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Mensajes del libro «Vida cristiana, La»
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CAPÍTULO CINCO

LAS FUNCIONES DEL ESPÍRITU TODO-INCLUSIVO

(2)

  Lectura bíblica: Ef. 3:16; Fil. 1:19b; 1 Co. 12:4, 7-11; Hch. 6:3, 5; 7:55; 11:24; 13:52; 2:4a; 4:31; 9:17; 13:9; Mt. 12:28; Ef. 4:3-4a; 1 Co. 2:10; Ro. 8:13b, 11; 1 Co. 6:17; Gá. 5:16, 22-23, 25; 6:8b; 2 Co. 13:14; Ef. 4:4, 16; Ap. 2:7, 11, 17, 29; 3:6, 13, 22; 4:5b; 5:6b; 22:17a

  En este mensaje deseamos continuar nuestra comunión acerca de las funciones del Espíritu todo-inclusivo. En el mensaje anterior vimos quince de estas funciones, y en este mensaje veremos veinte más. El Espíritu, aunque es abstracto y está escondido, se menciona frecuentemente en la Biblia. Pero, lamentablemente, muchos de los que están en el cristianismo fundamentalista no ven esto claramente.

  En el mensaje anterior y en éste, hacemos notar treinta y cinco funciones del Espíritu todo-inclusivo. Éstas son sólo algunas de las muchas funciones del Espíritu. Apocalipsis 22 nos muestra el trono de Dios y del Cordero junto con el Espíritu como el río de agua de vida que procede del trono (v. 1).

  Dios y el Cordero están sentados en el trono. Quizá nos preguntemos cómo es posible que en un trono se puedan sentar dos personas. En Apocalipsis 21 y 22, en la descripción de la Nueva Jerusalén, podemos encontrar la explicación. Apocalipsis 21:23 dice que la lámpara de la Nueva Jerusalén es el Cordero. El Cordero es la lámpara, y Dios es la luz de la lámpara (22:5). El Cordero como la lámpara está sentado en el trono junto con Dios como la luz que está dentro de Él. El único trono tanto para Dios como para el Cordero, implica que Dios y el Cordero son uno solo.

  A partir de Aquel que está sentado en el trono fluye el río de agua de vida. Apocalipsis 21 y 22 presenta la revelación máxima y consumada de la Nueva Jerusalén. En esta presentación podemos ver al Padre, al Hijo (Cristo) y al Espíritu. La luz es una figura que representa al Padre (22:5). La palabra Cristo no se menciona en estos capítulos, sin embargo, Cristo es revelado como el Cordero y como la lámpara. El Cordero y la lámpara no son cosas físicas, sino figuras que representan al Hijo de Dios, Cristo. Luego tenemos un río. Este río no es un río físico, sino una figura que representa al Espíritu.

  El fluir del río es la función primordial, la función completa, del Espíritu. El fluir del río sacia la sed de toda la ciudad, proveyéndole a toda la ciudad el agua espiritual de vida. Por consiguiente, saciar la sed es otra función del Espíritu. Al saciar la sed, el Espíritu satura, y al saturar hay una transfusión, y la transfusión es una infusión. Éstas son más funciones del Espíritu. Apocalipsis 22 también revela que el río hace crecer el árbol de la vida. Según Apocalipsis 22, el árbol de la vida no crece en la tierra, sino en el agua. Es el agua la que hace crecer el árbol de la vida. Ésta es otra función del Espíritu. Hay muchas funciones del Espíritu reveladas a lo largo de toda la Biblia.

  Toda la Biblia es un libro acerca del Espíritu y es un libro del Espíritu. Génesis 1:1 dice: “En el principio [...] Dios”. Aquí Dios es Elohim en hebreo, una palabra plural. Por tanto, el primer versículo de la Biblia hace referencia al Dios Triuno. Luego el segundo versículo hace referencia al Espíritu de Dios, diciendo que el Espíritu de Dios se cernía sobre la superficie de las aguas. Luego al final de la Biblia en Apocalipsis 22:17 tenemos al Espíritu y la novia.

