Mostrar cabecera
Ocultar сabecera
+
!
NT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Nuevo Testamento
AT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Antiguo Testamento
С
-
Mensajes del libro «Pláticas adicionales sobre la vida de iglesia»
1 2 3 4 5 6
Чтения
Marcadores
Mis lecturas

Pláticas adicionales sobre la vida de iglesia

PREFACIO

  Esta publicación es una colección de algunas pláticas adicionales sobre la vida de la iglesia que fueron dadas por el hermano Watchman Nee dentro del período del año 1948 al 1951. Estas pláticas fueron dadas más de diez años después de la publicación de los mensajes contenidos en el libro titulado Con respecto a nuestras misiones (el título actual es La vida cristiana normal de la iglesia). La plática acerca de la unidad de la iglesia, impresa como el capítulo cuatro de este libro, fue dada por él en 1951, poco tiempo antes de su encarcelamiento, el cual comenzó en la primera parte de 1952.

  En una de estas pláticas el hermano Nee enfatizó que la luz acerca de la iglesia —la cual el Señor le dio antes de 1937 y que fue dada a conocer a todos sus colaboradores en 1937 y publicada en el libro Con respecto a nuestra misión— no puede ser más clara, aun después de más de diez años de experiencia y prueba. En otra plática, él declaró clara y definitivamente, que creía aun más en lo que había visto antes. Así que, estas pláticas no solamente son una prueba adecuada de que hasta la última parte de su ministerio, el hermano Nee todavía mantuvo el mismo punto de vista que siempre mantuvo durante todo el tiempo de su ministerio acerca de la vida de la iglesia, sino que también son una fuerte confirmación de la luz en cuanto al lado práctico de la vida de la iglesia, la cual él recibió del Señor y ministró a Su Cuerpo antes de un largo período de prueba.

  El ministerio del hermano Nee siempre ha sido de dos aspectos: el aspecto espiritual y el aspecto práctico. Por medio de la publicación de algunos de sus libros que han sido traducidos al idioma inglés, el aspecto espiritual de su ministerio ha sido dado a conocer un poco, y ha llegado a ser de gran ayuda al pueblo del Señor en el mundo de habla inglesa. Como el mover presente del Señor en Su recobro se ha extendido al mundo occidental, y está extendiéndose de manera prevaleciente más y más, nosotros, los que somos algunos de los colaboradores del hermano Nee, hemos recibido una carga profunda de publicar varios de sus libros del aspecto práctico de su ministerio, que puede ayudar a los que ya han sido ayudados por su ministerio del lado espiritual, para que tengan un alcance amplio y una vista balanceada del ministerio entero que le fue encomendado por el Señor para Su Cuerpo. Nosotros creemos completamente que en la situación presente, en la cual hay mucha confusión y varias frustraciones y distracciones, esto satisfará la urgente necesidad de tantos buscadores de entre los hijos de Dios.

  La plática del capítulo uno sobre el asunto del terreno de la iglesia, es un remedio verdadero a la perplejidad de hoy. Afirma que el terreno de la iglesia consta de dos cosas básicas: la autoridad del Espíritu y el límite de la localidad. Hoy día, hay un énfasis considerable en la autoridad del Espíritu, pero casi un descuido completo en cuanto al límite de la localidad. Algunos aun a propósito se oponen al asunto de la localidad y lo tratan maliciosamente. Pero la localidad es una prueba para la comprensión adecuada de la práctica de la vida de la iglesia.

  Mientras que la plática del capítulo dos aclara la definición de la iglesia en una casa (hogar), y confirma el principio de que una localidad solamente debe tener una iglesia, la plática del capítulo tres muestra que una iglesia genuina en cualquier localidad debe ser inclusiva. Debe tener la capacidad para incluir y contener a todo tipo de cristianos verdaderos y todas las cosas positivas de las Escrituras; de lo contrario, pierde el terreno de la iglesia.

  ¡La plática del capítulo cuatro es muy reveladora! Nos señala que la unidad genuina de la iglesia es la unidad de todo el Cuerpo de Cristo expresada en iglesias locales genuinas. Todos los otros tipos de unidades son unidades de división.

  En resumen, los primeros cuatro capítulos nos dicen clara, enfática y francamente que es incorrecto que haya denominaciones y que las iglesias son locales. Cualquier denominación, cualquier secta, cualquier división, está condenada ante Dios. No hay excusa en ningún caso. Una iglesia debe ser local, tomando como base el terreno de la unidad, lista para recibir a todos los hijos de Dios y dispuesta a incluir toda cosa bíblica.

  Estas pláticas son las palabras fieles de uno que no rehuyó anunciar “nada que fuese útil” para la iglesia, y que nunca buscó “agradar a los hombres”. Las oposiciones que él encontró, y las persecuciones que sufrió fueron mayormente debido a su fidelidad en su ministerio con relación al aspecto práctico de la vida de la iglesia. Si él no “rehuiría de anunciar” algo, ¿cómo podemos nosotros, sus colaboradores que están firmes con él en el interés del Señor, ocultar algo y no ser fieles a la comisión del Señor, como él lo fue todo el tiempo?

  ¡El Señor es soberano y victorioso! El ha vindicado Su camino en el pasado, frente a la oposición y el ataque del insidioso. ¡Que El aumente Su vindicación continuamente, concediendo Su bendición abundante en el camino ordenado por El para Su iglesia y tomado por Sus fieles en estos últimos días! ¡El es misericordioso, confiable y lo puede hacer! El cumplirá lo que El ha hablado. Pero “el que tiene oído, oiga lo que el Espíritu, dice”. “La sabiduría es justificada por sus hijos”.

  Estos mensajes inicialmente fueron publicados en el idioma chino en la forma hablada en que fueron dados. La presente traducción al inglés†, †[de la cual fue traducida al español. N. de traducción] especialmente los primeros cuatro capítulos, es una traducción que fue hecha tan literalmente como fue posible, a fin de presentar, con más exactitud, el pensamiento genuino del autor a los lectores. Por lo tanto, en la traducción se prestó mayor atención al significado antes que al idioma.

  Witness Lee Los Angeles, California, U.S.A. 20 de diciembre de 1968

DOS REQUISITOS BASICOS

  Hoy, permítanme sacar a luz dos asuntos; ambos deben existir antes de que pueda existir la iglesia. El Nuevo Testamento nos revela claramente dos requisitos básicos: en primer lugar, la autoridad del Espíritu Santo; en segundo lugar, el límite de la localidad.

