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Mensajes del libro «Conclusión del Nuevo Testamento, La (Mensajes 221-239)»
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LA CONCLUSIÓN DEL NUEVO TESTAMENTO

MENSAJE DOSCIENTOS VEINTISIETE

LA IGLESIA: LOS VENCEDORES EN LA IGLESIA

(2)

  En este mensaje abordaremos cuatro aspectos acerca de los vencedores en la iglesia: los vencedores que murieron, los vencedores que están vivos, los vencedores que conforman la novia en la fiesta de bodas de Cristo en el milenio y los vencedores que, en los cielos, forman los ejércitos que junto al Cristo que viene combaten contra el anticristo y sus ejércitos.

F. Los vencedores que murieron: el hijo varón dentro de la mujer

  Los creyentes pueden ser vencedores ya sea como parte del hijo varón (los vencedores que murieron) o como parte de las primicias (los vencedores que están vivos). Los vencedores que murieron conforman el hijo varón que está dentro de la mujer descrita en Apocalipsis 12. El versículo 5 dice: “Ella dio a luz un hijo varón, que pastoreará con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado a Dios y a Su trono”. En la Biblia la mujer representa la parte más débil, y el hombre representa la parte más fuerte (1 P. 3:7). Por tanto, en Apocalipsis 12:5 el hijo varón representa la parte más fuerte del pueblo de Dios. A lo largo de las generaciones ha habido quienes han sido los más fuertes entre el pueblo de Dios. Éstos son considerados en la Biblia como una unidad colectiva que combate en la batalla por Dios y trae el reino de Dios a la tierra.

  El hecho de que el hijo varón “pastoreará con vara de hierro a todas las naciones” indica que el hijo varón está compuesto de los vencedores, como lo menciona 2:26-27. Además, “dio a luz” en 12:5 denota resurrección, al igual que en Hechos 13:33 y 34.

  El hijo varón está compuesto de los santos vencedores que han muerto y resucitado. Esto queda demostrado por el uso de la expresión hasta la muerte en Apocalipsis 12:11. Todos los vencedores que hayan muerto formarán parte del hijo varón. El hijo varón llegará a existir plenamente mediante la resurrección. Abel, el primer mártir, los apóstoles y todos los mártires y vencedores que murieron están a la espera del tiempo de la resurrección. La resurrección de todos los creyentes vencedores que murieron será el parto del hijo varón. Por tanto, el hijo varón está compuesto de todos los santos vencedores que murieron antes del tiempo de esta resurrección.

  Un creyente que sea un vencedor en la actualidad y que permanezca vivo hasta que el Señor Jesús regrese no formará parte del hijo varón, sino que podría formar parte de las primicias. Sin embargo, un creyente que es un vencedor y muere antes que el Señor Jesús regrese, será resucitado para formar parte del hijo varón. El hijo varón en Apocalipsis 12:5 no representa a los vencedores que estarán vivos hasta que el Señor regrese, sino que representa a los vencedores que murieron y que serán resucitados antes que el Señor regrese. Esta resurrección será el parto de ellos como hijo varón.

1. Incluye tanto a los vencedores del Antiguo Testamento como a los del Nuevo Testamento

  Los vencedores que murieron, el hijo varón dentro de la mujer, incluye tanto a los vencedores del Antiguo Testamento como a los del Nuevo Testamento (He. 11:33, 39-40). Todos estos vencedores en su totalidad constituyen el hijo varón. Como se indica en Hebreos 11:39 y 40, los vencedores en la dispensación del Antiguo Testamento tienen necesidad de que los vencedores en el Nuevo Testamento sean quienes los completen, lleguen a ser su complemento. Esto significa que los vencedores del Nuevo Testamento serán iguales a aquellos en la victoria obtenida sobre todas las cosas negativas. A la postre, en el milenio, todos serán reunidos para entrar en la fiesta del reino.

