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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Números»
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Mensaje 51

UN ESQUEMA VITAL DE LA REVELACIÓN DIVINA EN LOS LIBROS DE ÉXODO, LEVÍTICO Y NÚMEROS REFERENTE A LA ECONOMÍA DE DIOS CON SU PUEBLO ESCOGIDO Y REDIMIDO

(3)

  Lectura bíblica: Dt. 8:2

  Ahora llegamos al tercer mensaje sobre el esquema vital de la revelación divina en los libros de Éxodo, Levítico y Números referente a la economía que Dios con Su pueblo escogido y redimido. En este mensaje consideraremos las frustraciones que sufrió el pueblo de Dios en su jornada a la buena tierra.

III. LAS FRUSTRACIONES QUE SUFRIÓ EL PUEBLO ESCOGIDO Y REDIMIDO DE DIOS EN SU JORNADA A LA BUENA TIERRA PROMETIDA POR DIOS

  Hemos visto que el pueblo de Dios necesitaba recibir la revelación divina en cuanto a Dios mismo y Su economía, y que también necesitaba conformar un ejército sacerdotal. Ahora veremos que el pueblo escogido y redimido de Dios también necesitaba sufrir frustraciones. ¿Cree usted que necesita experimentar frustraciones? Créalo o no, el hecho es que experimentaremos frustraciones y que, en cierto sentido, lo necesitamos. Veamos ahora los diferentes tipos de frustraciones que sufrió el pueblo escogido y redimido de Dios en su jornada a la buena tierra prometida por Dios.

A. Los apetitos desenfrenados de la multitud mixta que estaba entre el pueblo escogido y redimido de Dios

  La primera frustración fue los apetitos desenfrenados de la multitud mixta que estaba entre el pueblo escogido y redimido por Dios (Nm. 11:4a). ¿Eran salvos los que pertenecían a esa multitud? Ésta es una pregunta difícil de contestar.

  Tal vez usted se pregunte cómo se pudo dar esa mixtura entre el pueblo de Dios, un pueblo puro. Sin embargo, sabemos que aun entre los doce discípulos que fueron escogidos por el Señor Jesús hubo uno que era impuro: Judas. Además, la parábola de la cizaña (Mt. 13:24-30, 36-43) indica que en el mundo existe una mixtura de cizaña y trigo.

1. Despierta la codicia del pueblo escogido y redimido de Dios

  La multitud mixta tuvo apetitos desenfrenados, los cuales despertaron la codicia del pueblo escogido y redimido de Dios. La codicia ya estaba presente en el pueblo de Dios, pero sólo faltaba que fuese despertada, y fue la multitud mixta la que la despertó. Es fácil que la codicia que hay en el pueblo de Dios sea despertada por personas impuras.

2. Al igual que un poco de levadura leuda toda la masa

  En 1 Corintios 5:6 Pablo dice: “Un poco de levadura leuda toda la masa”. En Números 11, la multitud mixta era semejante a la levadura, y esta levadura acabó por leudar “toda la masa” del pueblo de Dios.

B. La codicia del pueblo escogido y redimido de Dios

  Números 11:4b-15, 31-35 habla de la codicia que vino directamente del pueblo escogido y redimido de Dios.

1. Se acuerdan del alimento egipcio, el cual concordaba con su deseo

  Números 11:5 dice: “Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos”. Aquí vemos que el pueblo de Dios se acordó de la comida egipcia (el gusto mundano), el cual concordaba con su deseo. El pueblo de Dios apetecía desenfrenadamente el sabor mundano.

2. Detestan el maná dado por Dios

  En el versículo 6 el pueblo continuó diciendo: “Ahora se nos va el apetito, pues nada sino este maná ven nuestros ojos”. Esto indica que ellos detestaban el maná que Dios les daba, el cual era un tipo de Cristo como pan de vida. El maná era muy sabroso; no obstante, tenía un sabor celestial, no un sabor egipcio. En lugar de que al pueblo le agradara el sabor celestial del maná dado por Dios, el pueblo lo detestó.

3. Cada uno llora a la entrada de su tienda

  Según el versículo 10, cada uno lloraba a la entrada de su tienda. Ellos lloraron porque el alimento que tenían no era conforme a su gusto.

4. La ira de Jehová se enciende en gran manera contra ellos, y Jehová los hiere con una plaga muy severa

  La ira de Jehová se encendió en gran manera contra ellos (v. 10b), y Él los hirió con una plaga muy severa (v. 33).

C. La rebelión de Miriam

  Números 12:1-15 narra la rebelión de Miriam, la hermana mayor de Moisés. Moisés era el líder que Dios había escogido, y Miriam era una profetiza quien, después que el pueblo hubo cruzado el mar Rojo, condujo a las mujeres a alabar a Dios (Éx. 15:20-21). A pesar de que era la hermana de Moisés y servía juntamente con él, ella aún se rebeló contra él. Esto indica que aun aquellos que están muy cerca del que toma la delantera entre el pueblo de Dios, se pueden rebelar contra él.

