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Mensajes del libro «Conclusión del Nuevo Testamento, La (Mensajes 034-049)»
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LA CONCLUSIÓN DEL NUEVO TESTAMENTO

MENSAJE CUARENTA

CRISTO: SU PERSONA

(20)

  Éste es el último mensaje con respecto a la persona de Cristo en el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento.

60. El Cristo que viene

a. Como Hijo del Hombre sobre la nube

  En el Antiguo Testamento hay profecías respecto a cuatro asuntos relacionados con el regreso de Cristo. El primero de estos asuntos es que Él vendrá como Hijo del Hombre sobre la nube. Al respecto, Daniel 7:13 dice: “Miraba yo en las visiones de la noche, / y he aquí, con las nubes del cielo / venía uno como Hijo del Hombre; / y Él llegó hasta el Anciano de Días, / y le hicieron acercarse delante de Él”. Vemos el cumplimiento de esta profecía en Mateo 26:64 y Apocalipsis 14:14.

  En Mateo 26:64 el Señor Jesús le dijo al sumo sacerdote: “Desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Poder, y viniendo en las nubes del cielo”. El Señor era el Hijo del Hombre en la tierra antes de Su crucifixión, Él sigue siendo el Hijo del Hombre en los cielos a la diestra de Dios después de Su resurrección (Hch. 7:56) y Él seguirá siendo el Hijo del Hombre cuando venga en las nubes. Para llevar a cabo el propósito de Dios y establecer el reino de los cielos, el Señor tenía que ser un hombre. Sin el hombre, el propósito de Dios no podría realizarse en la tierra, ni podría ser constituido el reino de los cielos en la tierra.

  Apocalipsis 14:14 dice: “Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda”. Ésta es una visión de la venida de Cristo como Hijo del Hombre para cosechar la mies de Dios. Él vino como Hijo del Hombre para sembrar la semilla, y Él vendrá nuevamente como Hijo del Hombre para cosechar lo que sembró. Como Hijo del Hombre, Él es plenamente apto para ejecutar el juicio de Dios sobre todos (Jn. 5:27). Por tanto, cuando regrese sobre la nube, el Señor Jesús seguirá siendo el Hijo del Hombre.

  En Apocalipsis 14:14 vemos que Cristo está sentado sobre la nube. Esto significa que Él ya no está oculto, sino que Su venida se ha hecho pública. Antes de esto, la venida de Cristo era una venida oculta, pero ahora será visible y pública. En Apocalipsis 10:1 Cristo todavía está vestido de una nube, mientras que en 14:14 Él está sobre la nube. Esto corresponde con 1 Tesalonicenses 4:17 e indica que, en ese momento, el regreso de Cristo se hace visible en el aire.

b. Afirma Sus pies sobre el monte de los Olivos

  Cuando Cristo regrese, Él afirmará Sus pies sobre el monte de los Olivos. Zacarías 14:4 profetizó acerca de esto: “Se afirmarán Sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por la mitad, de oriente a occidente, formando un valle muy grande, de modo que la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur”. Debido a que el Señor Jesús ascendió desde el monte de los Olivos, Él también regresará al monte de los Olivos. Cuando el Señor Jesús afirme Sus pies sobre el monte de los Olivos, este monte se partirá por la mitad y allí se abrirá amplio camino para que escape el pueblo judío acosado por la persecución.

  Con respecto a que Cristo afirmará Sus pies sobre el monte de los Olivos, Hechos 1:10-12 dice: “Estando ellos con los ojos puestos en el cielo, mientras Él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué os quedáis mirando al cielo? Este Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera que le habéis visto ir al cielo. Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalén, camino de un día de Sábado”. Mientras los discípulos todavía tenían su mirada fija en los cielos, dos hombres vestidos de blanco, los cuales eran ángeles, se pusieron junto a los discípulos y les preguntaron por qué se quedaban mirando al cielo. Después, estos ángeles procedieron a decirles que ese mismo Jesús que fue tomado de ellos a los cielos vendría del mismo modo como ellos le habían visto ir al cielo. Esto indica que así como el Señor Jesús ascendió físicamente, Él también regresará físicamente. Cristo ascendió al cielo mediante una nube, de un modo visible para los hombres, y Él regresará sobre una nube (Mt. 24:30). Además, Él ascendió desde la cima del monte del Olivar (Hch. 1:12) y regresará al mismo monte. Definitivamente creemos que a Su regreso el Señor Jesús afirmará Sus pies sobre el monte de los Olivos.