  El Espíritu de Dios es un aspecto, y el Espíritu junto con la novia es otro aspecto. El Espíritu de Dios era el Espíritu que aún no había sido consumado. El Espíritu de Dios, que aún no había sido consumado, no estaba listo para casarse. Pero al final de la Biblia, tenemos al Espíritu y la novia. Esto significa que el Espíritu está casado. En Apocalipsis 22 Él es el Espíritu consumado como el Novio. La novia necesita un novio. El Novio es el Espíritu consumado, y el Espíritu consumado es el Dios Triuno consumado.

  De hecho, la revelación del Espíritu todo-inclusivo y las funciones de dicho Espíritu son incontables. Lo que estoy haciendo en estos mensajes es dar un pequeño panorama para que sepamos lo que hace el Espíritu. En realidad, es imposible agotar las funciones del Espíritu todo-inclusivo.

XVI. FORTALECE A LOS CREYENTES

  El Espíritu tiene como función fortalecer a los creyentes. En Efesios 3:16 Pablo oró al Padre pidiéndole que les concediera a los santos el “ser fortalecidos con poder en el hombre interior por Su Espíritu”. El Padre nos fortalece por el Espíritu. Por consiguiente, el medio que el Padre usa para fortalecernos es el Espíritu. Para que Cristo haga Su hogar en nuestros corazones, es necesario que seamos fortalecidos. Nadie puede hacer esto excepto el Espíritu de Dios. En Efesios 3 el Espíritu de Dios es el Espíritu que fortalece. El Espíritu no sólo sacia la sed, satura, se transfunde, se infunde y hace crecer, sino que también fortalece.

XVII. SUMINISTRAR A LOS CREYENTES

  Sabemos que el Espíritu tiene la función de suministrar a los creyentes, porque Filipenses 1:19 habla de “la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo”. El Espíritu de Dios tenía que ser procesado y consumado para ser el Espíritu de Jesucristo.

  En la eternidad pasada el Dios Triuno sólo poseía divinidad. En este sentido, podríamos decir que Él era un Dios “crudo”, que no había sido procesado. Luego Él creó el universo y creó un hombre cuyo nombre fue Adán, con la intención de entrar en él. Sin embargo, después de que el hombre fue creado, éste cayó. Más tarde, el Dios Triuno vino y se unió con la humanidad. Él se hizo un hombre que era tanto divino como humano. Él vivió en la tierra en la humanidad treinta y tres años y medio. Después de pasar por tal vivir humano, Él estaba calificado para pasar por una muerte todo-inclusiva. A fin de experimentar dicha muerte todo-inclusiva, Él tenía que ser un Dios-hombre, un hombre mezclado con Dios, y Él tuvo que llevar una vida humana por treinta y tres años y medio. Sin tal calificación, Él no habría podido pasar por una muerte tan maravillosa.

  Él entró en esta muerte y se quedó allí por tres días. Luego salió de la muerte y entró en resurrección para llegar a ser el Espíritu vivificante (1 Co. 15:45). Este Espíritu vivificante ahora consta de divinidad, humanidad, vivir humano, la muerte todo-inclusiva de Cristo y Su resurrección maravillosa. El Espíritu vivificante es el resultado del proceso del Dios Triuno desde la encarnación hasta la resurrección. Ahora el Espíritu vivificante no es solamente el Espíritu de Dios, sino también el Espíritu de Jesucristo. En este Espíritu está la abundante suministración.

  Podemos usar el té de limón como ejemplo del Espíritu abundante. En primer lugar, tenemos solamente agua. Pero cuando se le añaden el té y el limón, se convierte en un compuesto de tres elementos. Cuando lo bebemos, recibimos los elementos del agua, el té y el limón. Esto puede considerarse una “bebida de abundante suministro”. El Espíritu de Jesucristo es esta bebida todo-inclusiva y abundante, la cual tiene todos los elementos de la persona y los procesos del Dios Triuno con los cuales somos suministrados.

