Mensaje 5
La mayoría de los cristianos tiene el concepto de que Apocalipsis es un libro sobre la segunda venida de Cristo. Este concepto es perfectamente correcto, puesto que dicho libro habla de la segunda venida de Cristo. Sin embargo, a través de los años, los cristianos no han tenido un entendimiento claro sobre la segunda venida del Señor. Por esta razón ha habido mucha controversia y discusión al respecto. La revelación de la segunda venida de Cristo no es algo sencillo; al contrario, es un tema bastante complicado y tiene muchos aspectos. Por consiguiente, ha sido difícil para la mayoría de los cristianos entender completamente la segunda venida del Señor.
En el último siglo y medio, se han escrito muchos libros, especialmente por parte de los Hermanos, sobre la segunda venida de Cristo. Algunos de los principales maestros entre los Hermanos sostuvieron diferentes opiniones sobre la venida del Señor, y la primera división entre ellos fue el resultado de esas diferencias. El testimonio de los Hermanos, como algunos lo llaman, comenzó en 1828 o 1829 bajo el liderazgo de John Nelson Darby. Darby enseñaba que Cristo vendría antes de la gran tribulación, mientras que Benjamín Newton, otro de los principales maestros, enseñaba que Cristo vendría después de la gran tribulación. Debido a que estos dos grandes maestros tenían diferentes opiniones, hubo muchos debates sobre este tema. Finalmente, esto condujo a la primera división entre ellos: los que estaban bajo la enseñanza de Darby se separaron de los que seguían a Newton. Yo estuve vinculado al grupo de Benjamín Newton por siete años y medio y durante ese tiempo aprendí todas sus enseñanzas. Ellos tenían un sólido respaldo cuando enseñaban que la segunda venida de Cristo ocurriría después de la gran tribulación. Si usted lee los mejores escritos de los grandes maestros durante los últimos ciento cincuenta años, encontrará que algunos enseñan que la venida del Señor se producirá antes de la tribulación, y otros enseñan que ocurriría después de ésta.
En el siglo pasado, el Señor levantó algunos estudiosos de la Palabra, tales como G. H. Pember, Robert Govett y D. M. Panton. Estos hombres descubrieron que la segunda venida de Cristo no es un evento simple. Ellos vieron que, por un lado, Cristo vendrá después de la tribulación, y que, por otro, también vendrá antes de la tribulación. Estos eruditos de la Biblia suministraron un sólido argumento que comprueba la veracidad de este punto de vista. La venida de Cristo tiene por lo menos dos aspectos, uno anterior a la tribulación, y el otro posterior a la misma. Además, estos hombres también aprendieron que el arrebatamiento de los santos constará de más de dos categorías. Esto significa que algunos serán arrebatados antes de la tribulación y otros después. No reaccione a estas afirmaciones apresuradamente. Cuando yo era joven, reaccioné precipitadamente, pero con el tiempo fui sometido y convencido. La Biblia no es tan simple como creen muchos.
En este mensaje consideraremos el tema de la segunda venida de Cristo. Doy gracias a Dios por todos los maestros de la Palabra que nos han precedido. Estamos agradecidos con ellos, y lo que veamos, lo vemos apoyados sobre sus hombros. Si deseamos entender la segunda venida de Cristo, tenemos que estudiar la Biblia y también leer los libros de estos grandes maestros. Entonces tendremos una vista panorámica y completa de dicho tema. Si hacemos esto, quedaremos completamente convencidos de que la venida de Cristo tiene dos aspectos: el aspecto secreto o privado, y el visible o público.
En Mateo y Apocalipsis vemos el aspecto secreto de la segunda venida de Cristo. Apocalipsis 3:3 y 16:15 nos dicen que Cristo vendrá como ladrón, y que debemos velar. El ladrón no viene públicamente anunciando su venida. Como dijimos en otro mensaje, cuando el Señor venga como ladrón, vendrá a robar los objetos preciosos. En Mateo 24:40-41, el Señor habló de Su venida secreta, diciendo: “Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en el molino; la una será tomada, y la otra será dejada”. El Señor Jesús fue muy sabio al usar el ejemplo de dos hermanos que están en el campo y de dos hermanas que están moliendo en el molino. Aparentemente no hay diferencia alguna entre los dos hermanos ni entre las dos hermanas. Pero repentinamente uno de los hermanos es tomado, e igualmente, una de las hermanas es tomada. Después de dar este ejemplo, el Señor dijo: “Velad, pues, porque no sabéis en qué día viene vuestro Señor. Pero sabed esto, que si el dueño de casa supiese en qué vigilia el ladrón habría de venir, velaría, y no permitiría que penetrasen en su casa. Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis” (vs. 42-44). Mientras estemos trabajando, sin estar conscientes de que Cristo va a venir, algunos de nosotros vamos a ser arrebatados. El viene como un ladrón y, por eso, tenemos que velar.
