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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Los Salmos»
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Mensaje 12

EL DISFRUTE QUE SE TIENE DE DIOSEN LA CASA DE DIOS

  Lectura bíblica: Sal. 5:7; 11:4; 18:6; 20:2; 23:6; 26:8; 27:4-6; 34:8; 36:7-9

  En este mensaje queremos ver la revelación del disfrute que se tiene de Dios en la casa de Dios en el primer libro de los Salmos, el cual incluye los salmos 1—41. En la comunión que hemos tenido hasta ahora, hemos visto cuatro estaciones principales con respecto a Cristo, que son: Salmos 2, 8, 16 y 22-24. Es necesario que todos veamos los aspectos de Cristo revelados en estos salmos. El salmo 2 nos dice que Cristo es el Ungido de Dios. El salmo 8 revela a Cristo como Aquel que se encarnó y que fue coronado, Aquel que es admirable en toda la tierra. El salmo 16 revela a Cristo en Su vivir humano. Muestra que Cristo vivió en esta tierra como un Dios-hombre, murió en la cruz, resucitó y luego ascendió a la diestra de Dios. El salmo 22 nos muestra a Cristo crucificado y resucitado para producir a Sus hermanos a fin de que constituyan Su Cuerpo, la iglesia. Luego en resurrección en el salmo 23, El llegó a ser nuestro Pastor, pastoreándonos a través de cinco etapas de disfrute. Por último, El vendrá de nuevo para ser el Rey de gloria, tal como se revela en el salmo 24. Estos salmos nos presentan a un Cristo completo.

  Luego de estas primeras cuatro estaciones con respecto a Cristo en los Salmos, los salmos 25-41 siguen como un grupo de salmos que nos muestran las expresiones mezcladas de los sentimientos del salmista en su disfrute de Dios en la casa de Dios. En estos diecisiete salmos, el punto principal, el punto mayor, el punto crucial, es el disfrute que se tiene de Dios en la casa de Dios.

  ¡Tenemos que comprender que hay un lugar donde Dios puede ser hallado! Por un lado, El no es un Dios que vaga, pero por otro lado, El es omnipresente. El está en todas partes. Por tanto, aunque El es el Dios universal, el Dios universal hoy día tiene un lugar donde puede ser hallado. La casa en la que vivimos tiene una dirección, lo cual indica que tenemos un lugar donde podemos ser hallados. Otras personas pueden escribirnos cartas si conocen nuestra dirección y la ciudad en que vivimos. Debido a que tenemos un domicilio, podemos recibir cartas. Hoy día nuestro Dios tiene un lugar donde puede ser hallado. El tiene una dirección, así que podemos ponernos en contacto con El. En los salmos 25—41 podemos ver cuál es el lugar donde Dios puede ser hallado. Tal lugar también es mencionado en los salmos precedentes. El Dios universal puede ser hallado en Su casa, Su morada.

I. LA REVELACION DE LOS SALMOSCOMIENZA CON EL HECHO DE QUE EL SALMISTADA ENFASIS A LA LEY, Y EL ESPIRITU HACE QUEEL SALMISTA SE VUELVA A CRISTO

  La revelación de los salmos comienza con el hecho de que el salmista da énfasis a la ley, y el Espíritu hace que el salmista se vuelva a Cristo (Sal. 1—2). Cuando el salmista dio comienzo al salmo 1 dándole énfasis a la ley, estaba yendo en la dirección equivocada. En el primer salmo, el salmista al ir en pos de Dios estaba conduciendo en la carretera equivocada, así que el Espíritu lo hizo volverse al camino correcto.

  En el salmo 2 el salmista comenzó a disfrutar a Cristo, es decir, comenzó a refugiarse en este Cristo y a besar a este Cristo (v. 12). En la vida humana, besar es el mejor y más elevado disfrute. Cuando nace un niño, a los padres y a los abuelos les gusta besarlo. Si alguna persona no tuviera a quien besar, sin duda sería la persona más miserable de la tierra. Salmos 2:12 nos dice que besemos al Hijo. Besar a Cristo es disfrutar a Cristo.