A. LA AUTORIDAD DEL ESPIRITU SANTO

  Debemos tener en cuenta que donde no está el Espíritu Santo, no está la iglesia. La iglesia definitivamente no es Witness Lee, ni Yu-Tse Chang, ni Ching-Hwa Yu; la iglesia debe ser solamente el Espíritu Santo. En otras palabras, la iglesia desde el comienzo hasta el final puede tener solamente una autoridad, un poder y una vida, que es el Espíritu Santo. Hay solamente una vida del Espíritu Santo, solamente un poder del Espíritu Santo y solamente una autoridad del Espíritu Santo.

  Por ejemplo, hoy hay muchos hermanos mayores aquí. El hermano Tu puede decir: “Ya que hace veinte años que estoy en la iglesia, puedo hacer una propuesta o iniciar alguna cosa”. Ustedes ven que aquí hay algo adicional manifestándose para interrumpir. Cuando el hermano Tu se manifiesta, el Espíritu Santo no está en esto, ni tampoco está la iglesia.

  Por favor, recuerden que donde no está el Espíritu Santo, allí no está la iglesia. La iglesia es un cuerpo por medio del cual el Espíritu del Señor puede expresar Sus deseos sin ningún obstáculo. Como el Señor usó el cuerpo que le fue dado por María cuando estuvo en esta tierra, también, en el Espíritu Santo, El usa la iglesia hoy día. La iglesia en su estado más alto es todavía el Cuerpo de Cristo. En otras palabras, solamente aquello que puede expresar la mente del Espíritu Santo puede ser llamado la iglesia.

Solamente el Espíritu Santo tiene autoridad

  Proseguiré un poco más al hablar primero a los hermanos ancianos. Ustedes más o menos saben lo que es la autoridad, y les dicen a los hermanos más jóvenes que se sometan a la autoridad. La pregunta básica hoy es ésta: Cuando ustedes obedecen la autoridad, ¿de quién es la autoridad que ustedes obedecen? Les digo que como los hermanos más jóvenes llegan a ser una molestia cuando hablan por sí mismos, también los más ancianos llegan a ser una molestia cuando hablan por sí mismos. Los jóvenes que hablan por sí mismos son una perturbación, y los más ancianos que hablan por sí mismos también son una perturbación. Solamente la autoridad del Espíritu Santo es autoridad. ¿Por qué entonces los hermanos más jóvenes deben obedecer a los más ancianos? Porque los de mayor edad han aprendido más ante Dios y conocen más la autoridad de Dios; en consecuencia, el Espíritu Santo puede fluir más fácilmente a través de ellos. Ellos son como un tubo de agua por el cual el agua ha fluido durante años sin ninguna obstrucción. Los más jóvenes deberían obedecer a los más ancianos, no porque éstos sean la autoridad, sino porque es fácil que el Espíritu Santo hable por medio de ellos. Debido a que ellos han trabajado para el Señor durante muchos años, es fácil que el Espíritu Santo fluya de ellos. Yo aprendo a someterme a los hermanos ancianos porque la autoridad del Espíritu Santo les es conferida a ellos. Una vez que yo no obedezca, perderé fácilmente la autoridad del Espíritu Santo en mí. Nosotros de ningún modo estamos edificando la autoridad de los hermanos de mayor edad, sino la autoridad del Espíritu Santo, la cual fluye fácilmente de los hermanos ancianos. En otras palabras, la única autoridad en la iglesia es la del Espíritu Santo. No hay autoridad que provenga de ciertos individuos. Los ancianos no tienen autoridad, los hermanos mayores no tienen autoridad y los hermanos espirituales tampoco tienen autoridad. Solamente el Espíritu Santo tiene autoridad. Esto se llama el Cuerpo de Cristo.

Un canal para la autoridad del Espíritu Santo

  Recientemente vi lo que le sucedió a un hermano quien, hace varios años, cargó un objeto muy pesado en la mano por una larga distancia. Después de eso, le dolía un poco la mano. Ahora ha empeorado más y más de modo que casi no la puede mover. El hermano finalmente dijo: “Todo mi cuerpo me pertenece, menos esta mano. Parece que este miembro le pertenece a otra persona y que lucha contra mi”. Nunca antes había oído a nadie decir esto en semejante forma. Yo soy alguien que a menudo está enfermo, y sé que cada vez que la existencia de cierto miembro se percibe, aquel miembro ciertamente debe de tener algún tipo de enfermedad. Cuando el cuerpo humano está en perfectas condiciones, no hay conciencia de que el cuerpo exista. Cada vez que sentimos los pulmones respirar, entonces los pulmones deben de estar enfermos. Cada vez que sentimos el corazón latir, entonces el corazón debe de estar enfermo. De mi nacimiento a mi adolescencia, yo nunca tuve conciencia de mis dientes, pero el día que sentí mis dientes, no pude dormir en toda la noche. El cuerpo es muy natural y espontáneo. No es armonioso en el sentido de que sienta su propia existencia, pero es tan armonioso que parece que no existe. Hoy puede ser que ustedes no sientan que tienen algunos dedos. Les parecería extraño si yo les preguntara: “¿Sienten ustedes que tienen dedos?” Pero si uno de sus dedos estuviera quebrado, ustedes sé sentirían incómodos todo el día. Cada vez que ustedes sienten algo, entonces hay algo que no está bien en ustedes. Siempre que el cuerpo no puede usar uno de sus miembros, el cuerpo está enfermo. El Espíritu Santo debe tener la autoridad completa en la iglesia; entonces todo el Cuerpo se moverá como quiera, sin ningún obstáculo. Tan pronto como hay algún obstáculo en cierta parte, todo el Cuerpo se enferma. Cuando todos están bajo la autoridad del Espíritu Santo, El puede usarlos a todos; entonces no hay obstáculo en el Cuerpo. Todo va muy fácilmente. Cuando la autoridad opera con fluidez, ése es el momento en que el Cuerpo está saludable. Cuando todos pueden ser usados por el Espíritu Santo, entonces el Espíritu Santo tiene autoridad y todo es muy natural y espontáneo. La autoridad completa del Espíritu Santo es el terreno de la iglesia donde está el Cuerpo de Cristo.