El tiempo de la venida secreta del Señor nadie lo sabe (3:3; Mt. 24:36, 42; 25:13). Cuando Cristo vuelva, vendrá como un enviado. Es por eso que en Apocalipsis se le llama el Angel, uno que es enviado por Dios. Cuando Cristo se manifieste por segunda vez, vendrá como enviado de Dios, igual que la primera vez. Esta es la razón por la cual solamente el Padre sabe el tiempo de la venida secreta de Cristo (Mt. 24:36; Mr. 13:32). El Padre es el que envía, y el Hijo es el enviado. Sólo el que envía sabe la hora; ni siquiera el enviado la sabe.
Algunas personas, creyendo saber más que el Señor Jesús, han predicho el tiempo de la venida del Señor. En el último siglo y medio, ha habido muchas predicciones, de las cuales ninguna se ha cumplido. Algunos predijeron que el Señor Jesús vendría en cierta fecha y ordenaron a la gente que se preparara tomando un baño y vistiéndose de ropa blanca limpia. Otros subieron a un monte a esperar la venida del Señor. Después de la primera guerra mundial, muchos maestros publicaron libros proféticos, relacionados especialmente con la venida del Señor. Algunos de esos escritores predijeron la fecha en que vendría el Señor. Todas estas predicciones sobre la fecha de la venida del Señor han sido falsas. Cuídese de predecir alguna cosa. De acuerdo con la Biblia, nadie sabe cuándo se producirá la venida secreta del Señor.
El lugar de la venida secreta del Señor es los aires, adonde viene envuelto en la nube (10:1; 1 Ts. 4:17). La nube está relacionada con la venida del Señor. Cristo fue al cielo en una nube y vendrá a la tierra de la misma manera (Hch. 1:9, 11; Mt. 26:64; Ap. 14:14). En Mateo 26:64 el Señor Jesús le dijo al sumo sacerdote: “Desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Poder, y viniendo en las nubes del cielo”. Aun en la venida del Señor en la nube existen dos aspectos. Primeramente, el Señor vendrá envuelto en una nube. Esto significa que El está escondido en la nube. En segundo lugar, El vendrá sobre la nube. Cuando El venga en la nube, no vendrá a la tierra, sino que se quedará en los aires. Apocalipsis 10:1 revela que el Señor vendrá del cielo, vestido de una nube, lo cual indica que estará envuelto por la nube. No piense que El va a descender repentinamente de los cielos a la tierra. Cristo está ahora en el trono en el tercer cielo. A su debido tiempo, el Padre lo enviará del trono, en los cielos, a la nube, en los aires. Como veremos en los próximos mensajes, antes de que El parta del trono, de los cielos, algunos vencedores ya habrán sido arrebatados al trono. Apocalipsis 12 nos muestra que el hijo varón será arrebatado al trono de Dios, no a los aires. Esto indica que algunos vencedores serán arrebatados antes de la venida secreta del Señor Jesús. En Apocalipsis 14 vemos que las primicias estarán en el monte de Sión en los cielos. El monte de Sión celestial es el lugar donde Dios mora y está en el tercer cielo, no en los aires. El hecho de que las primicias estén en el monte de Sión en los cielos, demuestra que algunos de los primeros vencedores serán arrebatados al tercer cielo antes de la venida secreta de Cristo. Después de que estos vencedores hayan sido arrebatados, Cristo descenderá secretamente del trono a los aires en la nube.
