Mostrar cabecera
Ocultar сabecera
+
!
NT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Nuevo Testamento
AT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Antiguo Testamento
С
-
Mensajes del libro «Estudio-Vida de Efesios»
Чтения
Marcadores
Mis lecturas


Mensaje 27

CRECEMOS PARA SER UN TEMPLO SANTO Y SOMOS EDIFICADOS PARA MORADA DE DIOS EN EL ESPIRITU

  En este mensaje llegamos a la última parte del capítulo dos, los versículos del Ef. 2:20-22, donde se revelan dos aspectos de la edificación: el aspecto universal y el local. En el sentido universal, la iglesia es una sola, y la iglesia que existe en una localidad determinada también es una sola localmente. En el versículo 21 vemos el aspecto universal de la iglesia: “En quien todo el edificio, bien acoplado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor”; y en el versículo 22 tenemos el aspecto local: “En quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el espíritu”. El “templo santo” se refiere al aspecto universal, mientras que la “morada de Dios”, al aspecto local.

I. EDIFICADOS SOBRE EL FUNDAMENTO DE LOS APOSTOLES Y PROFETAS

  La iglesia, como Cuerpo de Cristo, fue regenerada; como casa de Dios está siendo edificada. Aparentemente, el crecimiento y la edificación son dos cosas distintas; pero de hecho, la edificación de la casa equivale al crecimiento del Cuerpo. Si el Cuerpo no crece, la casa no se edifica.

  Con respecto a la iglesia, en calidad de edificio de Dios, debemos prestar especial atención al fundamento. El versículo 20 dice: “Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la piedra del ángulo Cristo Jesús mismo”. Muchos creyentes no logran entender cuál es el fundamento del que se habla en este versículo. En 1 Corintios 3:11 dice: “Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo”. Cristo es el único fundamento. No obstante, Efesios 2:20 habla del fundamento de los apóstoles y profetas. Esto de ninguna manera significa que los apóstoles y los profetas sean el fundamento. En contraste con Apocalipsis 21, donde los cimientos son los apóstoles, el fundamento aquí no es los apóstoles ni los profetas. Puesto que el misterio de Cristo fue revelado a los apóstoles (Ef. 3:4-5), la revelación que ellos recibieron se considera el fundamento sobre el cual se edifica la iglesia. Esto corresponde a la roca mencionada en Mateo 16:18, la cual no sólo es Cristo mismo, sino también la revelación con respecto a Cristo, sobre la cual El edificará Su iglesia. Por lo tanto, el fundamento de los apóstoles y profetas es la revelación que ellos recibieron con respecto a Cristo y la iglesia con miras a que se edifique la iglesia. La iglesia se edifica sobre esta revelación. Esto es lo que significa el fundamento que se menciona en Efesios 2:20.

  ¿Sobre qué edificamos la iglesia en el recobro del Señor? Decir que sobre Cristo es bastante general e indefinido. Tenemos que edificar la iglesia sobre la revelación que recibieron los apóstoles y profetas. Las llamadas iglesias, establecidas según las nacionalidades, no son edificadas sobre el fundamento de los apóstoles y profetas. Algunas de ellas excluyen a personas de cierto origen étnico o racial. Ciertamente esas congregaciones no están edificadas sobre el fundamento que se describe en 2:20. La Iglesia Católica Romana y las denominaciones afirman que su fundamento es Cristo. Sin embargo, ninguno de estos grupos declara que su fundamento sea el fundamento de los apóstoles y profetas. Por ejemplo, la denominación presbiteriana está edificada sobre el concepto del presbiterio. Sin embargo, la revelación que recibieron los apóstoles y profetas no fue que el presbiterio debía ser el fundamento de la iglesia. La iglesia metodista está edificada sobre los principios de Juan Wesley, y la iglesia católica, sobre el concepto jerárquico. Si la revelación confiada a los apóstoles y profetas fuese aplicada a la iglesia católica, ésta se derrumbaría. Las iglesias carismáticas están edificadas sobre el fundamento de ciertos dones y experiencias carismáticas. En contraste con todas estas llamadas iglesias, nosotros en el recobro del Señor afirmamos rotundamente que las iglesias en el recobro están edificadas sobre el fundamento de los apóstoles y profetas. Esto significa que las iglesias en el recobro del Señor están edificadas conforme a la revelación que recibieron los apóstoles y profetas. Según esta revelación, la iglesia recibe a creyentes de todas las razas y nacionalidades; incluye a los que hablan en lenguas y a los que no lo hacen. Si tenemos la visión referente al fundamento correcto sobre el cual se edifica la iglesia, nos daremos cuenta de que solamente las iglesias en el recobro del Señor, y no la iglesia católica, las denominaciones ni los grupos independientes, son edificadas sobre el fundamento correcto.