  Puede ser que hoy día un grupo tenga hermanos y hermanas que estén bajo la autoridad del Espíritu Santo y otros hermanos y hermanas que no estén bajo la autoridad del Espíritu Santo. Inmediatamente ustedes pueden notar que allí no puede verse el terreno de la iglesia. El terreno, la base, de la iglesia es el Espíritu Santo. Cada vez que el Espíritu Santo es ofendido, el terreno de la iglesia se pierde. Hoy no es que todos los hermanos y hermanas hayan hecho una decisión, y entonces tenemos el Cuerpo de Cristo. No es que haya 1600 personas, y que las 1600 hayan levantado la mano para aprobar una resolución, y entonces la iglesia llegó a existir. No es cuestión de 1600 personas, sino que es cuestión de si la autoridad del Espíritu Santo ha sido ejecutada o no. Donde no hay autoridad del Espíritu Santo, no hay terreno de la iglesia. Solamente cuando todos se someten a la autoridad del Espíritu Santo, la iglesia tiene su terreno.

  ¿Qué es el cuerpo? Es lo que uno puede usar libremente y en el cual puede moverse libremente de un lado a otro. El cuerpo no tiene conflictos ni dificultades en absoluto. Todo lo que se desea que haga, eso es lo que hace. Aquello que contienda con usted no es el cuerpo. Si una iglesia local puede ser manifestada o no, depende de si puede someterse al Espíritu Santo o no. Cuando esta especie de sumisión se manifiesta, la iglesia es manifestada. Por lo tanto, recuerden que si a un hermano le gusta hablar y hacer decisiones por sí mismo, la autoridad del Espíritu Santo sufre un daño, el Cuerpo de Cristo sufre un daño y la iglesia sufre un daño. En consecuencia, no hay iglesia en aquel lugar. No es que haya un local con un letrero enfrente, y entonces allí hay una iglesia. Al contrario, cuando los hermanos y las hermanas abandonan sus propios pensamientos y se sujetan a la autoridad del Espíritu Santo, y la autoridad del Espíritu Santo fluye a través de ellos sin ningún obstáculo, entonces hay una iglesia.

  Ustedes que sirven a Dios y tienen la responsabilidad en la obra necesitan recordar esta única cosa: sea después de veinte o treinta años, o aun después de cincuenta o sesenta años, cuando todo su pelo esté blanco, ustedes todavía son solamente transmisores de autoridad, canales o portavoces de autoridad: ustedes mismos no son la autoridad. Cada vez que ustedes se hacen la autoridad, todo se ha terminado. Los hermanos y hermanas que son obreros deben conocer a fondo lo que es la autoridad del Espíritu Santo. No piensen que por lo menos hoy ustedes pueden hacer alguna propuesta. Les digo que su propuesta no servirá. El Señor nunca les ha concedido a ustedes la autoridad de hacer sus propias propuestas. Ustedes pueden ser solamente el canal de la autoridad, no la autoridad misma. Aun si ustedes viven hasta que tengan cien años, y han seguido al Señor durante esos cien años, no piensen que pueden hacer algunas propuestas. Es debido a que mi espíritu ha sido entrenado y ha aprendido algunas cosas, que el sentir de mi espíritu puede ser más agudo, que yo puedo tener más luz, que he tocado los principios básicos de Dios y que estoy familiarizado con la Palabra de Dios; por lo tanto, es más fácil que se manifieste la autoridad del Espíritu Santo.

  Nosotros usamos la autoridad para servir a los hermanos y hermanas, no para gobernarlos. La autoridad es solamente una parte de nuestro servicio. Espero que todos los hermanos responsables de las reuniones de hogar tomen nota de esto. La autoridad está relacionada con el ministerio de ustedes, y es solamente uno de sus muchos ministerios. No es para gobernar a otros, sino para suministrar a otros. En cierto asunto otros hermanos quizás no vean, pero yo veo; ellos quizás no comprendan, pero yo puedo comprender. Ya que comprendo el deseo del corazón de Dios, les comparto el deseo de Dios y les digo: “Hermanos, ustedes no deben hacer esto de tal manera; yo sé que esto no servirá. Si ustedes lo hacen, violarán la autoridad de Dios; así que deben abandonar este asunto”. Esto no es ejercer autoridad para gobernar a los hermanos, sino para suministrarles y servirles. Nosotros estamos ante Dios aprendiendo a ser el canal de la autoridad del Espíritu Santo para suministrar a los hermanos. No estamos gobernándolos. Estamos aprendiendo a permitir que la autoridad de Dios salga como suministro, y a no establecer nuestra propia autoridad.

  No importa qué posición tenga un hermano, si es sobreveedor, apóstol o diácono, cada vez que establece o manifiesta su propia autoridad, pierde y arruina totalmente el terreno de la iglesia. El terreno de la iglesia está establecido enteramente sobre la autoridad del Espíritu Santo. Cada vez que Su autoridad es ofendida, el terreno de la iglesia se ha perdido.

  Cuando toda la iglesia está bajo la autoridad del Espíritu Santo, es como cuando el Señor usó Su propio cuerpo que le fue dado por María mientras estuvo en esta tierra, hablando, escuchando y caminando como El deseaba. El cuerpo que María preparó para el Señor no pudo haber sido más apropiado. Aquel cuerpo podía coordinarse hasta tal punto que era como si no estuviese allí y que fuese el Señor mismo. Era tan armonioso, tan unido, sin dificultad o conflicto alguno. No como cuando ocurre que al necesitar las manos, son inútiles; que al necesitar los ojos, no pueden funcionar; que al necesitar la lengua, está herida; que cuando se requiere la cabeza, es incapaz de pensar. Asimismo, la iglesia también puede llegar hasta tal punto: allí está la iglesia, pero es como si no estuviese; solamente Cristo está allí. El Señor puede actuar espontáneamente, y pasar libremente. Está tan en armonía, tan en unidad, tan en espontaneidad, que es como si el Señor no estuviese pasando. La autoridad del Espíritu Santo pasa por la iglesia tan libre y tan armoniosamente que es como si El no hubiese pasado por la iglesia. Cuando la autoridad del Espíritu Santo puede pasar completamente, ésa es la iglesia. Cada vez que hay resistencia u obstáculo, ésa no es una iglesia. Cada vez que el Espíritu Santo no puede moverse, cada vez que sobresalen los individuos, significa que hay algún problema y que la iglesia ha sido dañada de modo que ya no puede ser llamada iglesia.

