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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Efesios»
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Mensaje 91

LA FE, NO LA DOCTRINA

  Lectura bíblica: Ef. 4:13-14; Jud. 1:3; 1 Ti. 1:19; 3:9; 6:12a; 2 Ti. 4:7; Tit. 1:4, 13b

  En 4:13 Pablo habla de la unidad de la fe, y en 4:14, de los vientos de enseñanza, esto es, de la doctrina. Esto indica que debemos distinguir entre la fe y la doctrina. En cuanto a la fe, es decir, en lo que debemos creer para ser salvos, el Nuevo Testamento es firme, preciso y coherente. En Judas 3 se nos dice que debemos incluso “contender ardientemente por la fe que ha sido trasmitida a los santos una vez para siempre”. En cuanto a la fe, debemos estar listos para contender. No simplemente debemos insistir en la fe y defenderla, sino pelear por ella a cualquier precio, aun a costo de nuestra propia vida. La fe por la cual debemos contender es la común fe, la fe cristiana, la fe que nos salva.

LIBERALES PARA CON LOS DEMAS EN RELACION CON LA DOCTRINA

  Por otro lado, el Nuevo Testamento nunca nos exhorta a contender por la doctrina; antes bien, toma una postura liberal al respecto. Tomemos el ejemplo de comer de lo sacrificado a los ídolos. Tal vez nos sorprenda lo que Pablo escribió al respecto en Romanos y en 1 Corintios. En algunos pasajes él indica que es permitido hacerlo, mientras que en otros, firmemente nos exhorta en contra de esta práctica. Hace años, dediqué bastante tiempo tratando de entender esto. Preocupado por lo que parecía ser una contradicción en los escritos de Pablo, me preguntaba por qué él no nos dijo de una manera clara y definitiva si se puede o no comer cosas sacrificadas a los ídolos. No fue sino hasta después que fui liberado de la preocupación doctrinal que logré entender que Pablo, al escribir sobre este asunto, expresó una opinión diferente en distintas ocasiones porque él era liberal con respecto a la doctrina. El sabía que bajo ciertas circunstancias era permitido comer de lo sacrificado a ídolos, mientras que en otras, no. Sólo cuando dejamos de preocuparnos por la doctrina entendemos que la respuesta a ciertos asuntos doctrinales depende de las circunstancias. Por esta razón Pablo pudo decir una cosa en una ocasión, y algo distinto en otra.

CUATRO ELEMENTOS NEGATIVOS

  Pablo no tomó una postura concreta en cuanto a comer carne o a observar ciertos días; con relación a esto, él fue más bien liberal. Sin embargo, en Romanos 16:17, dijo firmemente: “Ahora bien, os exhorto, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la enseñanza que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos”. En cuanto a las doctrinas, Pablo era liberal, pero con respecto a la división, se expresó de manera muy precisa. El nos pide que señalemos a los que causan división y que los evitemos.

  En 1 Corintios 5:7-11 Pablo habla sobre la fornicación y la idolatría. En el versículo 9, él exhorta a los santos a no mezclarse con los fornicarios. La fornicación daña la humanidad, y la idolatría ofende a Dios. Aunque Pablo fue liberal con respecto a la doctrina, no toleró nada que estuviese relacionado con la fornicación o la idolatría. En cuanto a esto, tomó una postura firme y definida.

  En Tito 3:10, Pablo declara: “Al hombre que cause disensiones, después de una y otra amonestación deséchalo”. El que causa divisiones es un disidente, es sectario, así que, si después de recibir dos o tres amonestaciones, persiste en causar divisiones, se le debe desechar; no debe haber concesión ni neutralidad. Por tanto, con relación a la idolatría, a la fornicación y a la división, Pablo fue muy estricto, y así también debemos ser nosotros.

  Según 2 Juan vemos que debemos rechazar también a los que niegan la encarnación de Cristo. El versículo 7 dice: “Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo”. Este versículo indica que aun en el primer siglo hubo quienes se llamaban cristianos, aunque no confesaban que Cristo era Dios que había venido en carne; en otras palabras, negaban el hecho de que Cristo era Dios encarnado. En el versículo 9, el escritor añade: “Cualquiera que se extravía, y no permanece en la enseñanza de Cristo, no tiene a Dios; el que permanece en esta enseñanza, ése sí tiene al Padre y al Hijo”. La palabra “extravía” significa ir más allá. La Biblia revela que Cristo es el Dios encarnado. Los que negaban esto se extraviaron, abandonaron la enseñanza de que Cristo es el Dios encarnado. Por ello, el apóstol Juan previene a los creyentes en cuanto a esta clase de personas, diciendo: “Si alguno viene a vosotros, y no trae esta enseñanza, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Regocíjate! Porque el que le dice: ¡Regocíjate! participa en sus malas obras” (vs. 10-11). No podemos recibir a los que niegan la encarnación de Cristo.

