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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Números»
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Mensaje 41

COMBATEN

(10)

  Lectura bíblica: Nm. 29:1-40

  En este mensaje seguiremos considerando los estatutos con respecto a las ofrendas mencionados en Números 28 y 29.

  Las primeras cuatro fiestas, que se celebraban en la primera mitad del año, ya se cumplieron, pero las últimas tres fiestas, que se celebraban en la segunda mitad del año, se cumplirán en el futuro. Las primeras cuatro fiestas se cumplieron mediante la muerte, la resurrección y la ascensión de Cristo. Las últimas tres fiestas guardan relación con la segunda venida del Señor y se cumplirán cuando el Señor regrese.

f. El holocausto para el Día del Toque de Trompetas

  Números 29:1-6 habla del holocausto para el Día del Toque de Trompetas. Ese día era el primer día del séptimo mes, el comienzo de la segunda mitad del año. En ese día se tenía una santa convocación y no se hacía ningún tipo de trabajo. La labor humana era innecesaria porque Dios ya lo había hecho todo. Lo que se ofrecía en esa fiesta era lo mismo que se ofrecía al comienzo del mes, con la diferencia de que se ofrecía un novillo en lugar de dos.

g. El holocausto para el Día de la Expiación

  Se debía ofrecer también un holocausto para el Día de la Expiación (vs. 7-11). En la cruz, Cristo efectuó la propiciación. Hacer propiciación significa apaciguar. La propiciación no se hace por causa de Dios, sino a causa del problema que existe entre nosotros y Dios. No debemos pensar que Dios estaba enojado con nosotros y que necesitaba ser apaciguado. No, Dios ama al mundo, y la propiciación era necesaria a causa de nuestra situación caída, no porque Dios estuviera enojado con nosotros. Nuestra situación estaba llena de problemas, llena de pecados y, por ello, era necesario que se hiciera propiciación. Cristo, mediante Su muerte en la cruz, se encargó de nuestros pecados, y al hacerlo, hizo propiciación por nuestra situación delante de Dios a fin de que fuésemos redimidos, perdonados y justificados. Cuando nos arrepentimos, creímos en Cristo y lo recibimos como nuestro Salvador, experimentamos esta fiesta.

  La Fiesta de la Expiación tiene una aplicación doble. En términos espirituales, esta fiesta ya fue aplicada a nosotros, y en un sentido literal, será aplicada a los judíos en el futuro. Después que el Señor Jesús haya descendido del aire a la tierra, los judíos se arrepentirán, se lamentarán y volverán a Dios, recibiendo a Cristo como su Salvador. Ése será el cumplimiento literal de la Fiesta de la Expiación.

  La Fiesta de la Expiación se celebraba el décimo día del séptimo mes. Se tenía una santa convocación y no se trabajaba. En ese día, el pueblo se afligía, esto es, se arrepentía, se enlutaba y se lamentaba a causa de sus pecados. Lo que se ofrecía en ese día era lo mismo que se ofrecía al comienzo del mes, con la diferencia de que se ofrecía un novillo en lugar de dos.

h. El holocausto para la Fiesta de los Tabernáculos

  Números 29:12-38 habla sobre el holocausto para la Fiesta de los Tabernáculos. Esta fiesta duraba siete días, a partir del decimoquinto día del séptimo mes. En el primer día se tenía santa convocación y no se hacía ningún tipo de trabajo. En el primer día, las ofrendas que se presentaban, las cuales tipifican los diversos aspectos de Cristo, consistían de dos carneros, catorce corderos de un año sin defecto y trece novillos del ganado, y en los seis días subsiguientes, el número de novillos mermaba en uno por día; además, cada holocausto debía incluir su ofrenda de harina y sus libaciones. También se ofrecía un macho cabrío como ofrenda por el pecado. En el octavo día, que significa resurrección, se tenía asamblea solemne. Lo que se ofrecía en ese día era lo mismo que lo que se ofrecía al comienzo del mes, con la diferencia de que se ofrecía un novillo en lugar de dos.

