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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Hechos»
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Mensaje 35

LA PROPAGACION EN ASIA MENOR Y EUROPA MEDIANTE EL MINISTERIO DE LA COMPAÑIA DE PABLO

(1)

  Lectura bíblica: Hch. 12:25; 13:1-12

  La sección de Hechos que muestra la propagación (2:1—28:31), consta de dos partes importantes: la propagación en Jerusalén, Judea y Samaria mediante el ministerio de la compañía de Pedro (2:1—12:24), y la propagación en Asia Menor y Europa mediante el ministerio de la compañía de Pablo (12:25—28:31). En este mensaje veremos primeramente el inicio del ministerio de Saulo en 12:25 y luego abordaremos la sección 13:1-12.

EL INICIO

  Leamos Hechos 12:25: “Y Bernabé y Saulo, cumplida la ministración, volvieron de Jerusalén, llevando también consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos”. Hechos 12:1-24 es una sección parentética que trata sobre la persecución de Pedro. Por tanto, Hechos 12:25 da continuación a 11:22-30, donde se describe el inicio del ministerio apostólico de Pablo. Hemos visto que Pablo fue salvo directamente por el Señor (9:3-6), y que fue iniciado en la identificación con el Cuerpo de Cristo mediante Ananías (9:10-19). Más tarde, mediante Bernabé, él fue introducido de manera práctica en la comunión con los discípulos de Jerusalén (9:26-28). Luego, pasado algún tiempo, fue traído nuevamente por Bernabé para participar en el mover del Señor, a fin de propagar el evangelio del reino en el mundo gentil (11:25-26; 13:1-3). La sección 11:19—12:25 relata la transición que hubo entre el ministerio apostólico de Pedro para con los judíos, el cual se extiende del capítulo dos al once, y el ministerio apostólico de Pablo para con los gentiles, presentado entre los capítulos trece y veintiocho (véase Gá. 2:7-8).

UN CAMBIO EN EL CURSO DEL MOVER DEL SEÑOR

  En 13:1-12, vemos el mover del Señor entre algunos de Sus santos dotados. Este pasaje no describe un nuevo comienzo, sino más bien un cambio en el curso del mover del Señor. Su mover había iniciado en Jerusalén y de allí, la corriente había fluido hasta Antioquía. Ahora en Antioquía se produciría un nuevo giro.

  Jerusalén era el centro de la religión judía, pero Antioquía era el centro del mundo gentil. Como centro, Antioquía era una ciudad estratégica. Por tanto, el Señor escogió este sitio para emprender un cambio en el curso de Su mover sobre la tierra, para dirigirse esta vez hacia el mundo gentil.

LOS PROFETAS Y MAESTROS DE ANTIOQUIA

  Leamos Hechos 13:1: “Había entonces en Antioquía, en la iglesia local, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el hermano de crianza de Herodes el tetrarca, y Saulo”. Los profetas son aquellos que hablan por Dios y lo proclaman por la revelación de Dios, y quienes a veces predicen bajo inspiración (11:27-28). Los maestros se encargan de enseñar las verdades conforme a la enseñanza de los apóstoles (2:42) y a la revelación de los profetas. Tanto los profetas como los maestros son universales y locales (Ef. 4:11).

  Cuando el fluir empezó en Jerusalén con los ciento veinte, sólo había judíos típicos; sin embargo, el relato de 13:1 nos muestra que en la iglesia en Antioquía había profetas y maestros de distintos orígenes. Bernabé era levita, natural de Chipre (4:36). Niger, que significa negro, se refiere probablemente a alguien de origen africano. Lucio era un hombre de Cirene, una ciudad de Africa del Norte. Podríamos decir que era judío, si se trata del mismo Lucio mencionado en Romanos 16:21, quien era pariente de Pablo. Manaén, hermano de crianza de Herodes y que por ende tenía un lazo político con los romanos, probablemente tenía influencia europea. El Herodes que se menciona en 13:1 es el que dio muerte a Juan el Bautista (Lc. 9:7-9). Fue una obra soberana del Señor que el hermano de crianza del asesino de Juan el Bautista llegara a ser uno de los líderes de la iglesia. Finalmente 13:1 menciona a Saulo, un judío nacido en Tarso e instruido por Gamaliel conforme a la ley de Moisés (22:3).

  De los cinco profetas y maestros mencionados en este capítulo, unos eran judíos y otros gentiles, y todos diferían en cuanto a origen, educación y rango social. Esto indica que la iglesia debe componerse de personas de toda raza y clase social, sin importar cuáles sean sus antecedentes, y que los dones y las funciones espirituales dados a los miembros del Cuerpo de Cristo no se basan en la condición natural de ellos.

  En 13:1 vemos que el Señor estableció un modelo. A partir de Antioquía, el curso del mover del Señor cambió y se dirigió hacia el mundo gentil, en el cual se hallan personas de distintas culturas, razas y condiciones sociales. Por lo tanto, al iniciarse este cambio, se estableció el modelo según el cual las iglesias deben componerse de personas de todas las razas y niveles sociales.