c. Con Sus santos

  Zacarías 14:5b dice: “Vendrá Jehová mi Dios, y con Él todos los santos”. Ésta es una profecía de la venida de Cristo con Sus santos. Algunos maestros de la Biblia interpretan que en este versículo los santos son ángeles, los cuales son santos. Pero en realidad, los santos mencionados en Zacarías 14:5 denotan a los santos del Antiguo y del Nuevo Testamento, los cuales regresarán con Cristo, el Hijo del Hombre.

  El cumplimiento de la profecía de Zacarías 14:5 se halla en 1 Tesalonicenses 4:14: “Si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron por medio de Él”. Otro versículo, 1 Tesalonicense 3:13, nos habla de “la venida de nuestro Señor Jesús con todos Sus santos”. Estos santos son los creyentes en Cristo, incluyendo a los santos del Antiguo Testamento (Dn. 7:18, 21-22, 25, 27).

d. Con el reino que recibió del Padre

  Cuando el Señor Jesús regrese, vendrá con el reino que recibió del Padre. En Daniel 7:14 tenemos una profecía al respecto: “Le fue dado dominio, gloria y reino, / para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; Su dominio es dominio eterno, que nunca pasará; / y Su reino es uno que no será destruido”. Vemos el cumplimiento de esta profecía en Lucas 19:12 y 15a. En el versículo 12 el Señor, al relatar una parábola, dice: “Un hombre de noble estirpe se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver”. El versículo 15a dice: “Aconteció que vuelto él, después de recibir el reino”. Aquel hombre de noble estirpe representa al Salvador con el estatus más elevado, esto es, el estatus de un Dios-hombre. La frase se fue denota la ida del Salvador al cielo después de Su muerte y resurrección (Lc. 24:51; 1 P. 3:22), y la palabra volver denota el regreso del Salvador cuando venga con el reino (Ap. 11:15; 2 Ti. 4:1). El reino que el Señor traerá consigo en Su segunda venida es el reino eterno, el cual será establecido por Dios mismo sobre la tierra (Dn. 2:44) y es recibido de parte del Anciano de días y pertenece al Anciano de días, esto es, a Dios mismo. El reino que Cristo establecerá sobre la tierra será el reino de Dios, el reino que existe desde tiempos antiguos, incluso desde la eternidad.

61. El Mesías que viene es visto por aquellos que le traspasaron, y todas las tribus de Israel plañen por Él

  En Zacarías 12:10-14 tenemos una profecía acerca de Cristo como Mesías que viene, quien es visto por aquellos que le traspasaron y por el cual plañirán todas las tribus de Israel. El versículo 10 dice: “Derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén el Espíritu de gracia y de súplicas; y me mirarán a Mí, a quien ellos han traspasado; y plañirán por Él como se plañe por un hijo único, y llorarán amargamente por Él como se llora por un hijo primogénito”. Según esta profecía, el Señor Jesús derramará Su Espíritu sobre el pueblo judío. Entonces, todos los de la casa de Judá se arrepentirán y plañirán, llorando a causa de su rebelión contra Cristo. Ellos comprenderán que Él fue Aquel a quien ellos crucificaron y cuyo costado traspasaron en la cruz. Ellos se arrepentirán y le recibirán a Él como su Salvador.