Mientras el Señor Jesús esté en los aires, hará muchas cosas. Principalmente arrebatará a todos los creyentes que no hayan sido todavía arrebatados. Después que Cristo venga a los aires en la nube, muchos santos todavía no habrán sido arrebatados. Así que mientras está en los aires, arrebatará a los cristianos que hayan tenido que pasar por la gran tribulación. En 1 Tesalonicenses 4:17 dice que los que estén vivos, los que hayan quedado, serán arrebatados para encontrarse con el Señor en los aires. Entonces, Cristo establecerá allí Su tribunal. En este tribunal no comparecerán los pecadores sino todos los salvos, y no tendrá relación con la salvación ni la condenación sino con la recompensa y el castigo. Después de que este juicio se haya llevado a efecto, algunos de los santos serán escogidos y recibirán una recompensa.
De acuerdo con la Biblia, Dios nos ha escogido dos veces. Primero nos eligió antes de la fundación del mundo en la eternidad pasada (Ef. 1:4); y segundo, después de la venida del Señor a los aires y del arrebatamiento, escogerá a algunos de nuevo. Mientras que la primera elección en la eternidad pasada fue hecha para salvación, la segunda, que ocurre en los aires en el tribunal de Cristo, tiene como fin asignar la recompensa. Todos nosotros fuimos escogidos para salvación, pero el recibir la recompensa depende de la segunda elección, la cual se hará en el tribunal de Cristo. Los salvos que no pasen este juicio serán puestos aparte y serán disciplinados. Entonces Cristo traerá consigo a la tierra como Su ejército a los que salgan bien en el juicio. En ese tiempo, El ya no estará en la nube, sino sobre la nube. La venida del Señor constará de dos pasos por lo menos. En el primero, Cristo dejará el trono en los cielos, vendrá a los aires envuelto en la nube, y permanecerá en la nube por un tiempo. Luego, desde los aires, dará el segundo paso: vendrá a la tierra sobre la nube. Este será el segundo aspecto de Su segunda venida.
La venida secreta de Cristo será una recompensa para los creyentes que velan (2:28; Mt. 24:42-44). Apocalipsis 2:28 dice que Cristo aparecerá como la estrella de la mañana, y Malaquías 4:2 revela que aparecerá como el sol. Hay una gran diferencia entre la salida de la estrella de la mañana y la salida del sol. Para ver la estrella de la mañana, uno tiene que levantarse muy temprano. Si duerme hasta tarde, no la verá. Pero no importa hasta qué hora duerma uno, no se pierde el resplandor del sol. ¿Espera usted encontrarse con Cristo como la estrella de la mañana o como el sol? La aparición de la estrella de la mañana es secreta, pero la aparición del sol es visible. El Señor nos prometió que si velamos y esperamos Su segunda venida, El se nos aparecerá como la estrella de la mañana. Esta es la promesa de una recompensa. Pero si somos descuidados, con seguridad no veremos la estrella de la mañana.
No piense que la venida de Cristo se reduce simplemente a dejar Su trono y venir inmediata y directamente a la tierra. El estará en los aires por un tiempo. Los vencedores tempranos serán arrebatados antes de que se abra el sexto sello, el cual será un preámbulo, una advertencia, de la gran tribulación venidera que durará tres años y medio. Es imposible determinar cuándo va a dejar Cristo Su trono en los cielos para venir a los aires. Pero sí sabemos que ocurrirá más o menos antes de la gran tribulación. Habrá un intervalo entre el descenso de Cristo a los aires y Su descenso a la tierra. Durante ese intervalo, El completará el arrebatamiento de los santos y llevará a cabo Su juicio sobre todos ellos para elegir a los vencedores, los cuales serán el ejército con el cual peleará contra el ejército del anticristo.
