia a los ojos del Señor. Este era el punto decisivo. Si lee la historia junto con la Biblia, verá que en cada generación, cuando Satanás ha hecho todo lo posible para dañar la situación a lo máximo, siempre ha habido un hombre o algunas personas que hallaron gracia a los ojos de Dios y llegaron a ser los que volvieron la era. En Génesis 6:8 dice: “Pero Noé”. En el fondo de la caída del hombre, siempre hay un “pero”. Cuando el hombre había caído hasta el fondo, Noé fue usado por Dios para cambiar la era.

RESUMEN

  Desde Adán hasta Noé, la Biblia nos da una ilustración o un retrato de la redención de Dios, del camino en el cual Dios quiere que le siga Su pueblo redimido, y de la obra que deberían hacer. En Adán vemos una ilustración de la redención de Dios. En Abel vemos una ilustración del camino de la salvación de Dios: ser aceptable a Dios dependiendo del derramamiento de la sangre de los sacrificios. En Enós vemos una ilustración de cómo el hombre necesita a Dios y cómo invoca a Dios para disfrutar de Sus riquezas. En Enoc tenemos un retrato de una persona que es redimida y que anda en el camino de la redención. Vemos cómo él camina con Dios para ser arrebatado y escapar de la muerte. En Noé vemos una persona que camina con Dios, y vemos cómo obra con Dios para satisfacer la necesidad de la edad, así siendo salvo para entrar en una nueva edad. El fue una persona usada por Dios para cambiar la edad.

PREGUNTAS

  1. ¿Cómo experimentó Adán la esperada redención de Dios?
  2. ¿Cómo adoró Abel a Dios conforme a la revelación de Dios?
  3. ¿Cuál es el significado de “Enós”? ¿Por qué el hombre invocó el nombre de Jehová?
  4. ¿Cómo fue que los hombres caídos podían escapar de la muerte? ¿Cuál es el significado de caminar con Dios?
  5. ¿Cuáles son las características que se pueden ver en Noé?
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