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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Los Salmos»
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Mensaje 23

TRES CATEGORIAS DE PERSONASCON RELACION AL DISFRUTE DE DIOS EN CRISTO

  Lectura bíblica: Sal. 49; Sal. 50; Sal. 51

  Cuando estudiamos los Salmos, necesitamos prestar atención a la secuencia de los salmos y también cómo están agrupados. Hemos visto que el salmo 45 es un salmo que habla del rey y que los salmos 46—48 son un grupo de salmos que hablan de a la ciudad del rey, Jerusalén. En este mensaje veremos otro grupo de tres salmos: los salmos 49—51.

  Los salmos 49—51 abarcan tres categorías de personas con relación al disfrute de Dios en Cristo. La primera categoría (Sal. 49) consta de aquellos que confían en sus riquezas (o sea, en cualquier cosa aparte de Cristo). En la segunda categoría (Sal. 50) se encuentran aquellos que invocan al Señor conforme a Su pacto. En la tercera categoría (Sal. 51) vemos una sola persona, el rey David, quien se arrepiente, confiesa sus pecados y pide que Dios lo limpie por completo. Los de la primera categoría no tienen parte en el disfrute de Dios en Cristo; los de la segunda categoría participan del disfrute de Dios; y aquel de la tercera categoría tiene una porción plena del disfrute de Dios en Cristo. Necesitamos preguntarnos en qué categoría estamos. ¿Estamos en el salmo 49, en el salmo 50, o en el salmo 51? Si queremos tener un disfrute pleno de Dios en Cristo, debemos ser como aquel del salmo 51, aquel que de forma cabal se arrepintió y confesó sus pecados a Dios.

I. AQUELLOS QUE CONFIAN EN SUS RIQUEZAS

  El salmo 49 trata de aquellos que confían en sus riquezas (cualquier cosa aparte de Cristo). Según la palabra del Señor, en esta era la riqueza representa a todo el mundo (Mt. 6:24). Algunas personas piensan que con el dinero pueden hacer de todo; ellos creen que mientras tengan dinero, no necesitan de nada más. En vez de confiar en Dios, confían en el dinero. Estas son las personas descritas en el salmo 49.

  La palabra del salmo 49 debe ser una advertencia para nosotros. Confiar en el dinero (confiar en cualquier otra cosa aparte de Cristo) significa estar en el salmo 49. Cosas como nuestra educación, o un automóvil pueden llegar a ser una especie de riqueza, o tesoro, para nosotros. Si confiamos en tales cosas, no tenemos parte en el disfrute de Dios en Cristo.

A. Una palabra de sabiduría

  El salmo 49 es una palabra de sabiduría, la meditación del entendimiento (vs. 1-5). En el versículo 3 el salmista dice: “Mi boca hablará sabiduría, y el pensamiento de mi corazón inteligencia”. La palabra hebrea traducida “pensamiento” también puede ser “expresión”.

  Amar el dinero es ser necio. Una persona a quien le falta el dinero puede ser una persona muy sobria, clara y llena de entendimiento. Pero es probable que una persona que tiene mucho dinero sea como un necio y use su dinero para hacer necedades. De la misma manera, los avaros y los que codician también son necios. Tales personas no tienen la sabiduría ni el entendimiento que encontramos en el salmo 49.

B. Son incapaces de redimir a sus hermanos

  Aquellos que confían en sus riquezas son incapaces de redimir a sus hermanos, ni a ellos mismos, por supuesto (vs. 6-9).

C. Destinados a morir y perecer

  Aquellos que confían en sus riquezas están destinados a morir y perecer (vs. 10-14). Ellos dejarán sus riquezas a otros (vs. 16-20). Por el contrario, el salmista tiene la seguridad de que Dios redimirá su alma del poder del Seol, pues Dios lo recibirá (v. 15).

  Aquellos que confían en sus riquezas no son solamente necios e insensibles (v. 10) sino que también son comparados con animales, con bestias. El versículo 12 dice: “Mas el hombre no permanece en honra; es semejante a las bestias que perecen”. El versículo 20, que es el último versículo del salmo, concluye diciendo: “El hombre que está en honra y no entiende, semejante es a las bestias que perecen”. Como las bestias, los necios que confían en sus riquezas están destinados a morir y perecer.

