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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Miqueas»
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Mensaje 3

LA GRANDEZA DE LOS PROFETAS EN SU HABLAR ACERCA DE CRISTO

  Lectura bíblica: Mi. 5:2-9; Am. 9:11-15

  En este mensaje quisiera decir algo con respecto a la grandeza de los profetas en su hablar acerca de Cristo. Cuando Miqueas y los otros profetas hablaron acerca de Cristo, ellos tocaron asuntos grandiosos. Sin embargo, cuando volvieron su atención de Cristo mismo a sus propias observaciones con respecto a la condición y situación del pueblo de Dios, ellos se empequeñecieron.

VER A NIMROD Y ASIRIA CON RELACIÓN A CRISTO

  En su profecía acerca de Cristo, Miqueas dijo: “Sus salidas son desde tiempos antiguos, / desde los días de la eternidad” (5:2). Después, él dijo que Aquel que es el Gobernante y Pastor de Israel será la paz cuando Asiria entre en su tierra (v. 5). En el versículo 6, el profeta habla primero de la tierra de Asiria y la tierra de Nimrod, y después, profetiza con respecto a Cristo, declarando: “Él nos salvará de Asiria”. En estos versículos podemos ver a Nimrod y Asiria con relación a Cristo.

  El gobierno humano fue iniciado por Nimrod, el primer tipo del anticristo. Según Génesis 10:10 y 11, Nimrod edificó las ciudades de Babel y Nínive. Babel tuvo por resultado Babilonia, que representa el apogeo del gobierno humano (Dn. 2:31-45) y corresponde a la primera etapa de las langostas, esto es, las langostas que cortan (Jl. 1:4). El gobierno humano, incluyendo a los imperios de Babilonia, Persia, Grecia y Roma, ha sido usado por Dios para llevar adelante Su obra de disciplinar a Israel. Al final, la totalidad del gobierno humano —las cuatro clases de langostas mencionadas en Joel 1 y las cuatro secciones de la gran imagen descrita en Daniel 2— será aplastada por una sola piedra, Cristo como piedra no cortada por manos que se convertirá en un gran monte y llenará toda la tierra (Dn. 2:34-35). Es de este modo que Cristo salvará a Israel de Asiria.

  Con respecto a las cuatro langostas en Joel, el Señor nos ha dado una revelación resplandeciente. Esta iluminación, este resplandor, no solamente nos abre la Biblia sino la historia mundial en su integridad. Además, esta revelación nos abre la economía eterna de Dios, pues las cuatro etapas de las langostas ocupan gran parte de la economía de Dios en relación con la humanidad. Es posible que pronto las langostas serán destruidas y, como se profetiza en Oseas 6:2, el Israel dormido será levantado en el tercer día.

LOS PROFETAS VUELVEN SU ATENCIÓN DE CRISTO MISMO A ASUNTOS MENORES

  Los profetas son magníficos en su hablar con respecto a Cristo, pero no así en su hablar con respecto a otros asuntos. Podemos valernos de Miqueas y de Amós a manera de ejemplo. Por un lado, ambos profetizaron acerca de Cristo; por otro, ambos hablaron de asuntos menores, como las balanzas engañosas. Amós dijo que las personas corruptas achicaban el efa, aumentaban el siclo y falseaban las balanzas a fin de engañar (8:5). A este respecto, Miqueas dijo: “¿Hay aún en casa del malvado tesoros de maldad / y medida escasa que sea abominable? / ¿Acaso podré ser puro andando con balanzas inicuas / y con bolsa de pesas engañosas?” (6:10-11). Ambos profetas hicieron la observación de que las personas usaban una clase de medida para comprar y otra distinta para vender, y que sus pesas y balanzas eran engañosas. Lo dicho por Amós y Miqueas con respecto a tales asuntos menores como éstos no puede compararse con la grandeza de lo que dijeron con respecto a Cristo.

  El profeta Joel difiere de Miqueas y de Amós en que no habló acerca de asuntos menores. Más bien, en apenas tres capítulos, él habló sobre cinco asuntos grandiosos: (1) las cuatro clases de langostas (1:4); (2) el derramamiento del Espíritu (2:28-32); (3) la venida de Cristo con los valientes para derrotar al anticristo y sus ejércitos a fin de cambiar esta era (3:11, 13); (4) el juicio de todas las naciones conformadas por quienes estén vivos a fin de separar las “ovejas” de los “cabritos” (3:2, 12; cfr. Mt. 25:31-46); y (5) el reinado de Cristo en medio de Israel durante el reino milenario (Jl. 3:16-17, 21b).