  Conforme al Nuevo Testamento, hay cuatro cosas que no se deben tolerar: la idolatría, la fornicación, la división y la negación de la deidad de Cristo. En cuanto a la fe, debemos ser valientes, firmes y claros, listos para contender por la fe que fue trasmitida a los santos, pero, en cuanto a las doctrinas, debemos ser liberales para con otros. No obstante, no debemos tolerar la idolatría, la fornicación, la división, ni la negación de la encarnación de Cristo.

PONER EN PRACTICA ROMANOS 14

  Aparte de los cuatro elementos que acabamos de mencionar, el Nuevo Testamento no contiene un quinto elemento que nos restrinja con respecto a cuáles creyentes podemos recibir. Es cierto que el Nuevo Testamento nos exhorta a amarnos unos a otros, pero no dice que debemos desechar a una persona porque no sigue la enseñanza de amar a los demás. Pasa lo mismo con la doctrina del lavamiento de los pies. En Juan 13 el Señor Jesús nos exhorta a lavarnos los pies los unos a los otros; sin embargo, no encontramos nada en este capítulo que indique que nos abstengamos de tener comunión con un creyente que no practica esto. Según el mismo principio, aunque el Nuevo Testamento hace énfasis en el bautismo, no dice que debemos rechazar a un creyente porque no ha sido bautizado. No debemos apartarnos de aquellos creyentes cuya doctrina difiera de la nuestra.

  Debemos tener presente Romanos 14 y ponerlo en práctica. Muchos maestros cristianos hoy en día hablan del Cuerpo revelado en Romanos 12 sin prestar la debida atención a Romanos 14. Sin Romanos 14, no se puede poner en práctica la vida del Cuerpo que se revela en Romanos 12. Es sólo al ser liberales para con los demás en cuanto a la doctrina que podemos poner en práctica la vida del Cuerpo.

  Muchos creyentes no ponen en práctica la vida del Cuerpo; lo que vemos entre ellos es división tras división. De hecho, ocurren más divisiones entre los cristianos serios que entre los que son mundanos o indiferentes al Señor y a Su Palabra. Cuanto más son avivados y renovados al leer la Biblia, más propensos son a dividirse por cuestiones doctrinales. Hoy en día hay tanta división en el cristianismo, que es casi imposible que los cristianos experimenten la vida del Cuerpo. Esto sucede especialmente en el movimiento carismático. A los miembros de este movimiento les encanta hablar del Cuerpo; sin embargo, entre ellos se producen más divisiones que en cualquier otro grupo cristiano. Esto se debe a que ellos hablan de Romanos 12, pero descuidan Romanos 14. Repito, sólo cuando ponemos en práctica Romanos 14, podemos vivir la realidad del Cuerpo descrita en Romanos 12.

  Conforme a Romanos 14, en la vida de iglesia hay lugar para los que sostienen diferentes doctrinas. Algunos creen que pueden comer de todo, mientras que otros comen solamente legumbres. Asimismo, algunos guardan ciertos días, mientras que otros consideran que todos los días son iguales. ¿Vemos que en la vida de iglesia hay y deben haber diferentes doctrinas? Tomemos por ejemplo el cubrirse la cabeza. En las reuniones, algunas hermanas llevan un velo sobre su cabeza, pero muchas otras no. Esto indica que entre las hermanas hay diferentes doctrinas acerca de cubrirse la cabeza. Esto es una señal muy positiva de que la iglesia recibe a las hermanas que usan velo y a las que no lo usan. He asistido a reuniones cristianas donde las hermanas que no se cubren la cabeza no son aceptadas. Y he estado en otras donde las hermanas llevan diferentes clases de velos y de distintos colores. Pero también he asistido a reuniones donde se exigía a las hermanas que llevasen un velo del mismo tamaño, estilo y color. ¡Gloria al Señor que en la vida de iglesia no nos dividimos por cuestiones como éstas! En la iglesia recibimos a los que sostienen diferentes doctrinas en cuanto a cubrirse la cabeza. ¡Qué maravilloso es esto!

  Aunque no estemos de acuerdo en cuanto a la doctrina, somos verdaderamente uno. Pero los que están distraídos con la doctrina, con frecuencia se hallan discutiendo si ciertas doctrinas y ciertas prácticas son bíblicas. No obstante, podemos declarar que la reunión más bíblica es aquélla en la que se recibe a los creyentes que sostienen diferentes doctrinas. Al mismo tiempo que contendemos por la fe y rechazamos los cuatro elementos negativos que hemos mencionado, debemos ser liberales hacia los demás en cuanto a la doctrina. Esta es la única forma de preservar la unidad. Si disputamos sobre la doctrina, repetiremos la historia de división del cristianismo.

ESCAPAR DE LA TRAMPA DOCTRINAL

  Hace aproximadamente siglo y medio, el Señor levantó a los hermanos de Inglaterra y les mostró muchas verdades de la Biblia. Innegablemente esto fue obra del Señor. No obstante, con el tiempo estos hermanos cayeron en la trampa del conocimiento doctrinal y se dividieron repetidas veces. En algunos casos, llegó a importarles más la manera de interpretar la Biblia que el propio Cristo. A raíz de esto, hoy existen centenares de divisiones entre ellos. Si visitáramos algunas de las asambleas de los Hermanos, veríamos que a ellos les gusta discutir sobre doctrinas, pero a muy pocos les interesa el Espíritu o el Cristo vivo. ¡Cuán lamentable es preocuparnos por interpretar la Biblia y pasar por alto al Señor Jesús!

