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Mensajes del libro «Ejercicio y la práctica de la manera ordenada por Dios, El»
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EL EJERCICIO Y LA PRACTICA DE LA MANERA ORDENADA POR DIOS

MENSAJE DIECISEIS

PENETRANDO EL CORAZON DE LA GENTE CON EL EVANGELIO

  Todos nosotros tenemos que conocer la Biblia y algo de los hechos históricos de tal modo que cuando nos encontremos con una persona intelectual y culta, podamos ofrecer una respuesta a sus preguntas, la cual lo convenza, lo persuada y lo sojuzgue.

  En la predicación del evangelio, tal vez se encuentren con una persona culta e intelectual. El podría decir que no es una persona mala, que tiene un buen matrimonio, y que trata de llevar una buena vida. Tal vez le esté yendo bien en todo. Mientras usted le está presentando el evangelio, él podría preguntar cómo puede alguien saber con certeza que Jesucristo resucitó de los muertos. Puesto que esta pregunta está relacionada con un asunto tan importante, la conversación con él debe ser un poco más larga, más lenta y más detallada.

PREDICAR EL EVANGELIO ACERCA DE LA RESURRECCION DE JESUCRISTO

  Cuando le predicamos a una persona intelectual el evangelio concerniente a la resurrección de Cristo, podemos usar como ejemplo la migración de la gente del norte de Europa a los Estados Unidos hace trescientos o cuatrocientos años, para mostrarle cómo nosotros creemos que algo sucedió en el pasado, aunque no hayamos estado allí como testigos del evento. Debido a tres cosas creemos que muchos europeos del norte emigraron a este país: la crónica histórica, los verdaderos descendientes de aquellos inmigrantes, y la evidencia tangible en el ambiente que nos rodea. Cuando usamos semejante ejemplo, debemos recalcar estos puntos una y otra vez para convencer y sojuzgar a nuestro interlocutor. En primer lugar, la crónica histórica, la historia escrita, nos dice que tal migración tuvo lugar hace trescientos o cuatrocientos años. En segundo lugar, los descendientes de aquellos que emigraron están entre nosotros hoy en día, y podemos seguir sus genealogías hasta aquellos inmigrantes. Su presencia en este país hoy en día es una clara evidencia de que ocurrió dicha migración. En tercer lugar, el ambiente físico que nos rodea, como por ejemplo los diferentes tipos de construcciones, indican que hubo tal migración, puesto que los habitantes originales no tenían semejantes lugares de habitación.

  La prueba de la resurrección de Jesucristo, igualmente, tiene tres elementos claves: la crónica histórica, los descendientes cristianos, y el efecto de Cristo y Su resurrección en la sociedad humana.

La crónica histórica

  La Biblia contiene la crónica histórica no sólo de la resurrección de Cristo, sino también de la historia completa de Cristo. La primera página del Nuevo Testamento presenta Su genealogía (Mt. 1:1-17). La Biblia, después de pasar por muchas generaciones, ha sido reconocida por el mundo entero como un gran libro.

  Algunos tal vez aleguen que la Biblia dice cosas que no son ciertas. La manera de determinar si un libro es correcto o incorrecto es examinando su contenido. Si el libro tiene un bajo nivel moral y ético, como es el caso del libro de Mormón, tenemos razón en no creerle. Pero si un libro tiene un alto nivel moral y ético, tenemos que creerle. La Biblia ha sido reconocida universalmente como un libro con el más alto nivel ético y moral. Por lo tanto, tenemos que reconocer que todo lo que dice es verídico.

  El contenido de la Biblia incluye muchos diferentes asuntos. Las profecías en cuanto a la nación de Israel, sin ir más lejos, son una importante sección. Debido a la degradación de Israel, Dios se desagradó de ellos, castigándolos con la dispersión de ellos entre las naciones. Esta profecía acerca de la dispersión (Dt. 28:62-64; Lc. 21:24) tuvo cumplimiento seiscientos años antes de Cristo cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, conquistó Judá (2 Cr. 36:6-21). La pérdida de la nación de los hijos de Israel fue una señal del castigo de Dios sobre ellos.