D. No confían en que Cristo los redima

  Aquellos que confían en sus riquezas no confían en que Cristo los redima. Lo peor que una persona puede hacer es no confiar en Cristo. Confiar en Cristo es simplemente creer en El. No creer en Cristo es lo más insensato.

E. No tienen parte en el disfrute de Diosen la casa de Dios y en Su ciudad

  Finalmente, aquellos que confían en sus riquezas no tienen parte en el disfrute de Dios en la casa de Dios y en Su ciudad. Por estar fuera de Cristo, están excluidos del disfrute de Dios en Su casa, la iglesia, y en Su ciudad, el reino.

II. AQUELLOS QUE INVOCAN AL SEÑORCONFORME A SU PACTO

  En el salmo 50 tenemos la segunda categoría de personas con relación al disfrute de Dios en Cristo: aquellos que invocan al Señor conforme a Su pacto. Invocar al Señor, diciendo: “Oh Señor Jesús”, marca una verdadera diferencia en nuestra situación.

  Según este salmo, necesitamos invocar al Señor conforme a Su pacto. La Biblia es el libro de un pacto, el libro de un testamento. Un pacto puede ser comparado con el título de propiedad de una casa. Entregar el título de propiedad a alguien por una casa es en realidad “pactar” la casa a esa persona. En la Biblia, un libro de pacto, Dios se ha “pactado” a Sí mismo con nosotros, y ahora necesitamos invocar al Señor conforme a este pacto. Debemos decir: “Oh Señor, Tú te has pactado a Ti mismo conmigo. Según Tu pacto, Tú eres ahora mi posesión, mi porción y mi disfrute”. Esto es invocar al Señor conforme a Su pacto.

A. Como santos de Dios, que hicieronpacto con Dios mediante sacrificios

  En este salmo, aquellos que invocan al Señor conforme a Su pacto son los santos de Dios que hicieron pacto con Dios mediante sacrificios. El Dios justo, que es el Juez, les mandó que ofrecieran sacrificios de acción de gracias y que le invocaran en el día de la angustia para que participaran de Su liberación, Su salvación (vs. 1-15, 23). Hacer un pacto con Dios mediante sacrificios es hacer un pacto mediante Cristo como nuestro Mediador, como el intermediario entre nosotros y Dios. Si oramos a Dios en el nombre del Señor Jesús, esto significa que oramos a Dios mediante Cristo como nuestro sacrificio.

  En tiempos antiguos el pueblo de Israel ofrecía diferentes tipos de ofrendas a Dios, tales como el holocausto, la ofrenda de harina, la ofrenda por el pecado, la ofrenda por la transgresión y la ofrenda de paz. De todas estas ofrendas, la que más llegaba al corazón del pueblo era la ofrenda de paz. Debido a que la ofrenda de paz tocaba el corazón del oferente, se convertía en una ofrenda de acción de gracias. Uno podía ofrecer a Dios un holocausto, una ofrenda de harina, una ofrenda por el pecado, o una ofrenda por la transgresión sin mucho afecto. Esto quiere decir que uno podía hacer tales ofrendas sin que su corazón fuese tocado. Sin embargo, cada vez que una persona agradecida a Dios le ofrece una ofrenda de acción de gracias, el corazón de tal persona es tocado.

  El salmo 50 nos dice que algunos de los santos de Dios ofrecían holocaustos y otros tipos de ofrendas (vs. 8-13), pero por carecer de afecto, ellos no hacían la ofrenda de acción de gracias. Entonces el salmista, hablando por Dios, indicó que Dios no quiere holocaustos sino ofrendas de acción de gracias. En el versículo 14a el salmista dice: “Sacrifica a Dios acción de gracias”. Aquí parece que el salmista dijera: “Dios no quiere el holocausto de usted. El quiere que usted le traiga su ofrenda de acción de gracias, una ofrenda que le toque tanto a usted como a Dios, una ofrenda llena de afecto”.