II. CRISTO MISMO ES LA PIEDRA DEL ANGULO

  El versículo 20 revela que Cristo es la piedra del ángulo en el edificio de Dios. Aquí se menciona a Cristo no como el fundamento (Is. 28:16) sino como la piedra del ángulo, porque el enfoque principal de este pasaje no es el fundamento sino la piedra que une los dos muros principales, es decir, el muro compuesto de los creyentes judíos y el de los creyentes gentiles.

  Cuando los edificadores judíos rechazaron a Cristo, lo rechazaron como la piedra del ángulo (Hch. 4:11; 1 P. 2:7), como el que uniría a los gentiles con ellos para la edificación de la casa de Dios.

  En Mateo 21 el Señor Jesús dio a entender de manera figurativa que los fariseos le rechazarían. El versículo 42 declara: “¿Nunca leísteis en las Escrituras: ‘La piedra que rechazaron los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo’. El Señor ha hecho esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos?” Con estas palabras, el Señor reveló que después de Su resurrección El llegaría a ser la cabeza del ángulo que uniría a los judíos y a los gentiles. Pedro, refiriéndose a Cristo, dijo a los religiosos fanáticos en Hechos 4:11 y 12: “Este Jesús es la piedra menospreciada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”. Las palabras de Pedro demuestran que la edificación está implícita en la salvación. Dios no nos salva para llevarnos al cielo, sino para unirnos a los judíos y obtener así Su edificio. El menosprecio que muchos de los judíos incrédulos sienten por el Señor Jesús se debe a que no quieren unirse a los gentiles. Un judío incrédulo puede estar separado de los gentiles; pero tan pronto cree en Cristo, queda unido por medio de El, la piedra del ángulo, a los creyentes gentiles. Seamos judíos o gentiles, fuimos salvos para unirnos en Cristo a fin de que Dios obtenga Su edificio.

III. CRECEMOS PARA SER UN TEMPLO SANTO

A. En Cristo

  El versículo 21 dice: “En quien todo el edificio, bien acoplado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor”. En Cristo, quien es la piedra del ángulo, todo el edificio, el cual incluye a los creyentes judíos y gentiles, está bien coordinado y crece para ser un templo santo.

B. Crece

  El edificio crece porque está vivo (1 P. 2:5), y crece para ser un templo santo. La verdadera edificación de la iglesia como casa de Dios se lleva a cabo al crecer en vida los creyentes. Actualmente la iglesia pasa por el proceso de crecimiento; pero este crecimiento no es en la vida natural, sino en la vida divina, la vida espiritual.

  El versículo 21 también declara que el edificio está bien acoplado. La frase “bien acoplado” significa hecho idóneo para la condición y situación del edificio.

C. Para ser un templo santo

  Como dice el versículo 21, todo el edificio va creciendo para ser un templo santo. La palabra griega traducida “templo” quiere decir “santuario”, la parte interior del templo. Es en el Señor que el edificio crece para ser un templo santo. Esto significa que la edificación de la casa de Dios como santuario de Dios, se lleva a cabo en Cristo el Señor.

  Ahora quisiera hacerles una pregunta: ¿Está el templo de Dios totalmente edificado? El hecho de que el templo aún está creciendo indica que por lo menos desde nuestro punto de vista todavía no está completo. El versículo 21 no dice que todo el edificio creció para ser un templo santo, sino que crece para ser un templo santo.

  La expresión “todo el edificio” alude a la iglesia universal. Al analizar los diecinueve siglos de historia de la iglesia, difícilmente podemos ver el crecimiento del edificio. Sin embargo, no debemos desalentarnos, pues nada puede impedir que se cumpla el propósito de Dios. El edificio universal sigue creciendo. En Mateo 16 el Señor Jesús profetizó que El edificaría Su iglesia. Esta edificación es la misma que se menciona en Efesios 2:21. Aunque el crecimiento del edificio es lento e imperceptible, sigue adelante.

