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Mensajes del libro «Línea central de la revelación divina, La»
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La línea central de la revelación divina

PREFACIO

  Este libro se compone de mensajes dados por el hermano Witness Lee en Anaheim, California de agosto a diciembre de 1991.

II. LOS TÍTULOS DIVINOS DE DIOS

A. De entre los muchos títulos de Dios en el Antiguo Testamento, principalmente se usan tres: y

  Elohim, Jehová y Adonai son los tres títulos principales de Dios en el Antiguo Testamento.

1. Elohim

  Elohim, que es un sustantivo plural en hebreo, conlleva la idea de poderoso y también de fidelidad, así que se refiere a Aquel que es poderoso y fiel. Nuestro Dios es poderoso y fiel. Él es fuerte en Su poder y fiel en Su palabra. Todo lo que Él hace, exhibe Su poder. Todo lo que Él diga, lo cumplirá. Él es Aquel que es poderoso y fiel. Elohim es un sustantivo uniplural. La pluralidad de la palabra Elohim alude a la Trinidad Divina (Gn. 1:26a; 3:22a; 11:7a; Is. 6:8a; Jn. 17:11b, 22b; Mt. 28:19; 2 Co. 13:14). Este título, que denota al Dios que es único y sin embargo triuno, se usa más de dos mil quinientas veces en el Antiguo Testamento.

2. Jehová

  Jehová es otro título divino de Dios (Gn. 2:4), que significa literalmente “Él es el que es; por tanto, el YO SOY eterno”. Este título principalmente denota a Aquel que existe por Sí mismo y para siempre (Éx. 3:14-15; Jn. 8:24b, 28a, 58; Ap. 1:4, 8). Como Jehová, Él es Aquel que era en el pasado, que es en el presente y que ha de ser en el futuro. Apocalipsis 1:4 habla de “Aquel que es y que era y que ha de venir”. En el pasado Él era; en el presente Él es; y en el futuro Él será. Él es el gran YO SOY. El Señor Jesús les dijo a los fariseos: “Si no creéis que Yo soy, en vuestros pecados moriréis” (Jn. 8:24b). Luego, le preguntaron: “Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?”. Jesús les respondió: “De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, Yo soy” (vs. 57-58). El Señor Jesús es el gran YO SOY de todos los siglos. Él es todo. Cualquier cosa que necesitemos, Él lo es. Él es nuestro Salvador, nuestro Redentor, nuestra visión, nuestra habilidad, nuestra capacidad, nuestra luz, nuestra vida, nuestra justicia, nuestra santidad y nuestra bondad. Él es miles de cosas para nosotros porque Él lo es todo y existe en todas las eras.

  Cuando Dios llamó a Moisés, Moisés le preguntó cuál era Su nombre. Éxodo 3:13-14 dice: “Entonces dijo Moisés a Dios: Si llego yo a los hijos de Israel y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros, y me preguntan: ¿Cuál es Su nombre?, ¿qué les responderé? Respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros”. Como el YO SOY, Él es el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob: el Dios que es tres y, sin embargo, únicamente uno (v. 15). En Su persona está el Padre, como era Abraham, el Hijo, así como Isaac, y el Tercero, así como Jacob. Él es tres y sin embargo un solo Dios único.

  Como YO SOY, Él es eterno. Esto significa que no tiene principio ni fin. Un círculo es un buen ejemplo de la eternidad, porque en apariencia no tiene principio ni fin. En cualquier lugar del círculo, podemos poner una cruz para representar la crucifixión de Cristo. En relación con la cruz, ¿en qué parte del círculo pondría usted a los santos del Antiguo Testamento, tales como Adán y Moisés?, y ¿dónde pondría usted a todos los creyentes en Cristo de todos los siglos? Conforme a tal diagrama, sería difícil determinar quién precede la cruz y quién viene después. Es por eso que en Apocalipsis 13:8 vemos que el Cordero fue inmolado desde la fundación del mundo, y en 1 Pedro 1:20 se nos dice que Cristo era ya conocido desde antes de la fundación del mundo. Aunque Cristo llevó a cabo la redención en la esfera del tiempo, se trata de una redención eterna (He. 9:12). Desde el punto de vista de Dios, según lo eterno, es difícil decir qué viene antes y qué después. Jehová, el Eterno, existe en todas las eras. Él era en el pasado, Él es en el presente y será en el futuro. Existía, existe y existirá. Él lo es todo y está en todas partes porque Él es eterno.

