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Mensajes del libro «Reuniones en casa, Las: Manera única para tener el aumento y la edificación de la iglesia, La»
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CAPITULO DOS

LA MANERA DE EQUIPARNOS PARA LAS REUNIONES EN CASA

(1)

  Lectura bíblica: Ef. 5:18-20; Hch. 13:52; 2:46; Ro. 14:17; Ef. 3:14, 16-19

REUNIENDONOS EN CADA CASA

  Según nuestro estudio, experiencia y observación, yo diría que hemos descubierto que las reuniones en casa son la manera única para tener el aumento y la edificación de la iglesia. Hay muchas cosas positivas que proceden de las reuniones en casa. En las reuniones en casa, todos llegan a ser personas que buscan, que sirven, que predican, que enseñan y que espontáneamente testifican para el Señor. Esperamos animar a todos los santos en el recobro del Señor para que tengan reuniones en sus hogares.

  La frase griega en Hechos 5:42 indica que ninguna casa fue omitida. Se reunían de casa en casa. No debemos tomar la manera de elegir algunas casas prometedoras, y luego de tener las reuniones en esas casas. Esto es incorrecto. Cada casa de los creyentes es prometedora. Necesitamos abrir nuestras casas. Primero podemos reunirnos con nuestros parientes. No necesitamos reunirnos con otros primero. Podemos iniciar nuestra reunión en casa reuniéndonos con los miembros de nuestra familia. Todos nosotros los que tenemos esposas y niños podemos tener una reunión en casa. Sólo nos reunimos con nuestros parientes, con nuestra esposa y con nuestros niños pequeños. El establecer una reunión despertará nuestro corazón y avivará la llama en nuestro corazón y en nuestro espíritu. En primer lugar, nosotros seremos quemados, y luego nuestra familia será quemada. El establecer una reunión en casa no dejará entrar tantas cosas malignas en nuestras casas.

  No digan que son débiles, que no pueden vencer su yo, que no pueden vencer su mal genio, que no pueden controlarse, que no pueden hacer esto o aquello. Simplemente establezcan una reunión en su hogar. He visto en muchos casos que cuando establecen una reunión en su hogar el Espíritu Santo les trae la gente. Poco a poco la gente vendrá. Yo diría que si son cristianos, pero no tienen una reunión en casa, no satisfacen los requisitos. Puede que conozcan la Biblia, que sean espirituales, que busquen, que amen al Señor, y así sucesivamente, pero si no abren su casa, no satisfacen los requisitos. Aun una hermana soltera podría abrir su apartamento para las reuniones. Cada habitación de los santos, o soltera o con una familia, debe abrirse para el reunirse. Puede ser que digan: “¿Con quiénes nos reunimos?” Primero, con los ángeles, luego con un creyente, luego con un vecino. Deben orar, esforzarse y aun ayunar hasta que consigan que un vecino se reúna con ustedes. Si deciden tener a algunos reuniéndose con ustedes en sus casas, seguramente que existe la manera. Muchas personas están a sus alrededores cada día. Tienen muchos parientes y amigos.

  ¿Van a ser santos? Establezcan una reunión en casa. ¿Van a ser espirituales? Establezcan una reunión en casa. ¿Van a conocer la Biblia? Nada les obligará a buscar el conocimiento de la Biblia más que el establecer una reunión en casa. Las reuniones en casa les obligarán a buscar el conocimiento correcto y espiritual y mientras buscan el conocimiento para enseñar a otros, ustedes mismos serán instruidos, iluminados y nutridos. Puedo recordar mi propia historia. Cuando estaba tratando de enseñar a otros empecé a darme cuenta de que yo necesitaba ser instruido. El paso definido, singular y único que necesita dar el recobro del Señor hoy día es promover las reuniones en casa. Esta es la manera única.

