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Mensajes del libro «Estudio-Vida de Proverbios»
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Mensaje 3

LOS PRECEPTOS DETALLADOS SEGÚN LOS CUALES EL HOMBRE LLEVA UNA VIDA HUMANA APROPIADA

(1)

  Lectura bíblica: Proverbios 10—30

  No solamente el libro de Proverbios sino cualquier otro libro de la Biblia, sobre todo Efesios, el libro más espiritual, exige que seamos personas rectas para recibirlo. Al leer la Biblia vemos que una persona recta es alguien que ama a Cristo, sigue en pos de El, y lleva una vida de negarse a sí mismo y de conformarse a la muerte de Cristo. Esto significa que, por el lado negativo, debemos renunciar al yo, dejando que todos los aspectos de nuestro ser sean crucificados, incluyendo nuestro yo, nuestro hombre natural, nuestro viejo hombre, nuestro carácter y todo lo que adquirimos por nacimiento; debemos clavar todas estas cosas en la cruz. En otras palabras, debemos experimentar la cruz de Cristo, la cual nos ha crucificado en todos los sentidos.

  Sin embargo, la salvación que Dios nos otorga no tiene solamente un aspecto negativo, el aniquilamiento, sino también un aspecto positivo, la germinación, que viene después de la terminación. Después de la muerte viene la resurrección. La muerte nos da fin, pero la resurrección nos hace germinar. La vida humana, la vida caída, corrupta y adulterada que se convirtió en algo satánico, tiene que ser aniquilada. En resurrección, Cristo dispensa la vida divina que fue librada por medio de Su muerte. En el último paso de Su muerte, desde Su humanidad El libró la vida divina, y en resurrección, nos impartió esta vida divina por medio de la regeneración. Esta es la germinación. Ahora tenemos un nuevo comienzo, una nueva vida y una nueva persona. Esta nueva vida incluye divinidad así como humanidad. Esto es maravilloso.

  Los que amamos a Cristo, debemos darnos cuenta de que, por el lado negativo, hemos sido aniquilados, acabados. No obstante, por el lado positivo, tenemos al Dios Triuno procesado y consumado que nos reemplaza como nueva vida. Así que, debemos vivir por esta vida todos los días. Hemos sido crucificados. Ahora debemos declarar juntamente con Pablo en Gálatas, que ya no vivimos nosotros, mas otro, Cristo mismo como nuestra persona, vive en nosotros, y nosotros vivimos con El. Debemos vivir a esta persona por el poder de la resurrección y por la abundante suministración del Espíritu todo-inclusivo de Jesucristo.

  Así, al acudir a la Biblia no sólo debemos ejercitar nuestra mente, sino principalmente nuestro espíritu. De este modo, nuestro espíritu controlará nuestra mente. Nuestro espíritu contiene al Espíritu vivificante, quien es maravilloso, admirable, procesado, todo-inclusivo y siete veces intensificado. Vivimos con El, y El vive con nosotros. Ahora cuando acudimos a la Biblia ejercitando nuestro espíritu, permitiendo que el Espíritu se mueva en nosotros, cada palabra de la Biblia, tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo, llega a ser espíritu y vida. Entonces, al leer cualquier versículo de la Biblia nos reavivaremos. En cambio, si sólo ejercitamos nuestra mente, las palabras de la Biblia serán mortíferas para nosotros.

  Puedo dar testimonio de que después de tener comunión por unos minutos con el Señor, El me alimenta, me nutre y me aviva. Entonces, cuando acudo a la Biblia, cada palabra en ella se convierte en una gema. Debemos leer el libro de Proverbios de esta manera. Si lo hacemos así, cada palabra de Proverbios se convertirá en espíritu y vida para nosotros. Cada palabra será viviente y se convertirá en una gema que nos fortalecerá mientras seguimos en pos de Cristo para dar cumplimiento a la economía de Dios, la cual consiste en producir y edificar el Cuerpo de Cristo.

