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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Romanos»
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Mensaje 56

DESIGNADOS MEDIANTE EL ESPÍRITU MEZCLADO

  Lectura bíblica: 2, Ro. 1:9; 8:4-5, 8:14-16, 21, 23, 26-28; 6:4; 7:6

  En los mensajes anteriores hemos visto que el evangelio de Dios es el evangelio de la filiación, lo cual significa que la intención de Dios es producir muchos hijos mediante el evangelio. La producción de estos hijos gira en torno a la economía de las tres Personas de la Deidad. El Padre, como fuente, está en el Hijo, quien es el curso, y el Hijo, como corporificación del Padre, está ahora en el fluir del Espíritu. El Espíritu es entonces la corriente del Dios Triuno. Como la corriente eléctrica es electricidad en movimiento, también el Espíritu del Dios Triuno es Dios mismo en movimiento. Por consiguiente, el Espíritu de Dios tiene como fin aplicar a Dios a nosotros.

EL FLUIR DE LA CORRIENTE DIVINA

  Aparte del Espíritu, quien es la corriente, el fluir, Dios no puede aplicarse a nuestras vidas. Dios es muy rico, y todas Sus riquezas son para nosotros, pero se necesita el fluir del Espíritu para que las riquezas de Dios sean aplicadas a nuestra experiencia. Este fluir es la unción, el mover, del ungüento en nuestro interior. Todo lo que Dios es en Cristo, y todo lo que Dios realizó, obtuvo y logró en Cristo está en esta corriente, en este fluir, en este ungüento. Ahora en nuestro espíritu tenemos el fluir de la corriente divina, el mover de la unción. Dentro de nosotros hay algo que está en constante movimiento. Este elemento en movimiento incluye la divinidad, la humanidad, el vivir humano de Cristo, la eficacia de Su muerte, el poder de Su resurrección, la fragancia de Su resurrección, Su ascensión, Su entronización, el hecho de que Él fue dado por Cabeza, Su señorío, Su autoridad y Su reino. Así que, la unción interior es un ungüento todo-inclusivo. ¡Alabado sea el Señor porque esta corriente fluye en nosotros!

APLICAR LA ELECTRICIDAD CELESTIAL

  También hemos visto el papel importante que nuestro espíritu juega cuando se trata de aplicar la corriente del Dios Triuno. Nuestro espíritu es como un interruptor de corriente. Cuando ejercitamos nuestro espíritu, nos conectamos con la electricidad celestial que ha sido instalada en nosotros. Si no tuviéramos un interruptor o si no supiéramos dónde encontrarlo, no podríamos aplicar la electricidad. Bajo el mismo principio, aparte de nuestro espíritu, este interruptor, no hay otra forma de aplicar la electricidad celestial. ¡Alabado sea el Señor porque tenemos un interruptor y sabemos dónde se encuentra! Este interruptor se encuentra en nuestro espíritu, el cual es la cámara interior de nuestro ser. La manera más sencilla de conectar esta corriente es invocar el nombre del Señor Jesús.

EJERCITAR NUESTRO ESPÍRITU

  En Romanos 1:9 Pablo dijo: “Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de Su Hijo”. Servimos a Dios en nuestro espíritu y no en nuestra mente. Raramente se oye a los demás hacer mención de su espíritu, diciendo: “Mi espíritu”. Es más común oírlos hablar de su corazón, su alma, su mente, sus emociones o su voluntad, pero no de su espíritu. Sin embargo, Pablo era alguien que servía a Dios en su espíritu. Debemos cultivar el hábito de referirnos a nuestro espíritu, el hábito de decir: “Mi espíritu”. Como Romanos 8:16 declara: “El Espíritu mismo da testimonio juntamente con nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios”. Debemos hablar más acerca de nuestro espíritu volvernos a nuestro espíritu y usarlo en todo lo que hagamos.