  La Fiesta del Toque de Trompetas, la Fiesta de la Expiación y la Fiesta de los Tabernáculos, todas se celebraban en un período breve en el séptimo mes. El cumplimiento de estas fiestas ocurrirá casi al mismo tiempo. La Fiesta del Toque de Trompetas se cumplirá con la venida de Cristo (Mt. 24:31), cuando Dios convocará a los judíos de su dispersión para que regresen a la tierra de sus padres. La Fiesta de la Expiación se cumplirá el día que Israel vuelva a Dios, después que se hayan reunido nuevamente en la tierra de sus padres (Ro. 11:26-27; Zac. 12:10-14). Los judíos en su aflicción orarán, ayunarán y se arrepentirán. Entonces, Dios los perdonará, y la Fiesta de la Expiación les será aplicada. Finalmente, la Fiesta de los Tabernáculos se cumplirá en el milenio venidero por mil años como conclusión de todas las eras de la vieja creación de Dios. El cumplimiento de esta fiesta será una bendición jubilosa y dispensacional que los redimidos de Dios disfrutarán junto con Dios durante un período completo en la vieja creación de Dios.

i. Las ofrendas que se ofrecían además de los votos del pueblo y de sus ofrendas voluntarias

  Todas las ofrendas para cada día, para cada Sábado, para el comienzo de cada mes y para todas las fiestas anuales, el pueblo las ofrecía, además de sus votos y sus ofrendas voluntarias, para sus holocaustos, sus ofrendas de harina, sus libaciones y sus ofrendas de paz (Nm. 29:39-40). El pueblo ofrecía ciertas ofrendas en cumplimiento de su deber o responsabilidad. Con estas ofrendas ellos pagaban sus votos. Además de dichas ofrendas, ellos podían presentar ofrendas de su propia voluntad. Sin embargo, todas las ofrendas mencionadas en los capítulos 28 y 29 eran adicionales a sus votos y sus ofrendas voluntarias.

  Es importante hacer notar que, conforme a estos capítulos, el alimento de Dios se relaciona con tres cosas. Primero, el alimento de Dios se relaciona con la vida que Su pueblo lleva diaria, semanal, mensual y anualmente. En segundo lugar, el alimento de Dios se relaciona con la vida espiritual de los creyentes, comenzando con la Pascua y concluyendo con la Fiesta de Pentecostés, incluyendo la Fiesta de los Panes sin Levadura y la Fiesta de las Primicias. Cada una de estas cuatro fiestas tiene que ver con la vida. Eso significa que en la vida cristiana hay una clase particular de alimento que es para Dios. Tercero, el alimento de Dios está relacionado con Su pueblo Israel. Cristo regresará para tocar la trompeta y convocar al pueblo de Israel en la tierra de sus padres. Entonces, habrá un día en el que se hará propiciación por ellos. En ese día, ellos se afligirán y se arrepentirán, y Cristo será la propiciación de ellos. Esa propiciación conducirá a la Fiesta de los Tabernáculos. Cuando se celebre esta fiesta, Israel estará en paz con Dios y entrará en el disfrute de Dios. La Fiesta de los Tabernáculos no sólo será la última fiesta, sino también la conclusión de la obra que Dios realiza en la vieja creación.

  En el periodo de la vieja creación de Dios existen cuatro eras: la era antes de la ley, de Adán a Moisés; la era de la ley, de Moisés a la primera venida de Cristo; la era de la gracia, de la primera venida de Cristo a Su segunda venida; y la era del milenio, el reino de los mil años. Estas cuatro eras constituyen etapas cruciales de la obra que Dios realiza en la vieja creación con miras a la nueva creación. En cada una de estas cuatro eras, Dios usa la vieja creación como material para producir una nueva creación. La consumación de la nueva creación de Dios será la Nueva Jerusalén. Aquellos creyentes que sean vencedores en la era de la gracia, disfrutarán la Nueva Jerusalén durante el milenio. Finalmente, después del milenio, todo el pueblo de Dios será plenamente perfeccionado y consumado, con lo cual vendrá a ser la Nueva Jerusalén.