  Hoy día, en los grupos que invocan el nombre del Señor hay tanta opinión del hombre, decisión del hombre, tantos métodos del hombre, tanta organización del hombre, nombres y tradición del hombre. No deseo decir más acerca de esto. Desde el principio hasta el fin, desde que fuimos llamados por el Señor, ha habido una base fundamental: debemos obedecer y establecer la autoridad del Espíritu Santo en la iglesia y destruir nuestra propia autoridad. Yo pido al Señor que me perdone por decir esto, porque la autoridad del Espíritu Santo no necesita ser establecida por el hombre. Discúlpenme por usar este ejemplo por el bien de los hermanos más jóvenes: Si mañana yo suelto un tigre en las calles, ¿es necesario enviar guardias para protegerlo? No, el tigre no necesita ningún guardia; se puede proteger solo. Del mismo modo, el Espíritu Santo no necesita nuestro apoyo. La autoridad del Espíritu Santo está en la iglesia, y no necesita que nuestro celo la establezca. La única cosa necesaria es que los hijos de Dios estén dispuestos a consagrarse y rendirse para que la autoridad del Espíritu Santo pueda manifestarse continuamente. La cuestión ahora es si nosotros estamos dispuestos a consagrarnos o no. Cada vez que los hijos de Dios desobedecen, la autoridad del Espíritu Santo no puede manifestarse. La cuestión básica hoy es si nos hemos consagrado adecuadamente o no.

  Espero que nos consagremos de nuevo ante Dios para la autoridad del Espíritu Santo. Debemos orar: “Señor, Tú eres la Cabeza de la iglesia. Concédeme la gracia para que yo no sea uno que obstruya o se resista; haz que yo no tenga nada propio...” Debe comprender que cada vez que entra en la iglesia algo de ustedes mismos, por bueno que sea, hay una cosa de más agregada a la iglesia, y hay un obstáculo. Mi cuerpo solamente puede consistir de mis propios miembros. No puedo permitir que las cosas de otros sean agregadas a mi cuerpo. Incluso las mejores cosas de otros no pueden ser puestas en mi cuerpo. Lo que es de mi cuerpo debe ser mío. Tal vez las cosas de otros sean preciosas, pero una vez que son agregadas a mi cuerpo, pueden ser venenosas. Yo debo aprender ante Dios a no introducir mis propias cosas en la iglesia. Algunas de ellas quizás sean muy buenas, pero si no son del Espíritu Santo no pueden ponerse en la iglesia. Una vez que están, el terreno de la iglesia se pierde. En la iglesia solamente hay un Espíritu Santo, una autoridad, un poder, una comunión, un Nombre. Cualquier cosa que, sin ser del Espíritu Santo, sea introducida en la iglesia, arruinará el terreno de la iglesia, y entonces la iglesia habrá dejado de existir.

Lo que no es iniciado por el Espíritu Santo no es la iglesia

  En Shangai mucha gente puede establecer una misión evangélica, un seminario, un instituto bíblico o una clase para estudiar la Biblia. El error aquí es menor. ¡Pero nadie puede establecer una iglesia! Si ustedes no pueden obedecer al Espíritu Santo, y la autoridad y las cosas del hombre se introducen, no hay iglesia. Si ella no es iniciada por el Espíritu Santo, no es la iglesia. No sé si ustedes han visto la gravedad de esto. Es posible que algunos de nosotros establezcamos una fábrica si tenemos el guiar del Espíritu Santo, pero eso es imposible con la iglesia. No importa si uno es creyente o incrédulo, si tiene la vida de Dios o no, no puede establecer una iglesia. Si ella no es iniciada por el Espíritu Santo, no es una iglesia. Este es un asunto sumamente grave. Nadie puede empezar a establecer una iglesia, porque desde el principio él no tiene la autoridad del Espíritu Santo. Si no está la autoridad del Espíritu, no hay iglesia. No importa cuál sea la situación, si el Espíritu Santo no inicia la iglesia, uno no la puede establecer. Primero tenemos que preguntar: ¿y el comienzo? Si el Espíritu Santo no quiere comenzar la iglesia, no hay forma en que nosotros la empecemos. Debemos someternos al gran poder del Espíritu Santo, y ponernos bajo la autoridad ordenada por Dios, siendo totalmente restringidos, sin buscar nuestra propia libertad. Debemos permitir que la autoridad del Espíritu Santo pase libremente por cada uno de nosotros.

B. EL LIMITE DE LA LOCALIDAD

  Una iglesia también requiere una segunda base. Sin ella tampoco existe el terreno de la iglesia. Ustedes probablemente preguntarán: Puesto que todos nosotros expresamos la autoridad y vivimos bajo la autoridad del Espíritu Santo, ¿no es esto suficiente para establecer la iglesia? No, no lo es. La Biblia nos muestra claramente dos cosas que deben existir a fin de establecer la iglesia: en primer lugar, la autoridad del Espíritu Santo; en segundo lugar, el límite de la localidad. Si ustedes tampoco ven esto, no podrán comprender el terreno de la iglesia. ¿Les parece extraño? ¿Les parece esto como si estuvieran cayendo desde 3000 metros de altura, desde el cielo hasta la tierra? Sí, verdaderamente, la iglesia está también en la tierra. La iglesia es en parte celestial, y en parte está en la tierra. La parte celestial trata de la autoridad del Espíritu Santo; la parte terrenal trata del límite de la localidad. Este es un asunto maravilloso en la Biblia. La Biblia nos muestra claramente esta única cosa, que la iglesia pertenece absolutamente a una localidad, tal como la iglesia en Jerusalén: Jerusalén es un lugar; la iglesia en Corinto: Corinto es un lugar; la iglesia en Antioquía: Antioquía es una ciudad; la iglesia en Efeso: Efeso es un puerto. En la Biblia, el terreno de la iglesia es la localidad en donde esté la iglesia. Todas las iglesias toman la localidad como límite.

  En esto hay un punto especial; por favor presten atención a ello. Por ejemplo, si los hermanos y hermanas que están en Shangai desean basarse en el terreno de la iglesia, sólo pueden basarse en el terreno del Espíritu Santo y de Shangai. Deben basarse en el terreno del Espíritu Santo, y también en el terreno de Shangai, porque Shangai es la localidad donde ellos viven. Una vez que se cambia esta localidad, inmediatamente se pierde el terreno de la iglesia. Permítanme dar unos cuantos ejemplos.