  Algunos tal vez se pregunten dónde, con respecto a nuestra relación con Cristo, se encuentra en la Biblia la palabra disfrute. Aunque esta palabra no está en la Biblia, el hecho de disfrutar a Cristo sí está allí. Lo mismo ocurre en el caso de las palabras trinidad y triuno. Aunque esas palabras no están en la Biblia, los primeros padres de la iglesia descubrieron el hecho bíblico de que nuestro Dios es triuno, es decir, de que El es la Trinidad Divina. Del mismo modo, la palabra disfrute no se encuentra en las Escrituras, pero el hecho sí. En el salmo 2 se nos dice que besemos al Hijo. El Hijo es un título agradable. Besar al Hijo es disfrutar al Hijo.

  El disfrute de Cristo en los salmos comienza con besar al Hijo en el salmo 2. Este disfrute continúa en el salmo 8, en el cual el salmista declara: “Cuán admirable es Tu nombre en toda la tierra” (vs. 1, 9). El salmo 16 también está lleno de disfrute. El versículo 11 de este salmo dice: “Me darás a conocer la senda de la vida; en Tu presencia hay plenitud del gozo; delicias a Tu diestra para siempre”. El salmo 22 nos da un vívido cuadro de la muerte de Cristo en la cruz. Este salmo también nos muestra Su resurrección, la cual produce la iglesia (v. 22). En la resurrección de Cristo, Su Dios es nuestro Dios, Su Padre es nuestro Padre (Jn. 20:17), y nosotros somos Sus hermanos. El apóstol Pablo citó Salmos 22:22 en Hebreos 2:12, señalando que los hermanos del Señor son la iglesia.

  El salmo 23 está lleno del disfrute de Cristo como nuestro Pastor. A muchos cristianos les encanta el salmo 23, pero no son muchos los que comprenden que en este salmo es necesario besar a Cristo, el Pastor. En el mensaje anterior vimos que Cristo como nuestro Pastor nos conduce por cinco etapas de disfrute. La primera etapa corresponde a los verdes pastos y a las aguas de reposo (v. 2). La segunda etapa corresponde a las sendas de justicia (v. 3), y la tercera etapa corresponde a experimentar la presencia de Cristo al andar por el valle de sombra de muerte (v. 4). La cuarta etapa es el más profundo y elevado disfrute del Cristo resucitado, en el cual disfrutamos la mesa del Señor en presencia de nuestros adversarios (v. 5). Esto denota que estamos disfrutando al Señor en el campo de batalla. La quinta y última etapa es el disfrute de la benignidad y benevolencia divinas por toda una vida en la casa de Jehová (v. 6). El salmo 24 muestra que el Cristo victorioso, el Rey de gloria, viene a reinar como Rey en el reino de Dios. Todos estos puntos en los salmos indican que Cristo es disfrutable.

II. EL DISFRUTE DE CRISTO CONDUCE AL SALMISTAA DISFRUTAR A DIOS EN LA CASA DE DIOS

  El disfrute de Cristo conduce al salmista a otro estado de disfrute: a disfrutar a Dios en la casa de Dios (Sal. 25—41). Dios mismo es disfrutable, y Su morada también es disfrutable. Salmos 27:4 dice: “Una cosa he pedido a Jehová, ésta buscaré; que more yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en Su templo”. Lo que David le pedía a Dios y buscaba era morar en la casa de Dios para contemplar Su hermosura. Salmos 27:4 nos muestra que Dios es una persona adorable que tiene una morada adorable. El salmo 36 también nos dice que podemos ser totalmente saciados con la grosura, es decir, con la abundancia, de la casa de Dios (v. 8).

A. El Dios universal puede serhallado en Su casa, Su morada

  El Dios universal puede ser hallado en Su casa, Su morada. Las Escrituras revelan que Dios tiene un lugar donde puede ser hallado. Fuera de Cristo no podemos hallar a Dios (Col. 2:9). Cristo es el lugar donde Dios puede ser hallado, y la dirección de Dios es una sola palabra: Cristo. Cristo es la dirección y la ciudad donde vive Dios. Si dijéramos: “Oh Dios, ¿dónde estás?” El contestaría: “Estoy en Cristo”. Si venimos a Cristo, nos encontraremos con Dios. Siempre que invocamos, diciendo: “Señor Jesús”, tenemos la sensación de que Dios está con nosotros.

