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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Cantar de Los Cantares»
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Mensaje 10

LAS CUATRO ETAPAS DE LA EXPERIENCIA ESPIRITUAL QUE ENCONTRAMOS EN EL CANTAR DE LOS CANTARES

  Lectura bíblica: Cnt. 1:2-4; 2:14; 4:8; 6:4

  El Cantar de los cantares, aunque es corto, contiene numerosas figuras y está lleno de puntos importantes. Es fácil perder el hilo de este libro, pero los escritos de aquellos que nos han precedido, sobre todo el estudio que hizo el hermano Nee sobre él, nos lo han abierto. Yo me siento muy agradecido porque podemos ver, gracias al hermano Nee, que el Cantar de los cantares describe la historia espiritual de las experiencias del cristiano, representada por un romance. En este libro estas experiencias se desarrollan en cuatro etapas.

LA PRIMERA ETAPA: ATRAIDOS Y CAUTIVADOS POR CRISTO A IR EN POS DE EL EN BUSQUEDA DE PLENA SATISFACCION

  En la primera etapa, somos atraídos y cautivados por Cristo a ir en pos de El en búsqueda de plena satisfacción (1:2-2:7). Esta etapa incluye mucho: el anhelo de ser besados por Cristo; la comunión íntima con El en la cámara interior; la entrada en la vida de iglesia al seguir los pasos del rebaño; el ser transformados por el Espíritu que nos vuelve a crear; y la participación en el reposo y satisfacción de Cristo.

  En esta etapa, el pecador salvo por gracia es avivado, atraído por el amor de Cristo y encantado por Su persona. Cantar de los cantares 1:2 dice, en referencia a Cristo: “Mejores son tus amores que el vino”. En todo el universo, nada puede compararse con El. El versículo 3 sigue con el mismo tema al mencionar “los ungüentos” de Cristo declarando que Su “nombre es como ungüento derramado”. Este ungüento, que en realidad es Cristo mismo como Espíritu, es una entidad compuesta de lo siguiente: la divinidad, la humanidad, la muerte de Cristo, Su resurrección, la eficacia de Su muerte y el poder de Su resurrección. Su nombre representa la persona misma de Cristo, Su propio ser, y así vemos que Cristo es este Espíritu compuesto. “El postrer Adán [fue hecho] Espíritu vivificante” (1 Co. 15:45). Esto indica que el nombre de Cristo, siendo Su persona, es el ungüento compuesto.

LA SEGUNDA ETAPA: LLAMADOS A SER LIBRADOS DEL YO AL UNIRNOS A LA CRUZ

  La segunda etapa nos llama a ser librados del yo al unirnos a la cruz (Cnt. 2:8-3:5). En resumen, la segunda etapa tiene que ver con la experiencia de la cruz. Al considerar esta etapa, basta con recordar una sola palabra: cruz. En Cantar de los cantares 2:14 leemos: “Paloma mía, que estás en las grietas de la peña, en lo escondido de escarpados parajes, muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz; porque dulce es la voz tuya, y hermoso tu aspecto”. Aquí “las grietas de la peña” y “lo escondido de escarpados parajes” son figuras de la cruz. Cristo anhela ver el semblante encantador de la amada y oír su dulce voz en su unión con la cruz. La cruz es el énfasis central de esta sección que habla de ser librados del yo.

  Cuando vamos en pos de Cristo y somos satisfechos con el reposo y disfrute que hallamos en El, es posible que nos ocupemos mucho de nuestro yo, y caigamos en la introspección. Por tanto, debemos negarnos a nosotros mismos y permitir que nuestro yo sea quebrantado al unirnos a la cruz. Debemos quedarnos en las grietas de la peña y permanecer en lo escondido de escarpados parajes. Esto significa que debemos permanecer diariamente en la cruz. Esta debe ser nuestra experiencia, de modo que declaremos como Pablo: “Con Cristo estoy juntamente crucificado” (Gá. 2:20). Nosotros —nuestro “yo,” el hombre natural, el viejo hombre— fuimos crucificados, y ahora debemos permanecer en la cruz, esto es, en las grietas de la peña, en lo escondido de escarpados parajes. ¿Cómo alcanzaremos las grietas y lo escondido de escarpados parajes, los cuales son lugares escabrosos en lo alto de los montes? ¿Cómo podemos permanecer allí? Podemos ir a la cruz y permanecer allí únicamente por el poder de la resurrección de Cristo (Fil. 3:10).

LA TERCERA ETAPA: LLAMADOS POR CRISTO A VIVIR EN ASCENSION COMO NUEVA CREACION DE DIOS EN LA RESURRECCION DE CRISTO

  La tercera etapa consiste en ser llamados por Cristo a vivir en ascensión como nueva creación de Dios en la resurrección de Cristo (3:6—5:1). La resurrección de Cristo es posterior a la muerte de Cristo, y en Su resurrección somos una nueva creación. En efecto, la nueva creación es el producto de la resurrección de Cristo. Todo aquel que está en Cristo y en Su resurrección es una nueva creación (2 Co. 5:17). La resurrección y la nueva creación, junto con todo lo que éstas incluyen, están estrechamente relacionados con la ascensión de Cristo. En realidad, la resurrección y la ascensión de Cristo son una sola cosa. Si estamos en Su resurrección, también estamos en Su ascensión. Cuando vivimos en resurrección, ciertamente estamos en ascensión.