LA REUNION CRISTIANA SIENDO UN ASUNTO DE NUESTRO ESPIRITU

  En cierto sentido, que todos se reúnan para tener reuniones en casa es fácil, pero en otro sentido, es lo más duro. Lo más difícil es tener las reuniones en casa. ¿Por qué? Porque no es una cosa natural que los cristianos se junten. No se debe hacer de una manera natural sino de la manera espiritual. Así que estudiamos mucho tocante a este asunto, y hasta aquí, todavía no estamos muy seguros cuál es la mejor manera de edificar las reuniones en casa. Estamos haciendo todo lo posible para leer, estudiar, averiguar y aun examinar y decidir la mejor manera de tener las reuniones en casa. Hasta aquí, puedo decirles a ustedes que el tener las reuniones en casa absolutamente depende de nuestro espíritu.

  Los que están demasiado por el movimiento de Pentecostés dirían: “Pues, si ustedes no tienen al Espíritu Santo, simplemente no pueden tener ninguna especie de reunión. Una reunión cristiana depende del Espíritu Santo”. Pero yo estuve en tales reuniones por algún tiempo y no vi que aquellas reuniones fueran tan buenas del modo más apropiado. Después de leer las Escrituras una y otra vez y de compararlas con nuestras experiencias, nos dimos cuenta de que el reunirse de los cristianos es totalmente un asunto de nuestro espíritu.

  Si ustedes van a jugar a cierto deporte tienen que usar los miembros apropiados de su cuerpo. Usar los oídos, la nariz, los labios, o los dientes para jugar al fútbol sería una tontería. Ustedes pueden decir que dependen del Espíritu Santo, pero para depender del Espíritu Santo necesitan el órgano apropiado. No pueden depender del Espíritu Santo por medio de su mente; la mente no es el órgano apropiado para tocar al Espíritu Santo. Tienen sólo un órgano creado por Dios para tocar al Espíritu Santo, su espíritu humano. Romanos 8:16 dice: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu”. Es el Espíritu con su espíritu. El Espíritu obra, pero obra por medio de un órgano determinado.

  Por ejemplo, todos los aparatos en este edificio se accionan por medio de la electricidad. Pero la electricidad sólo opera por un medio definido, es decir, por medio del alambrado y del interruptor. Si no se instala el alambrado en este edificio con un interruptor, la electricidad no funciona. El problema hoy día no es con el Espíritu Santo, porque según la revelación completa del Nuevo Testamento el Espíritu Santo ha sido dado y también ha sido derramado. El Espíritu Santo hoy día es la misma consumación del Dios Triuno. El ha pasado por la encarnación, el vivir humano, la crucifixión y la resurrección. Ahora El es el Espíritu que da vida como la consumación del Dios Triuno. En Juan 16:15 el Señor Jesús nos dice que todo lo que el Padre tiene le ha sido dado a El. Ahora todo lo que El es y tiene se realiza completamente en el Espíritu. Por esto, el Espíritu es la consumación del Dios Triuno, y este Espíritu Santo consumado está listo. Hoy día en todo el universo este Espíritu Santo consumado está listo para que los buscadores de Dios se abran y lo reciban. ¿Por medio de cuál órgano le recibimos a El? ¡Por medio de nuestro espíritu!

  Hoy día, cuando predicamos el evangelio a los pecadores, principalmente tenemos que dirigirnos a su conciencia. Si sólo enseñamos a su mente a conocer a Dios, a entender la Biblia, y a entender el evangelio, eso no es adecuado. La mejor manera y la más efectiva de predicar el evangelio es tocar la conciencia de un pecador, porque la conciencia es la parte principal del espíritu humano. Cuando tocamos la conciencia de una persona, tocamos su espíritu. Por esta razón cuando predicamos el evangelio, lo tenemos que hacer con el poder de convicción para convencerles y hacer que tengan convicción en su conciencia. Entonces cuando su conciencia está conmovida, empiezan a arrepentirse, a lamentarse y a veces hasta llorar. No podemos enseñar a la mente de las personas a lamentarse; tenemos que conmover su conciencia. La conciencia es la principal parte que funciona de nuestro espíritu humano, y cuando ejercitamos nuestra conciencia, ejercitamos nuestro espíritu. Cuando oramos, y nos arrepentimos y hablamos al Señor, ejercitamos nuestro espíritu. Cuando lo hacemos, inmediatamente el Espíritu Santo entra en nosotros. Esta es la única manera de tocar al Espíritu Santo, el Espíritu consumado como la misma consumación del Dios Triuno. Pero este principio lo han descuidado mucho, y aun lo han perdido los cristianos de hoy.