  Necesitamos considerar esto a la luz de nuestra experiencia con el Señor. Muchos de nosotros hemos orado de esta manera: “Oh Dios Padre, soy un pecador. El Señor Jesucristo es mi holocausto, mi ofrenda por el pecado y mi ofrenda por la transgresión”. Esta es una oración sin afecto, sin sensibilidad. Esto quiere decir que nosotros podemos hacer ciertas ofrendas sin ser tocados en nuestro corazón. Supongamos, sin embargo, que después de pasar por un tiempo de aflicción, usted ora así: “Oh Dios Padre, me gustaría ofrecerte mi acción de gracias”. Tal oración toca su corazón, lo llena de afecto y hace que usted y Dios tengan una relación más íntima.

  ¿Cuál experiencia es mejor: el holocausto, la ofrenda de harina, la ofrenda por el pecado, la ofrenda por la transgresión, o la ofrenda de acción de gracias? Ciertamente la experiencia de ofrecer acción de gracias es mejor. Podemos ofrecer a Cristo como los otros tipos de ofrendas sin ser tocados profundamente. Pero cuando estamos agradecidos a Dios y le ofrecemos una oración de acción de gracias, podemos llegar a ser profundamente tocados. Esto es lo que Dios quiere. No debemos tocarlo sin antes ser tocados en nuestro corazón. Nuestro contacto con Dios necesita ser lleno de afecto y sensibilidad.

  En los versículos del 16 al 22 vemos la advertencia que Dios da a los impíos, los cuales no están incluidos en la categoría de aquellos que invocan al Señor conforme a Su pacto.

B. Redimidos por Dios en Cristo

  Aquellos que invocan al Señor conforme a Su pacto son aquellos que han sido redimidos por Dios en Cristo, quien es tipificado por los sacrificios.

C. Disfrutan a Dios en Su resplandor,el cual sale de Su casa, de Sión,perfección de hermosura

  El versículo 2 dice: “De Sión, perfección de hermosura, Dios resplandece”. Así como el resplandor del sol dispensa los beneficios del sol, así el resplandor de Dios que sale de Su casa dispensa Su bondad. Bajo tal resplandor, tal dispensar, disfrutamos a Dios en Cristo.

  Esta es la segunda categoría de personas con relación al disfrute de Dios en Cristo. Yo creo que muchos de nosotros estamos en esta categoría.

III. UNA PERSONA QUE SE ARREPIENTE,CONFIESA SUS PECADOS A DIOSY LE PIDE QUE LO LIMPIE POR COMPLETO

  En el salmo 51 tenemos la tercera categoría: una persona que se arrepiente, confiesa sus pecados a Dios y le pide que lo limpie por completo. En la vida de cada uno de nosotros, se necesita un tiempo, tal vez algunos días, durante el cual nos arrepentimos totalmente, confesamos nuestros pecados a Dios y le pedimos que trate con nuestros pecados y con nuestra naturaleza pecaminosa. Además, necesitamos arrepentirnos y confesar día tras día.

A. David es reprendido por el profeta Natándespués de cometer su gran pecado

  El título del salmo 51 es significativo: “Salmo de David después de que se llegó a Betsabé, cuando el profeta Natán vino a él” (2 S. 11:1—12:14). Esto indica que este salmo fue compuesto después de que David cometiera ese gran pecado de asesinar a Urías y de quedarse con su esposa Betsabé, y luego de ser reprendido por el profeta Natán.

B. Se arrepiente y confiesa sus pecados a Dios

  En los versículos del 3 al 5 y 17 David se arrepiente y confiesa sus pecados a Dios.

C. Le ruega a Dios

1. Que borre sus transgresiones,que le lave completamente de su iniquidad,que lo limpie de su pecado,y que le purifique de su pecado con hisopo

  David le rogó a Dios que borrara sus transgresiones, lo lavara completamente de su iniquidad, lo limpiara de su pecado y le purificara de su pecado con hisopo (vs. 1-2, 7, 9). Los verbos usados por David —“borrar”, “lavar”, “limpiar” y “purificar”— indican que su arrepentimiento y confesión fue total y que fue muy sincero al pedir perdón.

