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Mensajes del libro «Caos Satánico en la vieja creación y la economía divina para la nueva creación, El»
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CAPITULO DOS

LA ECONOMIA DIVINA Y EL CAOS SATANICO

(2)

  Lectura bíblica: Jn. 1:1, 14; Ap. 21:1-3; 22:1-2, 16-21

BOSQUEJO

  1. En el Nuevo Testamento:
    1. En cuanto a Cristo y Su ministerio:
      1. La economía divina en Cristo, el Dios-hombre:
        1. Cristo, la incorporación del Dios Triuno, se encarnó para ser un Dios-hombre—Jn. 1:1, 14; Lc. 1:26-38; Mt. 1:18-23.
        2. Juan el Bautista dio testimonio de Cristo—Mt. 3:1-12; Jn. 1:6-8, 15, 19-36.
        3. Los que buscaban al Mesías fueron a Cristo y le siguieron—Jn. 1:37-49; Mt. 4:17-24; Jn. 3:1-15.
        4. Cristo enseñaba acerca del reino, proclamaba el evangelio y sanaba toda clase de enfermedades, atrayendo así una gran multitud que le siguiera—Mt. 4:23-25.
        5. Cristo les reveló a Sus seguidores el reino de los cielos (Mt. 5—7), los misterios del reino de los cielos (Mt. 13), Cristo y la iglesia (Mt. 16:13-19), la consumación de esta era y la segunda venida de Cristo (Mt. 24—25), y el misterio de la Trinidad Divina en unión con los creyentes de Cristo (Jn. 14—17).
      2. El caos satánico en el caso de los romanos, los judíos, y los seguidores de Cristo:
        1. Herodes procuró matar a Cristo mientras Cristo era un niño de brazos—Mt. 2:1-22.
        2. Los fariseos criticaron a Cristo y blasfemaron contra El—Mt. 9:10-13, 33-34; 12:22-35.
        3. El pueblo de Israel rechazó a Cristo y Sus enseñanzas—Mt. 11:20-24; 13:53-58.
        4. Los fariseos y los saduceos tentaron a Cristo e instruyeron al pueblo con sus enseñanzas leudadas—Mt. 16:1-12.
        5. Satanás se movió en Pedro para impedirle a Cristo que fuera a la cruz—Mt. 16:21-26.
        6. Los seguidores de Cristo contendían entre sí por ver quién iba a ser el mayor—Lc. 22:24; Mt. 20:21-27.
        7. Uno de los seguidores de Cristo, Judas, le traicionó (Lc. 22:21-23, 47-48); otro, Pedro, le negó tres veces estando bajo el zarandeo de Satanás (Lc. 22:31-34, 54-62); y los demás, como ovejas, fueron dispersados (Mt. 26:31).
        8. Los judíos colaboraron con el gobierno romano para sentenciar a Cristo a la muerte y para crucificarle—Lc. 23:1-43.
      3. La economía divina en la crucifixión, la resurrección y la ascensión de Cristo:
        1. Dios juzgó a Cristo en la cruz por el pecado del mundo y por el pecado de los creyentes (Jn. 1:29; 1 Co. 15:3), y Cristo pasó por una muerte sustitutiva y todo-inclusiva (Jn. 19:34; 12:24).
        2. Las seguidoras de Cristo presenciaron Su crucifixión—Mt. 27:55-56.
        3. José, quien esperaba el reino de Dios, y las mujeres que seguían a Cristo, dieron a Cristo una excelsa sepultura—Lc. 23:50-56; Mt. 27:57-61.
        4. Los seguidores de Cristo descubrieron Su resurrección y recibieron la revelación de que Cristo en Su humanidad nació en Su resurrección para ser el Hijo primogénito de Dios con Sus muchos hermanos, los cuales constituyen el Cuerpo—Mt. 28:1-10; Jn. 20:1-18; Hch. 13:33; Ro. 8:29; He. 2:11-12.
        5. Cristo en Su resurrección les enseñó a Sus once apóstoles acerca del reino de Dios por cuarenta días—Hch. 1:3.
        6. Los discípulos de Cristo presenciaron Su ascensión—Hch. 1:9-11.
      4. El caos satánico en el caso de los principales sacerdotes, los fariseos y los ancianos:
        1. Los principales sacerdotes y los fariseos enviaron soldados para que guardaran el sepulcro de Cristo y sellaran la piedra—Mt. 27:62-66.