1. Siente celos de Moisés por la posición que él ocupa en el oráculo de Dios

  Miriam se rebeló debido a que tuvo celos de Moisés por la posición que él ocupaba en el oráculo de Dios. Ella, junto con Aarón, dijo: “¿Acaso sólo por medio de Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por medio de nosotros?” (Nm. 12:2).

2. Usa como pretexto la debilidad que Moisés manifestó al casarse con una mujer cusita

  Miriam usó como pretexto de su rebelión la debilidad que Moisés manifestó al casarse con una mujer cusita (v. 1). No sé por qué Moisés hizo esto ni cuándo lo hizo. Quizás éste fue un punto débil en la vida de Moisés, pero dicha debilidad no le impidió ejercer su función. No obstante, Miriam usó esta debilidad como un pretexto, como una excusa, para rebelarse contra él.

3. Es condenada por Dios, sufre el castigo de la lepra y es echada del campamento por siete días

  Dios intervino para poner fin a la rebelión de Miriam. Ella fue condenada por Dios y sufrió el castigo de la lepra (vs. 6-15a), una afección que indica que la enfermedad de uno es interna. Debido a que sufrió este castigo, Miriam fue echada del campamento por siete días.

4. La jornada del pueblo se retrasa siete días

  El resultado de la rebelión y el castigo de Miriam fue que la jornada del pueblo se retrasó siete días (v. 15). Su rebelión ciertamente representó una frustración para el pueblo de Dios.

D. La incredulidad del pueblo escogido y redimido por Dios

  Números 13:28—14:4 habla de la incredulidad del pueblo escogido y redimido por Dios. Esto ocurrió en Cades-barnea, después que los espías habían regresado de espiar la buena tierra. Con excepción de Caleb y Josué, los espías regresaron con un mal informe, diciendo: “La tierra por donde pasamos para espiarla es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de gran estatura. También vimos allí a los nefilim (los descendientes de Anac son parte de los nefilim); y éramos nosotros, a nuestro parecer, como saltamontes, y así les parecíamos a ellos” (13:32-33). Cuando el pueblo oyó esto, lloró. Su llanto no sólo manifestaba incredulidad, sino también rebelión.

1. Hace que Dios se enoje con ellos

  La incredulidad del pueblo hizo que Dios se enojara con ellos (14:11-12).

2. Hace que ellos pierdan el derecho de entrar en la buena tierra prometida por Dios

  Su incredulidad también les hizo perder el derecho de entrar en la buena tierra prometida por Dios (vs. 22-23).

3. Dios los castiga haciéndolos andar errantes en el desierto y ser consumidos allí

  Dios castigó al pueblo haciéndolo andar errantes en el desierto y ser consumidos allí (vs. 32-35). Dios les dijo: “A vuestros niños, de los cuales dijisteis que se convertirían en botín de guerra, Yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros rechazasteis. Pero en cuanto a vosotros, vuestros cuerpos caerán en este desierto” (vs. 31-32).

E. La rebelión de Coré, Datán y Abiram, junto con los doscientos cincuenta líderes de la asamblea del pueblo de Dios

  En Números 16:1-12 leemos el relato de una rebelión corporativa, la rebelión de Coré, Datán, Abiram y de los doscientos cincuenta líderes. Coré era levita, y Datán y Abiram eran líderes entre el pueblo. Ellos convencieron a doscientos cincuenta líderes a que se unieran a su conspiración para rebelarse.

1. Tienen celos de la alta posición que ocupan Moisés y Aarón

  Coré, Datán, Abiram y los doscientos cincuenta líderes de la asamblea “se congregaron contra Moisés y Aarón y les dijeron: Vosotros abarcáis demasiado, porque toda la asamblea, todos ellos son santos, y en medio de ellos está Jehová. ¿Por qué, entonces, os exaltáis sobre la congregación de Jehová?” (16:3). Esto indica que los que se rebelaron tenían celos de la alta posición que ocupaban Moisés y Aarón. Los celos en cuanto a posición y liderazgo siempre han sido un problema para el pueblo de Dios. A menudo, los que sienten celos por estas cosas tienen ambición, mas no tienen la capacidad que corresponda a su ambición. A lo largo de la historia del pueblo de Dios, la combinación de la ambición y la falta de capacidad han provocado la rebelión. Éste fue el caso en Números 16. Coré, Datán y Abiram eran ambiciosos, pero no tenían la capacidad que tenían Moisés y Aarón.