  En el recobro del Señor hemos escapado de la trampa de la doctrina y estamos regresando al Señor mismo. ¡Cuánto alabo al Señor por haberme rescatado del conocimiento doctrinal! En el recobro del Señor, no nos apetece la doctrina. Además, rechazamos la idolatría, la fornicación, la división y la negación de la deidad de Cristo. Aunque somos estrictos en cuanto a estas cosas negativas, somos liberales hacia los demás con relación a la doctrina. No estamos por las doctrinas, las prácticas ni las ordenanzas. Lo único que nos interesa es Cristo como Cabeza, y la iglesia como Su Cuerpo. Por lo tanto, somos verdaderamente uno.

LA INTENCION DE DIOS

  La intención de Dios no es obtener un pueblo que sea moral y piadoso de una manera religiosa; Su intención es tener un pueblo regenerado, santificado, purificado, transformado y edificado como el nuevo hombre. El desea que la iglesia sea el nuevo hombre y que, como tal, tome a Cristo como su persona. Nuestro interés es llegar a ser ese nuevo hombre, lleno y saturado de Cristo. Lo que a Dios le interesa es que seamos llenos de Cristo, alimentados por Cristo y edificados en Cristo para ser una iglesia apropiada.

EL RECOBRO DEL SEÑOR Y LA VENIDA DEL SEÑOR

  En el recobro del Señor, todos debemos entender claramente lo que el Señor está haciendo en la tierra hoy. No pensemos que el recobro es una obra o movimiento cristiano ordinario. El recobro de la vida de iglesia no es una obra o movimiento cristiano más; el recobro es único y tiene una tremenda importancia.

  El recobro del Señor está relacionado con la venida del Señor. Las profecías bíblicas revelan que dos de las señales del regreso del Señor son, primero, que la nación de Israel sería formada de nuevo, y segundo, que Jerusalén sería devuelta a Israel. Como ya sabemos, estas dos señales ya se cumplieron; la nación de Israel se volvió a formar en 1948, y Jerusalén fue devuelta a Israel en 1967. Lo que el Señor dijo en Lucas 21:24 revela que la devolución de Jerusalén a Israel alude a la plenitud de la era de los gentiles. Puesto que ya se cumplieron estas dos señales, creemos que el Señor no tardará en regresar. Además, la situación mundial está enfocada en el Medio Oriente, particularmente en los problemas relacionados con el petróleo. La situación mundial converge cada vez más con las profecías bíblicas.

  La Biblia nos enseña también que la novia debe estar preparada. Consideremos la condición del cristianismo actual y preguntémonos dónde se está preparando la novia. ¿Se está preparando la novia en el catolicismo?, ¿en las denominaciones?, ¿en el movimiento carismático?, ¿en los grupos independientes? Creo sinceramente que la novia se está preparando en el recobro del Señor. Reconocemos nuestra imperfección y debilidad; no obstante, es un hecho que no hay creyentes que amen más al Señor como los que están en las iglesias locales. Recientemente recibimos un informe en el que nos enteramos de que algunos misioneros que estaban en Taiwán, aunque criticaban a las iglesias locales, reconocieron que los creyentes de las iglesias eran los más maduros de toda la isla. Sencillamente no podemos negar el hecho de que muchos santos en el recobro del Señor aman al Señor Jesús de una manera absoluta.

  Quiera el Señor mostrarnos que estar en Su recobro no es algo insignificante. El tiempo es corto y la venida del Señor está cerca. Ciertamente antes de que El regrese, la novia debe estar lista para El. Puede ser que no le quede tiempo al Señor para empezar otra obra que prepare la novia, como la que lleva a cabo en Su recobro. Si la novia no se está preparando en el recobro, muéstreme en dónde se está llevando a cabo esta preparación. En las iglesias no debemos gloriarnos ni tampoco ser orgullosos; jactarse o ser orgullosos es absurdo. No obstante, debemos reconocer el hecho de que no hay cristianos que amen al Señor más que los que están en las iglesias en el recobro del Señor. Alabamos al Señor de que a pesar de lo débil e imperfectos que somos, El nos lleva adelante. Creemos que la vida de iglesia se extenderá a Europa y que finalmente llegará a Jerusalén. Creemos que cuando el Señor regrese y ponga Sus pies en el monte de los Olivos, habrá una iglesia en Jerusalén para recibirlo. ¡Qué vergüenza sería para El si no hubiera una iglesia en Jerusalén cuando El volviera! Que todos veamos claramente que no participamos en una obra cristiana ordinaria; estamos en el recobro del Señor, en el mover que El lleva a cabo hoy sobre la tierra. ¡Alabado sea el Señor, El está avanzando! Sigamos adelante con El para encontrarnos con El a Su venida. ¡Que la novia esté preparada!

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