  La razón por la cual algunos no oran ni ejercen su función en las reuniones es porque no ejercitan su espíritu. Muchos parecen haber dejado su espíritu en casa cuando asisten a las reuniones. Cuánto difieren a Pablo, quien tenía la capacidad de asistir a las reuniones en su espíritu, aun cuando no estaba físicamente presente (1 Co. 5:3). No realizamos nuestra función en las reuniones porque no ejercitamos nuestro espíritu. Asimismo experimentamos muchas fallas en nuestra vida diaria porque no nos valemos de nuestro espíritu. Por ejemplo, nos enojamos y nos deprimimos porque no ejercitamos nuestro espíritu. Bajo el mismo principio, la falta de ejercicio que produce un espíritu entumecido también nos puede hacer incapaces de conocer la voluntad de Dios o de obtener la vida contenida en la Palabra. Mediante el ejercicio de nuestro espíritu, todos nuestros problemas se resuelven y todas nuestras necesidades se llenan. Todo lo que Dios es y todo lo que ha realizado se halla en el Espíritu todo-inclusivo que ha sido instalado en nuestro espíritu. Por lo tanto, volviendo a nuestro espíritu y ejercitándolo, obtenemos el suministro que satisface plenamente nuestras necesidades.

NUESTRA NECESIDAD ACTUAL

  A través de muchos años de experiencia y sufrimiento he aprendido que nuestra principal necesidad hoy en día no es conocer la doctrina, sino ejercitar nuestro espíritu para poder experimentar la aplicación del Dios Triuno en el fluir del Espíritu Santo. Después de ser salvo, me uní a un grupo cristiano que daba énfasis al estudio objetivo de la Biblia. Permanecí bajo su influencia como un aprendiz voluntario durante más de siete años. Pero un día, mientras caminaba por la calle, el Espíritu me dijo en mi interior: “Conoces muchas enseñanzas, pero mira cuán muerto e infructuoso te encuentras; en los últimos años no has conducido casi a nadie al Señor”. Mi corazón se constriñó, y clamé al Señor pidiendo Su misericordia y confesando que había errado. La mañana siguiente subí a una montaña que estaba cerca de mi casa y allí clamé al Señor pidiendo que tuviera misericordia de mí porque me hallaba en una condición de muerte. El Señor se mostró misericordioso para conmigo, y desde entonces me motivó a buscarle de una manera más consistente. Poco después, el hermano Watchman Nee visitó mi pueblo natal y permaneció conmigo por algún tiempo. Su visita efectúo un cambio en mi vida. Mis ojos fueron abiertos y vi que la vida cristiana no depende del conocimiento; más bien, depende por completo de la vida y del Espíritu. Con todo me tomó mucho tiempo liberarme completamente de la influencia del conocimiento muerto, porque una vez que esta clase de conocimiento se introduce en nosotros, es difícil liberarnos de él. Por lo tanto, cuando digo que lo que necesitamos hoy no es solamente conocimiento, sino tener contacto con el Espíritu viviente, yo sé de lo que estoy hablando.

  Todo lo que Cristo es, todo lo que Él ha realizado, y todo lo que ha obtenido y logrado, se halla en el Espíritu todo-inclusivo. Este Espíritu contiene todo lo que necesitamos: la resurrección, el poder, la vida, la dirección, la luz, el amor y la humildad. Además, este maravilloso Espíritu todo-inclusivo ha sido instalado en nuestro espíritu. ¡Aleluya! El Cristo viviente, quien es el Espíritu todo-inclusivo, está ahora en nuestro espíritu. Podemos aplicar esta persona maravillosamente rica, simplemente al usar nuestro espíritu.

LAS RIQUEZAS DEL ESPÍRITU QUE MORA EN NOSOTROS

  En el mensaje anterior examinamos diez asuntos relacionados con el Espíritu: la santidad, la vida, la ley, la paz, el gozo, el amor, la esperanza, el poder, el servicio y la predicación del evangelio. Ahora examinaremos otros diez asuntos, los cuales dejarán en nosotros una profunda impresión de la riqueza del Espíritu que mora en los creyentes.

