Mostrar cabecera
Ocultar сabecera
+
!
NT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Nuevo Testamento
AT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Antiguo Testamento
С
-
Mensajes del libro «Conclusión del Nuevo Testamento, La (Mensajes 172-188)»
Чтения
Marcadores
Mis lecturas

LA CONCLUSIÓN DEL NUEVO TESTAMENTO

MENSAJE CIENTO OCHENTA Y DOS

LOS CREYENTES: SU FUTURO

(3)

  En la etapa de compleción de la salvación completa de Dios, los creyentes serán arrebatados. En este mensaje y en el siguiente consideraremos de forma simple y concisa el arrebatamiento de los creyentes, el cual es el tercer ítem del futuro de los creyentes en la etapa de compleción de la salvación de Dios, la etapa de la glorificación.

3. Ser arrebatados

  Ser glorificados, ser redimidos en nuestro cuerpo y ser arrebatados son, en realidad, tres aspectos de una sola cosa. Ser glorificados es ser redimidos en nuestro cuerpo, y ser redimidos en nuestro cuerpo es ser arrebatados.

  El tema del arrebatamiento de los creyentes es un asunto importante en la Biblia. Aunque en el Nuevo Testamento el tema del arrebatamiento es fuertemente enfatizado, es en cierto modo un tema de difícil comprensión. Durante el siglo y medio pasado, el arrebatamiento ha sido un tema problemático para muchos cristianos buscadores. Principalmente hay tres escuelas de pensamiento con respecto al arrebatamiento: la escuela “pre-tribulacional”, la escuela “post-tribulacional” y la escuela del “arrebatamiento parcial”. Los de la escuela pre-tribulacional afirman que nuestro arrebatamiento tendrá lugar antes de la gran tribulación, la cual, estrictamente hablando, consistirá en los últimos tres años y medio de esta era. (Estos tres años y medio serán la segunda mitad de la última semana de las setenta semanas reveladas en Daniel 9). La segunda escuela, la escuela post-tribulacional, afirma que el arrebatamiento tendrá lugar al final de la gran tribulación. Los de la escuela del arrebatamiento parcial afirman que los vencedores serán arrebatados antes que la mayoría de los creyentes. Los maestros de la Biblia en esta última escuela incluyen a G. H. Pember, Robert Govett y D. M. Panton. Aquellos que se adscriben a esta última escuela han visto muchos detalles con respecto al regreso del Señor y a nuestro arrebatamiento. Estos maestros afirman que según el Nuevo Testamento, los creyentes que sean vencedores y maduren primero serán arrebatados antes de la gran tribulación, pero que el resto de los creyentes pasará por la mayor parte de la tribulación a fin de que puedan madurar; luego, estos creyentes serán arrebatados cerca del final de la gran tribulación.

  En la Biblia el arrebatamiento tiene dos aspectos importantes: el arrebatamiento de los vencedores y el arrebatamiento de la mayoría de los creyentes. Sin embargo, el hecho de que existan estos dos aspectos del arrebatamiento no significa que sólo ocurran dos arrebatamientos. En el caso del arrebatamiento de los vencedores, por ejemplo, podemos identificar por lo menos tres categorías: el arrebatamiento del hijo varón (Ap. 12:5), el arrebatamiento de las primicias (14:1-5) y el arrebatamiento de los vencedores tardíos, quienes vencerán al anticristo, su marca, el número de su nombre y su imagen (15:2-4).

  El arrebatamiento de los vencedores es la primera categoría referente al arrebatamiento, y el arrebatamiento de la mayoría de los creyentes, que en Apocalipsis 14:15 es considerado como la cosecha, constituye la segunda categoría. En Levítico 23:10 tenemos un tipo del arrebatamiento: el tipo de los cultivos que maduran en el campo. Algunos cultivos maduran temprano y otros maduran más tarde. Los que maduran primero son considerados las primicias. En tiempos del Antiguo Testamento las primicias no eran llevadas al granero, sino al templo de Dios. Éxodo 23:19 dice: “Lo primero de las primicias de tu tierra traerás a la casa de Jehová tu Dios”. Las primicias eran llevadas del campo al templo de Dios para el disfrute y satisfacción de Dios mismo. Cuando todo el campo de cultivo había madurado en su integridad, entonces había llegado el tiempo de la cosecha. Después de segar la cosecha, ésta era llevada al granero. Los cultivos son el pueblo de Dios (1 Co. 3:9), y los primeros en madurar de estos cultivos constituyen las primicias, las cuales serán llevadas directamente al templo de Dios en los cielos. Más adelante, después que todos los cultivos han madurado, la mayoría de los creyentes serán cosechados y llevados al aire (1 Ts. 4:15-17).