PROFETAS, NO SALMISTAS

  En contraste con ello, Amós y Miqueas se valieron de muchos más capítulos que Joel para hablar cosas que no eran Cristo. Cuando estos profetas hablaron acerca de Cristo, hablaron asuntos grandiosos, pero cuando expresaron su propio concepto y opinión naturales, fueron como algunos de los salmistas. Por ejemplo, Miqueas 6:8 dice: “Él te ha declarado, oh hombre, lo que es bueno; / y ¿qué requiere de ti Jehová, / sino sólo hacer lo justo, amar misericordia, / y andar humildemente con tu Dios?”. Lo dicho aquí, ¿es conforme al árbol de la vida o conforme al árbol del conocimiento del bien y del mal? Ciertamente esto es conforme al árbol del conocimiento del bien y del mal. Lo dicho aquí, ¿es conforme a la revelación divina o conforme al concepto humano del profeta? Lo dicho aquí no atañe a la revelación de Dios, sino al concepto que el profeta tiene.

  Lo que me preocupa en realidad no son las carencias de estos profetas, sino cuál sea nuestra situación en la actualidad. Me preocupa que algunos de nosotros podrían tomar los cuatro principios rectores, o los cuatro factores, que hemos visto en los Profetas Menores y usarlos de una manera crítica a fin de examinar a otros en la iglesia, especialmente a los ancianos. Aquellos que hacen esto son semejantes a ciertos salmistas, pero no son profetas que hablen por Dios.

  En 1 Corintios 14 Pablo nos alentó a ser profetas, no salmistas (vs. 24, 31). Si expresamos nuestro concepto u opinión, somos como algunos de los salmistas. Profetizar no consiste solamente en hablar por Cristo, sino también en proclamar a Cristo e, incluso, hablar Cristo. Si tenemos una opinión o un concepto, tal opinión o concepto tiene que ser Cristo. No debiéramos tener ningún interés en expresar nuestra opinión. Nuestra carga, deseo, intención y meta debe ser simplemente hablar Cristo. Puedo testificar que mi objetivo en todos los mensajes que doy es hablar Cristo y únicamente Cristo.

LA GRANDEZA DE AMÓS Y MIQUEAS EN SU PROFETIZAR CON RESPECTO A CRISTO

  La grandeza de Amós y Miqueas se manifiesta en su profetizar con respecto a Cristo.

La profecía de Amós con respecto a la reedificación del tabernáculo caído de David efectuada por Cristo

  Amós es grande en su profecía con respecto a la reedificación del tabernáculo caído de David efectuada por Cristo. En Amós 9:11 el profeta dice: “En aquel día Yo levantaré / el tabernáculo caído de David, / repararé sus brechas, / levantaré sus ruinas / y lo edificaré tal como era en los días de antaño”. Hemos visto que el tabernáculo de David es el reino de David y la familia real de David. El reino de David era un tipo del reino venidero de Cristo. Cuando Cristo regrese, Él reedificará, esto es, restaurará y recobrará, el reino de Su antepasado David y hará plenamente del reino de David el reino de Cristo y de Dios por la eternidad.

La profecía de Miqueas acerca de las salidas de Cristo

  La profecía de Miqueas acerca de las salidas del Cristo todo-inclusivo es un asunto grandioso. En esta profecía Cristo es todo-inclusivo debido a que Él será el Gobernante, el Pastor y la paz de Israel; además, Él hará surgir a los siete pastores y a los ocho príncipes (5:2-5).

  Cristo vino de Belén, una aldea llamada “la ciudad de David” (Lc. 2:4). Sin embargo, Sus salidas no son desde el tiempo, sino desde la eternidad. Fue en la eternidad pasada que Él nos escogió y predestinó (Ef. 1:4-5). Cuando hacía estas cosas, Él consideró de qué manera vendría. Si Él únicamente nos hubiera escogido y predestinado sin preparar Su salida desde la eternidad, no habría podido hacer nada con nosotros. Todo cuanto Él hará y pueda hacer con nosotros depende de Su venida. Él vino en la encarnación y continuó saliendo mediante Su vivir humano, Su muerte, Su resurrección, Su ascensión y el derramamiento del Espíritu consumado, quien es la realidad de Cristo mismo. Todos éstos son pasos grandiosos dados por Cristo en Su salida. Su salida no ha cesado, sino que continúa hoy en día.

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