La libertad

  En el Espíritu tenemos libertad. Romanos 8:2 dice que la ley del Espíritu de vida nos ha librado de la ley del pecado y de la muerte. El versículo 21 del mismo capítulo habla acerca de la libertad de la gloria de los hijos de Dios. Hoy nosotros estamos bajo el proceso que nos conduce a tal libertad. El universo, juntamente con todo lo que hay en él, se encuentra en condiciones de esclavitud. En Romanos 8 a esta esclavitud, a este cautiverio, se le llama la esclavitud de corrupción, la cual trae muerte, pero el Espíritu nos libra de dicha esclavitud. Un día nos encontraremos plenamente librados de la esclavitud de la corrupción y entraremos plenamente en la libertad de la gloria.

Un anticipo

  En la actualidad nosotros también disfrutamos al Espíritu como un anticipo (8:23). Debemos aumentar nuestro aprecio del Espíritu que es ahora un anticipo. ¡Cuán dulce, tierno y agradable es para nosotros este anticipo!

La filiación

  La filiación de la cual participamos en el Espíritu (8:15) incluye varios elementos relacionados con el hecho de ser un hijo: la vida, la esfera, la posición, el vivir, el disfrute, los derechos de nacimiento, la herencia y la manifestación. Tenemos esta filiación todo-inclusiva en nuestro espíritu. Si nos mantenemos apartados del espíritu, no podemos disfrutar de la filiación. Sin embargo, mientras esperamos la plena filiación, debemos ejercitar nuestro espíritu para poder disfrutar de la filiación día tras día.

La guía del Espíritu

  Romanos 8:14 dice: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios”. Aquí podemos ver la guía o dirección que nos brinda el Espíritu. Nosotros los hijos de Dios somos guiados por el Espíritu; algo en nosotros actúa espontánea y automáticamente concediéndonos la dirección del Señor. No obstante, debemos cooperar prestando toda nuestra atención a ésta dirección, y honrándola. A veces decimos que no sabemos lo que el Espíritu nos indica, pero en lo más profundo de nuestro ser lo sabemos muy bien. Tal vez no lo sepamos en nuestra mente, pero sí lo sabemos en nuestro espíritu. Quizás usted se pregunte si es o no la voluntad del Señor participar en cierta actividad. No venga a preguntarme a mí lo que tiene que hacer, porque yo le diré que dentro de su espíritu usted cuenta con la dirección del Espíritu Santo. Contando con esta dirección, simplemente debe honrarla y obedecerla.

El testimonio del Espíritu

  Romanos 8:16 dice: “El Espíritu mismo da testimonio juntamente con nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios”. Este versículo indica que tenemos el testimonio del Espíritu. El Espíritu da testimonio de que somos hijos de Dios.

  Además, el Espíritu da testimonio de que, como hijos de Dios, no debemos usar cierta clase de ropa ni ir a lugares mundanos. Muchas veces este testimonio nos incomoda. Por un lado nos asegura que somos hijos de Dios; pero por otro lado, nos convence cuando hacemos algo que no es propio de un hijo de Dios. Esto indica que los hijos de Dios siempre nos encontramos limitados y restringidos. Sin embargo, esta limitación y restricción no es un sufrimiento, sino una protección. Gracias al Señor que somos preservados y protegidos por el testimonio interior del Espíritu.

La intercesión

  En Romanos 8:26 y 27 tenemos la intercesión del Espíritu. A menudo el Espíritu intercede con gemidos indecibles, en especial cuando nos disponemos a hacer algo que no le agrada al Señor. El propósito de esta intercesión es que seamos conformados a la imagen de Cristo. Por esta razón, el versículo 27 dice que el Espíritu intercede por los santos conforme a Dios. Cuando hacemos algo que no nos ayuda a ser conformados a la imagen de Cristo, el Espíritu gime dentro de nosotros. Debido a esto, muchas veces la vida cristiana no es una vida de gozo, porque interiormente sentimos incómodos cuando hacemos ciertas cosas. Las personas del mundo pueden participar en todo tipo de entretenimientos mundanos y estar felices por ello; pero si nosotros participamos de lo mismo, nos sentimos profundamente perturbados. El Espíritu gime cuando hacemos algo que no corresponde con la esencia divina, es decir, con la santidad, o que no nos ayuda a ser conformados a la imagen de Cristo.