  Aunque muchos maestros de la Biblia han escrito acerca del arrebatamiento, la mayoría de ellos no ha atendido debidamente a este aspecto relacionado con la maduración de la labranza de Dios. En Mateo 13 el Señor Jesús reveló que Él vino a sembrar la semilla en el campo. Finalmente, en Apocalipsis 14, tenemos las primicias y la cosecha. Esto nos da el concepto básico referente al arrebatamiento: hay un arrebatamiento de las primicias y luego un arrebatamiento de la cosecha en general, esto es, de la mayoría de los creyentes que estén vivos en tiempos del regreso del Señor.

a. Los vencedores que han muerto a lo largo de todas las generaciones, entre las cuales ellos conforman el hijo varón, son resucitados y arrebatados

  Los creyentes pueden ser vencedores ya sea como parte del hijo varón o como parte de las primicias. Apocalipsis 12:5 dice: “Ella dio a luz un hijo varón, que pastoreará con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado a Dios y a Su trono”. En la Biblia la mujer representa la parte más débil, y el hombre representa la parte más fuerte (1 P. 3:7). Por tanto, en Apocalipsis 12:5 el hijo varón representa la parte más fuerte del pueblo de Dios. El hecho de que el hijo varón “pastoreará con vara de hierro a todas las naciones” indica que el hijo varón está compuesto de los vencedores, como lo menciona 2:26-27. Además, la expresión dio a luz en 12:5 implica resurrección, como en Hechos 13:33 y 34.

  El hijo varón está compuesto de los santos vencedores que han muerto y resucitado. Esto es probado por el uso de la expresión hasta la muerte en Apocalipsis 12:11. Todos los vencedores que murieron formarán parte del hijo varón. Mediante la resurrección el hijo varón llegará a existir en plenitud. Abel, quien fue el primer mártir, los apóstoles, y todos los mártires y vencedores que han fallecido están a la espera del tiempo de la resurrección. La resurrección de todos los creyentes vencedores que murieron será el parto del hijo varón. Por tanto, el hijo varón está compuesto por todos los santos vencedores que murieron antes del tiempo en que tendrá lugar esta resurrección.

  Un creyente que sea un vencedor en la actualidad y viva hasta el tiempo del regreso del Señor Jesús no formará parte del hijo varón, sino que podrá estar entre las primicias. Sin embargo, un creyente que sea un vencedor y muera antes del regreso del Señor Jesús será resucitado para formar parte del hijo varón. El hijo varón en Apocalipsis 12:5 no representa a los vencedores que vivan hasta el regreso del Señor, sino que representa a todos los vencedores que han muerto, quienes serán resucitados antes que el Señor regrese. Esta resurrección será su nacimiento como hijo varón.

(1) Arrebatados a Dios y a Su trono

  Los vencedores que hayan muerto a lo largo de todas las generaciones serán arrebatados a Dios y a Su trono. Apocalipsis 12:5 dice que el hijo varón “fue arrebatado a Dios y a Su trono”. Ser “arrebatado” es ser llevado. El arrebatamiento del hijo varón difiere del arrebatamiento de la mayoría de los creyentes mencionado en 1 Tesalonicenses 4:17. Allí el arrebatamiento de la mayoría de los creyentes será al aire, mientras que el arrebatamiento del hijo varón, los vencedores que murieron y fueron resucitados, será al trono de Dios en los cielos.

(2) Antes de los tres años y medio, equivalentes a mil doscientos sesenta días, correspondientes al período de la gran tribulación

  Los vencedores que hayan muerto serán arrebatados a Dios y a Su trono antes de los tres años y medio, equivalentes a mil doscientos sesenta días, correspondientes al período de la gran tribulación. Apocalipsis 12:5 se refiere al arrebatamiento del hijo varón. El versículo 6b procede a hablar de “mil doscientos sesenta días”, y el versículo 14b habla de “un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo”, lo cual denota tres años y medio. Con base en esto podemos ver que el hijo varón —que incluye a los vencedores de entre todas las generaciones y que han muerto— será arrebatado antes de la gran tribulación.

