
El proceder que la iglesia debe llevar a fin de practicar la manera ordenada por Dios de reunirnos y de servir se realiza, en primer lugar, ejerciendo el sacerdocio neotestamentario del evangelio a través de la predicación del evangelio al visitar a las personas. Primeramente tenemos que hacer que las personas sean regeneradas y bautizadas. Esto es producir nuevos creyentes al engendrarlos. Luego nosotros necesitamos establecer reuniones de grupo para edificar a los nuevos, para perfeccionarlos y para establecerlos. Establecer nuevos creyentes es más difícil que engendrarlos. Todos los padres saben que engendrar un hijo es fácil. Después del nacimiento de un niño, la madre tiene que alimentarlo varias veces al día. Aunque esto puede ser problemático, no es difícil. Sin embargo, educar un hijo durante más de veinte años no es fácil. Después de ser alimentado, el niño comienza a crecer. Con el tiempo, el niño será enviado al jardín infantil. Luego él tiene que ser enviado a la escuela primaria, a la escuela intermedia y a la escuela secundaria. En casa, los padres también tienen que hacer muchas cosas. Los padres tienen que instruir, corregir y disciplinar al niño. También ellos tienen que proveer el alimento, la ropa, el techo y muchas otras cosas. Es mucho lo que se tiene que hacer para criar a un niño en la forma adecuada. Después de más de veinte años, el niño se graduará de la universidad. Entonces él será útil, no solamente para ganarse la vida, sino también para hacer cosas que puedan ayudar a la sociedad. Establecer nuevos creyentes es el propósito de las reuniones de grupo.
Hechos 20 revela el corazón de Pablo y su práctica en cuanto a establecer creyentes. Él llamó a los ancianos de Éfeso para que se encontraran con él en Mileto y les dijo: “Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno” (v. 31). Él dijo: “Cómo nada de cuanto os pudiera aprovechar rehuí anunciaros y enseñaros, públicamente y de casa en casa” (v. 20). Pablo exhortaba y amonestaba a los creyentes, públicamente en las reuniones grandes y en privado de casa en casa. Él no rehusó decirles todas las cosas que ellos necesitaban para vivir sus vidas diarias conforme a la voluntad de Dios. Él les habló de todas las cosas relacionadas con el consejo de Dios, los misterios de la economía de Dios, y les dijo cómo llevar a cabo el plan eterno de Dios en cuanto al misterio de Dios, Cristo (Col. 2:2), y al misterio de Cristo, la iglesia (Ef. 3:4, 9-10). Establecer nuevos creyentes de la manera que lo hizo Pablo no se puede realizar sólo con las reuniones grandes de la iglesia. Aun las reuniones de hogar para alimentar a los creyentes no son suficientes para establecerlos de este modo. A fin de establecer nuevos creyentes de esta manera se requieren las reuniones de grupo.
Si solamente unos pocos santos conocen la manera apropiada de predicar el evangelio y de tener las reuniones de grupo, ellos podrán ir a donde quieran y establecer nuevos creyentes durante un corto periodo de tiempo. Ellos estarán desesperados por hacer que algunos sean salvos, y les enseñarán del mismo modo que lo hizo Pablo. Estos nuevos creyentes, que anteriormente tal vez hayan sido paganos que no sabían nada del cristianismo, tendrán una buena reunión de grupo en unos pocos meses. Muchos de nosotros, sin embargo, venimos de un trasfondo cristiano tradicional y no nos es fácil cambiar nuestro proceder. Incluso si practicamos las reuniones de grupo, es posible que no lo hagamos según la nueva manera. Nuestra vejez y falta de frescura perjudica nuestra práctica de las reuniones de grupo. Necesitamos un cambio en nuestro concepto. Todos podemos cambiar, pero que cambiemos o no depende de nuestro sentido de urgencia. No debemos meramente recibir estos mensajes, apreciarlos y estar de acuerdo con todos los puntos. Nosotros tenemos que estar desesperados por tener un cambio radical. Sin esta desesperación, aún tendremos las reuniones de grupo en la vieja manera con santos espiritualmente viejos y con el concepto viejo. Esto no es eficaz. Tenemos que ser motivados a tener un cambio. Necesitamos desesperadamente un nuevo comienzo y nuevas reuniones de grupo.
Es bueno que hayamos tenido las reuniones de grupo en el pasado. Ellas lograron algo. Sin embargo, siempre podemos hallar una mejor manera en todo cuanto hacemos. Por esto es que necesitamos un entrenador que pueda ayudarnos a “jugar pelota”. Si no hemos sido entrenados, no tendremos el proceder apropiado. Las reuniones de grupo que teníamos en el pasado eran mejor que no haber tenido nada, pero tenemos que darnos cuenta de que tal vez dichas reuniones no se llevaban a cabo según la manera entrenada. Necesitamos instrucción. No debemos “jugar pelota” de la manera que nos parezca. Si somos entrenados, aprenderemos a “jugar” con propiedad y tendremos éxito.