  Génesis 18 deja constancia de tres personas que vinieron a visitar a Abraham. Uno era Jehová, y los demás eran ángeles. Jehová apareció a Abraham como un hombre verdadero. Abraham le trajo agua para lavarle los pies, y Sara le preparó una comida (vs. 3-8). Él tenía forma de hombre. Antes de Su encarnación ya se había aparecido como hombre a Abraham. Ciertamente en el tiempo Dios se hizo hombre en Su encarnación, pero con Dios no existe el elemento de tiempo. Con Dios no hay principio ni fin. En cierto día en el tiempo, Dios mismo, Jehová, entró en el vientre de una virgen humana y nació como hombre. Según la historia humana, esto sucedió hace como dos mil años. Pero a los ojos de Dios, la encarnación es eterna.

  Su crucifixión también es eterna. Apocalipsis 13:8 señala que Él fue inmolado desde la fundación del mundo. A los ojos de Dios, según el cálculo divino, Cristo fue inmolado desde el comienzo de la creación. Sin embargo, en el tiempo Cristo fue inmolado mucho después. Desde la creación de Adán hasta la crucifixión de Cristo, transcurrieron como cuatro mil años. Pero a los ojos de Dios, Cristo fue inmolado cuando la creación comenzó. Con Jehová no hay elemento de tiempo. Él es el que era, el que es y el que sigue siendo para siempre.

  El Señor Jesús es el gran YO SOY. Cuando los soldados y los comisionados de los principales sacerdotes y de los fariseos salieron para arrestar a Jesús y le dijeron que buscaban a Jesús nazareno, Él les dijo: “Yo soy”. “Yo soy” es el nombre de Jehová. Cuando los soldados oyeron este nombre, retrocedieron y cayeron a tierra (Jn. 18:4-6). El nombre Jesús significa “Jehová el Salvador”. Jesús es Jehová. El título Jehová, que denota al Dios Triuno como Aquel que no sólo existe eternamente, sino que también es eterno, se usa más de siete mil veces en el Antiguo Testamento.

3. Adonai

  En Hebreo Adonai significa Amo (Gn. 15:2, 8; Éx. 4:10; cfr. Gn. 24:9, 10, 12) y Esposo (cfr. Gn. 18:12). En Génesis 24 el siervo más antiguo de Abraham llamó a Abraham su amo. Un esclavo tiene un señor, y ese señor es su amo, su dueño, quien lo posee. En Génesis 18:12 Sara se refirió a Abraham como su señor. El esposo es señor de la esposa, y el señor es el amo. Por una parte, nuestro Dios es nuestro Amo. Por otra, nuestro Dios es nuestro Esposo. Como nuestro Amo y Esposo, Él es nuestro Señor; Él es nuestro Adonai.

B. Los principales títulos divinos que se usan en el Nuevo Testamento son y

  Los principales títulos divinos que se usan en el Nuevo Testamento son Dios, Padre, Señor, Jesús, Cristo y Espíritu Santo.

1. Dios

  En griego Dios es Theós. Dios, Theós, equivale a Dios, Elohim, del Antiguo Testamento, lo cual denota al Dios único y sin embargo triuno (1 Co. 8:4, 6; 1 Ti. 2:5a): el hecho de que el Padre es Dios (1 P. 1:2-3), que el Hijo es Dios (He. 1:8), y que el Espíritu Santo es Dios (Hch. 5:3-4). Los teólogos han señalado correctamente que el Padre, el Hijo y el Espíritu no son tres dioses separados, sino tres hipóstasis, o sustancias que sostienen, del Dios único. Más tarde, los teólogos comenzaron a usar la palabra personas para describir a los tres de la Deidad. La palabra persona viene de la palabra latina persona, la cual denotaba la máscara de un actor. Una persona puede tener tres máscaras o apariencias.