  En la era actual, la era de la gracia, disfrutamos a Cristo como nuestra Pascua, como nuestros panes sin levadura y como la primicia ofrecida a Dios en resurrección. A la postre, ofreceremos Cristo a Dios como nuestro Pentecostés, lo cual será la consumación de la obra que Dios realiza en pro de Su nueva creación. El alimento ofrecido a Dios por parte de los creyentes que experimentan a Cristo como la realidad de todas las fiestas, que comienzan con la Pascua y terminan en el Pentecostés, no tiene nada que ver con la vieja creación, sino que se encuentra absolutamente en la nueva creación. Finalmente, la iglesia en la era de la gracia dará consumación a la voluntad de Dios en Su nueva creación. La iglesia estará madura y será arrebatada para unirse a Cristo en Su jubilosa boda. Luego descenderá con Cristo a la tierra, momento en que Él tocará la trompeta para convocar a los israelitas en la tierra de sus padres. Cristo entonces será la propiciación de ellos, y se dará inicio a la Fiesta de los Tabernáculos.

  A estas alturas, quisiera hacer una pregunta: ¿Cuál es el alimento de Dios? ¿Cuál es el alimento de Dios en nuestra vida diaria, en la vida cristiana y en la vida del pueblo de Israel? Sin lugar a dudas, todos diríamos que el alimento de Dios es Cristo. Pero esto daría lugar a otra pregunta: ¿De qué manera es Cristo alimento de Dios? Cristo es alimento de Dios en el sentido de que cumple la economía eterna de Dios. Dios desea que Su economía se cumpla por medio de Cristo, con Cristo y en Cristo. Es de esta manera que Cristo es alimento de Dios.

  Cuanto más disfrutemos a Cristo y lo experimentemos, más realizaremos la economía de Dios, y cuanto más participemos en la realización de la economía de Dios, más Cristo podremos ofrendar a Dios como Su alimento. El hecho de que hayamos sido resucitados con Cristo en Su resurrección y hayamos sido salvos contribuye a la realización de la economía de Dios. El hecho de ejercer nuestro sacerdocio neotestamentario al visitar a las personas para predicarles el evangelio, de modo que ellos crean en el Señor Jesús y sean bautizadas, también contribuye a la realización de la economía de Dios. Asimismo, el hecho de llevar una vida en Cristo exenta de pecado después de ser salvos contribuye a la realización de economía de Dios con Cristo, por medio de Cristo y en Cristo. En todos estos asuntos, Cristo es alimento para Dios.

  Tanto la iglesia como Israel forman parte importante de la realización de la economía de Dios. Cuando se formó la iglesia el día de Pentecostés y muchísimos fueron bautizados en un solo Cuerpo, Dios disfrutó de una fiesta maravillosa. Asimismo, el hecho de que Israel sea reunido, se arrepienta y, además, se haga propiciación por ellos al regreso del Señor, todo ello contribuirá a la realización de la economía de Dios. Una vez más, el pueblo de Dios disfrutará a Cristo, y Dios también lo disfrutará. En estos asuntos relacionados con Israel, Cristo será el alimento de Dios. Además, durante el milenio y por la eternidad en la Nueva Jerusalén, Cristo será el alimento de Dios.

  En Números 28 y 29 se distinguen tres secciones: las secciones referentes a la vida diaria, la vida cristiana y el futuro de Israel. Cada sección tiene como finalidad el cumplimiento del a economía eterna de Dios, cuya centralidad y universalidad es Cristo. Debido a que Cristo lo es todo en el cumplimiento de la economía de Dios, Él es el alimento de Dios, quien lo satisface. Por la eternidad, Cristo será quien satisfaga a Dios, y por la eternidad disfrutaremos del Cristo que satisface a Dios. ¡Aleluya por el Cristo que es el alimento de Dios y también nuestro alimento!

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