IV. EDIFICADOS PARA SER MORADA DE DIOS EN EL ESPIRITU

  El versículo 22 dice: “En quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el espíritu”. La palabra “vosotros”, que se refiere a los santos locales, denota que el edificio mencionado en el versículo 21 es universal, y que el del versículo 22 es local. En este versículo Pablo dice que los santos locales, los santos de Efeso, eran juntamente edificados en Cristo para morada de Dios. De esta manera, en estos versículos Pablo abarca tanto el aspecto universal como el aspecto local de la iglesia. Cuando dice que todo el edificio va creciendo, se refiere al aspecto universal; y cuando expresa que los creyentes que viven en determinada localidad son juntamente edificados, se refiere al aspecto local.

  ¿Por qué usa Pablo el término “templo santo” para hablar del aspecto universal de la iglesia, y la expresión “morada de Dios” para referirse al aspecto local? ¿Cuál es la diferencia, si la hay, entre el templo santo y la morada de Dios? Aparte del templo universal, no existe ningún templo que se llame templo local. El templo y la morada se refieren a dos aspectos de una misma cosa. No piense que el templo es una morada. El templo es el lugar donde el pueblo de Dios contacta a Dios, le adora y escucha Su oráculo; mientras que la morada es un lugar de descanso; Dios reposa en Su morada. Sin embargo, el templo y la morada no son dos lugares distintos; más bien, son dos aspectos, dos funciones o usos, del mismo edificio. La iglesia es el lugar donde el pueblo de Dios contacta a Dios, le adora y recibe Su palabra, y es también el lugar donde Dios reposa.

  Las iglesias locales son parte de la iglesia universal, no algo agregado a ella o distinto de ella. La iglesia universal es la totalidad de las iglesias locales, lo cual indica que la iglesia universal no puede existir sin las iglesias locales. Por consiguiente, edificar la iglesia local equivale a edificar la iglesia universal. Todas las iglesias locales son parte de la misma edificación. La edificación de la iglesia en Anaheim no es diferente de la que se lleva a cabo en la iglesia en Chicago, ni en la iglesia en Nueva York. Sin embargo, según nuestro concepto natural, en cada localidad existe una edificación diferente. Pero la realidad es que en este universo existe una sola edificación, la cual tiene un aspecto universal y un aspecto local. No importa cuántas iglesias puedan existir en la tierra, hay una sola edificación, la cual tiene estos dos aspectos.

  El versículo 22 dice que somos juntamente edificados para morada de Dios en el espíritu. Este espíritu se refiere al espíritu humano de los creyentes, donde mora el Espíritu Santo de Dios. El Espíritu de Dios es el Morador, no la morada. La morada es el espíritu de los creyentes. El Espíritu de Dios mora en nuestro espíritu. Por lo tanto, la morada de Dios está en nuestro espíritu.

  El versículo 21 dice que el templo santo está en el Señor, y el versículo 22, que la morada de Dios está en el espíritu. Esto indica que el Señor es uno con nuestro espíritu y que nuestro espíritu es uno con el Señor. De hecho, estar en nuestro espíritu equivale a estar en el Señor, y estar en el Señor equivale a estar en el espíritu. El que se une al Señor es un solo espíritu con El (1 Co. 6:17). Es sencillamente imposible separar nuestro espíritu del Señor. Así que, nuestro espíritu es el lugar donde se lleva a cabo la edificación de la iglesia. La edificación no se efectúa en nuestra mente, en nuestra parte emotiva, en nuestra alma o en nuestro corazón; la iglesia se edifica exclusivamente en nuestro espíritu.

  Para entender temas tales como el fundamento de los apóstoles y profetas, y la diferencia entre el templo santo y la morada de Dios, se requiere estudiar la Biblia con una mente sobria. La Biblia es el más lógico de los libros. Nuestro Dios no es un Dios insensato. El nunca expresa cosas que carecen de sentido. El es muy lógico, lo mismo que todo lo que consta en Su Palabra. Así que no debemos tener una mentalidad indisciplinada al estudiar la Biblia. Al contrario, al leer la Biblia debemos ejercer una mente sobria con la cual formular preguntas adecuadas. Entonces seremos iluminados. Este constituye un principio básico para entender la palabra de Dios. Que todos, especialmente los hermanos y hermanas jóvenes, aprendamos a estudiar la Biblia de esta manera.

Biblia aplicación de android
Reproducir audio
Búsqueda del alfabeto
Rellena el formulario
Rápida transición
a los libros y capítulos de la Biblia
Haga clic en los enlaces o haga clic en ellos
Los enlaces se pueden ocultar en Configuración