  El Espíritu no solamente nos fortalece, sino que también nos suministra. Es difícil explicar cómo el Espíritu nos fortalece y nos suministra. Cuando comemos, somos fortalecidos y suministrados, pero es difícil decir cómo ocurre esto. Ni aun los médicos pueden explicar con exactitud lo que significa ser nutridos. Hace muchos años nadie sabía qué eran las vitaminas. Ni siquiera estaba dicha palabra en el diccionario. Sin embargo, nuestros antepasados eran nutridos con muchas vitaminas sin saber lo que eran.

  Es posible que nos sintamos fatigados en cierto momento del día, pero después de comer, somos nutridos, fortalecidos y suministrados. Quizá no podamos explicar cómo sucede tal cosa, pero podemos experimentarlo y gozarlo. Del mismo modo, tal vez no podamos explicar cómo el Espíritu nos fortalece y nos suministra, pero podemos experimentar que nos fortalece y nos suministre.

  Algunos de nosotros tal vez vengamos a las reuniones fatigados. Necesitamos ser nutridos, fortalecidos y suministrados, al ingerir una “comida”, o sea, al disfrutar el Espíritu todo-inclusivo. Tal vez nos tome unos veinticinco o treinta minutos ingerir una comida. Pero para tomar una comida espiritual tal vez necesitamos sólo dos minutos y medio. Cuando nos tomamos algunos minutos para orar, somos fortalecidos y suministrados por el Espíritu que funciona.

XVIII. REPARTE LOS DONES A LOS CREYENTES

  El Espíritu también distribuye los dones a los creyentes (1 Co. 12:4, 7-11). A fin de recibir los dones para el servicio, cada día necesitamos tocar al Espíritu por medio de la oración. No necesitamos saber qué tipo de dones, talentos o capacidades hemos de recibir para el servicio. Si oramos y tocamos al Espíritu, Él nos otorgará dones. Es posible que no sepamos qué dones son, pero cuando vamos a las reuniones de la iglesia, ejerceremos nuestra función con una capacidad específica. En nuestro ser físico, tenemos la capacidad de andar y la capacidad de hablar, las cuales son inherentes a la vida humana. Después de mucha oración para entrar en contacto con el Espíritu, recibiremos cierta capacidad espiritual; esta capacidad llega a ser un don, y el don trae cierta función.

XIX. LLENA A LOS CREYENTES INTERIORMENTE

  El Espíritu todo-inclusivo llena a los creyentes interiormente (Hch. 6:3, 5; 7:55; 11:24; 13:52). Antes de salir a hablar, necesito pedirle al Señor que me llene de Sí mismo como el Espíritu. Sin el llenar del Espíritu, el pnéuma, seremos como una llanta desinflada. Podemos experimentar el ser lleno del Espíritu interiormente al pasar tiempo con el Señor en oración.

XX. LLENA A LOS CREYENTES EXTERIORMENTE

  El Espíritu todo-inclusivo también llena a los creyentes exteriormente (Hch. 2:4a; 4:31; 9:17; 13:9). El llenar exterior del Espíritu es el derramamiento del Espíritu. En el Día de Pentecostés, el Espíritu fue derramado. Cincuenta días antes de esto, en el día de la resurrección, el Señor Jesús fue a Sus discípulos y sopló en ellos impartiéndoles el Espíritu (Jn. 20:22). Entonces el Espíritu vino a ser el Espíritu interior. En el día de la resurrección, Él sopló impartiéndoles a los discípulos el Espíritu como el pnéuma, como el aliento, como el Espíritu de vida. Luego cincuenta días más tarde, el Señor ascendido derramó sobre los creyentes el Espíritu como Espíritu de poder. El Espíritu de vida es el Espíritu esencial para nuestra vida y nuestro vivir. El Espíritu derramado sobre nosotros es el Espíritu económico para nuestro mover y nuestra obra. El Espíritu económico tiene como fin darnos la autoridad para que llevemos a cabo la obra según la economía de Dios.