  Algunos piensan que la mejor manera de recibir al Espíritu es orar y orar. Eso es correcto. La mejor manera de tocar al Espíritu es orar, pero hay que orar con un entendimiento correcto. Los que están en el movimiento de Pentecostés siempre enseñan a las personas que tienen que ayunar, orar y esperar a Dios hasta que algo les suceda de repente. Entonces uno recibe al Espíritu Santo. Ellos dicen que la mejor manera de recibir al Espíritu Santo es mover la mandíbula y torcer la lengua para expresar algo en una voz extraña, es decir, para hablar en lenguas. Yo probé muchas formas diferentes pero tengo que decirles que la forma bíblica es orar en su espíritu. Ustedes no necesitan esperar y no necesitan mover la mandíbula, y no necesitan torcer la lengua; sólo necesitan orar desde su espíritu. Si lo hacen solamente por un minuto, tocarán al Espíritu Santo.

  Hoy día, es fácil tocar la electricidad en este edificio; sólo ve al interruptor. Supongamos que ustedes se arrodillan, rogando y orando: “Querida electricidad, por favor ven a mí. Te estoy esperando. ¿No lo sabes? Contéstame. Por favor, ¡ven!” Si la electricidad pudiera hablar, diría: “Tonto, ¿por qué no tocas el interruptor?” Cada mañana ustedes tienen que orar, no sólo para pedir al Señor que les dé un buen día, sino para abrirse otra vez en su espíritu. Abren su espíritu al Señor: “Señor, gracias”. A veces sólo necesitan decir: “Señor, gracias. Gracias que puedo tener contacto contigo aquí”. Pueden decir: “Señor, gracias. Gracias que Tu sangre me limpia. Gracias, Señor, que Tu estás conmigo”. Cuando lo hacen, tienen el sentir que profundamente dentro de ustedes, es decir, en su espíritu, están tocando al Señor, están tocando al Espíritu. Todos sabemos esto, pero muchísimas veces oramos tantas cosas que nos distraen de tocar al Espíritu.

EL SER LLENADOS EN NUESTRO ESPIRITU

  La reunión cristiana es totalmente un asunto de nuestro espíritu. Tocante a esto, hay dos puntos muy estratégicos. Primero, si ustedes van a equiparse para que puedan ser usados por el Señor para bendecir las reuniones en casa, tienen que ser llenados en su espíritu. Efesios 5 nos muestra una revelación tan excelente tocante a la economía de Dios de Cristo y la iglesia. Parece extraño que de repente dice: “No os embriaguéis con vino” (Ef. 5:18). Sabemos que ser embriagados con vino es ser llenados en nuestro cuerpo con el vino físico. No sigan ese camino, sino sean llenados, no en su cuerpo ni en su mente, sino en su espíritu. Sean llenados en su espíritu. La Versión King James y algunas otras versiones traducen este versículo incorrectamente. Sus traductores pensaron que el espíritu aquí se refiere al Espíritu Santo. Conforme al contexto, si se lee todo el capítulo, se puede ver que el espíritu aquí no se refiere al Espíritu Santo. Se refiere más bien al espíritu regenerado, el cual es residido por el Espíritu Santo. Como cristianos buscadores ustedes no debieran ser llenados en su cuerpo con algo físico; debieran ser llenados en su espíritu.

