Mostrar cabecera
Ocultar сabecera
+
!
NT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Nuevo Testamento
AT
-
Navega rápidamente por los libros de vida del Antiguo Testamento
С
-
Mensajes del libro «Estudio-Vida de Deuteronomio»
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
11 12 13 14 15 16 17 18 19 20
21 22 23 24 25 26 27 28 29 30
Чтения
Marcadores
Mis lecturas


Mensaje15

LA LEY ES PROCLAMADA NUEVAMENTE

(8)

  Lectura bíblica: Dt. 15:12-18; 23:15-16, 19-20; 24:6, 10-15, 17-22

  En este mensaje acerca de los estatutos generales y las ordenanzas que son proclamados nuevamente, consideraremos otros asuntos con respecto a la ayuda para los necesitados.

4. Dejar libre al siervo que sea hebreo o hebrea

  Deuteronomio 15:12-18 habla acerca de dejar libre al siervo que sea hebreo o hebrea. Tal siervo era un miembro del pueblo de Dios que se vendió para ser esclavo de alguien.

a. El siervo queda libre después de seis años de servicio

  “Si un hermano tuyo, hebreo o hebrea, se vende a ti, te servirá seis años, pero al séptimo le dejarás libre” (v. 12). La razón por la que un siervo hebreo debía quedar libre después de seis años de servicio consiste en que Dios es un Dios de reposo. Después de hacer la obra creadora por seis días, Él reposó en el séptimo día (Gn. 2:2). El pueblo creado por Dios también debía trabajar por seis días y reposar el séptimo día. En Deuteronomio 15:12, el principio de reposar después de un período de trabajo es aplicado a un siervo hebreo. De esto vemos que Dios, además de ser sabio, siente conmiseración por el hombre. Dios se preocupa por el hombre y lo cuida.

b. El amo no envía al siervo con las manos vacías, sino que lo abastece liberalmente

  “Cuando lo dejes libre, no le enviarás con las manos vacías; le abastecerás liberalmente de tus ovejas, de tu era y de tu lagar; le darás de aquello con que Jehová tu Dios te haya bendecido” (vs. 13-14). Dios no es un Dios de escasez, sino un Dios de riquezas, plenitud y excedente. Por esta razón, el amo debía abastecer ricamente al siervo que quedaba libre.

c. Al siervo que no quiere dejar a su amo porque ama a su amo y la casa de éste, se le horada la oreja con una lesna y es siervo para siempre

  “Si él te dice: No quiero dejarte, porque te ama a ti y a tu casa, y porque le va bien contigo; entonces tomarás una lesna y horadarás su oreja contra la puerta, y será tu siervo para siempre. Así también harás con tu sierva” (vs. 16-17). Esto constituye un excelente tipo de nosotros como esclavos del Señor Jesús. Nosotros le amamos a Él, y amamos a Su familia, y como no queremos dejarlo, le decimos que queremos permanecer para siempre en Su servicio. Siempre que hagamos al Señor Jesús una ofrenda voluntaria como ésta, Él nunca la rechazará sino que siempre la aceptará. Entonces, con una “lesna” Él “horadará” nuestra “oreja”, que nos representa a nosotros, contra la “puerta”, que representa a Dios. La oreja, por ende, llega a ser uno con la puerta, y así se produce mucho tráfico entre la oreja y la puerta. Desde ese momento en adelante, nuestra relación con el Señor es una en la que tenemos un oído que oye. Estamos a la puerta, esperando oír la voz del Amo y servirle.

  Todos los que sirven de tiempo completo tienen las orejas “horadadas” por el Señor. Podríamos decir que sus orejas han sido “clavadas” contra la puerta. Ahora hay un agujero en la oreja de ellos. Ese agujero no es hecho para un arete (que sirve para embellecer), sino para el servicio, lo cual requiere de un oído que oiga. Si tenemos un oído que oye, nada nos mantendrá alejados de nuestro Amo.

  Al Señor Jesús, el Esclavo de Dios, le fue horadada Su oreja con una lesna (Is. 50:5). En Su oreja había un agujero; así que, entre Él y Dios el Padre, a quien servía, había un tráfico continuo. La situación con relación a nosotros debe de ser la misma.