Como hemos visto, en el aspecto secreto de la segunda venida de Cristo, El regresará como un ladrón. Pero en el aspecto visible, vendrá con poder y gran gloria, y todas las tribus de la tierra lo verán (1:7; Mt. 24:27, 30). Apocalipsis 1:7 dice: “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, aun los que le traspasaron; y todas las tribus de la tierra harán lamentación por El. Sí, amén”. El Señor aparecerá como un relámpago que alumbra desde el oriente hasta el occidente. Qué diferencia entre esto y Su venida secreta como ladrón. Apocalipsis 1:7 menciona “todas las tribus de la tierra”. Después de mucho estudio, he concluido que en este versículo la palabra griega debe de referirse a la Tierra Santa, y no a todo el mundo. En otros versículos puede tener el sentido de toda la tierra, pero aquí debe de referirse a la Tierra Santa. Todas las tribus de la Tierra Santa lo verán. La base para esto está en Zacarías 12:10-14, donde dice que mirarán a aquel a quien traspasaron y que la tierra lamentará por El. Las tribus mencionadas en 1:7 son las tribus de los que lo traspasaron. Apocalipsis 1:7 indudablemente es una referencia a Zacarías 12. De acuerdo con el contenido de Zacarías 12, las tribus no son los linajes de todas las naciones de la tierra, sino las doce tribus de la Tierra Santa. Basándonos en esto, podemos decir que las tribus mencionadas en 1:7 son las doce tribus de la Tierra Santa. Cuando el Señor aparezca como relámpago con poder y gloria será visto por todos en la Tierra Santa, es decir, las doce tribus lo contemplarán a El y se lamentarán.
El día y la hora de la segunda venida de Cristo en el aspecto secreto no se conoce (Mt. 24:36), mientras que el tiempo de Su venida en el segundo aspecto es claramente revelado. Ocurrirá al sonar la última trompeta (la séptima trompeta), al final de la gran tribulación (18:1; Mt. 24:15, 21, 27; 1 Ts. 4:16; 1 Co. 15:52; 2 Ts. 2:1-4, 8). Mateo 24:15 dice: “Por tanto, cuando veáis la abominación desoladora, anunciada por medio del profeta Daniel erigida en el lugar santo”. La “abominación desoladora” es un ídolo, la imagen del anticristo. De acuerdo con Daniel 9:27, el anticristo hará un convenio con la nación de Israel que durará siete años. A la mitad de los siete años, él anulará el convenio y comenzará a perseguir a los judíos. El anticristo estará absolutamente en contra de Dios; se proclamará a sí mismo Dios; erigirá una imagen de sí en el templo, y obligará a la gente a adorarla. Ante Dios, esto será la abominación que causará gran destrucción y se producirá a la mitad de la última semana de las setenta mencionadas en Daniel 9. En dicho capítulo, una semana equivale a siete años. En Mateo 24:15 el Señor Jesús indica que los creyentes judíos verán esto. Según lo revela Mateo 24:21, esto marcará el comienzo de la gran tribulación: “Habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá jamás”. Por consiguiente, la gran tribulación comenzará cuando el anticristo erija su imagen en el templo y obligue a la gente a adorarla. En estos versículos podemos ver que la venida visible del Señor no sucederá antes de la gran tribulación, sino cierto tiempo después de que comience. De acuerdo con los versículos de Apocalipsis, ocurrirá casi al final de la gran tribulación. Según el Nuevo Testamento, el Señor Jesús dejará Su trono en los cielos y descenderá a los aires antes de la gran tribulación. Desde allí, casi al final de la gran tribulación, descenderá visiblemente a la tierra.
Cuando Cristo venga visiblemente desde los aires a la tierra, el anticristo estará procurando exterminar la nación de Israel. El anticristo concentrará su ejército en un lugar llamado Armagedón con esa finalidad (16:16). Esto sucederá de acuerdo con el propósito de Dios, puesto que el plan de Dios es reunir a todos los ejércitos terrenales en Armagedón para destruirlos a todos al mismo tiempo y liberar a la tierra de ellos. La intención del anticristo será usar su ejército para exterminar la nación de Israel. Israel será rodeado por este ejército y no tendrá salida. Entonces, cuando sea imposible escapar, el Señor aparecerá como el resplandor de un relámpago y asentará Sus pies sobre el monte de los Olivos (Zac. 14:4). Antes de eso, la nación de Israel no creerá en el Señor Jesús, pero la amenaza del ejército del anticristo los obligará a arrepentirse. Cuando el Señor Jesús pose Sus pies sobre el monte de los Olivos, éste se partirá en dos. Esto proveerá una vía de escape para los perseguidos judíos, quienes, entonces, se arrepentirán, se lamentarán, y confesarán el mal que hicieron crucificando al Señor.