  Dios hizo nuestro espíritu de una manera única para que nunca pudiera ser invadido por nada menos que Dios. Implica la Biblia que Dios creó un órgano en nuestro ser para ser el mismo órgano central, ése es, nuestro espíritu humano. Este es un órgano extraordinario en nuestro ser humano. Es difícil encontrar un versículo que indica que nuestro espíritu humano podría ser ocupado por nada menos que Dios. Aun el espíritu de un incrédulo está guardado por Dios expresamente para Sí mismo.

  Por esta razón Efesios 5:18 nos dice que seamos llenados en este órgano. ¿Ser llenado en su espíritu con qué? Efesios no lo dice, ni necesita decirlo. Cuando dice: “Sed llenados en espíritu” (lit.), seguramente que significa ser llenado en su espíritu con Dios. ¿Cómo podemos saber esto? Conocer la Biblia no es por nuestra imaginación, sino siempre por su contexto. No creo que muchos entre nosotros jamás han prestado la atención suficiente al contexto de Efesios 5:18. El versículo 13 dice: “Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo”. Esta palabra nos lleva a la luz. Luego continúa del versículo 14: “Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo. Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como imprudentes sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino comprendiendo bien cuál sea la voluntad del Señor. Y...” “Y” aquí significa que después de todo esto, además de todo esto, se añade algo: “no os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenados en espíritu”. El versículo siguiente dice: “hablando entre vosotros”. Inmediatamente después de “sed llenados en espíritu” está la palabra “hablando”. Se puede considerar este tipo de frase como una frase calificativa. “Hablando entre vosotros” modifica “sed llenados”. ¿Cómo podrían ustedes ser llenados? Es por el hablar. Al hablar, serán llenados en su espíritu. Pero, ¿es por medio de hablar el uno con el otro en murmuración o en el chisme? ¿Debiéramos hablar el uno con el otro acerca de las noticias mundiales, los Estados Unidos de hoy, la escuela, la familia, las computadoras? ¿En qué debiéramos hablar? Debiéramos hablar en salmos, tales como Salmo 119, una pieza larga que tiene 176 versículos de 22 secciones conforme al alfabeto hebreo.

  Los versículos 19 y 20 dicen: “Hablando en salmos, en himnos y cánticos espirituales, cantando y salmodiando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo” (lit.). Aquí se mencionan cuatro cosas: el hablar, el cantar, el salmodiar con sus corazones al Señor, y el dar gracias siempre por todo. Den gracias no sólo en el momento en que ustedes saquen alguna ganancia, sino también en el tiempo en que sufran pérdida; no sólo en el momento en que su esposa les presente una cara feliz, sino también cuando les presente una cara larga. Cuando ponga la cara larga, ustedes tienen que decir: “Señor, gracias a Ti” aun más. Cuando tengan un accidente de coche tienen que decir: “Gracias a Ti, Señor”. Tienen que dar gracias siempre por las cosas malas o buenas.

  En estos versículos hay cuatro palabras calificativas: hablando, cantando, salmodiando y dando gracias. Todas estas modifican “sed llenados”. Hablando con propiedad, no soy una persona ligera que está fácilmente emocionada, así que me es difícil estar regocijándome o gozoso. Pero muchas veces cuando leí un himno y hablé el himno a otra persona, me emocioné. Por ejemplo, simplemente hablen ese himno: “¡Oh, qué vida! ¡Oh, qué paz!” Puede que piensen que esto no tiene nada que ver con la reunión, pero el hablar el uno con el otro indica una especie de reunión. Si le hablan a su esposa, eso significa que están reuniéndose con su esposa. Esa es la iniciación o el comienzo de su reunión en casa. El hablar el uno con el otro indica una especie de reunión. En el cristianismo de hoy, ¿han encontrado alguna vez un lugar donde la gente se reúna para hablar los himnos? A la gente les es fácil cantar los himnos, pero no les es fácil hablar los himnos. Tenemos que practicar esto. El hablar los himnos no es invención mía. Esto está mencionado claramente aquí por Pablo: “Sed llenados en espíritu, hablando entre vosotros en salmos, en himnos y cánticos espirituales, cantando y salmodiando al Señor en vuestros corazones”. Sin embargo, no estamos acostumbrados a hacerlo.