  La Biblia también predijo que un día esa tierra regresaría a los judíos (Mt. 24:32; Lc. 21:24) y que ellos constituirían una nación. La nación de Israel fue formada en 1948, y en 1967 Jerusalén retornó a los judíos. Esta predicción es una prueba contundente de que la Biblia es un libro confiable. Fue escrito por Dios mismo mediante los profetas del Antiguo Testamento, y mediante los apóstoles del Nuevo Testamento.

  La Biblia también contiene las palabras habladas por el Señor Jesús. Sus palabras son más profundas, de un nivel más alto, y más llenas de significado que las de cualquier filósofo, incluyendo a Platón y a Confucio. Por ejemplo, el Señor Jesús dijo que El es la luz del mundo (Jn. 8:12), la vida (14:6), y la resurrección (11:25). El nos llamó a venir a El para que bebiéramos (7:37) y se nos ofreció a Sí mismo como pan de vida (6:35). Las palabras que habló el Señor Jesús son únicas y profundas; ninguna otra persona podría decir semejantes palabras. Las palabras del Señor Jesús son tan profundas que un filósofo comentó que si el Cristo descrito en los Evangelios es falso, entonces quienquiera que haya escrito tal descripción está calificado para ser Cristo.

  Nadie, excepto el Señor Jesús, podría decir: “Venid a mí...y yo os haré descansar” (Mt. 11:28), o “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo...el que me come, él también vivirá por mí” (Jn. 6:51, 57), o “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba” (7:37). Confucio y Platón no podrían decir semejantes cosas debido a que no eran personas de la talla del Señor Jesús. Los capítulos cinco al siete del Evangelio de Mateo muestran el alto nivel de la enseñanza del Señor. Ninguna otra persona, salvo el Señor Jesús, ha pronunciado jamás semejante cosa como la acerca de amar a nuestros enemigos (Mt. 5:43-44). En toda la historia del hombre ha habido una sola persona que pudo decir tales cosas y que, en efecto las dijo; y Sus palabras fueron escritas en la Biblia. La Biblia como recuento histórico es muy elevada en su moralidad y ética; por lo tanto, es fidedigna y confiable.

El testimonio de los descendientes cristianos

  La segunda razón por la cual sabemos que Jesucristo resucitó es que tenemos los descendientes espirituales de aquellos que fueron testigos del hecho. Pedro, Juan y los demás apóstoles, incluyendo a Pablo, fueron testigos de la resurrección de Cristo y fueron la primera generación de cristianos (1 Co. 15:4-8). Esta primera generación le dijo a la segunda generación, y ésta a la siguiente, hasta que llegó a nosotros. Nuestros antepasados espirituales pueden ser hallados al remontarnos a la primera generación. En China, todos creen que hubo una persona llamada Confucio, no sólo por la historia escrita, sino también por los descendientes suyos que viven en China actualmente. Estos descendientes pueden devolverse en su genealogía a su antepasado Confucio. Los cristianos también podemos mirar retrospectivamente en nuestra genealogía hasta llegar a Pedro y Juan, la primera generación de cristianos.

El efecto de la resurrección de Cristo en la sociedad humana

  La tercera razón por la cual sabemos que Jesucristo ha resucitado es por el efecto de Su resurrección en la sociedad humana. El cristianismo es el producto de Su resurrección. El hecho de que toda la tierra esté bajo un calendario que se basa en el nacimiento de Jesucristo es también una evidencia clarísima de la resurrección de Cristo. Esto indica que Jesús es Señor de todos.

GUIAR A LA GENTE A LA REALIDAD DE CRISTO

  Cuando una persona nos hace una pregunta demasiado vaga o demasiado amplia, debemos tratar de concretar o comprimir su pregunta a una forma manejable. De otro modo, su pregunta será como una cometa sin hilo, que vuela fuera de control. Lo mejor que se puede hacer en esos casos es abrir la Biblia en algunos versículos específicos. Al ir a algunos versículos específicos, usted lo concreta a algo. Entonces, puede hablarle una palabra específica, y él puede hacer una pregunta específica. Por medio de una conversación así, usted puede guiarlo a la realidad de que Cristo es vida para nosotros. Usted podría llevar a alguien a leer Juan 6:35. Después de que él lea, usted podría decir: “Esta es la palabra del Señor Jesús. Nosotros creemos en El. Esta palabra hablada por el Señor mismo nos dice que El es vida, que es el pan de vida. Ahora podemos comerle. Comerle significa disfrutarle, ingerirle”. Entonces él quizá pregunte cómo comer y disfrutar a Cristo. Usted puede decirle que disfrutar a Cristo, comer a Cristo, es sencillamente orar a El. Luego ayúdenle a orar. Indudablemente, esto le será de ayuda.