  La revelación de la casa de Dios, Su morada, no es muy simple. En los tiempos del Antiguo Testamento, Dios tenía Su residencia en los cielos (1 R. 8:30b, 39a, 43a) y también tenía un “lugar de retiro” en el monte de Sión en el centro de Jerusalén en Palestina (Sal. 76:2b; 135:21; Is. 8:18). En el centro de Jerusalén había un templo, el cual podía ser considerado como el lugar de retiro de Dios. Muchos ricos tienen un lugar de residencia y un lugar de retiro. La residencia es bastante común, mientras que el lugar de retiro es algo muy especial. Si hace mucho calor o mucho frío, uno se va a su lugar de retiro. El templo en el monte de Sión en Jerusalén era el lugar de retiro de Dios.

  Parece que a nuestro Dios no le satisfacía mucho quedarse en los cielos, así que se retiraba a Su templo en el monte de Sión. El quiso dejar a los millones de ángeles en los cielos y descender a la tierra para estar con los seres humanos por un tiempo. Al final del libro de Exodo vemos que cuando el tabernáculo fue erigido, la gloria de Dios llenó el tabernáculo (40:33-35). Más tarde, cuando Salomón edificó el templo, la gloria del Señor llenó el templo (1 R. 8:10-11). Dios estuvo muy contento cuando el tabernáculo y el templo fueron edificados. Cuando a un hombre rico le preparan su lugar de retiro, está deseoso de ir allá. Tal lugar de retiro puede ser un poco más pequeño que su residencia, pero ese lugar más pequeño es más agradable para él. A Dios le agradó bajar a estar en el templo en Jerusalén.

1. El Cristo encarnado esel tabernáculo y el templo de Dios

  En el Antiguo Testamento, tanto la residencia de Dios en los cielos como Su lugar de retiro en el monte de Sión en Jerusalén eran materiales. En cambio, en el Nuevo Testamento, la residencia de Dios es espiritual. En el Nuevo Testamento, Cristo es el tabernáculo de Dios y el templo de Dios (Jn. 1:14; 2:21).

2. La iglesia como el agrandamiento de Cristoes el templo agrandado de Dios, Su morada

  Cristo ha sido agrandado, y el Cristo agrandado es la iglesia, el templo agrandado de Dios. La iglesia como el agrandamiento de Cristo es el templo agrandado de Dios, Su morada. En 1 Corintios 3:16 Pablo dijo que los creyentes eran corporativamente el templo de Dios; en Efesios 2:22 él dijo que estamos siendo juntamente edificados para ser la morada espiritual de Dios; y en 1 Timoteo 3:15 Pablo dijo que la iglesia es la casa del Dios viviente. En primer lugar, Dios está en Cristo. Cuando invocamos el nombre de Cristo, obtenemos a Dios. Además, Dios está en la iglesia. La iglesia, por supuesto, no es un edificio material. Los creyentes somos la iglesia.

  Cuando nos reunimos, somos la iglesia en cuanto a la práctica, y Dios mora en nosotros y entre nosotros. A menudo, cuando estoy en una reunión, no quiero despedirme de los demás. Me siento muy contento y muy a gusto cuando estoy con los santos en una reunión. Cuando estamos en la casa en vez de estar en una reunión, tal vez no nos sintamos tan a gusto. No hay comparación entre lo que sentimos en la casa y lo que sentimos en las reuniones. Algunos santos tienen que manejar una gran distancia para ir a las reuniones. ¿Por qué lo hacen? No es que estén locos. Lo hacen porque quieren disfrutar a Dios en la casa de Dios, la iglesia. Dios está en Cristo y en la iglesia.

  A veces tenemos problemas y nos desconcertamos, no sabiendo qué hacer. Quizá oremos con el deseo de conocer la voluntad de Dios, pero parece como si nuestra oración no sirviera de nada. Luego tal vez vengamos a la reunión de la iglesia y en la reunión recibamos la luz, y todo se nos aclare. Esto se debe a que Dios está en la iglesia.

3. En la consumación final, la Nueva Jerusalén es constituida por el pueblo redimido de Dios, quien es el tabernáculo para Dios a fin de queEl disfrute a Su pueblo redimido, y por el Dios Triuno Redentor, quien es el templo para losredimidos de Dios a fin de que ellos disfrutena su Dios Triuno Redentor en la eternidad