  Ahora vamos a tener reuniones en casa. Todos sabemos el problema. Supongamos que de seis a ocho de nosotros se reúnan. Ustedes me miran, y les saludo con la cabeza. Simplemente no sabemos qué hacer. Primero, los cristianos debemos ser personas que están todo el tiempo llenadas en nuestro espíritu, no sólo en el tiempo de adoración, ni sólo en el tiempo de oración, ni sólo en el tiempo de la oración matutinal, ni sólo en el tiempo de la reunión. Todo el tiempo debemos ser personas llenadas en nuestro espíritu. Tenemos que practicar esto. No lo practiquen sólo cuando van a la reunión pequeña. Practíquenlo en su casa, en su vida diaria, de la mañana a la noche. Ensáyense a ser llenado en su espíritu con Dios, con Cristo, con el Espíritu, con todas Sus alabanzas. La mejor manera de ayudarnos hacerlo es hablar los himnos. Si no tienen a nadie con quien hablar, sería mejor hablar al aire, a la ventana, al césped, a los árboles, a las flores, y a veces a los gatos, a los perros, o a los pájaros. Háblenle a su esposa y permitan que les hable. No hablen palabras ordinarias; hablen salmos e himnos. El himno 501 es un buen himno con que hablar: “Oh glorioso Cristo, Salvador mío, Tú eres verdaderamente el resplandor divino”. Hablen entre ustedes. Practíquenlo y serán equipados para la reunión en casa. Entonces cuando entran, no necesitan esperar, y no necesitan mirar a los otros. Simplemente digan: “Hermanos, ¿podemos hablar un himno?” A veces si piden cantar un himno es posible que la respuesta sea que nadie conozca la melodía, y que nadie pueda conducir el canto. Pero todos pueden hablar. No obstante, el hablar desde el espíritu requiere el ejercicio. Necesitan ejercitar para hablar, para hablar con su espíritu.

  Efesios 5:18b dice: “Sed llenados en espíritu”, y 19a dice: “hablando entre vosotros en salmos, en himnos y cánticos espirituales”. Yo creo que esto se podría hacer principalmente en las reuniones en casa. Nos es difícil hacerlo en una reunión grande, pero es muy bueno hacerlo con cinco, seis, siete u ocho. Cuando seis u ocho se reúnan, dice uno: “Hermanos, hablemos el himno 501”. Ustedes hablan desde el espíritu y los otros siguen en el espíritu. Si hablan en su voz natural, los otros seguirán de la misma manera. Si ustedes empiezan a hablar de la manera correcta: “¡Oh, qué vivir! ¡Oh, esta paz!” (Himnos, 36) los otros seguirán. Inmediatamente la reunión empieza de una manera viva. Este modo de hablar inspira a la gente, aviva a la gente, y muy a menudo alimenta a la gente.

  La Versión del Recobro traduce Hechos 13:52 de esta manera: “Los discípulos se llenaron de gozo y del Espíritu Santo”. En realidad, “se llenaron” en el texto griego es sólo una palabra, “llenado”. Los discípulos fueron llenados con gozo y con el Espíritu Santo. Se traduce el versículo de esta manera porque Hechos usa dos palabras para el llenar y es difícil encontrar equivalentes para estas dos palabras en la lengua española. Una es plétho, llenar exteriormente; la otra es pleróo, llenar interiormente. En el día de Pentecostés el Espíritu Santo descendió sobre los discípulos, y ellos fueron llenados exteriormente (plétho, Hch. 2:4). A la vez el viento llenó la casa interiormente (pleróo, Hch. 2:2). Se usa la segunda palabra, pleróo, otra vez en Hechos 13:52. Los discípulos fueron llenados adentro. Este versículo dice que fueron llenados con gozo y con el Espíritu Santo. Cada vez que ustedes son llenados adentro con el Espíritu, están llenos de gozo también. Es por esto que el reino de Dios, la vida de la iglesia en Romanos 14, es “justicia, paz, y gozo en el Espíritu Santo” (v. 17). Ustedes tienen que ejercitar justicia para sí mismos, y tienen que ejercitar paz con otros. Luego tienen que tener gozo en el Espíritu Santo con Dios todo el tiempo. Deben ser personas gozosas. Deben ser personas de gozo. Sólo podrían ser esta clase de persona al ser llenados con el Espíritu Santo. Esto no es el hablar en lenguas; esto no es el derramamiento del Espíritu sobre ustedes. Esto es el llenar interior del Espíritu Santo dentro de ustedes.