2. Serán resucitados y arrebatados al trono de Dios antes de la gran tribulación

  Los vencedores que murieron a lo largo de las generaciones serán resucitados y arrebatados a Dios y a Su trono. Apocalipsis 12:5 dice que el hijo varón “fue arrebatado a Dios y a Su trono”. Ser “arrebatados” consiste en ser llevados arriba. El arrebatamiento del hijo varón difiere del arrebatamiento de la mayoría de los creyentes mencionado en 1 Tesalonicenses 4:17. Allí, el arrebatamiento de la mayoría de los creyentes consistirá en llevarlos a los aires, mientras que el arrebatamiento del hijo varón, los vencedores que murieron y fueron resucitados, consistirá en llevarlos al trono de Dios en los cielos.

  Los vencedores que murieron serán arrebatados a Dios y a Su trono antes del período correspondiente a la gran tribulación, esto es, antes de los tres años y medio, los mil doscientos sesenta días. El arrebatamiento del hijo varón es mencionado en Apocalipsis 12:5. Luego el versículo 6 procede a referirse a “mil doscientos sesenta días”, y el versículo 14 hace referencia a “un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo”, todo lo cual denota tres años y medio. Esto nos permite ver que el hijo varón, que incluye a los vencedores que murieron a lo largo de todas las generaciones, será arrebatado antes de la gran tribulación.

G. Los vencedores que están vivos: las primicias de la mies de Dios en la tierra

  Los vencedores que están vivos serán las primicias de la mies de Dios en la tierra (Ap. 14:4). Dios tiene una mies en la tierra, y dicha mies ahora está creciendo en el campo. El crecimiento tiene lugar en la vida de iglesia, la cual es la labranza de Dios en la actualidad (1 Co. 3:9). Además, la iglesia misma es la mies. En esta mies, algunos crecen más rápido y madurarán más temprano. Éstos serán las primicias cuando el Señor regrese.

  Apocalipsis 14:1 dice: “Miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte Sion, y con Él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de Él y el de Su Padre escrito en la frente”. El versículo 4b explica a continuación: “Éstos fueron comprados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero”. Las primicias ofrecidas a Dios y al Cordero son aquellos miembros de la mies de Dios que maduran más temprano. Estos primeros vencedores serán las primicias en la labranza de Dios. Así que, serán cosechados antes de la siega, como primicias para Dios y el Cordero. Según los versículos del 14 al 16, la cosecha será recogida más tarde, lo cual quiere decir que las primicias serán arrebatadas a los cielos antes de la cosecha, tal como las primicias de la buena tierra eran segadas y llevadas al templo de Dios antes de la cosecha. Lo crucial con respecto a las primicias es el principio que entre los creyentes que estén vivos en la tierra cuando el Señor regrese, algunos madurarán temprano y, al haber sido los primeros en madurar, llegarán a ser las primicias en la labranza de Dios.

1. Incluye únicamente a los vencedores del Nuevo Testamento que estén vivos cuando el Señor regrese

  Los vencedores que están vivos, quienes son las primicias de la mies de Dios, incluyen únicamente a los vencedores del Nuevo Testamento que vivan hasta el regreso del Señor. Esto es lo que indica Mateo 24:39b-41 al decir: “Así será también la venida del Hijo del Hombre. Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en el molino; la una será tomada, y la otra será dejada”. Aquí, ser “tomado” significa ser arrebatado. Los dos hombres en el versículo 40 deben de ser hermanos en Cristo, y las dos mujeres en el versículo 41 deben de ser hermanas en el Señor. Esto es lo que indica el versículo 42, pues nos insta a velar debido a que no sabemos en qué día viene nuestro Señor; por ello, tanto el uso de “velad, pues” como de “vuestro Señor” en este versículo demuestran que aquellos dos hombres y aquellas dos mujeres mencionadas en los versículos anteriores son creyentes. De los dos hombres que estaban en el campo, uno es tomado y el otro es dejado; y de las dos mujeres que molían en el molino, una es tomada y la otra es dejada. Esto se debe a la diferencia existente entre ellos en lo referente a la vida. Creo firmemente que aquel que es tomado es maduro, mientras que aquel que es dejado es inmaduro. El crecimiento en vida hasta alcanzar la madurez es la diferencia.