  En cuanto a los cristianos de hoy en día, vemos que ellos designan juntas directivas y comités para recaudar fondos, y así financiar sus actividades. Para esto dependen grandemente del sistema organizacional. Sin embargo, la situación que observamos en Hechos 13 es muy distinta. En este capítulo no se mencionan comités, juntas directivas, recaudaciones de fondos ni métodos de organización.

SE PRODUJERON PROFETAS Y MAESTROS

  Conforme a 13:1, había profetas y maestros en la iglesia en Antioquía. Debemos averiguar de qué manera fueron producidos. Ya que en ese entonces no existían seminarios ni la práctica de ordenar ministros ¿Cómo fueron producidos maestros y profetas, tales como Bernabé, Niger, Manaén, Lucio y Saulo?

Se manifestaron gradualmente

  En Efesios 4:11, Pablo declara que Cristo, la Cabeza del Cuerpo, ha otorgado cuatro categorías de dones al Cuerpo: apóstoles, profetas, evangelistas y, pastores y maestros. La Cabeza levanta estos dones y luego los da al Cuerpo. Ellos no son producidos por métodos humanos, tales como la educación teológica, selección u ordenación humanas, sino por la vida que manifiestan y por su conducta cristiana. Esto indica que entre los santos que aman al Señor y lo buscan, algunos manifiestan gradualmente su capacidad como evangelistas, profetas o maestros. Por ejemplo, en el capítulo siete, Esteban manifestó ser un gran maestro y en el capítulo ocho, Felipe demostró ser evangelista. Luego, en el capítulo nueve, vemos que Pablo exhibió primero su capacidad como evangelista y luego como maestro. Mientras él estuvo con la iglesia en Antioquía, él no llevó a cabo una obra evangélica, sino que estuvo enseñando. Hechos 11:26 declara que él y Bernabé “se congregaron allí todo un año en la iglesia, y enseñaron a mucha gente”. Esto demuestra que Bernabé y Saulo eran maestros, y es probable que los demás hermanos mencionados en 13:1, Niger, Lucio y Manaén, fueran profetas. Por supuesto, Pablo también tenía el don de predicar, pero en Antioquía él funcionó como maestro.

  Los cinco hermanos que se mencionan en 13:1 no fueron producidos de manera humana, sino más bien a medida que su don se manifestaba gradualmente entre los santos. Con el tiempo, los santos reconocieron que estos hermanos tenían tales dones. Finalmente, mediante el ejercicio de sus dones, ellos vinieron a ser personas dotadas.

El Cuerpo actúa orgánicamente

  En el recobro actual del Señor, debemos seguir el modelo de Hechos 13 y desechar la manera humana de producir predicadores. En lugar de seguir el método humano de designar u organizar, preferimos más bien acudir al Señor para que El, a partir de Su Cuerpo, produzca algo. No adoptamos el método de las organizaciones, sino que lo hacemos todo de manera orgánica. Si algunos hermanos y hermanas sirven al Señor de tiempo completo, no deben hacerlo como lo hacen las organizaciones, sino conforme a la manera orgánica del Cuerpo.

  Recientemente, centenares de santos de Taipei se consagraron para servir al Señor de tiempo completo. En esa ocasión, les dijimos a estos santos que nosotros no seguimos el método de las organizaciones. En el recobro del Señor hacemos las cosas de manera orgánica, en la manera de la vida. Lo que nos importa es cómo los santos crecen en el Señor y cómo la vida divina se desarrolla en ellos hasta producir cierta capacidad con la cual pueden funcionar. En esto consiste la manera orgánica, la cual depende del crecimiento y desarrollo de la vida divina en nosotros. Es importante que todos veamos esto.

No debemos seguir el método humano de recaudar fondos

  Constituiría una degradación el abandonar el camino orgánico para seguir el camino de las organizaciones. Esto sería caer en la práctica del cristianismo tradicional. Para evitar esto, debemos renunciar a todo método que dependa del control humano y de estrategias para generar fondos. El ministerio del Señor debe llevarse a cabo libre de todos estos elementos y métodos humanos de financiamiento.

  Hace poco tiempo, les dije a los santos de Taipei que se consagraron para servir al Señor de tiempo completo, que no discutieran sobre asuntos económicos ni de cómo recaudar fondos. En 1949, cuando los colaboradores bajo la dirección del hermano Nee decidieron enviarme fuera de la China Continental, no me proveyeron ningún sostenimiento, y aparte de esto, tampoco sabía adónde ir. Finalmente, me fui a Taiwan según la dirección del Señor, sin tener ninguna clase de apoyo humano.

  La situación fue muy similar cuando llegué a los Estados Unidos. No recibía apoyo económico de nadie cuando llegué a este país. De hecho, algunos hermanos de Estados Unidos pensaban que los santos del lejano Oriente me sostenían y los hermanos del lejano Oriente pensaban que los santos de Estados Unidos suplían mis necesidades. Una prueba de esto es que el hermano que me ayudó a preparar mi declaración de ingresos para el pago de mis impuestos de 1964, me dijo que en todo ese año la iglesia en los Angeles me había dado un total de seiscientos dólares. Quizás usted pregunte cómo hice para vivir todo ese tiempo, pero sólo puedo testificarles que sobreviví. ¿De qué manera? Al igual que los gorriones y los lirios. Lo que deseo recalcar es que al servir al Señor de tiempo completo, no debemos preocuparnos del aspecto económico. El Señor no nos dejará morir de hambre.