La iglesia y las iglesias

  En 1 Tesalonicenses 2:14 dice: “Las iglesias en Judea”. La iglesia mencionada aquí es plural en griego, inglés y chino. Se trata de “las iglesias en Judea”. ¿Por qué está en plural? Es porque en aquel tiempo Judea era una provincia de Roma. Puesto que una provincia incluye muchas localidades, hay, por lo tanto, muchas iglesias. Así que, no se dice: “la iglesia en Judea”, sino “las iglesias en Judea”. En las Escrituras solamente se encuentra la iglesia local, no la iglesia provincial. Lo mismo es verdad con respecto a Galacia, la cual es una provincia que consta de muchas localidades; por lo tanto, 1 Corintios 16:1 dice: “las iglesias de Galacia”. Efeso es un puerto, una localidad; por lo tanto, la iglesia en Efeso está en singular (Ap. 2:1). Este punto está muy claro en la Biblia. Por ejemplo, Filadelfia era una ciudad, y solamente una iglesia existió allí (Ap. 3:7). Asia, la cual hoy es Asia Menor, era una gran provincia; por lo tanto, la Biblia dice: “las siete iglesias en Asia”, y no la iglesia en Asia (Ap. 1:4, 11).

Solamente una iglesia en una localidad

  Hay una cosa que todos nosotros debemos observar: El mundo no tiene iglesia; por lo tanto, es erróneo que exista la Iglesia Católica Romana. Un país no tiene iglesia; por lo tanto, es erróneo que exista la Iglesia Anglicana (es decir, la Iglesia de Inglaterra o la Iglesia Episcopal). Una provincia no tiene iglesia, ni tampoco la tiene una raza. En la Biblia, solamente la unidad administrativa más pequeña tiene iglesia: sólo una localidad o una ciudad tiene iglesia. La iglesia de una localidad no puede unirse con la iglesia de otra localidad para llegar a ser una sola iglesia. Cada ciudad solamente puede corresponder a una sola iglesia, tal como un esposo solamente puede corresponder a una sola esposa. Por lo tanto, en cuanto a Antioquía, tenemos “la iglesia en Antioquía”, no “las iglesias en Antioquía” (Hch. 13:1). Sería incorrecto decir: “las iglesias en Antioquia”. Según el orden de Dios, una localidad solamente puede corresponder a una sola iglesia, nunca con muchas iglesias. En la Biblia, nunca se puede encontrar las iglesias en Corinto o las iglesias en Antioquía. Pero la Biblia sí dice: “la iglesia en Antioquia”, “la iglesia en Corinto” (1 Co. 1:2), “la iglesia en Filadelfia”, todas singular. No había iglesias en Antioquia, ni en Corinto, ni en Filadelfia.

  El orden de Dios para la iglesia en el lado espiritual es la autoridad del Espíritu Santo, y en su apariencia externa, la limitación de la localidad. Cuando la iglesia en Corinto tendió a dividirse en cuatro divisiones, Pablo inmediatamente los reprendió por ser divisivos y carnales. Cuando los corintios tendieron a dividirse en muchas iglesias pequeñas, una, la iglesia de Pablo, otra, la iglesia de Cefas, otra, la iglesia de Apolos y otra, la iglesia de Cristo, el Espíritu Santo dijo que eso es carnal. Cada ciudad, cada localidad, sólo puede corresponder a una sola iglesia. Cada vez que aparece más de una, eso es una división, eso es una secta, eso es lo que Dios rechaza. Desde el punto de vista de Dios, la iglesia en Corinto se volvió carnal. ¿Por qué? Porque solamente puede haber una iglesia en una localidad; una segunda iglesia nunca puede ser establecida. Cuando una iglesia ya está establecida, la segunda es entonces una división y es carnal. Nunca puede haber más de una iglesia en una localidad. Alguien dice que desea suministrar alimento espiritual a otros, pero el alimento espiritual no es base suficiente para establecer una iglesia. Alguien dice que desea ayudar a otros a entender la Biblia, pero ayudar a otros a entender la Biblia tampoco es base suficiente para establecer una iglesia. Ni enseñar a otros a conocer el Espíritu Santo es una base adecuada para establecer una iglesia. Alguien dice que nosotros necesitamos avivamiento y que una iglesia de avivamiento debería ser establecida. Recientemente en cierto lugar, alguien estableció una Iglesia de Avivamiento con el único propósito de avivar, pero en el avivamiento tampoco hay base para establecer una iglesia. Los hombres no pueden establecer una iglesia, porque los hombres no tienen base para establecer la iglesia. Pablo no tenía base para establecer la iglesia, ni Cefas ni Apolos. Efeso tiene base para establecer una iglesia, pero Pablo no es igual a Efeso. Corinto tiene base para establecer una iglesia, pero Pablo no es igual a Corinto, ni Cefas, ni Apolos; todos ellos no son iguales a Corinto. Ellos no tenían base, y no estaban calificados para establecer una iglesia, porque cada iglesia debe corresponder a una localidad. Si una iglesia no ha de corresponder a una localidad, es imposible establecer tal iglesia. Si no hay localidad, no hay iglesia. Es más que evidente que Dios toma el límite de la localidad como terreno.

Solamente puede haber una iglesia en Shangai

  En Shangai tenemos una iglesia que no se basa en ningún terreno de denominación, en ningún terreno de sectarismo, ni en ninguna otra cosa, sino en Shangai como terreno. Esta es la iglesia en Shangai. Supongamos que yo tengo una disputa con el hermano Chang; así que yo le permito reunirse en la calle Nan Yang, mientras que yo encuentro un lugar para reunirme en la calle Szechwan Norte. Es como si usted se fuera al sur, y yo al norte, completamente opuestos el uno del otro. En la calle Szechwan yo predico el evangelio y un grupo de personas es salvo. La sala de reunión en la calle Nan Yang tiene capacidad para 2400 personas; yo edifico una más grande en la Calle Szechwan con cabida para 2600. Allí también predico el evangelio. Pero permítanme decirles que yo puedo traer muchos a que sean salvos, puedo dar mensajes, puedo edificar a los santos, pero nunca podré llegar a ser la iglesia. ¿Por qué? Porque la calificación para tomar a Shangai como terreno de la iglesia ya ha sido tomada por otros. Por eso, yo no estoy capacitado para establecer otra iglesia, ya que sólo puede haber una iglesia en Shangai.