XXI. ECHA FUERA DEMONIOS

  En Mateo 12:28 el Señor dijo que Él echaba demonios por el Espíritu de Dios. Debemos darnos cuenta de que los demonios y la posesión demoniaca son cosas reales. Aproximadamente hace cien años, un misionero presbiteriano de los Estados Unidos, el Dr. Nevius, fue a China. Él escribió un libro titulado Demon Possession and Allied Themes [Posesión demoniaca y temas relacionados], en el cual cuenta caso tras caso de posesión demoniaca.

  Hoy en día en los Estados Unidos es difícil ver un caso verdadero de posesión demoniaca. Lo que los pentecostales dicen acerca de la posesión demoniaca no es confiable. Lo que ellos llaman casos de posesión demoniaca son en realidad casos de enfermedad mental.

  En 1948 yo estaba en Nankín, China. Allí había un niño al que repentinamente le dio un ataque de locura. Algunos santos pensaron que él estaba poseído por demonios. Se reunieron para orar y echar fuera al “demonio”, pero cuanto más oraban, más activo él se ponía. Entonces les extrañó la situación. A ellos les parecía que el nombre del Señor no tenía suficiente poder. Ellos habían orado en el nombre del Señor Jesús pidiendo que el “demonio” saliera, pero no daba resultado. Entonces me trajeron el caso a mí y me contaron lo que había acontecido. Les dije que éste no era un caso de posesión demoniaca, sino un caso de enfermedad mental. Les dije a esos santos que ese niño debía ser remitido a un hospital mental por un tiempo para ser sometido a cuidado médico. Finalmente, el niño fue recibido en el hospital y se curó.

  Hoy en día ocurren casos de posesión demoniaca mayormente en los países atrasados que son muy primitivos y pobres. Muchas personas en dichos países no tienen mucha educación ni conocimiento. Ellos son muy pobres y están bajo todo tipo de depresión. Los demonios pueden tener la oportunidad de poseer a tales personas. En los países modernos la gente es más culta, así que la oportunidad de que los demonios posean a una persona es rara. No obstante, los países modernos están llenos de enfermos mentales. Demasiado conocimiento y educación puede ser un factor de enfermedad mental. En los países primitivos hay más casos de verdadera posesión física de demonios, pero en los países cultos, hay más personas con problemas sicológicos. En todo caso, el Espíritu es el medio por el cual los demonios pueden ser echados.

XXII. GUARDA LA UNIDAD EN LOS CREYENTES PARA EL CUERPO DE CRISTO

  El Espíritu tiene la función de guardar la unidad en los creyentes para el Cuerpo de Cristo (Ef. 4:3-4a). Necesitamos ser diligentes en guardar la unidad del Espíritu, la cual es la unidad del Cuerpo. Cuando nos ejercitamos en guardar la unidad, el Espíritu dentro de nosotros guarda la unidad.

  Hoy la mayoría de las enseñanzas del cristianismo, si no todas, no tocan este tema de la línea del Espíritu todo-inclusivo con Sus funciones. Las enseñanzas son principalmente éticas y se relacionan con el bienestar físico y sicológico del hombre. La gente enseña que si uno es un buen cristiano, tendrá paz por dentro y por fuera, y será bendecido con una buena vida matrimonial y una buena vida familiar. Esto concuerda con el concepto humano natural. Es difícil que alguien enseñe acerca de que Cristo quiere hacer Su hogar en nuestros corazones.

  ¿Quién en el cristianismo ve el Cuerpo orgánico de Cristo o habla de él? Los mejores maestros dicen que Cristo murió por nuestros pecados, así que ahora nosotros tenemos que creer en Él. Ellos dicen que por la muerte de Cristo en la cruz, Dios perdona nuestros pecados para que un día vayamos al cielo. Esto es todo lo que dicen y no pasan de ahí. Pero cuando nosotros hablamos de Cristo y la iglesia según se revelan y se tipifican en los Salmos, muy pocos de esos cristianos tienen interés en ello.

