Mostrar cabecera
Ocultar сabecera
+
!
NT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Nuevo Testamento
AT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Antiguo Testamento
С
-
Mensajes del libro «Nuestro espíritu humano»
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Чтения
Marcadores
Mis lecturas

CAPITULO CINCO

NUESTRO ESPIRITU HUMANO EN EL NUEVO TESTAMENTO

(1)

  Lectura bíblica: Ro. 1:9a; 2:29; 7:6; 8:4; Gá. 5:16; Ro. 8:10, 16; Hch. 18:25; 17:16; 19:21; 20:22; 1 Co. 2:4, 11, 13-15; 3:1-3; 5:3-4; Col. 2:5; 1 Co. 4:21; Gá. 6:1; 1 P. 3:4; 1 Co. 7:34; 2 Co. 7:1; 1 Co. 14:2, 14-16, 32; 16:18; 2 Co. 2:13; 7:13; 12:18; Gá. 6:18; Flm. 25

MI ESPIRITU

  El libro de Juan revela que el Espíritu Santo engendra el espíritu humano (3:6) y el espíritu humano adora al Espíritu divino (4:24). Romanos nos dice que sirvamos a Dios en nuestro espíritu: “Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu” (Ro. 1:9). Estoy muy agradecido al apóstol Pablo por usar este pronombre “mi” antes de “espíritu”. Pablo señaló clara y definitivamente “en mi espíritu”. Servir a Dios no es simplemente un asunto en el Espíritu Santo, sino también un asunto en nuestro espíritu.

EL ESPIRITU HUMANO Y NUESTRA COOPERACION

  Si nosotros sólo tuviéramos ondas radioeléctricas en el aire y no un radio con un receptor, ¿como podríamos recibir las ondas radioeléctricas? Por el lado nuestro, en el sentido práctico, lo que necesitamos es un “radio” con un receptor. Dios ha proveído las ondas radioeléctricas celestiales y nosotros tenemos que encargarnos del receptor. El hombre puede ser asemejado a un radio. El Espíritu Santo es como las ondas radioeléctricas celestiales. El espíritu en el hombre es como el receptor del radio. El receptor es nuestro espíritu. Dios ha cumplido con Su deber y nosotros tenemos que encargarnos de nuestro espíritu. Tenemos que cooperar con Dios preparando el órgano apropiado para recibir lo que El es, lo que El ha hecho y lo que El hará. No es necesario encargarnos del lado del Espíritu Santo. Dios ha cumplido con eso totalmente. Simplemente necesitamos encargarnos del lado nuestro, el espíritu humano.

  El aire puede estar lleno de ondas radio eléctricas, pero si no tenemos un radio, no podemos recibirlas. Si tenemos un radio, pero el receptor adentro está mal, éste todavía no servirá. Necesitamos preparar un radio y necesitamos regular el receptor apropiadamente. Cuando obtiene el radio, hay que sintonizarlo y regularlo, así viene la música. Lo que tenemos que atender es nuestro espíritu humano. Dios lo ha hecho todo y Dios va a encargarse de todo. Lo que se necesita es nuestra cooperación y coordinación. La coordinación que podríamos prestar a Dios es preparar nuestro espíritu, regular nuestro espíritu y sintonizar nuestro espíritu.

CIRCUNCISION EN ESPIRITU

  Romanos 2:29 nos dice que hoy en la esfera espiritual, en el reino de Dios, todo debe ser en espíritu y no en letra. “En espíritu” aquí está en contraste con “en la carne” en el versículo anterior. El pueblo judío tenía su circuncisión en la carne. Ahora Pablo nos dice que la verdadera circuncisión espiritual no es en la carne sino en el espíritu. No es algo en letra, sino en espíritu.

SIRVIENDO EN NOVEDAD DE ESPIRITU

  En Romanos 7:6 servimos no en la vejez de la letra de la ley, sino que servimos en novedad del espíritu porque estamos muertos a la ley y no tenemos nada que ver con la ley. Puede ser que algunos ejemplos nos ayuden a ilustrar estos asuntos de la vejez de la letra y la novedad del espíritu.

  En 1937 fui a cierta reunión de oración en Hangkow, China. Todas las personas se arrodillaron, el pastor comenzó a orar y yo cerré mis ojos y escuché la oración. Fue una composición muy buena. Me sorprendió grandemente. Yo pensé que este pastor debía de ser una persona docta, de otra manera, no podría componer una oración tan buena. Luego, abrí mis ojos y miré al pastor. ¡El estaba leyendo! Después descubrí que ellos tenían un libro de oraciones. Para cada tipo de reunión hay cierta clase de oración. Para el servicio del domingo en la mañana hay ciertas oraciones. Para una boda hay ciertas oraciones y ciertos versículos que citar. Para un funeral hay ciertas oraciones y ciertos versículos que citar. Cuando uno viene a cualquier clase de reunión, simplemente abre el libro de oraciones en una porción específica. Todo está allí.