  En la consumación final, la Nueva Jerusalén será constituida por el pueblo redimido de Dios, quien es el tabernáculo para Dios a fin de que El disfrute a Su pueblo redimido, y por el Dios Triuno Redentor, quien será el templo para el pueblo redimido de Dios a fin de que ellos disfruten a su Dios redentor en la eternidad. Apocalipsis 21:2 y 3 nos dicen que en eternidad futura nosotros, el pueblo que Dios ha redimido, seremos un tabernáculo para Dios a fin de que Dios nos disfrute. Luego el versículo 22 dice que el Señor Dios todopoderoso y el Cordero son el templo. Esto indica que el Dios Triuno será el templo para nosotros a fin de que nosotros le disfrutemos a El como nuestro Dios Redentor en la eternidad. Por consiguiente, la Nueva Jerusalén es un morar mutuo de Dios y el hombre a fin de que se disfruten mutuamente. La Nueva Jerusalén será una composición de Dios y nosotros. Para Dios, nosotros seremos la Nueva Jerusalén como el tabernáculo a fin de que El more ahí y disfrute. Para nosotros, Dios será la Nueva Jerusalén como el templo a fin de que nosotros moremos ahí y disfrutemos. El disfrute en la Nueva Jerusalén es el disfrute de Dios y también el nuestro.

  Tenemos que ver el disfrute en la Nueva Jerusalén. En la Nueva Jerusalén hay un río que fluye, el cual es el río de agua de vida. Este río es resplandeciente como cristal (Ap. 22:1). En este río cristalino, el árbol de vida crece y produce doce frutos, dando cada mes su fruto (v. 2). En la Nueva Jerusalén hay un nuevo fruto cada mes. El fruto del árbol de vida será el alimento de los redimidos de Dios por la eternidad. Comer el fruto del árbol de la vida será nuestro disfrute.

  Hoy día Dios puede ser hallado en Cristo y en la iglesia. En la era venidera y en la eternidad Dios podrá ser hallado en la Nueva Jerusalén. ¿Queremos ver a Dios, encontrar a Dios, reunirnos con Dios y visitar a Dios? Tenemos que ir a Cristo, la iglesia y la Nueva Jerusalén. Disfrutar a Dios en Su casa significa que debemos estar en Cristo, en la iglesia y, al final, en la Nueva Jerusalén. De otro modo, no veremos a Dios.

B. La experiencia inicial del salmistaen el disfrute de la casa de Dios

  Al comienzo de los salmos vemos la experiencia inicial del salmista en el disfrute de la casa de Dios.

1. Adora hacia el santo templo deDios en el temor de Dios

  En Salmos 5:7, el salmista le dijo a Dios: “Me postraré ante Tu santo templo en Tu temor”. Esta era su experiencia fuera de la casa de Dios.

2. Entra en la casa de Diospor la abundancia de Su benignidad

  Luego el salmista habló de entrar a la casa de Dios por la abundancia de Su benignidad (Sal. 5:7). Si alguien tuviera el privilegio de entrar en el templo del monte de Sión, tendría que hacerlo bajo la abundancia de la benignidad de Dios. En realidad, entrar en el templo mismo era un disfrute de la abundancia de la benignidad de Dios. Cuando entramos en la casa de Dios, es posible que digamos: “¡Qué amor, qué benignidad y qué gracia el hecho de que yo esté aquí en la morada de Dios!” Esto es disfrutar a Dios en la casa de Dios.

3. Se da cuenta de que Diosestá en Su santo templo sobre Su trono en el cielo

  Salmos 11:4 dice que Dios está en Su santo templo sobre Su trono en el cielo, contemplando con Sus ojos y examinando a los hijos de los hombres. El examina o pone a prueba a los hijos de los hombres tal como se pone el oro en un crisol para probarlo y purificarlo. Los sufrimientos y las pruebas de la humanidad están bajo la soberanía de Dios a fin de poner a prueba a los hombres. Salmos 11:4 dice que los párpados de Dios examinan a los hijos de los hombres. Cuando contemplamos algo, hacemos uso de nuestros párpados. Al contemplar a los hijos de los hombres, Dios los examina.

4. Aprecia que Dios haya oído desde Su temploel clamor del salmista en su angustia

  En Salmos 18:6 el salmista aprecia que Dios haya oído desde Su templo su clamor en su angustia. Es difícil decir si el templo aquí mencionado se refiere a la residencia de Dios en los cielos o al templo material en el monte de Sión, Su lugar de retiro en la tierra. Como quiera que se vea, este versículo describe el disfrute inicial y elemental que se obtiene de Dios con respecto a Su casa.