Si juntamos estos versículos, veremos que la venida visible del Señor probablemente ocurrirá casi al final de la gran tribulación. Mientras que el templo de Jerusalén no sea construido, el Señor Jesús no podrá venir visiblemente. Aunque tenemos cierta idea sobre el tiempo de Su manifestación, no sabemos cuándo vendrá en secreto. La Biblia dice que nadie lo sabe. Sin embargo, el Nuevo Testamento revela claramente que Cristo no vendrá visiblemente antes de la gran tribulación, es decir, antes de que el anticristo obligue a la gente a adorar su imagen. Pero nosotros no esperamos la manifestación visible del Señor, sino Su venida secreta. Al respecto el Señor es muy sabio, pues sabe que esto hará que velemos.
El lugar del aspecto visible de la venida del Señor es claramente revelado: El viene en una nube a la tierra (1:7; 14:14; Mt. 24:30; Zac. 14:4; Hch. 1:11-12). Según Hechos 1:11-12, el Señor vendrá de la misma manera que se fue al cielo. Puesto que El ascendió desde el monte de los Olivos, regresará al monte de los Olivos. Zacarías 14:4 dice: “Y se afirmarán Sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente”. Como lo indica claramente este versículo, el monte de los Olivos está fuera del muro de Jerusalén, cerca de la ciudad. El Señor descenderá al mismo lugar desde donde ascendió. Sin embargo, nosotros no estamos esperando verlo en el monte de los Olivos; queremos encontrarnos con El en el trono, en el tercer cielo, y luego regresar con El al monte de los Olivos. El ya ascendió a los cielos, y nosotros estamos esperando ser arrebatados a los cielos. No estamos esperando morir para luego ir al cielo. Esto es religioso. Estamos esperando que todo nuestro ser sea arrebatado al tercer cielo, al trono de Dios, y regresar con Cristo, primeramente a los aires y después a la tierra. Esta es la manera en que debemos visitar a Jerusalén. Nosotros vamos a ir allí después de pasar por el trono en el tercer cielo. Pero si usted es derrotado, perderá esta visita a Jerusalén.
Cuando el Señor Jesús venga visiblemente, lo hará con los santos vencedores para pelear contra el anticristo y su ejército en Armagedón (19:11-21; 17:13-14; 16:12-16; Zac. 14:3, 5; 2 Ts. 2:8). Y pisará el lagar del vino de la ira de Dios (19:15; 14:18-20). En Armagedón se concentrarán todos los ejércitos de la tierra; algunos vendrán del Lejano Oriente, otros del norte, y otros de Europa. Esta concentración de todos los ejércitos de la tierra estará en concordia con la sabiduría de Dios. Finalmente, las riquezas del mundo se concentrarán en el Medio Oriente, y todas las naciones tratarán insaciablemente de apoderarse de ellas. Mientras los ejércitos de la tierra se juntan en Armagedón, el Señor estará sentado en los aires observando y diciendo: “¿Están listos?” Cuando lleguemos al capítulo catorce, veremos que la concentración de los ejércitos será la vendimia de la viña de la tierra, y las uvas serán echadas en el gran lagar. A los ojos de Dios, los ejércitos de la tierra son como uvas, y Armagedón será el gran lagar. Al juntar los reyes, los generales y los líderes todos los ejércitos en Armagedón, ellos serán como uvas echadas en el gran lagar. Entonces el Señor descenderá a pisar las uvas en el lagar de Dios, y brotará de allí un gran río de sangre. ¡Muchos hombres malvados morirán en esa ocasión! Esto ocurrirá cuando el Señor venga visiblemente a la tierra. El propósito de la manifestación del Señor será exterminar los ejércitos del mundo. Después de esto, la guerra cesará en la tierra.
En Apocalipsis 22:12 y 20 el Señor Jesús nos hace una advertencia, diciendo: “He aquí Yo vengo pronto”. Nuestra amorosa repuesta debe ser: “Amén. ¡Ven, Señor Jesús!” (22:20; 2 Ti. 4:8). Nuestro interés en estos mensajes no es simplemente enseñar la doctrina en cuanto a lo que llaman el segundo advenimiento; antes bien, estamos estudiando el deseo que Dios tiene en Su corazón, el cual consiste en obtener un grupo de vencedores que velen y esperen Su segunda venida.