  Como cumplimiento de Zacarías 12:10-14, Apocalipsis 1:7 dice: “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, aun los que le traspasaron; y todas las tribus de la tierra harán lamentación por Él. Sí, amén”. La palabra tierra en este versículo se refiere a la Tierra Santa. Todas las tribus de la Tierra Santa verán a Cristo en el aspecto público de Su venida. Ciertamente Apocalipsis 1:7 es una referencia a Zacarías 12:10-14. Las “tribus” mencionadas en Apocalipsis 1:7 son las tribus de quienes traspasaron el costado del Señor Jesús. Según el contexto de Zacarías 12, las tribus no son todas las naciones de la tierra, sino las doce tribus en la Tierra Santa. Con base en esto, podemos afirmar que las tribus mencionadas en Apocalipsis 1:7 son las doce tribus en la Tierra Santa. Cuando Cristo aparezca con poder y gloria de modo que pueda ser visto por todos en la Tierra Santa, las doce tribus le contemplarán y llorarán. En arrepentimiento, los judíos plañirán por Él, por Aquel cuyo costado traspasaron.

62. Aquel que viene en el nombre de Jehová y es bendecido por el Israel arrepentido

  En el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento, Cristo es Aquel que viene en el nombre de Jehová y es bendecido por el Israel arrepentido. Esto es profetizado en Salmos 118:26: “Bendito el que viene en el nombre de Jehová; / desde la casa de Jehová os bendecimos”. Aquel que viene en el nombre del Señor es Cristo como Mesías venidero. Este versículo tendrá un doble cumplimiento: en la primera venida del Señor y en Su regreso. Aquí deseamos recalcar su segundo cumplimiento. Esta profecía se cumplió primero cuando Cristo entró por las puertas de Jerusalén y la gente extendió sus mantos delante de Él, clamando: “¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!” (Mt. 21:9). Pero enseguida, en Mateo 22, el pueblo judío rechazó al Señor. Entonces Él les dijo: “Os digo que desde ahora no me veréis más, hasta que digáis: ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!” (23:39). Esta será la segunda venida del Señor, cuando el remanente de Israel se convertirá, creerá en Él y será salvo (Ro. 11:23, 26). Israel no le verá nuevamente sino hasta Su segunda venida. Según Zacarías 12, el remanente de Israel se arrepentirá cuando Cristo regrese. Entonces ellos le dirán a Él: “¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!”.

  Casi dos mil años han pasado e Israel todavía no ha visto al Señor Jesús. Aunque Él ha dejado la nación de Israel, individualmente los judíos todavía pueden venir a Él y ser salvos. Cuando los judíos sean perseguidos por sus enemigos al final de esta era, ellos clamarán a su Dios. Entonces Cristo descenderá y afirmará Sus pies sobre el monte de los Olivos, el cual será hendido como las aguas del mar Rojo; esto permitirá a los judíos escapar de sus perseguidores. En ese tiempo ellos se arrepentirán delante del Señor y le invocarán, con lo cual la nación será salva. Esta salvación no será para individuos, sino para la nación entera.

63. La piedra que cae sobre los reinos gentiles y los dispersa como tamo

  Cristo también será la piedra que caerá sobre los reinos gentiles y los dispersará como tamo. Esto es profetizado en Daniel 2:34-35, 44-45. Los versículos 34 y 35 dicen: “Estabas mirando hasta que una piedra fue cortada, no con manos, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. Luego fueron desmenuzados, todos a la vez, el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y quedaron como tamo de las eras del verano; y se los llevó el viento sin que se hallara rastro alguno de ellos. Y la piedra que hirió a la imagen se hizo un gran monte que llenó toda la tierra”. Estos versículos indican que cuando Cristo venga por segunda vez, Él será una piedra cortada no con manos que desde los cielos caerá sobre la gran imagen. La gran imagen representa los poderes mundanos desde Babilonia hasta los diez reinos que constituirán el Imperio romano restaurado, el cual existirá en los tiempos de la venida de Cristo. Cristo será la piedra que hiere, la cual dispersará como tamo a las naciones desmenuzadas. Entonces, Él se convertirá en un gran monte: el reino de Dios sobre toda la tierra.