5. Bendice a otros pidiendo que Diosles envíe Su ayuda desde Su santuarioy los sostenga desde Sión

  El salmista disfrutó a Dios en Su casa, así que bendijo a otros conforme a su experiencia. Bendijo a otros pidiendo que Dios les enviase Su ayuda desde Su santuario y los sostuviese desde Sión (Sal. 20:2). Esta palabra Sión se refiere al templo de Jerusalén. Cuando Dios iba a Su lugar de retiro y permanecía ahí, en el templo en el monte de Sión, enviaba ayuda y sostenía a aquellos que confiaban en El.

6. Con el concepto erróneo con respecto a quiénpuede estar en el santuario de Diosen Su santo monte.

  El salmista, aquel que disfrutó a Dios en Su templo, en Su casa, cometió un gran error de entendimiento en Salmos 15:1-5 y en Salmos 24:3-6. En ambas ocasiones él preguntaba quién podría estar en el santuario de Dios en Su santo monte. De acuerdo con su concepto, el hombre que fuera perfecto según la ley, el que fuese de manos limpias y de corazón puro, podría hacerlo. Este es un concepto erróneo. Esto muestra que David se parecía a nosotros en el hecho de que cometía errores.

C. La experiencia del salmista mejoraen cuanto al disfrute de la casa de Diosy al disfrute de Dios

  Ahora hablaremos de cómo la experiencia del salmista mejora en cuanto al disfrute de la casa de Dios y al disfrute de Dios. Como ejemplo de lo que es el disfrute de Dios en la casa de Dios podemos considerar el disfrute experimentado en una alcoba nupcial. En las bodas celebradas conforme a la tradición china, a los novios se les prepara y decora una alcoba nupcial, a fin de que esa alcoba sea un lugar muy agradable. Sin embargo, esa habitación tan agradable sería sólo vanidad si la novia no estuviese ahí. La alcoba nupcial sólo puede disfrutarse con la novia. Del mismo modo, la casa de Dios sólo puede disfrutarse si se disfruta a Dios.

1. Mora en la casa de Diostodos los días de su vida

  En Salmos 23:6 el salmista hablaba de morar en la casa de Dios todos los días de su vida. Ya hemos visto que en el salmo 23 Cristo, el Pastor, conduce a la iglesia, Su rebaño, por cinco etapas de disfrute. Al final, las ovejas disfrutan al Dios Triuno como su bien y benevolencia. El versículo 6 dice: “Ciertamente el bien y la benevolencia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré todos los días de mi vida”. Esto incluye la era venidera, la era del reino y también la eternidad, la era del cielo nuevo y la tierra nueva.

2. Ama la habitación de la casa de Diosy el lugar donde reside (se manifiesta)la gloria de Dios

  En Salmos 26:8 el salmista dijo: “Jehová, la habitación de Tu casa yo amo, y el lugar donde reside Tu gloria”. Residir es permanecer con miras a manifestarse. Cuando el pueblo de Israel erigió el tabernáculo y edificó el templo, la gloria de Dios descendió sobre el tabernáculo y el templo para residir ahí, para permanecer ahí, para manifestarse al pueblo. El salmista le dijo al Señor que él amaba la habitación de Su casa y el lugar donde Su gloria residía o permanecía para manifestarse a Su pueblo.

  Tenemos que decir: “¡Oh Señor, amo Tu iglesia, y Tu iglesia es Tu habitación. Tu iglesia es el lugar donde Tu gloria reside para manifestarse hoy”. El salmo 84 expresa el amor que el salmista sentía por la casa de Dios, que es la clase de amor que nosotros debemos sentir por la iglesia hoy día. En nuestro himnario en inglés tenemos un himno basado en la expresión que el salmista hace de su amor por la morada de Dios en el salmo 84 (véase Hymns #851).