Una iglesia puede ser establecida en una localidad donde no exista ninguna iglesia

  Por ejemplo, hoy en Pi-Chieh, en la provincia de Kweichow, nadie ha tomado todavía la posición de establecer una iglesia con base en el terreno de la localidad. Si alguien desea establecer una iglesia, está bien que vaya a Pi-Chieh y lo haga, porque en una localidad solamente puede haber una iglesia local. Si una iglesia adicional aparece allí, Dios dice que es una división. Es como una mujer que hace pareja con un hombre. Si se casa con un hombre soltero, ella es su esposa. Si él ya tiene esposa, ¿cómo podría ella llegar a ser su cónyuge? Ella solamente podría ser cónyuge de un hombre que no tenga esposa. Todo el Nuevo Testamento nos dice esta única cosa: la iglesia es local. Nosotros debemos ver que la iglesia es local. En las Epístolas dice: “la iglesia en Corinto” (1 Co. 1:2), “la iglesia en Cencrea” (Ro. 16:1). En Apocalipsis dice: “las siete iglesias que están en Asia” (Ap. 1:4). Hay solamente una iglesia en cada localidad. La iglesia no puede escapar y ser independiente de la localidad.

  Por favor, recuerden que una iglesia solamente puede establecerse en una localidad donde no hay iglesia. Si hay una iglesia en una localidad, nosotros solamente podemos unirnos a ella; no podemos establecer otra. Una vez que se levanta otra, eso es una división, eso es una secta, lo cual está condenado por Dios. ¿Cuál es la diferencia entre una mujer que es esposa de un hombre y una que es concubina? Todo es igual, menos la posición. Solamente el fundamento es diferente; todo lo demás es igual. Aunque externamente es posible que parezcan iguales, algo falta en una, el fundamento.

¿Qué es división?

  División significa estar desviados del terreno, y estar desviados del terreno está condenado por Dios. Por favor, perdónenme por usar otra vez a Pi-Chieh de Kweichow como ejemplo. ¿Qué diferencia hay en que ustedes vayan a Pi-Chieh a predicar el evangelio, a salvar personas y a edificar santos, y en que vayan a la calle Szechwan Norte de Shangai a hacer lo mismo? Exteriormente, no hay diferencia. No es que cuando ustedes prediquen el evangelio en la calle Szechwan Norte la gente no pueda ser salva; no es que cuando ustedes prediquen el evangelio en la calle Szechwan Norte la gente no pueda recibir vida eterna; ni es que la gente en la calle Szechwan Norte renuncien a su experiencia de salvación. La verdad del evangelio sigue siendo la misma, y es posible que los mensajes se sigan dando muy claramente, como si todo fuese igual. Pero, ustedes no pueden establecer otra iglesia en la calle Szechwan Norte. Si ustedes van a la calle Szechwan Norte a establecer una iglesia allí, eso es una división. Los mensajes que ustedes den en Pi-Chieh de Kwiechow pueden ser exactamente lo mismo que los mensajes que ustedes den en la calle Szechwan Norte, pero en las dos diferentes localidades hay dos terrenos diferentes. Lo que esté en Pi-Chieh de Kweichow tal vez sea una iglesia, mientras que lo que esté en la calle Szechwan Norte es una división. El mismo mensaje es dado en estas dos localidades, ¡pero qué gran diferencia hay! Supongamos que ustedes establecen la Mesa del Señor en Pi-Chieh de Kweichow, es decir, la Cena del Señor, el Partimiento del Pan. Un día ustedes mueven la misma Mesa con todos los asistentes de Pi-Chien a la calle Szechwan Norte de Shangai. Estando aquí ustedes oran de la misma manera que antes, estudian la Biblia como lo hacían antes y alaban al Señor como antes. En estas cosas no hay diferencia en absoluto. Sin embargo, en Pi-Chieh ustedes son una iglesia, mientras que en la calle Szechwan Norte son una división. Cuando una mujer se casa con un hombre soltero, ella es su esposa; pero si se casa con un hombre que ya está casado, ella no es su esposa. Cuando nosotros vamos a un lugar donde no hay iglesia, podemos establecer una iglesia. Pero en un lugar donde ya hay una iglesia, nosotros solamente podemos unirnos a ella, no podemos establecer otra. Esto es un principio básico en la Biblia. Si ustedes no hacen caso del límite de la localidad, todo está terminado. Si ustedes renuncian a este terreno básico, entonces no tienen terreno alguno.

  Espero que delante de Dios ustedes entiendan estos dos puntos: primero, que la iglesia de Dios está establecida sobre la autoridad del Espíritu Santo; en segundo lugar, que la iglesia de Dios está establecida según el límite de la localidad. El terreno de la iglesia está establecido según la dirección del Espíritu Santo. Ustedes no pueden decir: “Es por la dirección del Espíritu Santo que nosotros debemos reunirnos en la calle Szechwan Norte”. Si es la dirección del Espíritu Santo, la primera cosa que El argumentará con ustedes es que el lugar donde ustedes se reúnen está equivocado. En consecuencia, ustedes han violado y ofendido la primera limitación del Espíritu Santo; así que ustedes no tienen terreno en el cual basarse. Sólo decir que ustedes tienen el Espíritu Santo no es suficiente; ustedes también deben prestar atención a la jurisdicción de la localidad, la cual está constituida por el Espíritu Santo. La localidad es la jurisdicción de la cual ustedes nunca pueden moverse; sólo pueden someterse. Los hombres no tienen ninguna libertad en cuanto a la jurisdicción de la localidad que ha sido establecida por el Espíritu Santo.

La localidad restringe la formación de divisiones

  Yo espero que los hermanos y hermanas se mantengan firmes en este principio básico, para que puedan ver clara y cabalmente las llamadas denominaciones, iglesias, grupos y organizaciones. Si algún grupo no está edificado sobre el terreno de la localidad, se puede ver que no es la iglesia. ¿Entienden esto claramente? ¿No les parece extraño? A mí me parece muy extraño cuando leo esto en la Palabra. Cambiar del tema de la autoridad del Espíritu Santo al del límite de la localidad es como caer 3000 metros de una sola caída: ¡desde los cielos hasta la tierra! La Biblia nos revela que el terreno de la iglesia es la autoridad del Espíritu Santo. Sin embargo, la Biblia también nos muestra que sólo tener el Espíritu Santo no es suficiente; necesitamos también su complemento: el terreno de la localidad. Estos dos puestos juntos producen la iglesia. Cuando miramos hacia atrás, vemos con más claridad y más alabamos a Dios. En los últimos dos mil años, si las personas en la iglesia hubiesen estado dispuestas a ser limitadas por el límite de localidad, no habría habido tantas dificultades ni tanta confusión. Si el hombre se hubiese sometido a la autoridad de Dios, nunca hubiera sido posible que el catolicismo y el protestantismo fueran establecidos. Tampoco hubieran podido ser establecidas más de 100 denominaciones en China y más de 600 organizaciones principales y 5000 organizaciones secundarias en el mundo hoy día. Todos hubiesen sido restringidos por el límite de localidad.

