Lit., ¿no he de buscarte…? Noemí comprendió que la persona apropiada para ser el marido de Rut era Booz; por tanto, Noemí actuó como “intermediaria” para apremiar a Rut a casarse. Los ministros genuinos del Nuevo Testamento son como Noemí en el sentido de que instan a los creyentes de Cristo a amarle como su Novio a fin de que lo tomen como su Marido (2 Co. 11:2; Ap. 19:7; 21:9-10).

O, seguridad. Después de venir a la buena tierra y ejercer el derecho a disfrutar de su rico producto, Rut todavía requería de un hogar para obtener reposo. Esta clase de reposo sólo sería posible mediante el matrimonio. Aunque seamos salvos y amemos al Señor, a fin de tener un hogar donde obtengamos reposo tenemos que casarnos con el Señor Jesús, tomándolo como nuestro Marido, y vivir juntamente con Él en la iglesia, nuestro hogar (Ro. 7:4; 2 Co. 11:2; Ef. 5:23-32). Éstos —Cristo, nuestro Marido, y la iglesia, nuestro hogar— forman una unidad completa donde obtenemos el reposo apropiado y adecuado.

A la luz de Mt. 1:5-6, 16, que Rut buscase su reposo, tenía como fin, en realidad, dar continuidad a la genealogía que traería a Cristo.

Algunos mss. dicen: me digas.

Rut se acercó a Booz en los vs. 7-9 basándose en lo dispuesto por Dios (Rt. 4:5; Lv. 25:25; Dt. 25:5-10). La respuesta que Booz dio a Rut indica una moral elevada (vs. 8-11), pureza en su conducta (v. 14), sabiduría en sus decisiones (vs. 12-13) y fidelidad para cumplir con lo dispuesto por Dios (v. 13; 4:9-10).

Véase la nota Rt. 3:12^1a.

Lit., puerta.

En este versículo, el primer pariente en línea del esposo de Rut, el pariente más cercano, tipifica a nuestro hombre natural, que no puede redimirnos de las deudas (el pecado) contraídas por nuestro viejo hombre y tampoco lo hará (Rt. 4:1-6). Booz, el segundo pariente en línea del esposo de Rut, tipifica a Cristo, quien participó de sangre y carne (He. 2:14) para ser el Pariente cercano que puede redimirnos de nuestro pecado, recobrar los derechos perdidos que le correspondían a nuestro hombre natural según la creación de Dios, ser nuestro nuevo Marido en Su unión divina y orgánica con nosotros y tomarnos como Su complemento con miras a obtener Su aumento (Rt. 4:7-13). Cfr. la nota Rt. 1:4^2a.

Algunos mss. y versiones antiguas dicen: ella.

Algunos mss. dicen: me dijo.