b. Los ciento cuarenta y cuatro mil vencedores que estén vivos, que conforman las primicias de la cosecha de Dios en la tierra, son arrebatados

  Apocalipsis 14:1 dice: “Miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte Sion, y con Él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de Él y el de Su Padre escrito en la frente”. El versículo 4b procede a explicar: “Éstos fueron comprados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero”. Las primicias para Dios y para el Cordero son aquellos entre la labranza de Dios que han madurado antes que los demás. Estos primeros vencedores serán las primicias en la labranza de Dios. Así que, serán cosechados antes de la siega, como primicias para Dios y el Cordero. Según los versículos del 14 al 16, la cosecha será recogida más tarde. Esto quiere decir que las primicias serán arrebatadas a los cielos antes de la cosecha, tal como las primicias de la buena tierra eran segadas y llevadas al templo de Dios antes de la cosecha.

  Apocalipsis 14:1 y 4 hablan de ciento cuarenta y cuatro mil vencedores que están vivos. En el pasado, muchos maestros han debatido con respecto a si este número es literal o figurativo. Éste debe ser un número real, pero que también tiene un significado simbólico. Aunque el número es literal, tiene un significado espiritual. Ciento cuarenta y cuatro mil es el resultado de multiplicar mil por doce por doce. Doce es el número que significa compleción en la administración eterna de Dios. El número ciento cuarenta y cuatro (21:17) es doce por doce, que significa la compleción de las compleciones, la máxima compleción en toda su plenitud. Aquí el número es mil veces esta compleción final. Éste es el significado del número ciento cuarenta y cuatro mil. Las ciento cuarenta y cuatro mil primicias son creyentes que están en pro del cumplimiento del propósito eterno de Dios.

  Lo crucial con respecto a las primicias es el principio según el cual, entre los creyentes que estén vivos en la tierra durante el tiempo del regreso del Señor, algunos madurarán más temprano y, habiendo madurado primero, llegarán a ser las primicias en la labranza de Dios. Hemos dicho que, conforme al tipo en Éxodo 23, las primicias no eran llevadas al granero sino al templo, donde eran ofrecidas a Dios. Si vemos el principio subyacente a las primicias, no haremos caso de la enseñanza errónea que afirma que todos los creyentes, independientemente de su situación espiritual, serán arrebatados antes de la tribulación. Apocalipsis 14 nos muestra que entre el pueblo de Dios que crece en Su labranza, una pequeña parte constituirá las primicias y una gran parte constituirá la cosecha. Habiendo sido comprados de entre los hombres, las primicias son aquellos que siguen de manera absoluta al Cordero.

(1) Al monte Sion en los cielos, donde está Cristo

  En Apocalipsis 14:1 vemos que las ciento cuarenta y cuatro mil primicias están con el Cordero, Cristo, en el monte Sion. El Sion mencionado aquí no es el terrenal, sino el Sion que está en los cielos (He. 12:22). Con base en esto podemos ver que las primicias serán arrebatadas al monte Sion en los cielos, donde Dios y Su trono están, y donde Cristo está.

(2) Para el fresco disfrute de Dios y de Cristo

  Los ciento cuarenta y cuatro mil vencedores que estén vivos, quienes son las primicias de la labranza de Dios, serán arrebatados al monte Sion en los cielos para el fresco disfrute de Dios y de Cristo. Aquí vemos la diferencia entre el hijo varón en Apocalipsis 12 y las primicias en Apocalipsis 14. El hijo varón sirve al propósito de combatir y derrotar a Satanás. Por tanto, el hijo varón confronta al enemigo. Las primicias no sirven al propósito de combatir, sino que son para la satisfacción de Dios y el Cordero. Dios y el Cordero necesitan disfrute. Los vencedores que estén vivos serán las primicias a fin de satisfacer esta necesidad de disfrute. El enemigo, el diablo, que está en los cielos, tiene que ser arrojado por el hijo varón, quien ejecutará el juicio del Señor sobre él. Pero hay otra necesidad en los cielos: Dios y Cristo deben ser satisfechos mediante un disfrute fresco. Dios y Cristo están hambrientos y sedientos, anhelan gustar de algunas primicias a fin de ser satisfechos. Si comprendemos esto, desearemos madurar temprano para la satisfacción de Dios y de Cristo. Por tanto, tenemos que orar: “Señor, Tu disfrute y satisfacción son importantes para mí. Por causa de Tu satisfacción, deseo madurar temprano. Señor, deseo ser llevado a los cielos junto con las primicias a fin de satisfacerte”. Ésta es la actitud de los vencedores que estén vivos, aquellos que han de satisfacer el hambre y la sed de Dios el Padre y del Cordero, el Redentor. Los primeros en madurar entre la labranza de Dios serán los primeros a quienes Dios y Cristo disfrutarán.