  El hecho de que un siervo hebreo fuese siervo de su amo para siempre significaba que renunciaba a su libertad y ya jamás sería libre. Al final de seis años, el siervo era libre y podía irse, pero una vez que decidía quedarse y se le horadaba la oreja con una lesna, nunca volvería a tener la libertad de irse. Puedo testificar que, como siervo del Señor, me considero uno que no tiene libertad ni futuro. En un sentido muy real, estoy “acabado”, pues mi oreja ha sido clavada contra la puerta de mi Dios. Espero que los jóvenes tengan este sentir en cuanto a sí mismos y digan: “Pertenezco al Señor Jesús para siempre. Mi oreja ha sido clavada a Su puerta, y he renunciado a mi libertad”.

d. Al amo no debía parecerle duro cuando enviara libre a su siervo

  “No te parezca duro cuando le envíes libre, pues por la mitad del salario de un jornalero te sirvió seis años; y Jehová tu Dios te bendecirá en todo cuanto hagas” (Dt. 15:18). El amo podía haber sentido que había perdido tanto el costo por el que compró al siervo como al siervo mismo, y haberse lamentado por ello. Por esta razón, Moisés, un hombre de edad que ciertamente conocía la naturaleza humana, encargó a los amos que no les pareciera dura la liberación de un siervo. En lugar de ser avaros o lamentarse, debían estar contentos, sabiendo que el siervo les había ahorrado muchos jornales y que Jehová su Dios los bendeciría.

5. Cuidar del esclavo que escapó de su amo

  En 23:15-16 Moisés habla sobre cuidar del esclavo que escapó de su amo.

a. El israelita no debía entregar a su amo el esclavo que acudía a él escapándose de su amo

  “No entregarás a su amo el esclavo que acude a ti escapándose de su amo” (v. 15). Contrario a lo que pensaríamos, Dios no permitía que el israelita enviara al esclavo de regreso a su amo. Antes bien, aquel a quien acudía el esclavo que había escapado debía ayudar al esclavo.

b. El esclavo moraría en Israel, incluso en el lugar que escogiera entre las ciudades

  “Morará contigo, en medio de ti, en el lugar que escoja entre tus ciudades, donde él quiera; no le oprimirás” (v. 16). Pareciera que, conforme a lo establecido por Dios, el esclavo tenía derecho a escapar y luego morar en el lugar que escogiere. Esto revela la clase de corazón que nuestro Dios tiene. El corazón de Dios es uno siempre dispuesto, no a condenar, sino a perdonar y liberar. Esto indica que debemos tener un corazón que perdona a nuestros hermanos en el Señor.

6. No cobrar intereses a un hermano

  El israelita no debía exigir que un hermano pagase interés sobre dinero, comestibles, ni de cosa alguna sobre la que se suele exigir interés (v. 19). El israelita podía exigir interés al extranjero, mas no debía cobrarle al hermano, para que Jehová su Dios lo bendijera en todo lo que emprendiera (v. 20). Éste era un asunto que no sólo involucraba al israelita y a su hermano, sino también a Dios, quien está sobre todos y lo ve todo.

7. Tomar en prenda el molino de mano o la muela de molino

  “Uno no tomará en prenda el molino de mano ni la muela de molino, porque ello sería tomar en prenda lo necesario para la vida misma” (24:6). Aquí la palabra hebrea traducida “vida” es nefesh, que significa alma, vida. En este versículo vemos que al israelita no se le permitía tomar en prenda el molino de mano ni la muela de molino, pues eso sería tomar en prenda lo necesario para la vida misma. Dios no toleraría eso. Aun si el que pedía prestado no tenía más que el molino de mano o la muela de molino para dar en prenda, el prestamista no debía tomar esa prenda. Antes bien, debía hacer el préstamo sin prenda. Este estatuto revela que Dios es amoroso y que toma cuidado de todo.

8. En cuanto a tomar prenda de un deudor

  Deuteronomio 24:10-13 habla acerca de tomar prenda del deudor.

a. El prestamista no debe entrar en la casa del deudor, sino que debe quedarse afuera

  Cuando los hijos de Israel prestaban algo a su prójimo, no debían entrar en la casa de éste para tomarle la prenda (v. 10); antes bien, debían permanecer afuera, y el deudor debía sacarle la prenda (v. 11). Estos pequeños asuntos indican que nuestro Dios es detallista en el cuidado que tiene de Su pueblo.

b. El prestamista debe devolver la prenda antes que el sol se ponga

  Los versículos 12 y 13 añaden: “Si el hombre es pobre, no dormirás reteniendo su prenda. Debes devolverle la prenda cuando el sol se ponga, para que pueda dormir con su ropa y te bendiga; y te será contado por justicia delante de Jehová tu Dios”. Si el prestamista no devolvía la prenda para cuando el sol se ponía, el deudor podía acusarle ante Dios, diciendo: “Señor, mi prestamista no me da mi ropa, y no tengo nada en que dormir”. No devolverle la ropa al deudor podía traer al prestamista sufrimiento en lugar de bendición. Pero si devolvía la ropa antes que el sol se pusiera, el deudor le bendeciría, y Dios contaría la devolución de la ropa por parte del prestamista como justicia delante de Él.

9. En cuanto a los jornales pagados a los siervos pobres contratados

  En 24:14 y 15 tenemos una palabra en cuanto a los jornales pagados a los siervos pobres contratados. Los hijos de Israel no debían oprimir al jornalero pobre y menesteroso, ya sea de sus hermanos o de los peregrinos que habitaran con ellos (v. 14). El día en que el jornalero ganara su jornal, los hijos de Israel debían darle su jornal antes que se pusiera el sol (v. 15a). No debían deberle nada al que trabajaba para ellos. De lo contrario, éste podía clamar contra ellos a Jehová, y se hallaría en ellos pecado (v. 15b).