La localidad nunca está sujeta a cambio

  Perdónenme por usar términos políticos. Una dinastía puede cambiar, pero una localidad nunca cambia; un partido político puede cambiar, pero una localidad no; hasta un país puede cambiar, y sin embargo una localidad no. Shangai siempre ha sido Shangai, y Chang-Chun siempre ha sido Chang-Chun. Durante la dinastía Chin, Shangai fue Shangai; durante la república, Shangai sigue siendo Shangai; aun hasta ahora, Shangai todavía es Shangai. Durante la guerra chino-japonesa, cuando el país casi llegó a ser parte de otro país, toda localidad siguió siendo la misma localidad. Todas las cosas cambiarán, pero la localidad nunca cambiará. Dios determina que la localidad sea el terreno para la iglesia. Tenemos la iglesia en Roma como localidad, pero nunca tenemos la iglesia del Imperio Romano. El nombre es el mismo, pero de hecho son diferentes. La iglesia en la ciudad de Roma es reconocida por el Espíritu Santo, pero no la iglesia del Imperio Romano. Por esta razón, nosotros debemos aprender ante Dios a mantener la localidad como terreno.

  Por favor, recuerden esta única cosa: la iglesia debe basarse en el terreno de localidad. Durante muchos años nos hemos basado en este terreno, rechazando todo lo que no está de acuerdo con este terreno, rechazando todas las otras clasificaciones. Cualquier grupo que no toma a Shangai como terreno no es la iglesia en Shangai. El servicio en el cual hemos entrado aquí es con la esperanza de edificar a la iglesia en Shangai. Si un forastero pregunta acerca de este asunto, ustedes deben aclararle que interiormente la iglesia tiene la autoridad del Espíritu Santo como contenido y que exteriormente la iglesia tiene el límite de la localidad. La autoridad del Espíritu Santo más el limite de localidad hacen una iglesia. Si allí no hay autoridad del Espíritu Santo por dentro ni límite de localidad por fuera, eso no es una iglesia.

EL TERRENO DE LA IGLESIA Y LAS BENDICIONES ESPIRITUALES

  Cuanto más claro está el terreno de la iglesia, más ricas son las bendiciones espirituales. Especialmente durante estos últimos dos años, hemos visto que Dios ha bendecido claramente el terreno de la iglesia. Muchos hermanos y hermanas han comenzado a ver la diferencia entre el camino del individualismo y el terreno de la iglesia. Puesto que la autoridad del Espíritu Santo está en todos los miembros, haciendo que sirvan a Dios en coordinación en vez de en actividades individuales, se puede ver la bendición de Dios. En algunas iglesias locales, los miembros se multiplican por dos, por cinco y por diez: todo en múltiples.

  Inicialmente en Taipei sólo había unos treinta miembros, pero ahora han aumentado a más de mil. Nosotros enviamos allí a hermanos que han trabajado con mucha diligencia. Dios ha seguido bendiciendo, y los miembros han seguido aumentando. Mientras yo estaba en Hong Kong [en la primavera de 1950—nota del redactor], recibí una carta de un hermano, quien, según mi sentir, sabe lo que es la iglesia debido al incidente que sigue. La iglesia en Taipei esperaba que el hermano Witness Lee se haría responsable de la campaña evangélica de ellos durante el día del año nuevo chino. Después de que se llegó a esta decisión, el hermano Lee descubrió que tenía que reunirse conmigo en Hong Kong para algunos asuntos. Ellos estaban realmente desanimados, pensando que ellos solos no podrían llevar a cabo la campaña. El hermano Lee les dijo: “Para mí, tener a un hermano Lee es solamente tener un hermano más; perder un hermano Lee es solamente perder un hermano”. Si hubiese una iglesia en Taipei, el tener o perder al hermano Lee sería solamente un asunto de tener o perder un solo hermano. Sin embargo, si no hubiese iglesia en Taipei, cuando el hermano Lee no estuviera, la mitad de Taipei no estaría tampoco. No obstante, ¡el resultado de esa campaña evangélica fue maravilloso! Algunos de los hermanos que ustedes pensarían que no podrían predicar el evangelio, lo predicaron, contrariamente a lo esperado. Como resultado, más de 1400 personas recibieron al Señor. En los dos días de reuniones complementarias, hubo 228 bautizados. No importa si un hermano es quitado o añadido, porque allí está la iglesia. Ahora regresaré a lo de la carta de aquel hermano. Me agrada su afirmación: “Creo que si nosotros los hermanos estuviésemos dispuestos a aprender a servir al Señor de una manera coordinada, si hubiese 3000 ó 10.000, podríamos asimilarlos o absorberlos. Cuando la iglesia llega a existir y comienza a funcionar, puede asimilar 500 si llegan 500, y 1000 si llegan 1000. Esta es la iglesia de Dios”.