  Algunas de las personas en la congregación decían que siempre que venían a cierta reunión, ellos sabían cuál sería la primera oración, cuál seria la segunda oración y cuál texto se citaría. En cada ocasión, se leen los mismos versículos y se da la misma oración. Ni siquiera el pastor tiene necesidad de ir a la Biblia. El libro de oraciones es el libro todo-inclusivo para ellos. Cada vez que tienen una boda, el pastor simplemente va a esa cierta porción y practica todo conforme a ese libro de oraciones. Esto es simplemente la vejez de la letra.

  En toda mi vida cristiana, no he visto muchas bodas vivientes. Casi todas ellas estaban muertas. Cierto pastor, sin embargo, en vez de estar de acuerdo con el reglamento en letras, lloró con lágrimas ante la novia y el novio. Entonces le dijo al novio: “Hoy no estás parado ante mi presencia. Estás parado en la presencia del Señor. Yo sé tu situación como un joven. Te conozco. Estoy muy preocupado por tí hoy.” Esta es la novedad del espíritu. Esto sorprendió a la congregación. Ese día el pastor simplemente abrió paso por la letra muerta. Atravesó la vejez. Más tarde ese joven fue realmente capturado por Dios debido a esa boda.

  Hoy debemos servir al Señor conforme a la novedad. Cuando venimos juntos para reunirnos, debemos reunirnos conforme a la novedad. Mantenerse conforme a la vejez es fácil. Si yo fuera pastor me sería fácil, acabando de estudiar cuatro años en un seminario, familiarizarme con un libro de oraciones y leer ciertas porciones para ciertas ocasiones. Pero si usted desea servir en novedad del espíritu debe mantenerse en la presencia del Señor y vivir en el espíritu teniendo contacto con el Señor. De otra manera, no tendría la novedad sino que espontáneamente tendría la vejez. Tener la vejez es fácil, pero para mantener la novedad necesita tener contacto con el Señor día tras día.

LA NOVEDAD DEL MANA

  Los hijos de Israel comían maná todos los días, pero no había vejez. Todos los días se hallaba la novedad del maná, la frescura del maná (Ex. 16:13-15, 21-22). Muchas personas compran sus comestibles una vez por semana. Compran su comida y la ponen en el refrigerador por una semana. Pero Dios no dio el maná una vez por semana. Los hijos de Israel no salían de sus tiendas el lunes por la mañana, recogiendo maná y luego poniéndolo en el refrigerador para disfrutarlo por una semana. Dios enviaba el maná día tras día, de madrugada.

  Si usted ama su cama, pierde el maná. Tiene que levantarse cada mañana para tocar el rocío fresco, puesto que el maná siempre descendía con el rocío (Ex. 16:13-14). Tiene que levantarse temprano para recoger maná cada mañana. Cada mañana es el mismo maná, pero cada mañana es fresco. Yo sí creo que lo que estaba en el corazón del Señor era que Su pueblo tuviera que levantarse temprano de madrugada para tener contacto con El.

  Tenemos la misma Biblia cada mañana, el mismo maná, pero debe ser fresca cada mañana bajo el fresco rocío. Todo depende de su contacto con Dios. Si en su lectura de la Biblia, no hay contacto con Dios, el mismo libro se vuelve viejo. Si hay contacto con Dios, el mismo libro se vuelve nuevo. El servir a Dios hoy no es asunto de vejez, sino de novedad. ¡Novedad es sencillamente Dios mismo! ¡La novedad está en Dios! Si usted tiene contacto con Dios, si está en Dios y si es uno con Dios, cualquier cosa que diga es nueva. Por cuarenta años el mismo maná descendió una y otra vez, pero era nuevo cada mañana. Ser nuevo significa estar en la presencia de Dios, estar en Dios. Servimos a Dios hoy en la novedad de Su presencia. Odio ver la vejez en las reuniones de la iglesia. Debemos aprender a estar nuevos en la presencia del Señor en todo lo que hacemos. En toda cosa que hacemos debemos tener a Dios. Entonces tenemos la novedad.

ANDANDO CONFORME AL ESPIRITU

  En Romanos 8:4 se nos dice que andemos, no conforme a la carne, sino conforme al espíritu. El espíritu aquí en Romanos 8:4 es el espíritu mezclado, nuestro espíritu mezclado con el Espíritu Santo (Ro. 8:16; 1 Co. 6:17). Tenemos que andar conforme a nuestro espíritu porque hoy el Espíritu Santo está en nuestro espíritu y aun es uno con nuestro espíritu. Cuando andamos conforme a nuestro espíritu, espontáneamente andamos conforme al Espíritu Santo, porque los dos espíritus son uno.