  Cuando presenté un estudio-vida sobre el libro de Proverbios hace muchos años en Taipéi, estudié y clasifiqué todos los proverbios detalladamente. Hay por lo menos setenta puntos, y muchos de ellos contienen varios versículos. Estos proverbios son preceptos detallados por los cuales el hombre puede llevar una vida humana apropiada. Cada precepto constituye una gema. Empecemos ahora a examinarlos.

A. Un contraste entre obrar con justicia en sabiduría y obrar impíamente en necedad

  Del capítulo diez al diecinueve, muchos proverbios nos muestran un contraste entre obrar con justicia en sabiduría y obrar impíamente en necedad.

1. La sabiduría en contraste con la necedad

  El primer contraste es el que existe entre la sabiduría y la necedad. Un hijo sabio alegra al padre, pero el hijo necio es tristeza de su madre. El sabio de corazón recibirá los mandamientos, mas el necio de labios será derribado. Los sabios atesoran conocimiento, mas la boca del necio es ruina inminente (Pr. 10:1, 8, 14). El que anda con sabios, sabio será; mas el que se junta con necios sufrirá daño (Pr. 13:20). La lengua de los sabios hace uso recto del saber; mas la boca de los necios derrama necedad. El hijo sabio alegra al padre, mas el hombre necio menosprecia a su madre (Pr. 15:2, 20). Manantial de vida es la inteligencia al que la posee; mas la corrección de los necios es necedad (Pr. 16:22).

2. La justicia en contraste con la maldad

  La justicia está en contraste con la maldad. Los tesoros de maldad no serán de provecho, mas la justicia libra de muerte (Pr. 10:2). Hay bendiciones sobre la cabeza del justo; pero la boca de los impíos encubre violencia. La memoria del justo será bendita; mas el nombre de los impíos se pudrirá (vs. 6-7). Manantial de vida es la boca del justo; pero la boca de los impíos encubre violencia (v. 11). El salario del justo conduce a la vida; mas la ganancia del impío al pecado (v. 16).

3. La diligencia en contraste con la negligencia

  La mano negligente empobrece; mas la mano de los diligentes enriquece. El que recoge en el verano es hijo prudente; el que duerme en el tiempo de la siega es hijo que avergüenza (vs. 4-5). La mano de los diligentes señoreará; mas el perezoso será tributario. El indolente ni aun asa lo que ha cazado; pero el haber precioso del hombre es para el diligente (Pr. 12:24, 27). El alma del perezoso desea, y nada alcanza; mas el alma de los diligentes será prosperada (Pr. 13:4). También el que es negligente en su trabajo es hermano del destructor (18:9). La pereza hace caer en profundo sueño, y el alma ociosa padecerá hambre. El perezoso mete su mano en el plato, y ni aun a su boca la llevará (Pr. 19:15, 24).

4. La integridad en contraste con la perversidad

  El que camina en integridad anda seguro; mas el que pervierte sus caminos será descubierto (Pr. 10:9).

5. El amor en contraste con el odio

  El odio despierta rencillas; pero el amor cubre todas las transgresiones (v. 12).

6. Refrenar los labios en contraste con las muchas palabras

  En las muchas palabras no cesa la transgresión; mas el que refrena sus labios es prudente (v. 19). El que guarda su boca guarda su alma; mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad (Pr. 13:3). En toda labor hay ganancia; mas el vano hablar sólo conduce a la pobreza (Pr. 14:23). El que retiene sus palabras tiene conocimiento (Pr. 17:27a).

7. La humildad en contraste con el orgullo

  Cuando viene el orgullo, viene también la deshonra; mas con los humildes está la sabiduría (Pr. 11:2). En la boca del necio está la vara de su orgullo, mas los labios de los sabios los guardarán. El sabio teme y se aparta del mal; mas el insensato se muestra arrogante y confiado (Pr. 14:3, 16). Jehová derribará la casa de los orgullosos, pero afirmará los linderos de la viuda. El temor de Jehová es instrucción de sabiduría, y a la honra precede la humildad (Pr. 15:25, 33). Delante de la destrucción va el orgullo, y antes de la caída la altivez de espíritu. Es mejor ser de espíritu humilde con los pobres que repartir despojos con los orgullosos (Pr. 16:18-19). Antes de la destrucción el corazón del hombre es altivo, y delante de la honra va la humildad (Pr. 18:12).