  En el capítulo trece de Hechos no leemos que se hubiera presentado alguna discusión en cuanto a recaudar fondos, ni de cuánto dinero debían pagarle a Bernabé y a Pablo. Bernabé tampoco dijo: “Hermano Pablo, no te preocupes, yo me encargaré de todos tus gastos”. Asimismo, Pablo tampoco reclamó: “Hermanos, vosotros impusisteis vuestras manos sobre mí, ¿pero quién pagará los gastos de mi viaje? ¿Cómo voy a sobrevivir? Vosotros ahora me enviáis, pero ¿quién me va a sostener? ¿Cómo haréis llegar el dinero hasta mí?” Indudablemente, lo que se presentó en Hechos 13 es muy distinto de lo que se practica hoy en muchos grupos cristianos.

  Permítanme contarles un testimonio acerca de la obra de publicaciones en este país. En 1963 empezamos a publicar una pequeña revista titulada The Stream [El manantial]. Empezamos esta labor con tan sólo doscientos dólares. En los veintiún años pasados la obra de publicaciones se ha desarrollado grandemente. El Señor ha usado grandemente este servicio y muchos han disfrutado los materiales impresos. Hoy en día, esta obra tiene tres oficinas: una en Anaheim, otra en Irving y otra en Taipei, y muchos santos laboran a tiempo completo en este ministerio. Todo esto el Señor lo ha logrado sin ningún método organizativo y sin recaudar fondos.

  Si el Señor les dirige a servirlo de tiempo completo, les animo a tomar este camino. No hablen ni de dinero ni de métodos humanos, tampoco traten de determinar cuál es su posición, rango o título. Olvídense de todas estas cosas y confíen en que el Señor se encargará de todo.

SE NECESITAN OBREROS DE TIEMPO COMPLETO

  Se necesitan muchos obreros que sirvan de tiempo completo en el mover actual del Señor que consiste en llevar a cabo Su recobro. Esto atañe especialmente a los Estados Unidos. En este país probablemente haya unas cien iglesias, pero aún no contamos con el número necesario de obreros que satisfagan las necesidades de la obra. Debido a esto, el mover del Señor se encuentra seriamente restringido. No hay duda de que se necesitan más obreros de tiempo completo.

  ¿Cómo se producirán los obreros que necesitamos? Ciertamente no serán producidos por selección humana, sino a medida que los santos crezcan en vida y manifiesten su capacidad. Luego, el Señor guiará a algunos a servirle tiempo completo, quienes responderán en fe. Los que sirvan al Señor de esta manera no deben preocuparse de su subsistencia. Simplemente deben entregarle ese asunto al Señor. Tampoco deben tratar de determinar qué posición, rango o título tienen. Deben preocuparse únicamente por el mover del Señor y desear participar en él.

  Yo he servido al Señor a tiempo completo por más de cincuenta años, y como tal, puedo testificar que todo aquel que sirve de tiempo completo no debe preocuparse por las finanzas ni por posiciones. Cuando abandoné mi empleo en 1933 para servir al Señor, puedo testificar que jamás me he preguntado cuál es mi posición, rango o título. En el transcurso de los años, solamente he sabido una cosa: laborar de día y de noche. No me interesa quién soy ni me preocupa qué posición, rango o título tenga. Prefiero que me llamen simplemente “hermano Lee”. Este nombre basta. Sólo me considero un hermano que labora. Nuestro deseo es seguir al apóstol Pablo al laborar por los intereses del Señor y al cuidar de todas las iglesias.

  Espero que quienes lean este mensaje oren en cuanto a la necesidad que existe de obreros que sirvan de tiempo completo. ¿Le guiará el Señor para que usted lo sirva de tiempo completo? Quizás El lo guíe en esta dirección.

  Se necesitan muchos obreros a tiempo completo, no solamente en Estados Unidos, sino también en América Latina y en Europa. Muchos países de Centroamérica y de América del Sur se han mostrado muy receptivos al recobro del Señor. Existen muchas iglesias en México y Brasil; hay iglesias también en Guatemala, Colombia, Argentina, Chile, Perú, Bolivia, Uruguay y Paraguay. Pero pese a que hay tantas iglesias en América Latina, son pocos los obreros que sirven a tiempo completo. Ciertamente se requiere que muchos santos tengan el deseo de servir al Señor de tiempo completo, y confíen que El satisfará sus necesidades. También se necesitan obreros a tiempo completo en Europa.

  Todos debemos presentarle este asunto al Señor. No tomen ninguna decisión apresuradamente. Más bien, oren, abran su corazón al Señor, y pídanle que les muestre Su voluntad. Que el Señor supla esta necesidad de obreros a fin de que Su recobro se extienda en la tierra hoy.

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