  La mayoría de las personas andan y actúan conforme a la mente, conforme a lo que piensan y conforme a lo que les gusta. Algunos que andan según la carne están haciendo cosas buenas conforme a su parecer, a su pensamiento y conforme a su gusto o antipatía. Pero nosotros los cristianos debemos andar conforme al espíritu. Es fácil discernir el espíritu de la carne, pero algunas veces no es fácil discernir el espíritu de la mente. Quizás, por ejemplo, usted esté pensando en visitar a un hermano, pero muy adentro algo le está molestando. Debe andar no conforme a su pensar ni a lo que le gusta o no le gusta, sino simplemente conforme a la “luz roja interior” o a la “luz verde interior”. Esto es andar conforme a su espíritu. La carne es nuestro cuerpo caído (Ro. 7:18, 24; 8:13) y la mente, el órgano del pensar, es una parte de nuestra alma caída (Sal. 13:2; 139:14; Lm. 3:20). La mayoría de las personas andan conforme a estas dos cosas. Cuando andan en una forma mejor, andan conforme a su pensar. Cuando andan en una forma peor, andan conforme a su carne. Nosotros los cristianos, sin embargo, no debemos andar conforme a ninguno de estos dos, sino conforme al espíritu. No nos importa meramente lo que es bueno o malo, correcto o incorrecto. Sólo nos importa la luz verde interior o la luz roja interior. Sólo nos importa el espíritu. Andamos conforme al espíritu.

ANDANDO POR EL ESPIRITU

  Gálatas 5:16 dice: “Andad por el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne” (lit.). La cruz tiene que tratar con nuestra carne, con nuestra mentalidad, con nuestro pensar y con nuestras simpatías y antipatías, para que andemos enteramente por el Espíritu que habita y que se mezcla con nuestro espíritu regenerado. Mientras más andamos por el Espíritu más espirituales somos. Ser espiritual simplemente significa estar en espíritu.

EL ESPIRITU SIENDO VIDA

  Romanos 8:10 dice que “el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu es vida a causa de la justicia” (lit.). Si usted es fiel al Señor, se dará cuenta de que, por un lado, su espíritu adentro está tan vivo, lleno de vida, pero, por otro, su cuerpo está muerto porque está caído e incapacitado. Algunos hermanos y hermanas físicamente débiles aman muchísimo al Señor y son muy fieles a El. Ellos descubrieron que su espíritu adentro está tan vivo, lleno de vida, pero su cuerpo afuera está incapacitado, débil y muerto debido al pecado que heredamos de Adán. Así que necesitamos que nuestro cuerpo sea redimido, que es la redención plena (Ro. 8:23; Fil. 3:21). Nuestro espíritu ha sido regenerado, pero nuestro cuerpo aún no ha sido redimido. Tenemos la esperanza de que algún día disfrutemos la plena filiación, la redención de nuestro cuerpo.

EL ESPIRITU DANDO TESTIMONIO CON NUESTRO ESPIRITU

  Romanos 8:16 dice: “El Espíritu mismo da testimonio con nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios” (lit.). Este versículo claramente nos dice que existe el Espíritu de Dios y existe nuestro espíritu y que estos dos espíritus son uno. El Espíritu mismo da testimonio con nuestro espíritu. Los dos espíritus trabajan juntos como uno. Primero, este versículo nos dice que hay dos espíritus, es decir el Espíritu de Dios y nuestro espíritu. En segundo lugar, este versículo nos dice que estos dos espíritus trabajan juntos y en tercer lugar nos dice que estos dos espíritus trabajan juntos para la filiación.

FERVIENTES EN ESPIRITU

  Romanos 12:11 dice que necesitamos ser “fervientes en espíritu”. Necesitamos ser ardientes. Esto quiere decir que primero usted es quemado y luego quema a otros. Necesitamos ser ardientes en nuestro espíritu. Somos encendidos por el Espíritu ardiente (Ap. 4:5) y entonces encendemos a otros. ¡Oh, que seamos fervientes! ¡Que seamos ardientes! ¡Que estemos encendidos! Entonces sirve usted al Señor.

  Apolos en Hechos 18:24 es un ejemplo de esto. El era “de espíritu fervoroso” (18:25). El conocía la Biblia, pero aún no entendía con mucha claridad la economía de Dios, el camino de Dios. Sin embargo, era ferviente en espíritu.