  Desde que llegué a los Estados Unidos, he hablado mucho acerca de la Trinidad Divina. Algunas personas han dicho incorrectamente que los tres de la Deidad —el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo— están separados el uno del otro. Publiqué algo para señalar que los tres de la Deidad son distintos, pero no están separados. Siempre son uno. Cuando tenemos al Padre, tenemos al Hijo y al Espíritu porque los tres son uno. Si el Hijo está aquí, el Espíritu y el Padre están con Él. Los tres no están separados. Son distintos y, sin embargo, uno.

  Dios es tres y, sin embargo, uno. En esencia Dios es uno. En Su economía, en Su mover, Dios es tres. Ésta es la razón por la cual la mejor teología se refiere a la Trinidad esencial y a la Trinidad económica. En el aspecto esencial Dios es uno, pero en el aspecto económico Dios es tres. Dios el Padre envió al Hijo en Su economía, en Su mover. El Hijo obró por medio del Espíritu en Su mover. El Padre, el Hijo y el Espíritu son tres económicamente en Su mover y administración, pero no en Su esencia. En cuanto a esencia Dios es uno. Es por esto que la Biblia muestra que el Hijo es el Padre (Is. 9:6; Jn. 14:9). Además, Pablo dijo que el postrer Adán, quien era el Hijo en la carne, después de Su muerte y resurrección llegó a ser el Espíritu vivificante. En 2 Corintios 3:17 Pablo dijo que el Señor, el Hijo, es el Espíritu. En el versículo 18 él dijo que estamos siendo transformados “por el Señor Espíritu”. El Señor Espíritu es un título compuesto, tal como Dios Padre y Señor Cristo. Esto significa que el Espíritu es el Señor y que el Señor es el Espíritu.

  Juan indica que el Hijo es la expresión del Padre. Ésta es la razón por la cual el Hijo dijo: “El que me ha visto a Mí, ha visto al Padre” (14:9). También dijo: “Creedme que Yo estoy en el Padre, y el Padre está en Mí” (v. 11). Humanamente hablando, nadie puede entender esto. Podemos decir que somos uno con otra persona, pero ningún ser humano puede decir que está en otra persona y que esa otra está en él. El Hijo está en el Padre, y el Padre está en el Hijo. Esto es la coinherencia. Los tres de la Deidad no sólo coexisten, sino que también son coinherentes. El Hijo también señaló que no hablaba por Su propia cuenta y que Sus palabras eran las palabras y la obra del Padre (vs. 10, 24). Esto se debe a que el Hijo y el Padre son uno. Tal vez algunas personas digan que creen que Dios es triuno, cuando en realidad tienen un concepto de tres dioses, un concepto del triteísmo. El Padre, el Hijo y el Espíritu no son tres dioses. Son un solo Dios con tres aspectos: el aspecto del Padre, el del Hijo y el del Espíritu.

2. Padre

  Otro título divino que se usa en el Nuevo Testamento es Padre. Padre, Patér en griego, denota que Dios como Padre es el origen, la fuente, de todas las familias de las criaturas de Dios (Ef. 3:15). En la creación hecha por Dios, hay muchas familias, tales como la familia de los ángeles, la familia de la humanidad y la familia de los animales. La fuente, el Padre, de estas familias es Dios.

  Finalmente, hay una familia especial, la familia más elevada, que es la familia de la fe (Gá. 6:10). Dios es el Padre, especialmente de la familia de la fe, que ha sido engendrada por Él. Nosotros los creyentes somos una familia en particular. En realidad, somos la familia verdadera porque no sólo fuimos creados por Dios en Su calidad de Creador, origen o fuente, sino que también fuimos regenerados, engendrados por Dios. Dios ha impartido la esencia de Su vida en nuestro ser.

  Dios es el Padre del linaje humano. Lucas 3:38 dice que Adán era hijo de Dios, pero eso no significa que Adán hubiera sido engendrado por Dios. Adán sólo fue creado por Dios. Dios no era su Padre en vida, sino su Padre, su origen, en la creación. Sin embargo, en la nueva creación tenemos un Padre en vida que nos regeneró, que nos impartió Su propia esencia de vida. Somos Su familia verdadera, la familia de fe.