  Digo esto para mostrar que en comparación con el cristianismo de hoy, nosotros estamos en otro planeta, el “planeta de Cristo”. Anteriormente pensaba que nuestra tasa de crecimiento era demasiado baja. Hace poco mientras pasaba tiempo con el Señor, Él tocó mi entendimiento respecto de este asunto. Tenemos que darnos cuenta de que el camino que estamos siguiendo en el Señor no puede tener una tasa de crecimiento elevada. El camino que hemos seguido es el camino estrecho. Los mensajes dados en este ministerio están en una categoría completamente diferente, en otro planeta.

  Otros grupos de cristianos usan métodos mundanos y naturales para atraer a la gente. Ellos siguen el camino de ser sociables, de usar música rock y de tener coros con túnicas vistosas. Ellos usan estos métodos para ganar personas, pero nosotros no podemos. Cuando las personas son salvas y vienen a nuestras reuniones, oyen la palabra pura de Dios. Recientemente compartimos que la meta del salmo 8 es unir la tierra con los cielos y traer los cielos a la tierra, haciendo que la tierra y los cielos sean uno. Una persona que oyera esto se preguntaría qué tiene que ver esto con la ganancia y el interés personales. Pero en nuestro ministerio no hablamos mucho acerca de la ganancia personal del hombre. Lo que hemos hablado y lo que seguimos hablando en todos los mensajes año tras año es Cristo. Estoy muy agradecido con el Señor porque muchos de los que estamos en Su recobro todavía anhelamos oír las cosas relacionadas con el hecho de que Cristo es la centralidad y la universalidad de la economía de Dios con miras al deseo de Su corazón. Repito que esta enseñanza está en otro planeta. Debido a esto, no podemos esperar una tasa de crecimiento elevada.

XXIII. REVELA LAS PROFUNDIDADES DE DIOS A LOS CREYENTES

  El Espíritu les revela a los creyentes las profundidades de Dios (1 Co. 2:10). Hasta la más mínima partícula de las profundidades de Dios es Cristo. Cristo es muy profundo, y el contenido o lo que constituye nuestro mensaje está relacionado con Cristo.

  En 1 Corintios 1 Pablo enseñó que Cristo es poder de Dios y sabiduría de Dios (v. 24). Cristo es sabiduría para nosotros de parte de Dios, en que Él es nuestra justicia, nuestra santificación y nuestra redención (v. 30). Estos aspectos de Cristo son las profundidades de Dios. A medida que el Espíritu nos revela las profundidades de Dios, Cristo, nosotros somos renovados, santificados, transformados, conformados y glorificados. Sólo el Espíritu nos puede revelar las profundidades de Dios.

XXIV. APLICA LA MUERTE DE CRISTO A LOS CREYENTES

  El Espíritu aplica la muerte de Cristo a los creyentes (Ro. 8:13b). Cuando era un cristiano joven, oía que según la Biblia yo había sido crucificado con Cristo (Gá. 2:20a). Pero me preguntaba cómo podía yo ser crucificado con Cristo. Geográficamente Él estaba en Palestina y, en cuanto al tiempo, Él murió hace casi dos mil años. Yo no podía entender cómo podía yo ser crucificado con Él al mismo tiempo. Más tarde comprendí que cuando Cristo fue crucificado, según la economía de Dios, nosotros fuimos incluidos en Él. Esto es un hecho consumado.

  Sin embargo, todavía no sabía cómo experimentar la muerte de Cristo. Me dijeron que tenía que considerarme crucificado con Cristo, según lo que Pablo dijo en Romanos 6:11, pero tal consideración no produjo resultados. Cuanto más me consideraba muerto con Cristo, más vivo parecía estar. Finalmente, el hermano Nee llegó a la conclusión de que la muerte que se revela en Romanos 6 sólo puede ser aplicada por el Espíritu revelado en Romanos 8. Romanos 8:13b dice: “Si por el Espíritu hacéis morir los hábitos del cuerpo, viviréis”. Esto significa que el Espíritu aplica la muerte de Cristo a los hábitos de nuestro cuerpo mortal. El Espíritu que mora en nosotros obra aplicando la muerte de Cristo como el elemento aniquilador que pone fin a todos los hábitos de nuestro cuerpo problemático. Considerarse muerto no tiene eficacia, pero aplicar el Espíritu sí.