10. En cuanto a acordarse de las necesidades propias de los peregrinos, de los huérfanos y de las viudas

  En 24:17-22 vemos que los hijos de Israel debían acordarse de las necesidades propias de los peregrinos, de los huérfanos y de las viudas. Esto indica que los hijos de Israel no sólo debían dar ayuda a los menesterosos, sino que también debían acordarse de sus necesidades. En lugar de esperar que los menesterosos vinieran a ellos, debían acordarse de ellos y luego hacer algo por ellos.

a. Los hijos de Israel no deben torcer el derecho que merece el peregrino o el huérfano, ni tomar en prenda la ropa de la viuda

  Los hijos de Israel no debían torcer el derecho que merece el peregrino o el huérfano, ni tomar en prenda la ropa de la viuda (v. 17). Ellos debían acordarse de que habían sido esclavos en Egipto y que Jehová su Dios los había rescatado de allí (v. 18).

b. No deben volver para recoger alguna gavilla que olvidaron en el campo, sino que deben dejarla para el peregrino, para el huérfano y para la viuda

  Cuando los hijos de Israel segaban su mies en su campo y olvidaban alguna gavilla en el campo, no debían volver para recogerla. A fin de que Jehová su Dios los bendijera en todo lo que emprendieran, esa gavilla debía ser para el peregrino, el huérfano y la viuda (v. 19). Lo que quedaba en el campo debía ser la cosecha de Dios para los pobres. Si el que segaba la mies no volvía para recoger la gavilla que olvidaba, sino que la dejaba allí para los pobres, esto daría a Dios la oportunidad de bendecir a esa persona en todo lo que ella emprendiera, es decir, en toda su empresa.

c. Deben sacudir el fruto de sus olivos y no recorrer las ramas después

  Cuando los hijos de Israel sacudían el fruto de sus olivos, no debían recorrer las ramas después. Las olivas que permanecieran en el árbol debían ser para el peregrino, el huérfano y la viuda (v. 20).

d. Vendimiar las uvas de su viña y no hacer rebusco después

  Cuando los hijos de Israel vendimiaban las uvas de su viña, no debían hacer rebusco después. Las uvas que quedaran debían ser para el peregrino, el huérfano y la viuda (v. 21).

  Después de dar este estatuto, el Señor dijo: “Te acordarás que fuiste esclavo en tierra de Egipto; por tanto, Yo te mando que hagas esto” (v. 22). Que el pueblo no hiciera rebusco después de vendimiar las uvas de su viña significaba que ellos se acordaban que habían sido esclavos en Egipto. Debían tener esto presente y dejar algunas uvas en la viña para los menesterosos.

  Supongamos que el dueño de una viña, sabiendo que no debía hacer rebusco después de vendimiar las uvas, decidía ser muy cuidadoso y estricto en la vendimia, haciendo todo lo posible por no dejar ningún racimo de uvas. El que fuera estricto de esa manera sería disciplinado por Dios de manera estricta. Dios retiraría Su bendición del trabajo de tal persona estricta. Al final del año, esa persona no tendría mucha ganancia. Pero aquel que no era estricto al vendimiar las uvas, sino que dejaba racimos para los menesterosos, sería bendecido por Dios. Al final del año, se sorprendería al ver que, gracias a la bendición de Dios, su ganancia excedía con creces sus expectativas.

  Los estatutos y las ordenanzas con respecto a la ayuda para los necesitados indican que Dios es viviente y que es real. En todo lo que hagamos con relación a prestar y segar, debemos recordar la necesidad de Dios con respecto a los menesterosos. Si nos acordamos de esta necesidad, Dios secretamente se acordará de nosotros y nos bendecirá en todo lo que emprendamos, en toda empresa nuestra. Todos debemos creer esto.

  Al mismo tiempo que llevamos a cabo nuestra empresa, debemos recordar a los menesterosos que están entre los hijos de Dios y tener un corazón que se preocupe por ellos. Si tenemos un corazón que se preocupa por los menesterosos, espontáneamente apartaremos una porción para ellos. Dios verá esto y se alegrará por ello. Entonces, de manera secreta, Él intervendrá y bendecirá nuestra obra o nuestro negocio. No sólo nosotros seremos bendecidos, sino que también el cuerpo del pueblo de Dios estará bajo Su bendición. Como resultado de ello, en lugar de escasez, constantemente habrá excedente sobre excedente. Este continuo excedente exhibirá las riquezas de Dios.

Biblia aplicación de android
Reproducir audio
Búsqueda del alfabeto
Rellena el formulario
Rápida transición
a los libros y capítulos de la Biblia
Haga clic en los enlaces o haga clic en ellos
Los enlaces se pueden ocultar en Configuración