  En Hechos 13:52 los creyentes fueron llenados con gozo y con el Espíritu Santo. Yo sí creo que esto no era sólo en su vida diaria. En aquel tiempo su vida de reunirse era una gran parte de su vida diaria, porque cada día se reunían de casa en casa. Eran un pueblo gozoso. En Hechos 2:46 vemos que partían el pan de casa en casa y tomaban alimento con exultación. La exultación es el regocijar, un gozo loco, una clase de éxtasis. Uno está tan contento, tan gozoso, que está loco; es un ebrio. Esa era la manera en que se reunían en los hogares, y eso atraía a la gente. Los que el Señor añadió fueron atraídos por su exultación.

  Supongamos que ustedes tuvieran a seis hermanos y hermanas reuniéndose y trajeran dos o tres personas nuevas. Si todos ustedes seis estuvieran tan tristes, no haciendo nada, sólo expresándose de esta manera, cada persona nueva se iría. El esposo diría: “Ya hemos probado esta clase de ambiente demasiado. En mi casa vi la cara de mi esposa como ésta”. O diría la esposa: “En mi casa vi la cara larga de mi marido por mucho tiempo. No me gusta ver esta clase de cara más, no me gusta probar esto”. Pero supongamos que todos los seis hermanos y hermanas estuvieran muy entusiasmados, sin actuar, sino llenados con gozo, tomando alimento con exultación. Cada persona nueva sería inspirada y atraída. En Hechos esto de tomar alimento con exultación era relacionado con las reuniones en casa. Cada día los creyentes partían pan de casa en casa y tomaban alimento con exultación, alabando a Dios.

  Si no está llenado el espíritu de ustedes con el Espíritu Santo, ¿cómo podrían ser gozosos? ¿Cómo podrían ser exultantes? Pues todos tenemos que ver esto. Necesitamos estar llenados con el Espíritu Santo todo el tiempo, cada día. Cuando nos reunamos, la única manera que podría ayudarnos ser tan llenados con el Espíritu Santo es hablar, primero hablar un salmo, hablar un himno, y aun hablar un cántico. Luego cantamos las piezas cortas y salmodiamos las piezas largas. Todos necesitamos practicar esto. Entonces seremos personas equipadas para las reuniones en casa.

SER FORTALECIDOS EN EL HOMBRE INTERIOR

  En segundo lugar, para equiparnos para las reuniones en casa, tenemos que ser fortalecidos en nuestro hombre interior. Pablo oró por esto en Efesios 3:14-19. Doblando sus rodillas ante el Padre, él oró que el Padre les concediera a los creyentes el ser fortalecidos en el hombre interior. Pablo usa varias frases para modificar este fortalecimiento. Oró que el Padre les concediera a ustedes el ser fortalecidos conforme a las riquezas de Su gloria, con poder, y por medio de Su Espíritu. Dios quiere fortalecerles conforme a las riquezas de Su gloria. No es un asunto sin importancia que Dios haría esto. Dios quiere fortalecerles en el hombre interior, no conforme a la escasez de Su fuerza, sino conforme a las riquezas de Su gloria con poder por medio del Espíritu Santo.

