
Le doy gracias al Señor por la rica bendición, la bendición especial, que nos ha otorgado en esta ocasión. Mediante el ministerio y la comunión que hemos tenido en estas conferencias, Efesios 1 ha llegado a ser mucho más claro para mí en tres aspectos: primero, en cuanto al dispensar triuno de la Trinidad Divina; segundo, en cuanto a la trasmisión única del Cristo que lo trasciende todo; y tercero, en cuanto al espíritu de sabiduría y de revelación que nos permite experimentar el dispensar triuno y la trasmisión única y participar de los mismos. En estos tres asuntos pienso que el Señor tendrá la manera de llevar a cabo Su economía en esta era consumada.
Ruego al Señor que nos muestre que Su dispensar triuno continuamente produce los materiales, los componentes y los constituyentes del Cuerpo de Cristo. Después, se necesita la trasmisión única del Cristo que todo lo trasciende para unir todos los materiales, componentes y constituyentes a fin de tener algo concreto, que es el organismo del Dios Triuno, el Cuerpo orgánico de Cristo. Esta es la única manera en que podemos tocar, ver, experimentar y comprender cuáles son los constituyentes y cuál es la constitución del Cuerpo de Cristo y participar y disfrutar de los mismos.
De ahora en adelante la meta entre nosotros los que estamos en el recobro del Señor debe ser simplemente humillarnos y decirle al Señor que hemos estado en una condición pobre en Su recobro por muchos años. Hemos sido distraídos en muchas maneras y hemos sido afectados por muchas cosas, y hasta cierto punto hemos sido cautivados por ellas. El Señor nos perdona, y ahora Su misericordia junto con Su gracia nos siguen cuidando. Pienso que en estas conferencias la Cabeza nos ha cuidado mucho a nosotros el Cuerpo.
Hoy vemos la visión con claridad. Por tanto, debemos olvidarnos del pasado y de lo que sabemos y tener un nuevo comienzo con una práctica renovada. Necesitamos orar mucho con nuestro espíritu: “Señor, ahora veo con claridad. En este libro tan crucial de Efesios, nos revelaste Tu dispensar triuno y Tu trasmisión única. Al mismo tiempo nos revelaste que deseas que todos tengamos un espíritu de sabiduría y de revelación. Gracias, Señor, porque inspiraste a Tu apóstol Pablo a que orara por nosotros. Mientras él nos ministraba el dispensar triple y la trasmisión única, oró; insertó una oración en su ministerio. Oró por nosotros desesperadamente, para que nuestro Dios como Padre nos diera espíritu de sabiduría y de revelación”.
Las divisiones y la confusión entre los escogidos de Dios no empezaron con nosotros. Si leemos Hechos y las epístolas junto con el libro de Apocalipsis, veremos un cuadro de las divisiones y la confusión que existían antes de finalizar el primer siglo. Pablo murió como mártir antes del año 70 d. de C. Antes de ser martirizado, escribió 2 Timoteo. En ese libro vemos la confusión y la división que existía en aquel entonces (1:15; 2:16-18; 3:1-9; 4:3-4, 10, 14-16). Incluso en Gálatas y Filipenses Pablo nos muestra que en ese entonces no sólo había divisiones sino también rivalidades. Algunos hermanos competían contra Pablo (Gá. 1:6-7; 3:1; 4:13-17; 6:12; Fil. 1:15-18, 28; 2:20-21; 3:2).
La situación que hay entre nosotros actualmente existió también en los tiempos de Pablo. No creo que los problemas que había en los tiempos de Pablo fueran peores que los nuestros. Hoy parece que no hay personas que hagan maldades tan extremadas como las que hizo Alejandro el calderero al apóstol Pablo (2 Ti. 4:14). Por consiguiente, no debemos desanimarnos con la confusión y la situación de división actual. Más bien, debemos estar muy animados y agradecidos ante el Señor que en esta era El nos ha visitado, nos trajo al recobro y ha estado con nosotros por muchos años. Además, en estas conferencias el Señor nos ha mostrado algo más avanzado, más profundo, más elevado y más rico en el libro de Efesios. Lo que le Señor nos mostró superó lo que yo esperaba.
En los seis capítulos de este libro hemos visto claramente que en el universo tenemos el dispensar triple del Dios Triuno procesado, no del Dios “crudo”, no el Dios que sólo tenía divinidad en la eternidad pasada, sino el Dios Triuno que ha sido procesado para dispensarse de manera triple. El salió de la eternidad y de Su divinidad para entrar en la humanidad, y nació de una virgen, un ser humano. Pasó por esta encarnación. Fue un gran proceso por el cual el Dios todopoderoso, infinito y eterno tuvo que pasar para llegar a ser un pequeño hombre, acostado en un pesebre y quien crecería gradualmente según los principios de Su creación. En la creación Dios estableció muchos principios. El nacimiento humano tiene lugar según lo que Dios ha ordenado, según lo que El dispuso. En Su nacimiento como hombre El guardó todo lo que Dios había ordenado, y vivió en la casa de un carpintero pobre por treinta años. Después de ministrar tres años y medio, entró en la muerte voluntariamente y fue al Hades, y allí venció la muerte y sojuzgó al Hades, y salió de ese lugar y entró en la resurrección. En Su resurrección llevó a cabo varias cosas. Primero, se hizo el Espíritu vivificante (1 Co. 15:45). Segundo, estuvo dispuesto a nacer de nuevo con Su humanidad para ser el Primogénito de Dios, abriendo así la puerta para que el Padre pudiera tener muchos hijos con humanidad y divinidad (Hch. 13:33; Ro. 8:29). Según 1 Pedro 1:3, en Su nacimiento engendró a millones de escogidos de Dios en Su resurrección. Luego El, en la economía divina del Padre, trascendió toda la oposición que había en el universo. Trascendió sobre el Hades, sobre la oposición humana que había en la tierra, y sobre toda la oposición de los ángeles malignos que estaban en el aire. Subió por encima de todo para sentarse a la diestra de Su Padre, el Todopoderoso del universo (Ef. 1:20-21). Eso no es todo, el Padre sometió todas las cosas bajo Sus pies y le dio algo grande, es decir, lo dio por Cabeza sobre todas las cosas a la iglesia (v. 22). Ahora, lo que El logró al trascender lo dio a la iglesia. La pequeña palabra a en Efesios 1:22 implica trasmisión.