(3) Antes de la gran tribulación

  Los ciento cuarenta y cuatro mil vencedores que estén vivos serán arrebatados al monte Sion en los cielos antes de la gran tribulación. Los eventos relatados en Apocalipsis 14:6-13, los cuales transcurrirán durante la gran tribulación (Mt. 24:21), indican y prueban claramente que los primeros vencedores, las primicias, serán arrebatados antes de la gran tribulación, y que la cosecha mencionada en Apocalipsis 14:14-16, la cual incluye la mayoría de los creyentes, será arrebatada al final de la gran tribulación.

c. La minoría de entre los creyentes —los cuales estarán vivos cuando el Señor regrese—, representados por los dos hombres que están trabajando en el campo y por las dos mujeres que están moliendo en el molino de día (también por los dos que están en una cama durante la noche), serán arrebatados

  El arrebatamiento de los vencedores incluye el arrebatamiento de la minoría de los creyentes que estarán vivos cuando el Señor regrese. Eso está representado por los dos hombres que están trabajando en el campo y por las dos mujeres que están moliendo en el molino de día (Mt. 24:40-41), así como también por los dos que están en una cama durante la noche (Lc. 17:34). En Mateo 24:40 y 41 el Señor Jesús dice: “Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en el molino; la una será tomada, y la otra será dejada”. Aquí, “será tomado” equivale a ser arrebatado antes de la gran tribulación. Los dos hombres mencionados en el versículo 40 deben de ser hermanos en Cristo, y las dos mujeres en el versículo 41 deben de ser hermanas en el Señor. Esto es lo que el versículo 42 indica, pues nos insta a velar debido a que no sabemos el día en que viene nuestro Señor. La expresión velad, pues y las palabras vuestro Señor son prueba de que los dos hombres y las dos mujeres en estos versículos son creyentes. El Señor no exhortaría a los incrédulos a que velaran, ni tampoco Cristo es Señor de los incrédulos.

  De los dos hombres en el campo, uno es tomado y el otro es dejado, y de las dos mujeres que muelen en el molino, una es tomada y la otra es dejada. La razón para esto es que hay una diferencia entre ellos en lo referente a la vida. Creo firmemente de que aquel que es tomado es maduro y aquel que es dejado es inmaduro. El crecimiento en vida hasta alcanzar la madurez es lo que determina la diferencia.

  En Lucas 17:34 el Señor dice: “Os digo: En aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado”. Esto indica que el arrebatamiento de los creyentes vencedores ocurrirá secreta e inesperadamente, de noche para algunos creyentes que estén durmiendo, y de día para algunas hermanas que estén moliendo en casa y para algunos hermanos que estén trabajando en el campo.

  En Lucas 17:34 la palabra griega traducida “tomado” literalmente significa “tomado con”. Esta palabra denota el arrebatamiento de los vencedores. Aquellos que sean tomados de este modo serán arrebatados antes de la gran tribulación, la cual será una prueba severa que sobrevendrá a toda la tierra habitada (Ap. 3:10).

  En Mateo 24:40-41 y en Lucas 17:34 vemos que algunos que estarán durmiendo serán arrebatados durante la noche, y que algunas hermanas que estarán moliendo y algunos hermanos que estarán labrando la tierra serán arrebatados durante el día. Aquí vemos que el arrebatamiento involucra a los creyentes que están en diferentes lugares en tiempos diferentes. Cuando el arrebatamiento ocurra, algunos serán arrebatados durante la noche y otros serán arrebatados durante el día, dependiendo de dónde vivan en la tierra. Además, estos versículos revelan que no todos aquellos que estén durmiendo, moliendo o labrando la tierra serán arrebatados. Esto indica que no todos los creyentes serán arrebatados al mismo tiempo. El Señor afirma que dos estarán en una cama, y que uno de ellos será tomado mientras que el otro será dejado. Lo mismo sucederá con las dos personas que estaban moliendo en un mismo lugar y las dos que estaban laborando en el campo. En cada caso, el que es dejado podría no saber dónde la otra persona fue llevada. En esto consiste el arrebatamiento de la minoría de entre los creyentes que estarán vivos al regreso del Señor.