  Debido a que la gente puede tener mucho conocimiento religioso, lo mejor es evitar cualquier discusión en cuanto a doctrinas. Guíenlos a algunos versículos concretos, y recálquenles el contenido de los mismos una y otra vez. Esto barrerá con cualquier motivo de discusión ya que los versículos son las palabras del Señor Jesús mismo. Esto reducirá mucho su discusión.

ENFOCAR NUESTRA PREDICACION DEL EVANGELIO EN UNA PERSONA A LA VEZ

  La mejor manera de conducir un diálogo sobre el evangelio es hacerlo con una persona a la vez. Usted debe dirigir sus palabras primordialmente a una persona. Por lo tanto, cuando usted esté frente a un grupo, debe aprender a ser muy perspicaz y a estar alerta. Cuando alguien hable, usted debe discernir qué tipo de persona es y qué intención trae. Por las palabras de ellos, usted debe de poder discernir a quién entre ellos debe usted dirigir sus palabras. En un grupo de cuatro o cinco personas, debemos tratar de dirigir nuestra conversación a una de ellas; de otro modo, malgastaremos nuestro tiempo tratando de ocuparnos de demasiadas personas en una conversación. Las interrupciones son enviadas por el diablo para quemar tiempo y anular nuestro diálogo sobre el evangelio. Al final, debido a las interrupciones, habrá poco resultado.

SIEMPRE APROVECHE LA OPORTUNIDAD PARA IMPARTIR LA PALABRA

  Al visitar a la gente, un principio importante es siempre aprovechar la oportunidad para impartir alguna palabra de la Biblia en ellos, sin importarnos la duración de la conversación, o de la naturaleza de la misma. Esta acción de impartir la palabra es una inyección. Nosotros podemos llegar e irnos, pero los versículos se quedarán con la gente por mucho tiempo. Se puede dar el caso de que una persona no permita que la palabra obre mucho al principio. Pero después de veinte años, los versículos todavía estarán allí obrando en ella. Por consiguiente, no debemos permitir que nuestro tiempo con las personas sea en vano. Debemos darles una inyección de la palabra. Por esta razón, debemos familiarizarnos muy bien con la Biblia, especialmente con el Nuevo Testamento, de tal manera que podamos seleccionar algunos versículos de oro para usarlos en cualquier momento sin tener que detenernos a considerar mucho.

LLEVAR A LA GENTE DE LA MENTE AL ESPIRITU HUMANO

  Cuando salimos a predicar el evangelio, debemos saber que Satanás se nos opone. El tratará de frustrar nuestro diálogo sobre el evangelio trayendo preguntas que no tienen respuesta. La mente de las personas cultas muchas veces es como un gran océano sin fondo. Una vez más, tenemos que tratar de concretarlos a un punto en particular. Frecuentemente tendremos que salirnos del área o el campo de su pregunta, y traerlo a otro ámbito. La mejor manera es hacer que la persona se torne de su mente a su espíritu. Usted podría decir: “Nuestra discusión, hasta aquí, ha estado exclusivamente en la esfera de la mente. Pero nosotros tenemos que darnos cuenta de que los seres humanos no somos una parte nada más; tenemos muchas partes. Tenemos una parte física, nuestro cuerpo, y también tenemos una parte psicológica, nuestra alma, de la cual la mente es la parte más prominente. Usted y yo hemos ejercitado dos partes de nuestro ser. Hemos usado la boca, la cual pertenece a nuestra parte física, y la mente, que pertenece a nuestra parte sicológica. Sin embargo, los seres humanos también tenemos otra parte, nuestro espíritu. Usted tal vez diga en su mente que no hay Dios y que usted cree firmemente en la teoría de la evolución, pero durante la noche, mientras usted está quieto y calmado, hay otra sensación dentro de usted. Esta sensación no está en la mente sino en otra parte de su ser. Esta parte de su ser es su espíritu. Si usted se queda en las consideraciones de su mente, usted siente que no hay Dios. Pero si usted se vuelve a su espíritu, usted siente que hay Dios”. Por este tipo de conversación, usted rescata a su oyente de la interminable esfera sicológica y lo trae a la esfera del espíritu humano.