PABLO, UNA PERSONA EN ESPIRITU

  En Hechos 17:16 Pablo fue provocado en su espíritu por los ídolos en Atenas. Luego en Hechos 19:21 él se propuso en su espíritu; él no se resolvió ni se decidió en su voluntad, sino que se propuso en su espíritu. Luego en Hechos 20:22 él estaba “ligado en el espíritu”. El previo que sería ligado, capturado y encarcelado (20:23). Antes de que su cuerpo fuera ligado, su espíritu fue ligado. Por estos versículos podemos darnos cuenta de que Pablo era una persona que vivía, andaba, obraba, actuaba y se movía en su espíritu.

DEMOSTRANDO EL ESPIRITU

  Primera de Corintios 2:4 dice que cuando Pablo vino a Corinto por primera vez ni su palabra ni su predicación fue “con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu”. La palabra y predicación del apóstol no fueron de su mente con palabras de especulación, sino de su espíritu con la liberación y exhibición del Espíritu, y por tanto, de poder. En todo lo que hagamos, tenemos que demostrar al Espíritu, no nuestra sabiduría, elocuencia, erudición ni logro. Debemos demostrar al Espíritu por medio de nuestro espíritu en una forma simple.

EL ESPIRITU DEL HOMBRE Y EL ESPIRITU DE DIOS

  Primera de Corintios 2:11 dice que sólo el espíritu del hombre sabe las cosas del hombre. Muchas personas que son sumamente educadas no saben qué son, quiénes son, dónde están o adónde van. Sólo el espíritu del hombre conoce las cosas del hombre. Tenemos que ir a nuestro espíritu.

  Si usted tiene algún problema con su esposo, tiene que ir a su espíritu. Si tiene algún problema con su esposa, ¡vaya a su espíritu! ¡Entonces sabrá! ¡El espíritu del hombre sabe! ¡Su espíritu sabe! Si no sabe claramente qué tiene que hacer con su esposa, su esposo, sus hijos o sus hermanos, vaya a su espíritu. Si no sabe cómo tratar con sus hermanos en el Señor, vaya a su espíritu. Si no sabe qué hacer con los problemas de la iglesia, con un asunto de la iglesia, acudan a su espíritu. El espíritu del hombre lo sabe porque es la realidad del hombre. Además, el Espíritu de Dios revela al hombre en su espíritu (1 Co. 2:11-12) las cosas de Dios y la situación, la condición, del hombre. Así que si queremos conocer las cosas del hombre y las cosas de Dios, tenemos que venir a nuestro espíritu. Aquí sabemos las cosas del hombre y es aquí que vemos las cosas de Dios. Todos tenemos que venir a nuestro espíritu. Entonces somos personas en el espíritu, hombres espirituales y no hombres del alma. El hombre del alma no recibe las cosas del Espíritu de Dios (1 Co. 2:14). El hombre del alma es un hombre gobernado por su mentalidad. Cuando nos volvemos al espíritu y permanecemos en el espíritu llegamos a ser hombres espirituales.

TRES CLASES DE PERSONAS

  En 1 Corintios 2:13-16 y 3:1-3 hay tres clases de personas: los espirituales, los del alma y los carnales. La persona del alma es uno que vive conforme a su mente, emoción o voluntad. El no conoce ni le importa su espíritu. El sólo vive, trabaja y anda conforme a su alma. La persona carnal es uno que anda y vive conforme a la concupiscencia de su cuerpo caído, la carne.

  Una persona carnal fácilmente critica, condena y desprecia a otras personas. Puede que la otra persona sea muy buena, siempre cuidadosa, llena de consideración y cuidado por otros. Aun si yo fuera tan pobre, tan malo y tan feo, esa persona buena no diría ninguna palabra mala de mí. Sin embargo es posible que esta persona buena todavía sea un hombre del alma debido a que aun no sabe que tiene un espíritu. Puede ser que trabaje en su doctorado en sociología y aprenda como ser humanístico ejercitando su mente. Por otro lado, un hombre espiritual es uno que anda no conforme a la carne, ni conforme a ninguna cosa del alma, sino conforme al espíritu. Ahora él es un hombre espiritual de modo que tiene el discernimiento espiritual; puede saber las cosas espirituales y aun puede saber todas las cosas del hombre. Un hombre espiritual es un hombre sabio. Mientras más vive usted en el espíritu, más tiene el discernimiento sabio de todas las cosas, aun de las cosas de Dios.

Biblia aplicación de android
Reproducir audio
Búsqueda del alfabeto
Rellena el formulario
Rápida transición
a los libros y capítulos de la Biblia
Haga clic en los enlaces o haga clic en ellos
Los enlaces se pueden ocultar en Configuración