XXV. APLICA LA RESURRECCIÓN DE CRISTO A LOS CREYENTES

  El Espíritu todo-inclusivo aplica la resurrección de Cristo a los creyentes (Ro. 8:11). A fin de poder disfrutar la aplicación de la resurrección de Cristo por medio del Espíritu, necesitamos ser avivados cada mañana. Si usted practica esto todos los días, déjeme decirle que diez o veinte minutos no son suficientes. Usted necesita más tiempo. Tal vez usted diga que debido a que trabaja no puede dedicar mucho tiempo. Por un lado, estoy de acuerdo con usted, pero por otro, usted de todos modos debe hacer lo posible por pasar más tiempo con el Señor en la mañana. Según mi experiencia, yo necesito más tiempo. Si paso un buen periodo de tiempo en el avivamiento matutino contactando al Señor al tener comunión con Él, unos treinta minutos, unos cuarenta y cinco minutos o aun una hora, quedo más lleno del disfrute de la resurrección de Cristo.

  Estar en resurrección nos trae muchos beneficios. En resurrección tenemos paz, gozo, descanso, fortaleza y todas las cosas positivas. El Espíritu es la totalidad de la resurrección. Además, sólo el Espíritu vivificante, el Espíritu de Jesucristo, puede aplicarnos la resurrección. La realidad de la resurrección puede ser nuestra solamente por medio del Espíritu que la aplica. Ésta es una gran función del Espíritu todo-inclusivo.

XXVI. SE MEZCLA CON EL ESPÍRITU DE LOS CREYENTES, HACIENDO DE LOS DOS UN SOLO ESPÍRITU

  El Espíritu todo-inclusivo de Dios se mezcla con el espíritu de los creyentes, haciendo de los dos un solo espíritu (1 Co. 6:17). Nuestro espíritu ha sido regenerado por el Espíritu de Dios (Jn. 3:6), quien está ahora en nosotros (1 Co. 6:19) y es uno con nuestro espíritu (Ro. 8:16).

XXVII. ES LA ESENCIA DE LA VIDA DIVINA POR LA CUAL LOS CREYENTES VIVEN Y ANDAN

  El Espíritu es la esencia de la vida divina por la cual los creyentes viven y andan. La vida divina, en el aspecto esencial, es el Espíritu. Gálatas 5:16 y 25 se refieren a nuestro vivir y andar por el Espíritu, quien es la esencia de la vida divina.

XXVIII. PRODUCE EL FRUTO DE LAS VIRTUDES DE LOS CREYENTES

  El Espíritu produce el fruto de las virtudes de los creyentes (vs. 22-23). Nosotros los creyentes necesitamos virtudes, pero no según nuestro carácter ni nuestra conducta naturales. Necesitamos el fruto de las virtudes cristianas producidas por el Espíritu. El Espíritu se mueve y vive dentro de nosotros con el fin de llevar fruto, el fruto de las virtudes cristianas. Éstas no son las virtudes naturales, sino las virtudes de Cristo expresadas en nuestra vida espiritual.

XXIX. ES EL OBJETIVO DE LO QUE SIEMBRAN LOS CREYENTES

  El Espíritu es el objetivo de lo que siembran los creyentes (6:8b). Cualquier cosa que hagamos es una especie de siembra. Si odiamos a otros, sembraremos para la carne la semilla del odio. Más adelante segaremos odio de parte de otros. No debemos sembrar para la carne, sino para el Espíritu. Sembrar con miras a segar el Espíritu es sembrar para el Espíritu, teniendo el deseo y el objetivo del Espíritu en la mira, a fin de llevar a cabo lo que el Espíritu desea.

XXX. HACE CIRCULAR, EN SU COMUNIÓN, EL AMOR DE DIOS EL PADRE Y LA GRACIA DE CRISTO EL HIJO DENTRO DE LOS CREYENTES PARA SU DISFRUTE

  El Espíritu circula dentro de los creyentes en Su comunión. Él no hace circular rumores ni noticias actuales. Él hace circular el amor de Dios el Padre y la gracia de Cristo el Hijo, dentro de nosotros para nuestro disfrute (2 Co. 13:14). Esta circulación es la comunión del Espíritu. El amor de Dios por medio de la gracia de Cristo es puesto en circulación por la comunión del Espíritu para nuestro disfrute.