  Permítanme ilustrarlo de esta manera. Supongamos que trabaja un hermano trabajador todo el día en la oficina bajo mucha presión y regresa a casa completamente agotado. En casa él se ofende de algún miembro de su familia, tal vez de su esposa o de su suegra. A pesar de cuán cansado esté, será tan fuerte en perder la paciencia. Antes de esto si ustedes le pidieran leer una página de un Estudio-vida, él diría: “No, no lo puedo hacer. Estoy agotado”. Luego puede que digan: “Bueno, oremos”. Pero les respondería: “No, no lo puedo hacer. No puedo, estoy muriéndome”. Pero cuando su suegra lo provocó, se fortaleció en su mal genio con las riquezas de la sutileza del diablo. Todo su ser entra en su mal genio. Cuando ustedes regresan a casa de su trabajo agotador tienen que orar: “Padre, concédeme conforme a las riquezas de Tu gloria, con poder, por medio de Tu Espíritu el ser fortalecido en mi hombre interior”. Luego, todo su ser será concentrado en el hombre interior que es su espíritu humano. Aquí pueden ser completamente fortalecidos, pueden orar, y pueden ir a la reunión.

  Yo creo que muy a menudo cuando los santos van a las reuniones en casa, un número de ellos están cansados, especialmente en la noche. Ese es el momento oportuno para que sean fortalecidos en el hombre interior. No permanezcan en su cuerpo cansado y agotado. No permanezcan en su mente. No permanezcan en su alma. Debieran orar: “Señor, fortaléceme en mi espíritu”. Luego al ser fortalecidos en su espíritu, pueden vencer el cansancio de su cuerpo y la sensación tediosa en su alma. En los versículos siguientes vemos que el fortalecernos se relaciona con la vida de reunirse. Después de ser fortalecidos en nuestro hombre interior los versículos 17-19 continúan: “para que habite Cristo por medio de la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que sobrepasa a todo conocimiento, para que seáis llenados hasta toda la plenitud de Dios”. “Con todos los santos” indica alguna clase de reunión. El ser fortalecidos para que sean capaces de comprender la medida, las dimensiones de Cristo con todos los santos indica el reunirse. Aun “toda la plenitud de Dios” aquí significa la vida de la iglesia, la expresión de Dios. Yo creo que esto se relaciona con la reunión.

  Todos necesitamos estas dos cosas: ser llenados en nuestro espíritu con el Espíritu Santo y ser fortalecidos en nuestro espíritu. Entonces iremos a la reunión con nuestro espíritu llenado así como las cuatro llantas del coche. Muchísimas veces cuando vamos a la reunión, llegamos desinflados. Necesitamos ir a la reunión llenos de aire, llenados con el aire, llenos del “pum, pum, pum”. Aunque estemos cansados o aun agotados por el día, debemos ser fuertes en nuestro espíritu.

  Esto no es asunto de doctrina; lo que se necesita es mucha práctica. Todos necesitamos practicar el llenar de nuestro espíritu y el fortalecer de nuestro espíritu. Necesitamos practicarlo si somos serios con el Señor para Su recobro. Necesitamos esto. Si descuidáramos las reuniones en casa y sólo nos preocupáramos por las reuniones grandes, no necesitaríamos mucha práctica. Uno o dos de los que toman la delantera harían todo por nosotros. Ellos llegarían a ser el clero y todos los demás llegarían a ser los legos. Eso no es la vida de la iglesia. No habría manera para que edifique el Señor Su Cuerpo. La edificación totalmente depende de las reuniones en casa. Así que todos nosotros tenemos que practicar el llenar de nuestro espíritu y el fortalecer en nuestro hombre interior. Entonces seremos llenos del Dios Triuno, llenos de Sus atributos, y seremos fortalecidos en nuestro espíritu. Entonces cuando nos reunamos todos serán equipados para llevar adelante la reunión en casa. Esta es la forma. Espero que esto no sea sólo un mensaje para ustedes, sino un tipo de instrucción que practiquen. Practiquen diariamente para ser llenados en su espíritu y para ser fortalecidos en su hombre interior.

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