Mensaje 24
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Lectura bíblica: Jer. 30; Jer. 31
Jeremías 30—33 es un pasaje que trata sobre la promesa hecha por Jehová con respecto a la restauración de Israel. En este mensaje comenzaremos a considerar los diversos aspectos de esta promesa de restauración revelada en los capítulos 30 y 31.
Jehová se apareció a Israel desde lejos (desde cuando Israel le seguía en el desierto, 2:2b). Jehová le dijo que Él había amado a Israel con amor eterno (el amor de su noviazgo, 2:2a); por tanto, Él los atrajo con benevolencia amorosa (31:3). A continuación, Jehová dijo: “Te edificaré de nuevo, y serás edificada, / oh virgen de Israel. / Una vez más te adornarás con tus panderos, / y saldrás a las danzas de los que se divierten. / Volverás a plantar viñas / en los montes de Samaria; / plantarán los que plantan / y disfrutarán del fruto” (31:4-5).
Jehová hará volver de la cautividad a Israel y a Judá y los llevará de regreso a la tierra que Él había dado a sus padres, y ellos la poseerán (30:3).
En el versículo 10a Jehová declaró que Jacob, Su siervo, no debía temer y que Israel no debía atemorizarse. Desde lejos Él los salvaría a ellos y a su descendencia de la tierra de cautividad. Después, Él prometió: “Jacob volverá, y estará quieto y tranquilo, / y nadie le espantará. / Porque Yo estoy contigo, declara Jehová, para salvarte; / porque acabaré con todas las naciones entre las cuales te esparcí. / Pero no te destruiré del todo” (vs. 10b-11a).
Jehová prometió traerlos de la tierra del norte y reunirlos de las partes más remotas de la tierra (31:8a).
Una gran asamblea volverá a la tierra de Israel. Esta asamblea incluirá a los ciegos, a los cojos, a la mujer encinta y a la que está dando a luz (v. 8b).
Ellos vendrán con llanto, y entre súplicas Jehová los dirigirá. Él los hará andar junto a arroyos de aguas y por camino derecho en el cual no tropezarán; pues Él es a Israel por Padre, y Efraín es Su primogénito (v. 9).
Según los versículos del 11 al 14, Jehová redimirá a Israel de manos del que es más fuerte que ellos. Ellos vendrán y cantarán en lo alto de Sion, y afluirán a la bondad de Jehová: al grano, al vino nuevo, al aceite fresco y a la cría de las ovejas y de las vacas. Su alma será como huerto regado, y nunca más languidecerán. Entonces la virgen se regocijará en la danza, y los jóvenes y los viejos juntamente; y Jehová cambiará su duelo en alegría, los consolará y los alegrará después de su tristeza. Él llenará con abundancia el alma de los sacerdotes, y Su pueblo será saciado de Su bondad.
Aquel que esparció a Israel lo reunirá y lo guardará, como el pastor a su rebaño (v. 10).
Habrá esperanza para el porvenir de Israel, y sus hijos volverán a su propio territorio (v. 17).
“Coloca para ti indicadores, / ponte señales altas, / nota atentamente la calzada, / el camino por donde fuiste; / vuelve, oh virgen de Israel, / vuelve a estas tus ciudades. / ¿Hasta cuándo andarás errante, / oh hija apóstata? / Porque Jehová ha creado una cosa nueva sobre la tierra: / la mujer rodeará al hombre valiente” (vs. 21-22). Cuando los hijos de Israel son traídos de regreso, algo nuevo sucederá. Una mujer, que es más débil, rodeará, ayudará, al hombre valiente.
La restauración de Israel tendrá lugar después que Jehová haya corregido (castigado) a Israel con justicia (30:11b).
Jehová no lo dejará sin castigo. Su quebranto es incurable, y para él no hay medicina que sane (vs. 12-13). Jehová lo hirió con herida de enemigo, con azote de hombre cruel, por causa de la magnitud de su iniquidad (vs. 14-15). Todos los que lo consuman serán consumidos, y todos ellos irán al cautiverio. Jehová hará que sea recobrado y sanará sus heridas (vs. 16-17).
Jehová dice haber oído a Efraín lamentarse. Al lamentarse, Efraín decía: “Me has disciplinado, y fui disciplinado / como becerro indómito; / hazme volver para que sea restaurado, / porque Tú eres Jehová mi Dios. / Porque después que me volví, me arrepentí; / y después de haber sido instruido, / me golpeé el muslo. / Me avergoncé y me confundí, / porque llevo el oprobio de mi juventud” (31:18-19).