8. La mujer digna en contraste con la mujer necia

  La mujer agraciada consigue honra. Como zarcillo de oro en el hocico de un cerdo es la mujer hermosa y apartada de razón (Pr. 11:16a, 22). La mujer virtuosa es corona de su marido; mas la que lo avergüenza, como podredumbre en sus huesos (Pr. 12:4).La mujer sabia edifica su casa; mas la necia con sus manos la derriba (Pr. 14:1). El que halla esposa halla el bien y alcanza la benevolencia de Jehová (Pr. 18:22). La casa y las riquezas son herencia de los padres; mas de Jehová la mujer prudente (Pr. 19:14).

9. La misericordia en contraste con la crueldad

  A su alma beneficia el hombre misericordioso; mas el cruel atormenta a su propia carne (Pr. 11:17).

10. La perfección en contraste con la perversidad

  Abominación son a Jehová los perversos de corazón; mas los perfectos de camino son Su deleite (v. 20).

11. Dar limosnas en contraste con ser mezquino

  Hay quien reparte, y le es añadido más; y hay quien retiene de lo que es justo sólo para venir a menos. El alma que da bendición será prosperada; y el que riega, también recibirá riego. Al que acapara el grano, el pueblo lo maldecirá; pero bendición será sobre la cabeza del que lo vende (vs. 24-26).

12. El que ama la corrección en contraste con el que aborrece la reprensión

  El que ama la corrección ama el conocimiento; mas el que aborrece la reprensión es tonto (Pr. 12:1). Pobreza y vergüenza tendrá el que desecha la corrección; mas el que atiende a la reprensión recibirá honra (Pr. 13:18). El necio menosprecia la corrección de su padre; mas el que atiende a la reprensión llega a ser prudente. El oído que escucha la reprensión de la vida, entre los sabios morará. El que rehusa la instrucción menosprecia su alma; mas el que escucha la reprensión adquiere entendimiento (Pr. 15:5, 31-32).

13. Lo práctico en contraste con lo vano

  El que labra su tierra se saciará de pan; mas el que persigue cosas vanas carece de cordura (Pr. 12:11).

14. Escuchar el consejo en contraste con ser recto según la opinión propia

  El camino del necio es recto a sus ojos; mas el que escucha el consejo es sabio (v. 15).

15. Detener la ira en contraste con expresarla fácilmente

  El necio al punto da a conocer su ira; mas el prudente oculta la ignominia (v. 16). El que tarda en airarse es grande de entendimiento; mas el de espíritu apresurado enaltece la necedad (Pr. 14:29). El hombre iracundo promueve contiendas; mas el que tarda en airarse apacigua la rencilla (Pr. 15:18). Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad (16:32). El de espíritu sereno es hombre entendido (Pr. 17:27b). La discreción del hombre le hace lento para la ira, y su honra es pasar por alto una transgresión. El de grande ira llevará la pena; porque si lo libras, tendrás que hacerlo de nuevo (Pr. 19:11, 19).

16. La veracidad (o la fidelidad) en contraste con la falsedad

  El labio veraz permanecerá para siempre; mas la lengua mentirosa sólo por un momento. Los labios mentirosos son abominación a Jehová, pero los que obran fielmente son Su deleite (Pr. 12:19, 22). El testigo fiel no mentirá; mas el testigo falso habla mentiras (Pr. 14:5).

17. Los que pretenden ser pobres en contraste con los que pretenden ser ricos

  Hay quienes pretenden ser ricos, y no tienen nada; y hay quienes pretenden ser pobres, y tienen muchas riquezas (Pr. 13:7).