2. Serán arrebatados al monte Sion en los cielos antes de la gran tribulación

  Las primicias serán arrebatadas al monte Sion en los cielos antes de la gran tribulación. El monte Sion mencionado en Apocalipsis 14:1 no es el Sion que está en la tierra, sino el que está en los cielos (He. 12:22). Los eventos relatados en Apocalipsis 14:6-13, los cuales transcurrirán durante la gran tribulación (Mt. 24:21), indican y prueban claramente que los primeros vencedores, las primicias, serán arrebatados antes de la gran tribulación, y que la cosecha de Apocalipsis 14:14-16, que incluye a la mayoría de los creyentes, será arrebatada al final de la gran tribulación.

  Apocalipsis 3:10 también se refiere a este arrebatamiento: “Por cuanto has guardado la palabra de Mi perseverancia, Yo también te guardaré de la hora de la prueba que está por venir sobre toda la tierra habitada, para probar a los que moran sobre la tierra”. En este versículo “la prueba” se refiere indudablemente a la gran tribulación. El Señor les promete a los creyentes vencedores que los guardará de “la hora de la prueba” (no sólo de la prueba, sino también de la hora de la prueba) porque ellos guardaron la palabra de la perseverancia del Señor, la palabra de Su sufrimiento. Esta promesa del Señor indica que los creyentes que hayan guardado la palabra de la perseverancia del Señor serán arrebatados antes de la gran tribulación, lo cual implica que quienes no guarden la palabra de la perseverancia del Señor serán dejados en la tribulación.

  Lucas 21:36 dice que algunos creyentes lograrán “escapar de todas estas cosas que van a suceder, y estar en pie delante del Hijo del Hombre”. “Todas estas cosas” son todo lo que sucederá en la gran tribulación. La palabra escapar significa ser llevado o arrebatado antes de la gran tribulación. Aquí el Señor promete que si velamos y rogamos ser librados (o, para ser considerados dignos de escapar) de la tribulación venidera, seremos arrebatados a Su presencia, puestos en Su presencia. Esto es lo que significa “estar en pie delante del Hijo del Hombre”. Este versículo constituye un indicio adicional de que los vencedores que estén vivos serán arrebatados antes de la gran tribulación.

3. Para satisfacción de Dios y de Cristo

  Las primicias de la mies de Dios serán arrebatadas al monte Sion en los cielos para satisfacción de Dios y de Cristo. Aquí vemos la diferencia entre el hijo varón en Apocalipsis 12 y las primicias en Apocalipsis 14. El hijo varón sirve al propósito de combatir contra Satanás y derrotarlo; las primicias no tienen por finalidad combatir, sino satisfacer a Dios y a Cristo. Dios y Cristo tienen necesidad de disfrute. Los vencedores que están vivos serán las primicias que satisfarán tal necesidad de disfrute. El enemigo, el diablo, que está en el cielo tiene que ser arrojado de allí por el hijo varón, quien ejecutará el juicio que Dios ha pronunciado sobre el enemigo. Pero hay otra necesidad en los cielos: Dios y Cristo tienen que ser satisfechos al obtener disfrute fresco. Dios y Cristo están hambrientos y sedientos, deseando gustar de algunas primicias para ser satisfechos. Si comprendemos esto, anhelaremos madurar antes para la satisfacción de Dios y de Cristo. Los que maduren más temprano, las primicias, de la mies de Dios sirven al propósito de deleitar a Dios y a Cristo.

H. Para ser la novia en la fiesta de bodas de Cristo y en el milenio

  Todos los vencedores, tanto muertos como vivos, conformarán la novia en la fiesta de bodas de Cristo y en el milenio (Ap. 19:7-9; 21:2). Esto significa que a Su regreso Cristo se casará con los creyentes vencedores.

  Apocalipsis 19:7 dice: “Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y Su esposa se ha preparado”. Las bodas del Cordero son el resultado de la compleción de la economía neotestamentaria de Dios. La economía de Dios en el Nuevo Testamento consiste en obtener una novia, la iglesia, para Cristo por medio de la obra redentora y la vida divina de Cristo. Mediante la obra continua del Espíritu Santo a lo largo de los siglos, esta meta será obtenida al final de esta era. Entonces la novia, conformada por los creyentes vencedores, se habrá preparado.