  El Padre también se llama Abba (del arameo) Padre (del griego). En los Evangelios el Señor Jesús llamó a Dios “Abba, Padre” (Mr. 14:36). El apóstol Pablo también nos dijo que clamamos “Abba, Padre” en el espíritu filial (Ro. 8:15; Gá. 4:6). Abba, Padre es una intensa expresión de intimidad. Decir: “Padre” es dulce. Decir: “Abba” es muy dulce. Pero decir: “Abba, Padre” es aún más agradable.

3. Señor

  El título Señor, que es Kúrios en griego, denota a Jesucristo como Señor de todo, que lo posee todo (Jn. 20:28; Hch. 2:36; 10:36). Se usa frecuentemente para sustituir el título Jehová del Antiguo Testamento, como en Marcos 1:3. Marcos 1:3 cita la palabra del Antiguo Testamento en Isaías 40:3. En la terminología del Antiguo Testamento, era Jehová. En la cita del Nuevo Testamento, viene a ser Señor. Esto indica que el título Señor en el Nuevo Testamento es un sustituto para el título Jehová. Otra palabra griega, Despótes, se usa para denotar a Dios o al Señor Jesús como Amo de los esclavos (Lc. 2:29; Hch. 4:24; Ap. 6:10; Jud. 4; 2 P. 2:1; cfr. 1 Ti. 6:1-2). En el Antiguo Testamento el Amo de los esclavos se llama Adonai, pero en el griego del Nuevo Testamento se llama Despótes.

4. Jesús

  Jesús, que significa Jehová el Salvador o Jehová la salvación (Mt. 1:21), denota que Jesús es Jehová Dios que llegó a ser nuestro Salvador o Jehová Dios que llegó a ser nuestra salvación. Esto significa que Jesús es el Dios completo que vino a ser un hombre perfecto (v. 23) y, por lo tanto, un Dios-hombre (1 Ti. 2:5). Jesús es un Dios-hombre. Él es Dios mismo, y es un hombre perfecto.

5. Cristo

  Cristo, que es Cristós en griego (Mt. 1:16b), equivale a la palabra hebrea Mesías (Jn. 1:41; Dn. 9:26). Estos dos términos significan el Ungido (Sal. 2:2). Cristo es el Ungido de Dios. Cristo es un título de comisión. Ser ungido significa ser designado por Dios para ser Su Cristo, Su Ungido, con miras al cumplimiento de Su economía eterna (Lc. 4:18-19). El Ungido de Dios lleva a cabo la economía de Dios en Su salvación. En el Nuevo Testamento los dos títulos, Jesús y Cristo, se usan frecuentemente como un título compuesto, como Jesucristo o Cristo Jesús (Mt. 1:1b, 18a; 1 Ti. 1:15-16).

6. Espíritu Santo

  El título divino Espíritu Santo, que significa el Espíritu que es santo, se refiere al Espíritu de Dios, quien es Dios y el Señor mismo. Hechos 5:3-4 y 9 muestran esto. En el versículo 3 Pedro le dijo a Ananías que había mentido al Espíritu Santo. En el versículo 4 dijo que Ananías había mentido a Dios. Luego, en el versículo 9 le dijo a Safira que ella y Ananías habían tentado al Espíritu del Señor. Esto indica que el Espíritu Santo es Dios y también el Señor.

  Espero que este estudio sencillo de los títulos divinos nos ayude. Debemos hacer todo lo posible por recordar estos títulos principales de Dios. El Nuevo Testamento también habla acerca del Espíritu de Dios (Ro. 8:9), el Espíritu de Jesús, el Espíritu de Cristo y el Espíritu de Jesucristo. El título Espíritu de Jesús se menciona en Hechos 16:7, el Espíritu de Cristo se menciona en Romanos 8:9, y en Filipenses 1:19 se ve el Espíritu de Jesucristo. El Espíritu de Jesús se refiere a Jesús como a Aquel que sufrió, el Espíritu de Cristo indica que Jesús es Aquel que está en resurrección, y el Espíritu de Jesucristo indica que el Señor es Aquel que sufrió y ahora está en resurrección. Los títulos divinos que están en la Biblia son muy significativos. Para conocer a nuestro Dios, necesitamos conocer Sus títulos divinos. Nuestro Dios no es muy sencillo. Él es Elohim, Jehová, Adonai, Dios, Padre, Señor, Jesús, Cristo y el Espíritu Santo.

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