Jehová preguntó: “¿Es Efraín hijo precioso para Mí / o niño de Mi beneplácito?” (v. 20a). Después Él procedió a decir que siempre que hablaba contra él, ciertamente se acordaba más de él. Jehová ciertamente tendrá misericordia de él (v. 20b).
Jehová restaurará de su cautividad a las tiendas de Jacob y tendrá compasión de sus moradas (30:18a).
La ciudad será reedificada sobre su montículo, y el palacio será habitado según su costumbre. Saldrá de ellos acción de gracias y voz de los que se divierten (vs. 18b-19a).
En 31:38-40 Jehová declara que vienen días en que la ciudad de Jerusalén será edificada a Jehová.
Cuando Jehová haga volver a Israel de su cautividad, dirán en la tierra de Judá y en sus ciudades: “Jehová te bendiga, oh morada de justicia, / oh monte de santidad” (v. 23). Aquí morada de justicia se refiere a Jerusalén, y monte de santidad, al monte Sion. Habitará en ella Judá y todas sus ciudades juntamente, los labradores y los que van con los rebaños (v. 24).
Jehová saciará al alma cansada y llenará toda alma que languidece (v. 25).
Jehová sembrará la casa de Israel con simiente de hombre y simiente de animal (v. 27). Esto indica que el vivir de todas las cosas será rico en vida. Jehová también dijo que Él veló sobre ellos para arrancar y derribar, para trastornar, destruir y traer el mal, y que asimismo Él velaría sobre ellos para edificar y plantar (v. 28).
Jehová multiplicará a Israel, y no serán pocos. Él hará que sean honrados, y no mengüen (30:19b).
Según los versículos 20 y 21, sus hijos serán como eran de antaño, y su asamblea será establecida delante de Jehová. Su líder será uno de ellos, y de en medio de ellos saldrá su gobernante. Jehová lo hará llegar cerca a Él, y él se acercará a Él.
Aquí, Jehová habla de un líder, no de muchos líderes. Si hubiera más de un líder, habrían diferentes opiniones, y estas opiniones causarían divisiones. Según lo dispuesto por Dios, habrá un solo líder. Por tanto, no habrá más opiniones ni habrá más división.
Jeremías 31:35 habla de Jehová como Aquel que da el sol para luz del día y da las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, y que Él agita el mar, de modo que braman sus olas. En el siguiente versículo Jehová dice: “Si estas leyes fuesen apartadas / de delante de Mí, declara Jehová, / también la descendencia de Israel dejará / de ser nación delante de Mí para siempre”. Sin embargo, la descendencia de Israel no dejará de ser nación delante de Jehová para siempre, así como las leyes del sol, la luna y las estrellas y el rugir de las olas del mar jamás cesarán. Encontramos palabras similares en 33:25 y 26. “Así dice Jehová: Si no permanece Mi pacto con respecto al día y a la noche, si no he establecido los estatutos del cielo y de la tierra, también rechazaré la descendencia de Jacob y de David, Mi siervo, y no tomaré de su descendencia quien sea gobernante sobre la posteridad de Abraham, de Isaac y de Jacob; pues Yo los haré volver de su cautividad y tendré de ellos compasión”. Ambos pasajes usan la misma ilustración para indicar que a partir del tiempo de la restauración, esto es, el milenio venidero, Israel existirá para siempre. Ellos no dejarán de ser nación.
Jeremías 31:37 es una palabra en la que Jehová les asegura que no desechará toda la descendencia de Israel por todo lo que han hecho. “Así dice Jehová: / Si se pudieran medir los cielos arriba / y explorar abajo los cimientos de la tierra, / también Yo desecharía toda la descendencia de Israel / por todo lo que han hecho, declara Jehová”. Este versículo indica que sus descendientes jamás serían desechados.
Jeremías 30:5-8 revela que habrá un gran día, tiempo de angustia, para Israel.
El versículo 7a dice: “¡Ah! Porque grande es aquel día, / y no hay otro semejante”. Este gran día, tiempo de angustia, es el tiempo de la gran tribulación por tres años y medio (Mt. 24:21; Dn. 12:7b; Ap. 13:5, 7a). Jeremías 30 se refiere a la gran tribulación durante los últimos tres años y medio de esta era.
Jeremías 30:7b nos dice que Israel será salvo de esta gran tribulación (Dn. 12:1).
En Jeremías 30:8 Jehová prometió que, en ese día, Él quebrará el yugo de encima del cuello de Israel y romperá sus coyundas. Los extranjeros no volverán a ponerlo en servidumbre.