  Las palabras Su esposa en Apocalipsis 19:7 se refieren a la iglesia (Ef. 5:24-25, 31-32), la novia de Cristo (Jn. 3:29). Sin embargo, según Apocalipsis 19:8 y 9, durante el milenio la esposa, la novia de Cristo, mencionada en el versículo 7 está formada solamente por los creyentes vencedores, mientras que en Apocalipsis 21:2, después del milenio y por la eternidad, la novia, la esposa, está formada por todos los santos que fueron salvos. La preparación de la novia en 19:7 depende de la madurez en vida de los vencedores. Además, los vencedores no son individuos separados, sino una novia corporativa. Los vencedores no solamente son maduros en vida, sino que también son edificados, para formar una sola novia.

  Apocalipsis 19:8 dice: “A ella se le ha concedido que se vista de lino fino, resplandeciente y limpio [o, puro]; porque el lino fino es las acciones justas [o, justicias] de los santos”. La palabra puro se refiere a la naturaleza, mientras que resplandeciente se refiere a la expresión. La expresión griega traducida “acciones justas” puede traducirse también “justicias”. Aquí las acciones justas no son la justicia (es decir, Cristo) que recibimos para ser salvos (1 Co. 1:30). La justicia que recibimos para ser salvos es objetiva y nos da la capacidad de cumplir los requisitos del Dios justo. Las acciones justas de los creyentes vencedores mencionadas en Apocalipsis 19:8 son subjetivas y los hace aptos para que cumplan los requisitos del Cristo vencedor. Por tanto, el lino fino denota nuestra vida vencedora, nuestro vivir vencedor. Esto en realidad es el Cristo que está dentro de nosotros, a quien expresamos en nuestro vivir.

I. Para formar en el cielo los ejércitos que, junto al Cristo que viene, combaten contra el anticristo y sus ejércitos

  Los vencedores también formarán en el cielo los ejércitos que, junto al Cristo que viene, combaten contra el anticristo y sus ejércitos (Ap. 17:12-14; 19:11-21). Los ejércitos de Cristo están compuestos por Sus llamados, escogidos y fieles. “Él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con Él, los llamados y escogidos y fieles” (17:14). Aquí vemos que quienes están con Cristo son llamados, escogidos y fieles. Es significativo que “escogidos” se menciona después de “llamados”. Ser llamado es ser salvo, mientras que ser escogido es ser aprobado por el Señor en virtud de una vida vencedora. Hoy en día muchos son los llamados, pero en el futuro pocos serán los escogidos (Mt. 22:14). Todos hemos sido llamados. A fin de estar entre los escogidos en el futuro, tenemos que llevar una vida vencedora en la actualidad. En Apocalipsis 17:14 los escogidos son aquellos que son fieles al Señor, quienes llegarán a ser Sus ejércitos.

  Apocalipsis 19:14 dice que quienes constituyen los ejércitos del Señor están “vestidos de lino finísimo, blanco y limpio”. Este lino finísimo es la vestidura de los creyentes vencedores que los hace aptos para asistir a la fiesta de bodas de Cristo y para combatir junto con Él contra Su enemigo. Por tanto, el vestido de bodas se convierte en la vestimenta para combatir. El “lino finísimo, blanco y limpio” hace que los vencedores sean aptos no solamente para asistir a la fiesta de bodas, sino también para conformar los ejércitos. Los vencedores que siguen a Cristo para combatir contra Su enemigo formarán apropiadamente los ejércitos celestiales.

  Los ejércitos celestiales que siguen al Señor combatirán contra el anticristo, el falso profeta y sus ejércitos y los destruirán. Apocalipsis 19:19 dice: “Vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra Aquel que montaba el caballo, y contra Su ejército”. Los enemigos de Cristo son la bestia, el anticristo (incluyendo indudablemente a su socio, el falso profeta) y los reyes de la tierra y sus ejércitos. Los reyes de la tierra incluyen especialmente a los diez reyes que están sujetos al anticristo (17:12-14) y los ejércitos incluyen a los doscientos millones de jinetes procedentes de donde sale el sol (9:16; 16:12). Cristo y Sus ejércitos derrotarán al anticristo y sus ejércitos. Cristo como Rey de reyes y Señor de señores junto con Sus ejércitos, conformados por los creyentes vencedores, derrotarán al anticristo, al falso profeta y a sus ejércitos.

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