Pablo recibió la revelación de la economía de Dios y la reveló en sus epístolas (Ef. 3:3, 9). Sin embargo, nosotros no nacimos hace diecinueve siglos, ni recibimos la revelación directamente del Señor como le ocurrió a Pablo. No obstante, tenemos una mejor herencia que la que tuvo Pablo. Pablo no tuvo diecinueve siglos de historia de la iglesia para estudiar, pero nosotros hemos estudiado mucho la historia de la iglesia, no sólo para aprender los hechos históricos, sino principalmente para descubrir cuál es el mejor camino para la iglesia. Hemos tratado de aprender lo que ha dado resultado y lo que no ha producido resultados. Durante los últimos cinco años, hemos pasado mucho tiempo reconsiderando todas las prácticas que el cristianismo ha tenido en los últimos veinte años. Hemos tratado de aprender cuál es la manera ordenada por Dios y cuál es la manera bíblica de predicar el evangelio. Nosotros hemos estudiado la Biblia una y otra vez, y finalmente descubrimos en los escritos de Pablo la verdad en cuanto al sacerdocio neotestamentario del evangelio. Toda persona que predica el evangelio neotestamentario no debe ser una persona corriente, sino un sacerdote. Después, comparamos esta verdad con las prácticas de la predicación del evangelio de la Iglesia Católica, de las iglesias estatales y de las denominaciones. Consideramos cómo la Asamblea de los Hermanos, los pentecostales y los grupos libres predican el evangelio. También estudiamos la manera en que nosotros predicamos el evangelio anteriormente. Ahora hemos aprendido que la manera óptima, la manera ordenada por Dios, el proceder bíblico, es la que estamos compartiendo en estos mensajes.
La “nueva manera” es la manera ordenada por Dios y es el proceder bíblico. La iglesia ha estado sobre la tierra por casi veinte siglos. Tengo la plena certeza y seguridad de que ahora es tiempo de que el Señor lleve a cabo Su nueva manera. La realización de la nueva manera puede ser comparada con la ola de democracia que hay en la tierra hoy. La historia política de los pasados seis mil años ha llegado a su consumación en cuanto a la democracia, y ahora los países de Europa oriental, que antiguamente eran satélites de Rusia, han tenido un giro de la autocracia a la democracia. El hecho de llevar a cabo el proceder del Señor también es como cuando viene una ola. La manera ordenada por Dios de reunirnos y de servir está en la Biblia, y toda palabra hablada por el Señor se cumplirá (Mt. 5:18; 24:35). Sus palabras no fueron habladas en vano (Is. 55:10-11). Por lo tanto, tenemos que aprender a tomar este camino. Si tomamos en serio las cosas del Señor, tenemos que tomar la decisión de tener un cambio radical en nuestro entendimiento acerca del proceder del Señor.
El problema que hay en nuestro medio es que hemos envejecido y hemos perdido la frescura, y no hemos adoptado la nueva manera con desesperación. Si estamos desesperados, tendremos éxito. Nuestra carencia de desesperación puede ser vista en la manera en que visitamos a la gente. Anteriormente salíamos a visitar a las personas de una manera muy liviana y sin la debida preparación. Ni siquiera hemos tenido la preparación adecuada en cuanto a hablar el idioma de las personas que visitamos. Aquellos que visitan a una familia que hable coreano, debe poder hablar coreano. Hemos sido muy descuidados al escoger a aquellos que enviamos para que tengan contacto con ciertas personas. Si enviamos algunos hermanos de las minorías étnicas a visitar familias caucásicas de clase media, ellos tal vez no sean recibidos apropiadamente. La familia quizás sea fría para con ellos. Por otro lado, si cuatro hermanos y hermanas caucásicos de edad mediana visitan la misma familia, no serán rechazados. Las puertas y los corazones de esa familia se abrirán. De igual modo, si queremos ganar una familia japonesa, debemos enviar hermanos y hermanas japoneses a visitarla. Nosotros no hemos considerado estos asuntos exhaustivamente. Hemos actuado con demasiada ligereza. Tenemos que tomar con seriedad las cosas del Señor o estaremos desperdiciando nuestro tiempo.
Debemos reconsiderar nuestro proceder. Hemos practicado la manera vieja por muchos años, y ésta no ha sido eficaz. Esto debe forzarnos a tomar la nueva manera. No tenemos otra opción que tomar este camino. Tomar este camino no es difícil. Simplemente tenemos que recibirlo y tomar la decisión de seguir adelante conforme al mismo. Según nuestro estudio y experiencia, primero tenemos que ir a engendrar nuevos creyentes. En dos o tres semanas podemos engendrar dos o tres nuevos. Luego, debemos formar una nueva reunión de grupo con estas personas y practicar estrictamente el tener reuniones de grupo según la manera en la cual se nos ha instruido. Entonces debemos continuar haciendo mejoras cuando sea posible. Debemos hacer todo lo que podamos por seguir este camino.