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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Esdras»
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Mensaje 2

INTRODUCCION

  Lectura bíblica: Esd. 1:1-5

  En este mensaje presentaremos una introducción al estudio-vida de Esdras.

I. ESDRAS, NEHEMIAS Y ESTER CONSTITUYEN LOS ULTIMOS TRES LIBROS QUE NARRAN LA HISTORIA DE LOS ESCOGIDOS DE DIOS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

  Esdras, Nehemías y Ester figuran después de 1 y 2 Crónicas, y son los últimos tres libros que narran la historia del pueblo escogido de Dios en el Antiguo Testamento. Estos libros giran en torno al cautiverio de los escogidos de Dios. Los dos primeros hablan de cómo regresó el pueblo de Dios de su cautiverio (cfr. Daniel, Hageo, Zacarías y Malaquías), y el último presenta un ejemplo de la manera en que el Dios que se encubre cuida secretamente a Su pueblo escogido, mientras éste se halla cautivo.

II. EL ESCRITOR

  El autor del libro de Esdras fue el propio Esdras, cuyo nombre significa “ayuda” o “ayudador”. El era descendiente de Aarón (7:1-5); además, era sacerdote y escriba, versado en la ley de Moisés (vs. 6, 11-12). En la Biblia se mencionan tres Esdras: uno era el sacerdote que regresó con Zorobabel (Neh. 12:1), otro era descendiente de Caleb (1 Cr. 4:15-17), y el tercero fue el que escribió este libro.

III. EPOCA

  El contenido de este libro abarca un período de aproximadamente ochenta años, entre 536 y 457 a. de C.

IV. CONTENIDO

  Es muy importante conocer el contenido del libro de Esdras. Este libro relata el regreso del cautiverio de dos grupos de israelitas. El primer grupo lo dirigió Zorobabel, un descendiente de la familia real de David (capítulos 1—6). Zorobabel debía ser el sucesor al trono de David, mas Ciro lo nombró gobernador de Judá. El segundo grupo lo dirigió Esdras, sacerdote y descendiente de Aarón (capítulos 7—10).

  El hecho de que Zorobabel fuera de la tribu real (Judá), y que Esdras fuera descendiente de una familia sacerdotal, reviste gran importancia. Los sacerdotes se encargaban de hablar por Dios, mientras que los reyes, gobernaban por El. Todas las acciones de Dios dependen de Su oráculo y Su gobierno.

V. PUNTOS CRUCIALES

  El libro de Esdras se centra en el regreso de los hijos de Israel de la cautividad. Esto es crucial en cuatro aspectos.

A. El regreso de los hijos de Israel de su cautividad restaura el propósito por el cual Dios los había llamado

  Dios había llamado y apartado a los hijos de Israel para que fueran Su testimonio, pero el cautiverio había anulado este propósito. Sin embargo, Dios los hizo volver de la cautividad y así pudo llevar a cabo Su objetivo.

  Como nación, se supone que los hijos de Israel debían ser el testimonio de Dios. Pero ¿de qué manera lo serían? Para contestar esta pregunta debemos ver que la ley que Dios les dio por medio de Moisés era llamada “el testimonio” (Ex. 25:16, 21), pues ella era un retrato de Dios. Dios les dio la ley, y ésta retrataba lo que El era. En particular, los Diez Mandamientos son el testimonio de Dios. Al arca también se le llamaba el arca del testimonio (25:22; 26:33), y al tabernáculo, el tabernáculo del testimonio (Nm. 1:50, 53).

  Los Diez Mandamientos, que fueron inscritos sobre dos tablas de piedra, se dividen en dos grupos de cinco mandamientos cada uno; así como los diez dedos de nuestras manos están divididos en dos grupos de cinco dedos cada uno. Cada grupo de cinco mandamientos consta de cuatro más uno.

  En el primer grupo, los tres primeros mandamientos tienen que ver con Dios, y nos exhortan a no tener ningún otro dios, a no adorar ídolos y a no tomar el nombre de Dios en vano. En otras palabras, Dios debe ser nuestro único Dios.

  El cuarto mandamiento tiene que ver con guardar el Sábado. El verdadero significado de esta observancia es cesar de toda actividad para dedicarse a Dios. Aquellos que no guardaban el Sábado, tal vez ganaban un día para ellos, pero perdían a Dios. Este mandamiento también está relacionado con Dios; así que, los cuatro primeros mandamientos tienen que ver con El.

  El quinto mandamiento, el de honrar a nuestros padres, los ubica a ellos al mismo nivel que Dios y señala a Dios como el origen. Nuestro origen es nuestros padres, y el origen de nuestros padres es Dios. Cuando los honramos a ellos, honramos al propio Dios. Así que, honrar a nuestros padres es algo muy importante.

  El segundo grupo de cinco mandamientos tratan de las relaciones entre unos y otros. Estos son los mandamientos que hablan de no matar, no cometer adulterio, no robar, no mentir y no codiciar. Cuán maravillosa sería nuestra sociedad si no hubiera crímenes, adulterio, hurto, mentira, ni codicia. Si todos fuéramos amables, puros, genuinos y serviciales, ciertamente éste sería un lugar maravilloso. El pueblo que cumpliera estos cinco mandamientos sería un verdadero testimonio de Dios, un pueblo que daría testimonio de que su Dios es un Dios de amor, pureza, compasión y veracidad. Indudablemente un pueblo como éste sería el pueblo especial de Dios, Sus escogidos, o sea, un pueblo apartado para Dios y santificado por completo para El.