Todos los constituyentes necesarios para constituir Su Cuerpo orgánico fueron producidos en el dispensar triple de la Trinidad Divina. En la trasmisión única de Cristo, unió todos estos constituyentes para formar un Cuerpo. Este Cuerpo no es meramente una iglesia, congregación de los creyentes llamados, sino una constitución orgánica, el organismo del Dios Triuno. Este organismo también es la casa del Dios Triuno (1 Ti. 3:15), y esta casa es la familia y la morada de Dios (Ef. 2:19-22). Un gran evento ocurrió en la tierra, en todo el universo, cuando se formó la iglesia como Cuerpo de Cristo. La gente del mundo no puede ver esto, pero nosotros tenemos la capacidad de verlo porque nacimos de El y nacimos en Su reino (Jn. 1:12-13; 3:5).
Los que trabajan como maestros o profesores han descubierto que los seres humanos tienen una gran capacidad para aprender. Hasta un niño de tres años entiende muchas cosas. Los seres humanos tienen una capacidad escondida. Además de nacer como seres humanos, hemos experimentado otra clase de nacimiento. Tenemos que creer que en este nuevo nacimiento hay una capacidad escondida. Lo que tenemos que hacer es desarrollar esa capacidad. Un niño necesita ser estimulado para que saque a relucir esa capacidad escondida. Así que Pablo oró pidiendo que el Padre les diera a los queridos santos un espíritu de sabiduría y de revelación. En realidad, ya tenían sabiduría. Pablo pidió que nuestra capacidad escondida sea avivada a fin de que entendiéramos a Dios y Su economía misteriosa. Sin duda los mensajes de estas conferencias han estimulado nuestra capacidad espiritual, la cual recibimos en nuestro nacimiento espiritual. Esto proviene exclusivamente de la misericordia del Señor.
Les ruego que después de leer los mensajes de este libro se arrodillen y oren diciendo: “Señor, no necesito nada hoy. Sólo te necesito a Ti. Por favor estimula la capacidad espiritual que recibí en mi nacimiento espiritual. Aviva mi espíritu con sabiduría para que pueda entender. Señor, perdóname; hasta hoy mi entendimiento en cuanto a Ti y a todo lo relacionado contigo ha sido totalmente natural. Te agradezco porque mediante estas conferencias has quitado el velo para mostrarnos algo. Espero en Ti. Señor, día tras día concédeme un espíritu de sabiduría y de revelación”. Queridos santos, les animo para que oren así durante uno o dos meses por lo menos.
Anteriormente nuestra visión dependía demasiado de nuestro concepto natural, y nuestro concepto natural ha sido afectado por el cristianismo tradicional. Nuestro entendimiento no presta atención a la capacidad de entender la economía de Dios, pero sí ha hecho mucho para estorbarnos, distraernos y llevarnos a las tinieblas. Satanás, el enemigo de Dios, nos ha mantenido en tinieblas por el poder de las tinieblas. El ha oscurecido la santa Palabra de Dios, es decir, ha hecho que no tenga la luz que necesitamos.
Sin embargo, ¡cuánto agradezco al Señor que hoy la Biblia es un libro resplandeciente para nosotros! La revelación del Señor todavía está en Su recobro. Debemos adorarlo por Su oráculo.
Les ruego que acudan al Señor con un espíritu de oración y le digan: “Señor, necesito un espíritu de sabiduría y de revelación. Necesito ver mucho más de Tu dispensar triuno. Deseo ver, querido Señor, que Tú como el trascendente llevas a cabo una trasmisión única”. Sin esta trasmisión Watchman Nee no habría podido surgir. Para la gran sorpresa de los misioneros de China, una persona natural de China se atrevió a hablar por Dios. Durante el ministerio del hermano Nee se le opusieron intensamente, pero ninguna oposición le venció. Esto se debió a la trasmisión del Cristo que todo lo trasciende.
En esta trasmisión está el poder que todo lo trasciende. Este poder levantó a Cristo de la muerte y del Hades y le exaltó por encima de todo ser humano de la tierra y de los poderes de los ángeles malignos que están en los aires y le hizo sentarse en la cumbre del universo. Este poder también sujetó todo bajo Sus pies y le dio por Cabeza sobre todas las cosas a la iglesia. Hoy disfrutamos de la trasmisión del poder trascendente del Señor.