3. Busca morar en la casa de Diostodos los días de su vida

  David dijo que él buscaba morar en la casa de Dios todos los días de su vida (Sal. 27:4-6).

a. Para contemplar la hermosura(lo adorable, lo agradable, lo delicioso) de Dios

  En Salmos 27:4 David dijo que deseaba contemplar la hermosura de Jehová en Su casa. La palabra hebrea traducida hermosura también denota lo que es adorable, agradable y delicioso. Cuando estamos contemplando la hermosura de Jehová, estamos en una atmósfera muy agradable. En 2 Corintios 3:18 dice que podemos contemplar a cara descubierta el glorioso rostro del Señor en gloria. Durante el tiempo que pasamos con el Señor por la mañana es mejor hacer oraciones breves acompañadas de varios “selahs” a fin de que podamos contemplar al Señor, mirar al Señor.

b. Para inquirir acerca de Dios

  El salmista también inquiría acerca de Dios en Su templo (27:4b). Esto quiere decir que podemos verificar con Dios todo lo relacionado con nuestra vida diaria.

c. Para ser escondido en la cabaña de Dios

  En Salmos 27:5 David dijo: “Porque El me esconderá en Su cabaña en el día del mal”. Dios esconde a Sus santos en Su cabaña en el día del mal.

d. Para ocultarse en lo escondidode la tienda de Dios

  El salmista también dijo que Dios lo ocultaría en lo escondido de Su tienda. Tenemos que ver la diferencia que existe entre los conceptos de esconderse y ocultarse. Cuando ocurren males o calamidades, podemos ser escondidos en la cabaña de Dios, y los males no pueden “vernos”, no pueden afectarnos. Cuando alguien trata de capturarnos, en la tienda de Dios hay un lugar escondido donde nadie puede encontrarnos. Ser escondido tiene como fin librarse del daño que las calamidades podrían causarle a uno. Ocultarse tiene como fin librarse de aquellos que quieran apresarnos. La casa de Dios es tanto un refugio como un escondite.

  Puedo testificar que a lo largo de los años he sido encerrado en la cabaña de Dios en el día del mal y que me he ocultado en lo escondido de la tienda de Dios. Conforme a mi experiencia, por lo menos en tres ocasiones ya hubiese yo muerto. Sin embargo, por un lado el Señor me esconde, y por otro, me oculta de aquellos que han tratado de apresarme.

e. Para que Dios lo ponga en altoy levante su cabeza

  David dijo además que Dios lo pondría en alto sobre una roca y levantaría su cabeza (27:5c, 6a). La mayoría de las veces estamos decaídos y cabizbajos. No erguimos la cabeza. Al andar, por lo regular andamos cabizbajos. Necesitamos ser puestos en alto y levantar la cabeza. Somos terrenales y tenemos la tendencia de mirar hacia la tierra. Parece como si hubiésemos perdido algo de mucho valor y que lo andemos buscando en el suelo. Sin embargo, cuando Abraham oyó la promesa de Dios en la noche, Dios le dijo que mirase hacia los cielos y las estrellas. Entonces Dios le dijo a Abraham que su descendencia sería tan numerosa como las estrellas (Gn. 15:5). Tenemos que olvidar todas las cosas de la tierra y mirar hacia arriba. Debemos levantar la cabeza y decir: “¡Alabado sea el Señor, Aleluya!” Esto es una gloria para El.

  Salmos 24:7 dice: “Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotros, portones antiguos, y entrará el Rey de gloria”. Las puertas pertenecen a las ciudades de las naciones. Los portones pertenecen a las casas de la gente. Tenemos que levantar la cabeza porque nuestro Rey viene. Levantamos nuestras cabezas cuando moramos en Cristo y en la iglesia, alabando a Dios y disfrutándole. Entonces Dios nos pone en alto y levanta nuestras cabezas.

f. Para ofrecer sacrificios de voces de júbilocantando y entonando salmos a Dios

  Salmos 27:6b dice: “Y yo sacrificaré en Su tienda sacrificios de voces de júbilo; cantaré y entonaré salmos a Jehová”. Nosotros debemos experimentar todo esto en la casa de Dios: en Cristo y en la iglesia. Sin duda también experimentaremos algo similar en la Nueva Jerusalén. Contemplaremos la hermosura de Jehová en la Nueva Jerusalén. La Nueva Jerusalén será nuestra cabaña para que nos escondamos, y nuestro refugio, para que nos ocultemos. Seremos puestos en alto y nuestras cabezas serán levantadas, alabando, cantando, entonando salmos y ofreciendo Cristo a Dios. En esto consiste el disfrute de Dios en la casa de Dios.

4. Alza sus manos haciael lugar santísimo del santuario

  En el salmo 28:2 el salmista dijo que alzaba sus manos hacia el lugar santísimo del santuario.

5. Alaba a Dios en Su templo diciendo: “Gloria”

  El salmista también dijo que en el templo de Jehová todos dicen: “Gloria” (29:9).