XXXI. ES LA ESENCIA PARA LA EDIFICACIÓN ORGÁNICA DEL CUERPO DE CRISTO

  El Espíritu es la esencia para la edificación orgánica del Cuerpo de Cristo (Ef. 4:4, 16). La edificación orgánica del Cuerpo de Cristo es en efecto la función total del Espíritu en todos nosotros. Efesios 4:4a dice: “Un Cuerpo, y un Espíritu”. El versículo 12 habla del perfeccionamiento de los santos. El versículo 15 habla de nuestro crecimiento en vida. Luego el versículo 16 revela que el Espíritu en el Cuerpo edifica el Cuerpo por la función de cada miembro, esto es, por medio de cada miembro del Cuerpo y por medio de todas las coyunturas del suministro. Todo esto está relacionado con la función del Espíritu.

  El Espíritu se mueve en un miembro para producir un tipo de función y se mueve en otro miembro para producir otro tipo de función. El Espíritu produce muchos tipos de funciones en el Cuerpo. Cada miembro opera en su propia medida, y todas las coyunturas del suministro hacen su obra como resultado de la función del Espíritu todo-inclusivo. Por esta razón, digo que el Espíritu tiene muchísimas funciones. Sin este Espíritu, el Cuerpo de Cristo no podría ser edificado orgánicamente.

XXXII. HABLA COMO EL SEÑOR

  El Espíritu habla como el Señor. En Apocalipsis 2 y 3, al comienzo de cada una de las siete epístolas, es el Señor el que habla (2:1, 8, 12, 18; 3:1, 7, 14), pero al final de cada epístola es el Espíritu el que habla a las iglesias (2:7, 11, 17, 29; 3:6, 13, 22). Así que, el Espíritu es uno con el Señor en el hablar, pues habla como el Señor. Hablar es una gran función del Espíritu todo-inclusivo.

XXXIII. ALUMBRA Y ARDE COMO LAS SIETE LÁMPARAS DE FUEGO QUE ESTÁN DELANTE DEL TRONO DE DIOS

  El Espíritu alumbra y arde como las siete lámparas de fuego que están delante del trono de Dios (4:5b). El hecho de que las siete lámparas de fuego estén delante del trono de Dios significa que el fuego de las lámparas alumbra y arde para llevar a cabo la administración divina y espiritual de Dios.

XXXIV. OBSERVA E INFUNDE COMO LOS SIETE OJOS DE DIOS

  El Espíritu observa e infunde como los siete ojos de Dios (5:6b). El Espíritu como las siete lámparas de fuego también es los siete ojos de Dios, de Cristo. Cristo nos mira con Sus ojos observándonos, y cuando nos observa se infunde en nosotros con todo Su sentir y parecer. Ésta es la función del Espíritu. Cuando miramos al Señor permitiéndole que nos mire, Él nos observa e infunde en nosotros lo que Él quiere decir o hacer.

XXXV. HABLA JUNTO CON LA IGLESIA, LA NOVIA

  El Espíritu todo-inclusivo habla junto con la iglesia, la novia (22:17a). El Espíritu consumado de Dios, quien es el Dios consumado, viene a ser el Novio que se ha de casar con la novia, la iglesia. Esta boda es una unión entre el Dios Triuno procesado y consumado, y el hombre tripartito transformado y glorificado. El Dios Triuno procesado y consumado y la iglesia como la novia vienen a ser una pareja universal.

  En Apocalipsis 2 y 3 era el Espíritu quien les hablaba a las iglesias. Al final de Apocalipsis el Espíritu y la novia, la iglesia, hablan juntamente como una sola entidad. Esto indica que la experiencia que la iglesia tiene del Espíritu progresa hasta que ella llega a ser uno con el Espíritu, quien es la máxima consumación del Dios Triuno.

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