
Lectura bíblica: Hch. 1:17, 25; 2 Co. 4:1; 3:8-9; Ef. 3:8; Gá. 1:6-9; Ef. 3:6-7; Col. 1:24-25; Ef. 4:11-12
Hasta aquí, hemos visto que en la economía de Dios hay una sola meta y que Dios ha ordenado un solo camino para alcanzar esa meta. Además, a fin de tener el camino único para la meta única debemos estar en la enseñanza y la comunión de los apóstoles. No se puede ver el camino único para la meta única en el cristianismo de hoy porque ellos no están en la esfera de la enseñanza y la comunión de los apóstoles. Hay muchas diferentes enseñanzas en el cristianismo de hoy. Todas estas diferentes enseñanzas hacen que la gente entre en diferentes comuniones, y las diferentes comuniones son divisiones en confusión. En el recobro del Señor nosotros hemos sido traídos al camino único para la meta única conforme a la enseñanza de los apóstoles para estar en la comunión única de los apóstoles. El factor preservador que nos guarda en el camino único para la meta única es la enseñanza y la comunión de los apóstoles. Si permanecemos, vivimos y tenemos nuestro ser en la enseñanza y la comunión de los apóstoles, podemos tener el camino único para la meta única. Si no, seremos descarriados a una situación divisiva y no tendremos la conciencia de que estamos en algo erróneo. Podemos servir a Dios conforme a Su economía neotestamentaria solamente al tomar la enseñanza de los apóstoles y permanecer en la comunión de los apóstoles.
En este capítulo queremos tener comunión sobre el ministerio y los ministros neotestamentarios. El ministerio de la economía neotestamentaria es singular y único, pero los ministros de la economía neotestamentaria son numerosos. En enero de 1937 el hermano Nee dio una serie de mensajes sobre la vida de iglesia en los cuales nos dijo que todas las personas dotadas, tales como los apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros, fueron dados al Cuerpo por la Cabeza para la obra del ministerio único. El habló fuertemente sobre la obra del ministerio único. En 1969 me invitaron a cierta localidad donde el hermano responsable insistía en que él aceptaba todos los ministerios. Yo enumeré varios “ministerios” y le pregunté si los podría recibir. Se vio obligado a decir que aceptaba todos los ministerios selectivamente. Aunque no quiso decirlo, esto fue una confesión de que no recibía todos los ministerios. Ni siquiera las denominaciones en el cristianismo reciben todos los ministerios. Los bautistas del sur nunca podrían aceptar el ministerio de los presbiterianos, mientras que los presbiterianos nunca podrían aceptar los ministerios de los episcopalistas o de los luteranos. Tampoco aceptaría la Iglesia Católica Romana los ministerios de las denominaciones protestantes.
Mientras que el recobro va aumentando y extendiéndose debido a la nueva manera de visitar a la gente al tocar sus puertas para ayudarles a creer y a ser bautizados, la puerta está abierta de par en par para diferentes opiniones y diferentes enseñanzas. Tal vez alguien pregunte cómo puede gobernarse nuestra situación actual. Desde el principio del recobro el Señor nos ha mostrado e instruido a no controlar a los santos. Gracias al Señor que durante todos los años nunca hemos controlado a los santos. Yo puedo dar testimonio de que durante todos los años que estuve con el hermano Nee, él nunca controló a nadie. Yo odio el control. Di tres entrenamientos para los ancianos desde 1984 hasta 1986, en los cuales encargué a los ancianos repetidamente a no controlar a otros. Es feo controlar a otros. Controlar a otros no es una gloria, sino una gran vergüenza.
Puede ser que algunos se pregunten: “Ya que no ejercemos control, ¿no habrá confusión?” Debemos siempre acordarnos de la palabra del Señor en Proverbios 29:18: “Donde no hay visión el pueblo se desenfrena” [heb.]. Necesitamos una visión clara. El hombre no debe controlar, sino que la visión de la economía neotestamentaria de Dios debe ejercer control sobre cada uno de nosotros. Todos tenemos que estar bajo el control de la revelación de la economía neotestamentaria de Dios.
Dios tiene una economía a fin de realizar algo para Su plan eterno. Dios reveló Su economía a Sus elegidos tales como Pedro, Juan, Jacobo, Pablo y otros que obraban con Pablo. Estos apóstoles y profetas recibieron una comisión de Dios. Dios les encargó una comisión, y esta comisión es el ministerio. El ministerio es la comisión de Dios así en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. En el Antiguo Testamento Dios descendió al Monte Sinaí y le encargó a Moisés Su comisión de decretar la ley. Esa comisión, el ministerio de la ley, fue el ministerio del Antiguo Testamento. El ministerio de la ley en el Antiguo Testamento era singular y único. Era el ministerio, y no los ministerios. En 2 Corintios Pablo le llama al ministerio del Antiguo Testamento el ministerio de la letra (3:6) y el ministerio de condenación (3:9). Después de Moisés muchos enseñaron la ley. Los maestros de la ley y los profetas llevaron a cabo el ministerio único de la ley en el Antiguo Testamento, y no muchos ministerios. En 2 Corintios 3 Pablo comparó ese ministerio con el del Nuevo Testamento. El ministerio de la ley era singular y único y el ministerio del Nuevo Testamento también es singular y único. El ministerio de la ley era el ministerio de condenación, mientras que el ministerio del Nuevo Testamento es el ministerio del Espíritu y el ministerio de justicia (de justificación).