  Después de que el hombre que Dios creó hubo caído, el género humano se degradó cada vez más, hasta que en Babel se corrompió por completo. Allí Dios abandonó al linaje creado y más tarde llamó a Abraham, a cuyos descendientes les entregó la ley como testimonio Suyo. El esperaba que los descendientes de Abraham fueran un pueblo cuyo único Dios fuera Jehová, cuyo reposo fuera ser uno con su Dios, que honraran su origen y que se amaran unos a otros con pureza y honestidad. Este pueblo sería semejante a Dios en expresión. Sus ciudadanos serían las muchas réplicas de Dios sobre la tierra y darían testimonio de que existe un solo Dios en el cielo. Este era el propósito por el cual Dios había llamado y separado a los israelitas. Sin embargo, los hijos de Israel le fallaron, quebrantando cada uno de los diez mandamientos, y se degradaron al mismo nivel del resto de la humanidad.

  El testimonio de Dios consiste en manifestar que tenemos un solo Dios, que cesamos de toda actividad a fin de ser uno con El, disfrutándolo y poseyéndolo como nuestro todo, y que lo honramos como nuestro origen, representado por nuestros padres. En el caso de Israel, ellos fueron llevados cautivos, y Dios perdió dicho testimonio. Ciertamente Dios los había llamado con el fin de que fueran Su testimonio, pero este propósito quedó anulado cuando ellos fueron hechos cautivos. No obstante, el regreso de los hijos de Israel de su cautiverio recobró el propósito de Dios.

B. Al volver del cautiverio a Jerusalén, fue restaurada su unidad

  Con el fin de tener un testimonio, Dios siempre mantuvo unido a Israel en un pedazo de tierra específico, y no permitió que llegaran a ser un pueblo muy numeroso. Ellos eran un pueblo especial que habitaba en un lugar especial, y que permanecía unido. Sin embargo, el cautiverio los esparció, unos a Asiria, otros a Egipto, y la mayoría de ellos a Babilonia. Esto los dividió y así perdieron la unidad como nación. Pero su regreso del cautiverio a la tierra de Jerusalén (Dt. 12:5, 11-14), restauró su unidad. Sin embargo, como veremos, en su regreso trajeron consigo algunos elementos del cautiverio.

C. Al volver del cautiverio se restaura el disfrute que tenían de la porción de la buena tierra de promisión

  Dios condujo a los hijos de Israel a la tierra prometida mediante la redención y salvación, a fin de que ellos participaran de dicha tierra y la disfrutaran como porción, conforme a la economía de Dios. Pero por causa de su fracaso, ellos fueron llevados cautivos, perdiendo así su porción de la buena tierra. Sin embargo, al volver del cautiverio, les fue restaurado el disfrute de la porción de la tierra que Dios les había prometido.

  En las denominaciones no se enseña ni se recalca que Cristo es nuestro deleite y que debemos disfrutarlo. Cuando estuve allí nunca disfruté a Cristo. Sólo después de salir de ellas, empecé a disfrutarlo.

  Los que están cautivos se hallan lejos de la buena tierra, alejados de Cristo. Los israelitas que fueron llevados cautivos a Babilonia estaban lejos de la buena tierra. De la misma manera, los cristianos que están en las denominaciones son cautivados por muchas cosas, y alejados del disfrute de Cristo. Ellos poseen el nombre de Cristo, pero no disfrutan a Cristo mismo. Si desean disfrutar a Cristo, deben salir del cautiverio y volver a la debida base de unidad, donde está Cristo, nuestra buena tierra.

D. Dios deseaba que se edificara Su casa y que se estableciera Su reino en la tierra

  Dios deseaba que por medio de la participación y el disfrute que Israel tenía de la buena tierra, Su casa fuera edificada y Su reino establecido. Esto no podía cumplirse si los hijos de Israel no salían del cautiverio y regresaban a la buena tierra.

  ¿Dónde están hoy la casa de Dios y Su reino? Satanás, el enemigo de Dios, ha usurpado la tierra y ha hecho de ella su casa y su reino. Esto ha provocado un gran problema. ¿Por qué necesita Dios un pueblo hoy? Porque desea tener una casa donde El sea el Padre, y un reino donde El sea el Rey. El necesita obtener Su casa y Su reino para llevar a cabo Su economía eterna. Esta es la razón por la que Dios necesita que Su pueblo vuelva del cautiverio. El requiere una casa y un reino, y para ello necesita tener un recobro.

  Todos los puntos cruciales que hasta ahora hemos mencionado son tipos del recobro actual de la vida de iglesia, que equivale a salir de la gran Babilonia, donde está cautiva la iglesia (Ap. 17:1-6), y volver a la única base de unidad que Dios escogió.

VI. LAS SECCIONES

  El libro de Esdras consta de dos secciones: el regreso del cautiverio bajo el liderazgo real de Zorobabel (caps. 1—6), y el regreso del cautiverio bajo el liderazgo sacerdotal de Esdras (caps. 7—10).

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