  En contraste, supongamos que alguien ore, diciendo: “Dios, yo sé que Tú eres misericordioso. No importa cuantos pecados haya cometido yo, sé que Tú me perdonarás”. Esta clase de confesión no significa nada. Necesitamos estar en la presencia de Dios como David, confesando que nacimos en pecado y pidiéndole que nos lave y nos limpie, que borre nuestras transgresiones y que nos purifique de nuestros pecados. Orar de esta manera indica que no confiamos en nosotros mismos. Cuando nos damos cuenta de que somos pecaminosos y de que Dios es santo, confiamos sólo en El. También nos damos cuenta que necesitamos a Cristo como nuestro Mediador y nuestro sacrificio.

  En el versículo 7a David oró: “Purifícame con hisopo, y seré limpio”. El hisopo tipifica a Cristo en Su naturaleza humana, humilde y humillada (1 R. 4:33a; Ex. 12:22a). En el salmo 51:7a el hisopo implica a Cristo como el Mediador y el sacrificio.

2. Que cree en él un corazón puroy que renueve un espíritu firme dentro de él

  En el versículo 10 David oró: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu firme dentro de mí”. La palabra hebrea aquí traducida “limpio” también puede ser traducida “puro”. David le rogó a Dios que no solamente lo perdonara y purificara sino que también lo renovara.

  Al pecar envejecemos, pero después de que somos perdonados por Dios podemos ser renovados. Así que, después de disfrutar el perdón de Dios, necesitamos pedirle que nos renueve. Necesitamos orar para que El nos dé un corazón puro y un espíritu firme.

3. Que no lo eche de Su presenciay que no quite el Espíritu de Su santidad

  En el versículo 11 David añade: “No me eches de delante de Ti, y no quites de mí el Espíritu de Tu santidad”. Necesitamos un corazón nuevo y un espíritu firme, y también necesitamos la presencia de Dios. Si perdemos la presencia de Dios, perdemos todo. La presencia de Dios es en realidad el Espíritu. Cuando el Espíritu se va, la presencia de Dios también se va.

4. Que le restituya el gozo de Su salvación,y que espíritu de buena voluntad le sustente

  En el versículo 8a David oró: “Hazme oír gozo y alegría”, y en el versículo 12 él pidió: “Restitúyeme el gozo de Tu salvación, y espíritu de buena voluntad me sustente”. Aquí vemos una conexión entre el gozo y la buena voluntad del espíritu. Cuando estamos alegres, también tenemos un espíritu de buena voluntad. Esta es la vida vencedora. Una persona vencida, por el contrario, está triste y no tiene un espíritu de buena voluntad. Si tal persona vencida confiesa su pecado y le pide a Dios por Su perdón, él tendrá el gozo de la salvación de Dios y tendrá también un espíritu de buena voluntad. Es por el gozo de la salvación de Dios que un espíritu de buena voluntad es sustentado dentro de nosotros.

5. Que lo libre de la culpabilidadde haber derramado sangre

  Finalmente, en los versículos 14 y 15 David le ruega a Dios que lo libre de la culpabilidad de haber derramado sangre para que su lengua cante la justicia de Dios y su boca declare Su alabanza.

D. Participa del gozo de Dios en Su casa,Sión, y en Su ciudad, Jerusalén,con ofrendas en Su altar

  “Haz bien con Tu benevolencia a Sión; edifica los muros de Jerusalén. Entonces te deleitarás en los sacrificios de justicia, en el holocausto y en ofrendas del todo quemadas; entonces ofrecerán novillos sobre Tu altar” (vs. 18-19). Esto indica la participación en el disfrute de Dios en la iglesia local como la casa de Dios y en la iglesia como la ciudad de Dios por medio del Cristo todo-inclusivo como las ofrendas. Si nos arrepentimos, confesamos nuestros pecados y pedimos a Dios Su purificación, tendremos el disfrute de Dios en Cristo, en Su casa, la iglesia local, y en Su ciudad, la iglesia universal. Esto está relacionado con el favor de Dios para con las iglesias locales y para con la edificación de la iglesia universal. Que esta sea nuestra experiencia práctica cada día.

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