SE NECESITA UN VASO PARA CONTENER LA BENDICION DE DIOS

  Algunos de nosotros oramos que el Señor nos bendiga tal como bendijo a la iglesia durante Pentecostés. Pero si el Señor verdaderamente respondiese a nuestras oraciones, ¿qué haríamos? Si el Señor verdaderamente nos concediera la bendición del Pentecostés, ¿qué haríamos? Si el Señor nos diese tres mil o cinco mil personas, ¿qué haríamos? Si miles de personas llenasen repentinamente nuestro lugar de reunión, ustedes inmediatamente verían que no podríamos asimilarlos a todos. Por ejemplo, si en Shangai tres mil personas fuesen añadidas de una sola vez, no podríamos asimilarlos. No sabríamos cómo bautizarlos, cómo distribuirlos en las diferentes reuniones de hogares para participar de la Mesa del Señor, cómo edificarlos o cómo visitarlos. Sin embargo, cuando Dios bendice y la iglesia es fuerte, podemos asimilarlos fácilmente; sin considerar cuántos vengan, nosotros no andaremos arrastrándonos por no poder manejarlos adecuadamente. Tenemos ahora cerca de 1500 hermanos y hermanas entre nosotros, pero la comunión que hemos tenido aún no ha sido adecuada. ¿Qué haríamos si otros mil fuesen añadidos a nosotros? Nos sería difícil contenerles si Dios nos bendijese. No hablamos de una organización, sino de un organismo que pueda contener la bendición de Dios. Si Dios nos bendice dándonos tres mil personas, y dos mil de ellas desaparecen después de dos días, esto no es la iglesia. Si Dios nos diera tantas personas, quizás ni nos daríamos cuenta de que ellos desaparecen. Si no sabemos cuándo la gente viene y cuándo la gente se va, esto no es la iglesia. La iglesia es un organismo de tal capacidad, que puede contener la bendición de Dios. Una iglesia debe llegar al punto de que cuando Dios bendiga, y bendiga abundantemente, haya un vaso que pueda contener esta bendición. Cuando todo el cuerpo de hermanos y hermanas obedece al Espíritu Santo, todos tienen el servicio y todos son bendecidos. Nadie en ese cuerpo introducirá sus propias opiniones, sino que todos estarán ocupados en servir; es en ese momento que la iglesia de Dios surgirá.

  Yo les digo que si ustedes no se disponen para la obra del Espíritu Santo, el Espíritu Santo no obrará. Todos deben prepararse para la obra del Espíritu Santo. Siempre debemos preparar más lugar. Preferimos permitir que el Señor traiga gente, en vez de permitir que se las lleve. Cuando el Espíritu Santo comience a obrar, realmente verán ustedes que no hay lugar suficiente. Debemos prepararnos para la obra del Espíritu Santo preparando un lugar de reunión más grande y aumentando nuestra capacidad; entonces el Señor bendecirá. Debemos preparar hombres para el servicio; entonces el Señor bendecirá. Si no preparamos a todos para el servicio, el Espíritu Santo no tendrá manera de obrar.

TODOS DEBEN APRENDER A SERVIR

  Espero que los hermanos y las hermanas vean que el terreno de la iglesia está basado en la localidad y en la autoridad del Espíritu Santo. Una vez que la autoridad del Espíritu Santo entra, significa que cada uno comienza a aprender a librarse de sus propias ideas y a someterse a la autoridad de Dios. Cuando cada uno empieza a aprender a servir, la iglesia de Dios aparece. Como la iglesia, no es suficiente que nuestras propias opiniones personales no sean introducidas, sino también, por el lado positivo, que cada uno se someta a la autoridad del Espíritu Santo. Una vez que otros se someten a la autoridad del Espíritu Santo, inmediatamente la autoridad del Espíritu Santo comienza a dirigir y a hacer que todos empiecen a servir; y todos sirven.

  Ustedes hermanos que están al frente de las reuniones en los hogares, perdonen que diga lo siguiente: la responsabilidad básica que tienen ante Dios es que ustedes mismos deben servir, pero esto no es suficiente. Si solamente pueden hacerlo ustedes mismos, pero no pueden hacer que otros lo hagan, están ustedes fracasando. El Espíritu Santo desea dirigir a todos a que sirvan. Por el lado negativo, no introduzcan sus propias ideas; por el lado positivo, permitan que el Espíritu Santo dirija a que todos sirvan. La autoridad del Espíritu Santo significa que el Espíritu Santo puede pasar a través de cada uno, es decir, que el Espíritu Santo puede dirigir a cada uno. Por lo tanto, el que únicamente puede servir solo, pero no puede encomendar cosas a otros, es uno que fracasa. El que no retiene la responsabilidad en sus propias manos, sino que la distribuye a los hermanos y hermanas para que ellos tengan parte en el hacer, es al que Dios usará.

  No piensen que cuando las necesidades surgen, es correcto que ustedes hagan mucho. Cuando surgen necesidades, y ustedes mismos las terminan rápidamente, reteniéndolas en su mano, sin repartirlas, esto obstruye la obra del Espíritu Santo. Las cosas deben ser distribuidas; no deben ser retenidas en sus propias manos. Retener las cosas en sus propias manos siempre es un obstáculo. Las cosas no deben pegarse a ustedes. Cuando la autoridad del Espíritu Santo tiene libertad en la iglesia, no es asunto de que ustedes lo hagan o no, sino un asunto de permitirle al Espíritu Santo que tenga libertad de liberarse a Sí mismo. Cuando la autoridad del Espíritu Santo obra, se mueve y es liberada en todo el Cuerpo, eso es la iglesia.

  La obra siempre debe ser distribuida; distribuir es un principio. En todo caso, cada vez que una cosa viene sobre ustedes, distribúyanla inmediatamente. Cuando una cosa puede ser hecha por una persona, y también puede ser hecha por cinco personas, más bien distribúyanla a las cinco personas para que lo hagan. Siempre háganlo ustedes mismos y persuadan a otros a que lo hagan. Cuando hacen las cosas así, ustedes están entrenando a los hermanos y guiando a otros en hacer las cosas, para que cada uno aprenda a servir.

  Yo y el hermano Witness Lee, los dos, hemos tenido un largo tiempo de mirar al Señor y de conversar [en febrero y marzo de 1950, en Hong Kong—nota del redactor]. Nosotros creemos aún más en lo que hemos visto antes. En los días venideros Dios ciertamente tomará el camino de migración. Por lo tanto, cada hermano debe aprender a ser entrenado. Ustedes no deberían esperar que en el futuro unas personas emigren a Nan-Chang y que allí la iglesia en Nan-Chang los entrene por ustedes. Tenemos que entrenarlos ahora. Temo que los hermanos y hermanas no tengan entrenamiento delante de Dios, y que cuando el tiempo de la migración llegue, tal hermano no pueda ir, y aquel hermano tampoco pueda emigrar. Por lo tanto, todos deben aprender algo concerniente a la iglesia. Debemos aprender mucho más delante de Dios respecto al servicio de todo el Cuerpo. De este modo, habrá una manera de que Dios se extienda a través de nosotros.

Biblia aplicación de android
Reproducir audio
Búsqueda del alfabeto
Rellena el formulario
Rápida transición
a los libros y capítulos de la Biblia
Haga clic en los enlaces o haga clic en ellos
Los enlaces se pueden ocultar en Configuración