  El versículo 28 dice que a los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, a los que conforme a Su propósito son llamados. En este versículo “todas las cosas” están relacionadas con la intercesión del Espíritu presentada en los versículos 26 y 27. Debido a la intercesión del Espíritu, todas las cosas cooperan para nuestro bien. Por ejemplo, supongamos que usted malgasta su dinero, o sea, no lo usa de manera que beneficie los intereses del Señor. Esto causará que el Espíritu interceda por usted con gemidos. Finalmente, el Padre responderá a dicha intercesión permitiendo que usted experimente una escasez de dinero. Este problema financiero le ayudará a ser conformado a la imagen del Hijo de Dios. El momento en que debemos proclamar que todas las cosas cooperan para bien no es cuando nos encontramos disfrutando de bienes materiales, sino cuando pasamos por una situación difícil. Dios no nos regeneró para que disfrutemos del mundo, sino para que seamos hijos Suyos. Para llegar a la plena filiación, necesitamos la intercesión del Espíritu.

La renovación

  Después tenemos la renovación del Espíritu. Es por la renovación del Espíritu que obtenemos la novedad de vida mencionada en Romanos 6:4. Todos debemos andar en esta novedad.

La novedad del Espíritu

  En Romanos 7:6 Pablo dijo que debemos servir “en la novedad del espíritu y no en la vejez de la letra”. Hoy servimos a Dios en novedad del espíritu.

La resurrección

  Además, el poder genuino de resurrección se halla en el Espíritu. Cuando estamos en el espíritu, estamos en resurrección.

La santificación

  Finalmente, la santificación se lleva a cabo también en el espíritu.

TENER CONTACTO CON EL ESPÍRITU

  No es tan importante que entendamos todos estos elementos, pues si estamos en el Espíritu, tenemos la realidad de todos ellos. Por ejemplo, quizás no sepamos cuáles son los ingredientes que componen el alimento que comemos; sin embargo, al comerlo, ingerimos todos esos ingredientes. Lo importante no es conocer la receta, sino comer el alimento. Repito, actualmente no necesitamos más enseñanzas, pero sí necesitamos aplicar al Espíritu todo-inclusivo a nuestras vidas y disfrutarlo más. Las enseñanzas no pueden hacernos espirituales ni humildes. Llegamos a ser espirituales y realmente humildes solamente a medida que tenemos contacto con el Espíritu por medio del ejercicio de nuestro espíritu.

ANDAR CONFORME AL ESPÍRITU MEZCLADO

  Para los traductores es difícil decidir si en el capítulo 8 se escribe la palabra Espíritu con mayúscula o con minúscula. La razón de esta dificultad reside en el hecho de que en este capítulo “el Espíritu” se refiere al espíritu mezclado, es decir, al Espíritu Santo mezclado con nuestro espíritu humano. Por lo tanto, en el capítulo 8 andar conforme al espíritu es andar conforme al espíritu mezclado. Día tras día debemos aferrarnos al espíritu mezclado y actuar conforme a él. Siempre que andamos según la carne, somos pecadores, no importa si nos consideramos buenos o malos; pero no es necesario andar conforme a la carne porque podemos andar conforme al espíritu. Cuando practicamos esto, disfrutamos todas las riquezas de Cristo.

  Diariamente debemos vivir conforme al espíritu. Debemos aplicar esto a la manera en que hablamos, pensamos y a todo lo que hagamos. Por ejemplo, supongamos que un joven no está seguro si debe participar en cierta clase de actividad atlética o no. El consejo que yo lo daría sería que si puede participar en esa actividad atlética en el espíritu, entonces debe hacerlo. Como cristianos que somos, no debemos decidir los asuntos con base en lo correcto o lo incorrecto; más bien, debemos decidir según el espíritu.