Cuando el Señor Jesús estaba en la tierra, eligió a doce apóstoles y les dio una comisión, la cual fue el ministerio. En Hechos 1, Pedro refiere a la comisión que el Señor les dio como “este ministerio” (vs. 17, 25). Aunque los apóstoles eran doce, su ministerio era único. Todos los apóstoles llevaron a cabo el mismo ministerio para dar testimonio no de ninguna religión, doctrina ni práctica, sino únicamente del Jesucristo encarnado, resucitado y ascendido, el Señor de todos. Los apóstoles no tenían doce ministerios respectivamente, sino que todos tenían un solo ministerio. En 2 Corintios 4:1, Pablo dijo: “Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos”. Pablo y sus colaboradores, los apóstoles de Cristo, tenían un solo ministerio, esto es, el ministerio del nuevo pacto para la realización de la economía neotestamentaria de Dios. En los años recientes el Señor nos ha puesto en claro el asunto del ministerio único del Nuevo Testamento (véase Entrenamiento de los ancianos, Tomo uno, El ministerio del Nuevo Testamento). En la economía neotestamentaria de Dios hay solamente un ministerio. Pablo nos dice en Efesios 4:11-12 que aun los santos perfeccionados y equipados, no sólo las personas dotadas tales como los apóstoles, profetas, evangelistas, y pastores y maestros, también hacen la obra del ministerio. Los dotados perfeccionan a todos los santos para que hagan la obra del ministerio que hacen ellos. Todos nosotros estamos haciendo una sola obra. Aunque hay millones de miembros de Cristo, todos estamos haciendo la obra única del ministerio. Los muchos miembros no llevan su propio ministerio. Hay muchos ministerios en el cristianismo degradado de hoy, pero en el Nuevo Testamento no los hay. Hay sólo un ministerio único neotestamentario.
El ministerio es para ministrar la esencia misma, la sustancia misma, de la economía neotestamentaria de Dios. El ministerio neotestamentario obra para ministrar la sustancia misma de la economía neotestamentaria de Dios en el espíritu de la gente, y este ministerio es el ministerio del Espíritu, el ministerio de justificación y el ministerio de vida. Este ministerio es único. Usted no puede decir que tiene un ministerio diferente al ministerio que tenía Pablo. Si de hecho tiene un ministerio diferente al del Apóstol Pablo, el ministerio de usted resultará en división. Si cada uno de nosotros tuviéramos ministerios diferentes, eso indicaría que estaríamos edificando algo de nosotros mismos para nosotros mismos. Estos ministerios diferentes causarían muchas divisiones. En el cristianismo de hoy los ministerios diferentes resultan ser divisiones.
Se puede ver el peligro de diferentes ministerios en el llamado movimiento de la vida interior. El movimiento de la vida interior comenzó en el siglo diecisiete con los místicos de la Iglesia Católica tales como la Sra. Guyón y el Padre Fenelón. William Law fue levantado para expresar las enseñanzas de los místicos de una manera más práctica. Sus enseñanzas fueron una gran ayuda para Andrew Murray, quien desempeñó un papel notable en recobrar la verdad concerniente a Cristo como la vida y experiencia interior de los creyentes. Jessie Penn-Lewis recibió ayuda de Andrew Murray y avanzó y vio mucho acerca de la subjetiva muerte de Cristo. Sus enseñanzas fueron publicadas en una revista llamada El vencedor. Su enseñanza sobre la subjetiva muerte de Cristo era muy buena. A partir de la enseñanza de la subjetiva muerte de Cristo, ella pasó luego a hablar de la guerra espiritual en un libro que se titula La guerra contra los santos. No obstante, finalmente Sra. Penn-Lewis llegó al extremo en el asunto de la guerra espiritual y al final de su vida empezó a estar demasiada consciente de los demonios.