PRESENTAR EL ESPIRITU HUMANO USANDO VARIOS EJEMPLOS

  Tenemos que aprender a hablar acerca del espíritu humano usando muchos ejemplos diferentes. Supongamos que usted hace algo malo. Nadie lo sabe excepto usted, aún así, hay cierta condenación dentro de usted. Esto no es sicológico; más bien, es una función de la conciencia que hay en su espíritu humano. Los ateos tal vez digan públicamente durante el día que Dios no existe, pero en la noche cuando están solos, hay algo en su interior —su espíritu— que afirma que hay un Dios. Una persona puede ser muy rica en bienes materiales y disfrutar toda clase de diversiones, y aún así, estar muy insatisfecha. El cuerpo quizá esté satisfecho, la parte sicológica tal vez esté satisfecha, pero queda aún una parte de nuestro ser, la cual no está satisfecha. Esta parte insatisfecha es el espíritu humano.

  El espíritu es el órgano mediante el cual tenemos contacto con Dios. Tenemos los cinco sentidos físicos para percibir colores, olores, sonidos, sabores y texturas. Los ojos tienen por objeto ver cosas, como por ejemplo colores. Si usted pierde la vista, usted no puede usar sus oídos para oír los colores. De la misma manera, si pierde su sentido del olfato, no puede usar sus ojos para ver un olor desagradable.

  Nuestro espíritu es el órgano para que percibamos y sintamos a Dios y para que tengamos contacto con El. En nuestra mente no podemos ver ni percibir a Dios. Tal como nuestros oídos no pueden oír el color, nuestra mente no puede percibir a Dios. Para percibir el color, tenemos que usar los ojos; de la misma manera, para tener contacto con Dios, tenemos que usar nuestro espíritu. En una discusión así, usando los puntos anteriores, sería bueno intercalar un versículo de la Biblia como Juan 4:24.

PRESENTAR LA IGLESIA A AQUELLOS A QUIENES PREDICAMOS

  Después de que usted ha visitado a alguien por varias semanas puede surgir el asunto de la iglesia. Para cuando este asunto sea mencionado por primera vez, puede ser que no haya suficiente tiempo para abarcarlo, aún así, es bueno tener unos momentos para dar unas cuantas inyecciones o versículos en cuanto a la iglesia. Usted podría decir: “La iglesia está constituida de Cristo como vida. Según Efesios 1:22-23, la iglesia proviene de Cristo. Cristo es la substancia y la realidad de la iglesia”. Probablemente esto es suficiente, especialmente si ese alguien es cristiano y usted quiere visitarlo la semana siguiente.

  En su próxima visita, usted debe inmediatamente entrar al asunto de la iglesia sin pérdida de tiempo. Después de recordarle brevemente el asunto de la iglesia, el cual él había propuesto para comunión, usted debe esperar que él diga algo. De otro modo, usted no sabrá en qué está él. Al darle la oportunidad de hablar, usted podría percatarse de que él nunca ha sido salvo, es decir, de que es un cristiano de nombre. En tal caso usted podría decir: “Hoy día en el cristianismo, hay dos clases de cristianos, los genuinos y los nominales. Muchos han llegado al cristianismo sin ser salvos”. Entonces hable con él en cuanto a la salvación, ayudándole así a darse cuenta de que él no es todavía un cristiano genuino. Esto puede tomar todo su tiempo, así que usted debe concertar una cita para reunirse con él otra vez la semana siguiente. Quizá después de un período de cuatro o cinco semanas, usted pueda abarcar el asunto de la iglesia, dependiendo de la manera en que trate con este tipo de persona.

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