18. Las riquezas obtenidas por la labor diligente en contraste con las riquezas obtenidas por vanidad

  Las riquezas obtenidas por vanidad disminuirán; pero el que recoge con labor las aumenta (v. 11).

19. Corregir desde temprano en contraste con escatimar la vara

  El que escatima la vara, a su hijo aborrece; mas el que lo ama, desde temprano lo corrige (v. 24). Castiga a tu hijo, porque existe esperanza; mas no fijes tu corazón en su destrucción (Pr. 19:18).

20. El ser avisado en contraste con creer fácilmente

  El simple cree cualquier palabra; mas el prudente mira bien sus pasos (Pr. 14:15).

21. Ser propicio con el pobre en contraste con oprimirlo

  El que oprime al pobre afrenta a su Hacedor; mas el que es propicio con el pobre, lo honra (v. 31). El que encarnece al pobre afrenta a su Hacedor; y el que se alegra de la calamidad no quedará sin castigo (Pr. 17:5). A Jehová presta el que se apiada del pobre, y El pagará el bien que ha hecho (Pr. 19:17).

22. Lo suave en contraste con lo hiriente

  La respuesta suave aparta la ira; mas la palabra hiriente hace subir el furor (Pr. 15:1).

23. La pobreza con amor en contraste con las riquezas con odio

  Mejor es la comida de legumbres donde hay amor, que de buey engordado donde hay odio (v. 17). Mejor es un bocado seco, y en paz, que una casa llena de banquetes donde hay contiendas (17:1).

24. La lengua apacible en contraste con la boca perversa

  La lengua de los sabios hace uso recto del saber; mas la boca de los necios derrama necedad (Pr. 15:2). La lengua apacible es árbol de vida; mas la perversidad de ella es quebrantamiento de espíritu (v. 4).

25. Aborrecer el soborno en contraste con el ser codicioso

  Alborota su casa el codicioso; mas el que aborrece el soborno vivirá (v. 27).

26. Tener al Señor como único amigo en contraste con tener muchos amigos

  El hombre que tiene muchos amigos se arruina; pero hay un amigo verdadero que es más unido que un hermano (Pr. 18:24).

27. Los senderos de la vida en contraste con los caminos de la muerte

  Muchos proverbios contrastan los senderos de la vida con los caminos de la muerte.

a. Los senderos de la vida

  Los senderos de la vida están relacionados con temer al Señor, confiar en El, y tomar refugio en Su nombre.

1) Temer al Señor

  El que camina en su rectitud teme a Jehová; mas el que de caminos pervertidos lo menosprecia (Pr. 14:2). En el temor de Jehová está la fuerte confianza; y sus hijos tendrán refugio. El temor de Jehová es manantial de vida para apartarse de los lazos de la muerte (vs. 26-27). Mejor es lo poco con el temor de Jehová, que el gran tesoro donde hay turbación. El temor de Jehová es instrucción de sabiduría; y a la honra precede la humildad (Pr. 15:16, 33). Por la benignidad y la verdad se expía la iniquidad, y con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal (Pr. 16:6). El temor de Jehová conduce a la vida, el que lo tiene vivirá satisfecho; no será visitado de mal (Pr. 19:23).

2) Confiar en el Señor

  Del hombre son los planes del corazón; mas de Jehová es la respuesta de la lengua. El corazón del hombre piensa su camino; mas Jehová dirige sus pasos (16:1, 9). El que atiende a la palabra hallará el bien, y el que confía en Jehová es bienaventurado. La suerte se echa en el regazo; mas de Jehová es la decisión de ella (vs. 20, 33). Muchos designios hay en el corazón del hombre; mas el consejo de Jehová permanecerá (Pr. 19:21).

3) Tomar refugio en el nombre del Señor

  Torre fuerte es el nombre de Jehová; a él corre el justo, y estará a salvo (Pr. 18:10).

b. Los caminos de la muerte

  Hay camino que al hombre le parece recto; pero su fin son caminos de muerte (Pr. 14:12; 16:25).

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