2. Coré no está contento con ser un líder en el servicio levítico, y Datán y Abiram no están contentos con ser líderes en la asamblea del pueblo de Dios

  Coré no estaba contento con ser un líder en el servicio levítico, el cual tenía importancia secundaria en comparación con el sacerdocio, y Datán y Abiram no estaban contentos con ser líderes en la asamblea del pueblo de Dios (vs. 8-11). Todos ellos deseaban una posición más elevada, pero conforme a la soberanía de Dios, no tenían la capacidad necesaria para tal posición.

3. El castigo que Dios trae sobre los rebeldes

  En Números 16, vemos también el castigo que Dios trajo sobre los rebeldes. Aunque Moisés era manso, él le pidió a Dios que interviniera, y Dios intervino para castigar a los rebeldes.

a. La tierra se traga a Coré, a Datán y a Abiram, a sus casas, a todos los hombres de Coré y a todos sus bienes

  La tierra se tragó a Coré, a Datán y a Abiram, a sus casas, a todos los hombres de Coré y a todos sus bienes, de modo que ellos y todo lo que tenían descendieron vivos al Seol (vs. 31-33). Ellos se fueron directamente al Seol sin tener que morir primero. Creo que ellos fueron el primer grupo de personas en perecer de esa manera.

b. Sale fuego de Jehová y consume a los doscientos cincuenta líderes

  Conforme al versículo 35, salió fuego de Jehová y consumió a los doscientos cincuenta líderes.

c. Sale ira de la presencia de Jehová y consume con una plaga a catorce mil setecientas personas

  Por último, salió ira de la presencia de Jehová y consumió con una plaga a catorce mil setecientas personas (vs. 44-49). Ése fue un juicio muy severo.

  El juicio que Dios ejecutó aquí era un juicio triple, que involucraba la tierra, el fuego y la plaga. Con respecto a los rebeldes, aquello fue un juicio; pero con respecto a toda la congregación de los hijos de Israel, todo aquello fue una frustración. Sin embargo, fue a través de esta frustración, y especialmente a través del juicio de Dios, que el pueblo fue zarandeado, depurado y purificado.

F. El complot y la enseñanza de Balaam

  Otra frustración que sufrió el pueblo escogido y redimido de Dios fue causada por el complot y la enseñanza de Balaam (Nm. 31:16; Ap. 2:14b).

1. Enseña a Balac a hacer tropezar al pueblo escogido y redimido de Dios

  Balaam enseñó a Balac a hacer tropezar al pueblo escogido y redimido de Dios, seduciéndolos a que fornicaran con las hijas de Moab, lo cual condujo a la idolatría (Nm. 25:1-2). Es difícil creer que un gran número del pueblo de Dios pudiera cometer el pecado de fornicación, el cual los perjudicaba a ellos mismos, y el pecado de idolatría, el cual insulta la persona de Dios. Sin embargo, muchos de entre el pueblo cayeron en estos pecados.

2. Al hacer esto, el pueblo escogido y redimido de Dios provoca que Dios consuma a veinticuatro mil con una plaga

  Al caer en fornicación e idolatría de esa manera, el pueblo escogido y redimido de Dios provocó que Dios consumiera a veinticuatro mil con una plaga (Nm. 25:3, 9). Aquello fue un tremendo zarandeo, depuración y purificación. A través de esta frustración, los hijos de Israel fueron purificados, y después de aquella purificación, ellos fueron contados de nuevo.

  Con respecto a todo lo negativo que haya en nuestra situación y condición, las frustraciones que experimentamos son necesarias. He reflexionado mucho sobre esto ahora que tuve que afrontar la reciente rebelión entre nosotros. Sea que nos percatemos de ello o no, sea que lo entendamos o no, necesitamos la purificación que viene después de las frustraciones que experimentamos.

G. Todas las frustraciones sufridas por el pueblo escogido y redimido de Dios deben ser consideradas como medios que sirven para humillarlos y ponerlos a prueba mientras prosiguen en su jornada por el desierto

  Todas las frustraciones sufridas por el pueblo escogido y redimido de Dios deben ser consideradas como medios que sirvieron para humillarlos y ponerlos a prueba mientras proseguían en su jornada por el desierto (Dt. 8:2). Ésta es nuestra situación hoy en día. Dios usa las diversas clases de frustraciones que experimentamos para humillarnos y ponernos a prueba. Mientras proseguimos en nuestra jornada a través del grande y terrible desierto, sufriremos frustraciones una y otra vez. Así como algunos se hicieron a sí mismos sacrificios para beneficio de los hijos de Israel, también algunos podrían convertirse en sacrificios para beneficio nuestro, y en particular, para que seamos depurados y purificados. De esto vemos una vez más que el relato de la jornada de los hijos de Israel por el desierto es un relato de nuestra propia jornada. Las frustraciones que ellos experimentaron en su jornada, las experimentaremos también nosotros en nuestra jornada. Por consiguiente, nos hace mucho bien reflexionar sobre todas estas frustraciones consignadas en el libro de Números.

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