  Ciertos maestros fundamentalistas de la Biblia no creen que el arrebatamiento de los vencedores vaya a ser distinto del arrebatamiento general de todos los creyentes. En otras palabras, no creen en lo que se ha dado en llamar “el arrebatamiento parcial”. Estos maestros fundamentalistas creen solamente en lo que es mencionado en 1 Tesalonicenses 4. Ellos no creen que Mateo 24 y Lucas 17 se refieran al arrebatamiento de aquellos creyentes que velaron y que son vencedores. Sin embargo, si consideramos estos capítulos cuidadosamente y de manera detallada, comprenderemos que la única manera apropiada de interpretar tales pasajes es considerarlos como referentes al arrebatamiento de los creyentes vencedores.

(1) Para estar en pie delante del Hijo del Hombre en los cielos

  La minoría de entre los creyentes que estén vivos, representada por aquellos que fueron tomados en Mateo 24:40-41 y Lucas 17:34, será arrebatada a fin de estar en pie delante del Hijo del Hombre en los cielos. En Lucas 21:36 el Señor Jesús dice: “Velad, pues, en todo tiempo rogando para que logréis escapar de todas estas cosas que van a suceder, y estar en pie delante del Hijo del Hombre”. En el griego, la expresión estar en pie usada en este versículo se encuentra en voz pasiva; por tanto, encierra el significado de ser puestos en determinado lugar. Esto se refiere al hecho de que somos arrebatados a la presencia de Cristo. Además, la expresión estar en pie delante del Hijo del Hombre corresponde a la expresión estar en pie de Apocalipsis 14:1, la cual indica que los vencedores que habrán sido arrebatados estarán en pie delante del Salvador en el monte Sion en los cielos antes de la gran tribulación. En el tiempo en que el arrebatamiento de los vencedores que estén vivos tenga lugar, Cristo todavía no habrá dejado los cielos para descender a los aires. Por tanto, la minoría compuesta por aquellos que hayan sido tomados, los vencedores vivientes, estará en pie delante del Hijo del Hombre en los cielos.

(2) Para escapar todo lo que sucederá durante la gran tribulación

  En Lucas 21:36 el Señor Jesús se refiere a la necesidad de que prevalezcamos para lograr “escapar de todas estas cosas que van a suceder”. Aquí “todas estas cosas” se refiere a las cosas de la gran tribulación. La palabra escapar significa ser llevado, arrebatado, antes de la gran tribulación. Aquí el Señor promete que si velamos y rogamos a fin de lograr escapar (o, ser considerados dignos de escapar) de la tribulación venidera, seremos arrebatados a Su presencia, esto es, seremos puestos en Su presencia.

(3) Para ser guardados de la hora de la prueba que está por venir sobre toda la tierra habitada para probar a todos los que moran sobre la tierra, esto es, serán librados del tiempo de la gran tribulación

  En Apocalipsis 3:10 el Señor Jesús dice: “Por cuanto has guardado la palabra de Mi perseverancia, Yo también te guardaré de la hora de la prueba que está por venir sobre toda la tierra habitada, para probar a los que moran sobre la tierra”. En este versículo “la prueba” se refiere indudablemente a la gran tribulación (Mt. 24:21). El Señor promete a los creyentes vencedores que Él los guardará de “la hora de la prueba” (no sólo de la prueba, sino también de la hora de la prueba) porque ellos han guardado la palabra de Su perseverancia, la palabra de Sus sufrimientos. Esta promesa del Señor, tal como Su promesa en Lucas 21:36, indica que los creyentes que hayan guardado la palabra de la perseverancia del Señor serán arrebatados antes de la gran tribulación. Esto implica que quienes no hayan guardado la palabra de Su perseverancia serán dejados en la tribulación. Por tanto, ser guardados de la hora de la prueba que está por venir sobre toda la tierra habitada, la cual pone a prueba a quienes moran en la tierra, es ser librados del tiempo de la gran tribulación.

Biblia aplicación de android
Reproducir audio
Búsqueda del alfabeto
Rellena el formulario
Rápida transición
a los libros y capítulos de la Biblia
Haga clic en los enlaces o haga clic en ellos
Los enlaces se pueden ocultar en Configuración