6. Gusta y ve que Dios es bueno

  Salmos 34:8 dice: “Gustad, y ved que es bueno Jehová”. Antes yo no había visto que este versículo se encuentra en la porción de los salmos que revelan el disfrute de Dios en la casa de Dios. Gustar y ver así debe llevarse a cabo en la casa de Dios. Dios está en Su casa. Si no estamos en Su casa, ¿cómo podríamos gustar de El y verlo? Donde probamos y vemos que Jehová es bueno es en Su casa, es decir, en Cristo, en la iglesia y, al final, en la Nueva Jerusalén.

7. Disfruta las riquezas en la casa de Dios

  Salmos 36:7-9 revela cómo el salmista disfruta las riquezas en la casa de Dios.

a. Se refugia a la sombra de las alas de Dios,bajo el amparo de Su benignidad

  El salmista se refugiaba a la sombra de las alas de Dios, bajo el amparo de Su benignidad (36:7). Yo pasé la experiencia de refugiarme bajo la sombra de las alas de Dios en 1938, después de que Japón invadió a China. Los japoneses me arrestaron y me encarcelaron por una noche, y el Señor hizo algo maravilloso para rescatarme. Cinco años más tarde, en 1943, me arrestaron de nuevo y me encarcelaron por treinta días. Cuando estuve en la cárcel en esa ocasión, me refugié a la sombra de las alas de Dios.

b. Se sacia de la grosura (la abundancia,las riquezas) de la casa de Dios

  Salmos 36:8 dice que quienes disfrutan las riquezas de la casa de Dios son saciados con la grosura (la abundancia, las riquezas) de la casa de Dios. La casa de Dios rebosa de las riquezas de Dios, la grosura. Yo he estado en esta casa por más de sesenta años, y he disfrutado muchas riquezas.

c. Bebe del río de las delicias de Dios

  Salmos 36:8 también dice que podemos beber del río de las delicias de Dios: no sólo una delicia, sino muchas delicias. En la casa de Dios hay un río. La parte final de la Biblia revela que hay un río que fluye en la Nueva Jerusalén, la santa ciudad, y que ese río corre en espiral desde el trono de Dios y del Cordero por toda la ciudad (Ap. 22:1).

d. Participa del manantial de la vida de Dios

  En la casa de Dios, también participamos del manantial de la vida de Dios (Sal. 36:9a). El salmo 36 habla del río de las delicias de Dios y del manantial de la vida. En la Nueva Jerusalén, el árbol de la vida crece en el río de agua de vida. Así que, el manantial de la vida en Salmos 36 denota el árbol de la vida que crece en el río de la vida de Dios.

e. Ve la luz en la luz de Dios

  Salmos 36:9b dice: “En Tu luz vemos la luz”. Por tanto, en la casa de Dios disfrutamos el río de vida, el árbol de vida y la luz de vida. En la Nueva Jerusalén se da énfasis a estas tres cosas. Apocalipsis 21 y 22 revelan que la luz de la Nueva Jerusalén es Dios en Cristo. Cristo es la lumbrera (Ap. 21:23), y Dios es la luz que está en la lumbrera (22:5). La lumbrera junto con la luz está en la Nueva Jerusalén. Esto nos muestra de nuevo que Dios tiene un lugar donde puede ser hallado. Dios puede ser hallado en Cristo, y Cristo puede ser hallado en la Nueva Jerusalén, en donde el Dios Triuno será la luz. En esa luz nosotros vemos la luz.

  Es asombroso que en tiempos antiguos, el salmista, David, pudo expresar tales maravillas en el salmo 36 conforme a la revelación del Espíritu, no conforme a su concepto natural y humano. El salmo 36 revela las grosuras para que seamos saciados, el río de vida para que bebamos, el árbol de la vida para que participemos de él, y la luz de vida para nuestro vivir y nuestro andar.

  Así es como se disfruta a Dios en Su casa, la cual es Cristo, la iglesia y la Nueva Jerusalén. Nuestro Dios puede ser hallado en estas tres personas: en Cristo, en la iglesia como persona corporativa, y en la Nueva Jerusalén como persona corporativa. En estas tres personas podemos disfrutar en Su domicilio a Dios como la grosura para que seamos saciados; como el río de vida para que nuestra sed sea apagada y seamos saciados; como el árbol de vida para que seamos nutridos; y como la luz de vida para que seamos iluminados.

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