A fines del ministerio de ella, T. Austin-Sparks fue levantado. Durante una visita a Taiwan en 1955, el hermano Sparks me dijo que cuando él era joven, trabajaba con la Sra. Penn-Lewis. Pero hasta cierto punto, se dio cuenta de que no podía trabajar más con ella porque siendo una hermana tomaba con demasiada frecuencia la posición de la cabeza. Ella desempeñaba demasiado el papel de mando como la cabeza. El hermano Sparks la dejó para empezar otra obra que vino a ser su propio ministerio. Algunos decían que la Sra. Penn-Lewis tenía un ministerio muy bueno sobre la subjetiva muerte de Cristo y que el hermano Sparks tenía un buen ministerio sobre los principios de la vida de resurrección de Cristo. Finalmente, la Sra. Penn-Lewis fue para estar con el Señor, pero su revista El vencedor, siguió publicándose. El hermano Sparks también publicó una revista bajo el título El testigo y el testimonio. Estos dos periódicos estaban en competencia el uno con el otro. La hermana Penn-Lewis y el hermano Sparks tenían dos ministerios para producir dos resultados de la obra.
En nuestros primeros días en el recobro, leíamos sus escritos y recibíamos mucha ayuda de ellos. Los dos conocían bien la Biblia y tenían penetración espiritual. Yo recibí mucha ayuda de un libro escrito por el hermano Sparks titulado La liberación del Señor. Este libro me ayudó a conocer la verdad concerniente a la liberación del Jesús encarnado en Juan 12:24, es decir, que el grano único fue liberado para ser muchos granos. Estos queridos santos, sin embargo, cometieron el gran error de mantener dos diferentes clases de ministerios. Que dos diferentes ministerios sean llevados a cabo por dos ministros está totalmente en contra del principio del Nuevo Testamento. Los ministerios de la hermana Penn-Lewis y del hermano Sparks se hicieron dos clases de obras para producir dos grupos de gente. Un grupo siguió a la hermana Penn-Lewis y otro grupo siguió al hermano Sparks. Debemos ser advertidos por la historia para que no repitamos los errores cometidos en el pasado.
En el recobro del Señor hay un solo ministerio. Si usted dice que el ministerio es mi ministerio, debe decirlo con la comprensión de que lo que yo ministro es el ministerio del Nuevo Testamento. El ministerio del Nuevo Testamento fue encargado por el Señor Jesús a Sus doce Apóstoles y luego a Pablo y sus colaboradores. El hermano Nee tenía un entendimiento claro de que había únicamente un solo ministerio. El ministerio de la economía de Dios en el Nuevo Testamento es uno. Todos los que sirven, los ministros, deben participar del mismo ministerio.
El factor decisivo en determinar el ministerio correcto, el cual es el ministerio de la economía neotestamentaria de Dios, es la enseñanza de los apóstoles. La obra de una persona está en el ministerio neotestamentario si enseña la enseñanza de los apóstoles. Si no le enseña a usted conforme a la enseñanza de los apóstoles, su obra no participa en el ministerio de la economía del Nuevo Testamento. El ministerio único es el ministerio ordenado por Dios conforme a la enseñanza de los apóstoles.
El ministerio neotestamentario, el ministerio único, el ministerio del Espíritu y el ministerio de justicia (de justificación), es para llevar el testimonio de Jesús y para ministrar el Cristo procesado y completado a Sus creyentes conforme a la enseñanza de los apóstoles (Ef. 3:8; Gá. 1:6-9). Predicar algo aparte de la enseñanza de los apóstoles es predicar algo que no es parte del ministerio de la economía neotestamentaria. Es por eso que Pablo encargó a los gálatas a discernir a aquellos que pervertían el evangelio de Cristo. Un evangelio aparte del evangelio que Pablo predicó a los creyentes gálatas, no es el evangelio (vs. 6-9). En otras palabras, un evangelio diferente al evangelio de Pablo no forma parte del ministerio neotestamentario. No debemos recibir un evangelio diferente al evangelio de Pablo, diferente al ministerio de Pablo. El ministerio es único en la enseñanza de los apóstoles.
Los ministros neotestamentarios (2 Co. 3:6) son los ministros del evangelio de Jesucristo (Ef. 3:6-7). El que ministre el evangelio de Jesucristo como el Hijo de Dios que se hizo hombre, murió en la cruz por nuestros pecados y resucitó para impartir vida en nosotros es uno de los ministros neotestamentarios. Estos ministros son para la edificación de la iglesia (Col. 1:24-25). Son numerosos pero tienen un solo y único ministerio para la edificación del Cuerpo de Cristo. Todas las diferentes obras de los ministros deben ser para este ministerio único (Ef. 4:11-12).
No sólo los miembros dotados, sino también los santos perfeccionados están haciendo la obra del ministerio. No debe ser que sólo unos pocos estén en el ministerio, sino que es necesario que todos nosotros estemos en el ministerio. Cuando salimos a visitar a otros, necesitamos hablar el ministerio. Hay un solo ministerio con miles de ministros. En el cristianismo tienen unos grandes oradores, pero en el recobro del Señor es necesario tener miles de oradores. Estos miles de oradores deben ser ministros del ministerio único. Este ministerio no es meramente el ministerio de unas pocas personas dotadas, sino que es el ministerio de cada uno de los santos. Es el ministerio de miles de pequeños ministros. El ministerio único debe ser nuestro ministerio.