  En Mateo 21:44 el Señor mismo, refiriéndose a la piedra en Daniel 2, afirma que “sobre quien ella caiga, le hará polvo y como paja le esparcirá”. Aquellos sobre quienes la piedra caerá serán las naciones, a las cuales Cristo herirá cuando regrese (Dn. 2:34-35). Para los creyentes, Cristo es la piedra del fundamento, la piedra de edificación, en quien ellos confían (Is. 28:16); para los judíos incrédulos, Él es la piedra de tropiezo (8:14; Ro. 9:33); y para las naciones, Él será la piedra que las herirá. Nosotros, los creyentes, experimentamos a Cristo como piedra de edificación; pero los judíos que le rechazaron y hallan tropiezo a causa de Él le experimentarán como piedra de tropiezo, y ellos mismos serán desmenuzados. A la postre, los gentiles incrédulos que combaten contra Dios conocerán a Cristo como piedra que hiere, pues Él los herirá y los dispersará como tamo que lleva el viento.

64. El Rey que viene a establecer Su reino sobre toda la tierra

  Zacarías 14:9 dice: “Jehová será Rey sobre toda la tierra”. Esta profecía con respecto a Cristo como Rey que viene a establecer Su reino sobre toda la tierra es cumplida en Mateo 25:31-34 y 1 Corintios 15:25. Cuando el Señor regrese, Él salvará a Israel y herirá a las naciones gentiles y las juzgará. Entonces, Él establecerá Su reino sobre la tierra por mil años, esto es, durante el milenio. En el milenio habrá tres secciones: la tierra, donde reposará la bendición de Dios en Su creación, como se menciona en Génesis 1:28-30; la nación de Israel en Canaán, que se extenderá del Nilo al Éufrates, y desde donde los judíos salvos reinarán sobre toda la tierra (Is. 60:10-12; Zac. 14:16-18); y la sección celestial y espiritual (1 Co. 15:50-52), la cual será la manifestación del reino de los cielos, donde los creyentes vencedores disfrutarán la recompensa del reino (Mt. 5:20; 7:21).

  En referencia al reino de Cristo, 1 Corintios 15:25 dice: “Preciso es que Él reine hasta que Dios haya puesto a todos Sus enemigos debajo de Sus pies”. Éste será el reinado del Señor en el milenio, la última era de la vieja creación. Cuanto más tiempo reine Cristo, más enemigos pondrá bajo Sus pies. Finalmente, al final del milenio, todo enemigo habrá sido puesto debajo de los pies de Cristo. La palabra hasta en 1 Corintios 15:25 indica esto y apunta al final de los mil años. Ese será el tiempo cuando todo enemigo habrá sido puesto debajo de los pies de Cristo.

65. Siervo de la circuncisión por la veracidad de Dios

  Romanos 15:8 dice: “Os digo, que Cristo vino a ser siervo de la circuncisión por la veracidad de Dios, para confirmar las promesas dadas a los padres”. La expresión la circuncisión se refiere a los judíos, el pueblo con el cual Dios hizo pacto. La palabra veracidad denota lo genuino, sincero, honesto, fidedigno y fiel, todo ello como una virtud divina. Romanos 15:8 indica que Cristo sirvió a los judíos al cumplir las promesas hechas por Dios a sus antepasados, y Él hizo esto por causa de la veracidad de Dios. A fin de demostrar que Dios es veraz y por causa de que la veracidad de Dios debe ser mantenida, Cristo fue un Siervo para el pueblo judío, la circuncisión, a fin de cumplir las promesas hechas por Dios a sus antepasados.

  Hemos considerado la persona de Cristo en el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento. Estas profecías tratan sobre Cristo desde la eternidad pasada hasta el tiempo del reino. El hecho de que estas profecías sean cumplidas en el Nuevo Testamento es prueba contundente de que todo cuanto el Nuevo Testamento revela procede íntegramente de Dios. Únicamente Dios puede escribir semejante libro.

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