  El Espíritu que está mezclado con nuestro espíritu, conforme al cual hemos de vivir, es el maravilloso Espíritu del Dios Triuno. Este Espíritu, que es la realidad y aplicación del Dios Triuno, se encuentra ahora mezclado con nuestro espíritu. Romanos 8 no presenta simplemente al Espíritu divino, ni únicamente el espíritu humano, sino al Espíritu divino mezclado con el espíritu humano. ¡Aleluya por esta mezcla tan maravillosa!

EL ESPÍRITU MEZCLADO Y LA EDIFICACIÓN DE LA IGLESIA

  Sin embargo, aunque este espíritu mezclado y tan maravilloso está en nuestro ser, posiblemente no le prestamos la debida atención. Pero yo creo que el Señor en Su recobro recobrará la experiencia de andar conforme al espíritu mezclado, ya que sin esta realidad es imposible poner en práctica la vida adecuada de iglesia. Si no vivimos ni andamos conforme al espíritu, no podremos ser útiles en la vida de iglesia. Si no somos capaces de ayudar a otros a vivir conforme al espíritu, la iglesia no podrá ser edificada, no importa cuánto prediquemos, enseñemos o ministremos. Lo que cuenta no son las enseñanzas, sino que vivamos conforme al espíritu mezclado y ayudemos a otros a hacer lo mismo. Es en el espíritu mezclado donde disfrutamos de las riquezas de Cristo y donde la iglesia como expresión genuina del Cuerpo de Cristo llega a ser real para nosotros. Cuanto más andamos conforme al espíritu, más la iglesia es edificada de manera práctica.

LA IMPARTICIÓN DEL ESPÍRITU TODO-INCLUSIVO

  Romanos 8:4-5 nos da la clave para experimentar a Cristo y la vida de iglesia, a saber: andar conforme al espíritu mezclado. Todo lo que Cristo es y todo lo que Él ha realizado se encuentra en el espíritu mezclado. Nuestro espíritu ha sido regenerado y ahora es la morada del maravilloso Espíritu vivificante. Además, está mezclado con este Espíritu todo-inclusivo. No se preocupe por sus debilidades ni por sus deficiencias; más bien, centre su atención en la maravillosa herencia que usted posee, la cual es el Espíritu todo-inclusivo que mora en su espíritu regenerado. Hoy vivimos bajo la impartición del Espíritu todo-inclusivo. El ungüento compuesto ha sido preparado por el perfumista divino, y nosotros ahora tenemos la unción de este ungüento dentro de nosotros, en nuestro espíritu. El espíritu de toda persona regenerada está mezclado con el Espíritu todo-inclusivo y es la morada del Espíritu. Todo lo que necesitamos hoy en día es ejercitar nuestro espíritu para estar conectados con la electricidad celestial. De este modo, y no recibiendo más enseñanzas, tocamos y disfrutamos al Señor, quien es el Espíritu vivificante. Al usar el interruptor podemos andar conforme al espíritu mezclado.

LA MANERA EN QUE SOMOS DESIGNADOS HIJOS DE DIOS

  Hemos hecho notar que aun el Señor Jesús, según la carne, tuvo que ser designado el Hijo de Dios. Antes de Su designación, según la carne, Él era solamente del linaje de David, lo cual comprueba que esa parte de Su ser aún no era designada Hijo de Dios. Pero por medio de la resurrección Él fue designado Hijo de Dios según el Espíritu de santidad. Bajo este mismo principio, según la carne nosotros somos pecadores. Pero ahora, gracias a que hemos sido regenerados, podemos vivir conforme al espíritu. Cuanto más andamos conforme al espíritu mezclado, más experimentamos el proceso de la designación. Día tras día somos resucitados, santificados, transformados y glorificados. La manera de ser designados hijos de Dios no es adquirir más enseñanzas, sino vivir conforme al espíritu mezclado.

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