  Cantar de los cantares 4:8 demuestra que la tercera etapa de la experiencia espiritual en ese libro es el llamado a vivir en ascensión, pues dice: “Ven conmigo desde el Líbano, oh novia mía; ven conmigo desde el Líbano. Mira desde la cumbre de Amana, desde la cumbre de Senir y de Hermón, desde las guaridas de los leones, desde los montes de los leopardos”. Ya hemos dicho que Amana quiere decir “verdad,” Senir significa “armadura suave”, y Hermón significa “destrucción”. Cuando vivimos en ascensión, tenemos la verdad (representada por Amana) y obtenemos la victoria (representada por Senir y Hermón) sobre el enemigo. Cuando vivimos en ascensión, nos damos cuenta que la guerra ha terminado, que la victoria se ha ganado, y que el enemigo ha sido destruido. Las guaridas de los leones y los montes de los leopardos representan a Satanás y a sus fuerzas malignas. Estas fuerzas malignas están en el aire, pero cuando vivimos en ascensión, estamos en los cielos, muy por encima de ellos. Además, cuando vivimos en ascensión, espontáneamente somos una nueva creación de Dios en la resurrección de Cristo. ¡Cuán maravilloso es esto!

LA CUARTA ETAPA: LLAMADOS POR CRISTO DE MANERA MAS INTENSA A VIVIR DETRAS DEL VELO POR MEDIO DE LA CRUZ DESPUES DE EXPERIMENTAR SU RESURRECCION

  Tal vez pensemos que la tercera etapa es la etapa más elevada, pero según Cantar de los cantares, existe aún otra etapa. La cuarta etapa consiste en ser llamados por Cristo de manera más intensa a vivir detrás del velo por medio de la cruz después de experimentar Su resurrección (5:2-6:13). En ascensión, en los cielos, está el santuario de Dios, donde un velo, que representa la carne (He. 10:20), divide este santuario celestial en dos secciones. No pensemos que al llegar al santuario celestial ya hemos alcanzado el punto más elevado de la experiencia espiritual. Es posible alcanzar el punto más elevado sin llegar a la cámara interior del santuario celestial. Esta cámara es el Lugar Santísimo, Dios mismo. El velo que separaba el Lugar Santísimo del Lugar Santo se rasgó en dos cuando Cristo fue crucificado (Mt. 27:51), pero este velo no fue quitado una vez por todas, sino que permanece allí. Después de que alcanzamos la ascensión, nos damos cuenta finalmente de que en el santuario celestial hay una cámara interior y que debemos penetrar detrás del velo y morar allí, en Dios mismo.

  Hemos visto que el velo representa la carne, la cual es peor que el yo. Después de la primera etapa, todavía debemos llevar el yo a la cruz. Más adelante, en la cuarta etapa, tenemos la carne. Esto requiere una experiencia adicional de la cruz, pues debemos penetrar detrás del velo mediante la cruz, lo cual significa que, aun después de haber experimentado la resurrección y la ascensión, todavía necesitamos la cruz para poder vivir en el Lugar Santísimo detrás del velo. Ciertamente experimentamos la cruz en la segunda etapa, pero necesitamos una experiencia más profunda de la cruz en la cuarta etapa.

  Cantar de los cantares 6:4 dice: “Hermosa eres tú, oh amor mío, como Tirsa; encantadora como Jerusalén; imponente como ejércitos con banderas”. Aquí la que ama a Cristo es comparada con Tirsa y Jerusalén, lo cual indica que se ha convertido en la morada de Dios. Cuando el Señor la cautivó al principio, la comparó con una yegua, un caballo de los carros de Faraón. Luego, ella fue comparada con una rosa en Sarón, un lirio en los valles y entre las espinas, una paloma, una columna de humo, una litera, un palanquín, un huerto, y una fuente con un manantial. Pero ahora, ella es comparada con la morada celestial de Dios, la Jerusalén celestial. La palabra Jerusalén en el versículo 4 es una señal de la Nueva Jerusalén, e indica que todos los que aman a Cristo finalmente llegarán a ser la Nueva Jerusalén, la máxima consumación de la Biblia. Allí, en el Lugar Santísimo de Dios, tenemos la experiencia espiritual más elevada.

  Hemos visto las cuatro etapas de la experiencia espiritual en este libro: la etapa de la búsqueda, la etapa de la cruz, la etapa de la ascensión, y la etapa de vivir en el Lugar Santísimo. Si vemos claramente estas cuatro etapas, tendremos el entendimiento apropiado del Cantar de los cantares. Indudablemente, tal entendimiento no tiene precio.

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