        2. Los principales sacerdotes y los ancianos sobornaron a los soldados para que dijeran que mientras dormían en la noche, los discípulos de Jesús se habían robado Su cuerpo—Mt. 28:11-15.
    2. En el ministerio de los apóstoles:
      1. La economía divina:
        1. Pedro y unos ciento veinte discípulos se reunieron y oraron unánimes por diez días—Hch. 1:12-15.
        2. El Espíritu fue derramado sobre los ciento veinte discípulos de Cristo el día de Pentecostés—Hch. 2:1-4, 17-18.
        3. Pedro predicó en el día de Pentecostés, y tres mil se arrepintieron, creyeron y fueron bautizados en el nombre de Jesucristo, y más tarde otros cinco mil—Hch. 2:14-41; 4:4.
        4. Los creyentes perseveraban en la enseñanza y la comunión de los apóstoles, en el partimiento del pan y en las oraciones, teniendo todas las cosas en común, y aumentaba cada día el número de creyentes—Hch. 2:42-47; 4:32-37.
        5. La palabra de Dios crecía, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente—Hch. 6:7; 12:24; 19:20.
        6. Los discípulos fueron esparcidos desde Jerusalén para que predicaran el evangelio por las regiones de Judea y Samaria—Hch. 8:1, 4.
        7. El evangelio se extendió bajo el ministerio de Pedro—Hch. 9:32-43.
        8. El evangelio, por medio del ministerio de Pablo, se extendió al mundo gentil, y fueron establecidas muchas iglesias—Hch. 13—28.
        9. Las iglesias establecidas mediante el ministerio de Pablo fueron fortalecidas y corregidas bajo el ministerio de Juan—1, 2, 3 Juan y Apocalipsis.
      2. El caos satánico:
        1. La religión judía y el gobierno romano persiguieron a los apóstoles y a la iglesia—Hch. 4:1-3, 5-6; 7:57—8:3; 12:1-4; 16:22-24.
        2. Ananías y Safira engañaron al Espíritu y fueron castigados con la muerte—Hch. 5:1-11.
        3. Los judíos rechazaron la predicación de los apóstoles y los persiguieron—Hch. 13:45-46, 50; 14:2, 5, 19; 17:13; 18:12-13; 19:9; 20:3; 21:27-36.
        4. Los judaizantes recalcaban entre los creyentes la importancia de la circuncisión—Hch. 11:1-3; 15:1-2.
        5. Pedro y Bernabé fueron débiles en guardar la verdad del evangelio—Gá. 2:11-14.
        6. Bernabé se separó de Pablo y también llevó a cabo su obra aparte de la de Pablo—Hch. 15:36-39.
        7. La iglesia en Corinto tenía divisiones, fornicación y litigios (1 Co. 1:10-13; 11:18-19; 5:1; 6:1, 6-8), puso en duda el apostolado de Pablo (9:1-3), y le acusó de ser astuto, diciendo que estaba tratando de sacar ventaja de ellos con engaño (2 Co. 12:16-18).
        8. Los judíos que predicaban el evangelio, lo hacían por contienda con Pablo—Fil. 1:15-17.
        9. Los judaizantes, como perros, malos obreros, mutilados y falsos hermanos, se infiltraron en las iglesias—Fil. 3:2 Gá. 2:4.
        10. Los gnósticos entraron para desviar a los creyentes con su filosofía según la tradición de los hombres y los rudimentos del mundo, y no según Cristo—Col. 2:8.
        11. Se enseñaban cosas diferentes de la economía de Dios, la cual es en la fe—1 Ti. 1:3-4.
        12. Los vientos de enseñanza en la astucia de hombres, con estratagemas, invadieron las iglesias—Ef. 4:14.
        13. Se levantaron algunos que causaban divisiones—Ro. 16:17.
        14. Los tendenciosos (sectarios) existían en las iglesias—Tit. 3:10.
        15. Las dos colaboradoras, Evodia y Síntique, estaban en discordia—Fil. 4:2-3a.
        16. Jacobo y los ancianos de Jerusalén exhortaron a Pablo a que guardara las ordenanzas de la ley judía—Hch. 21:18-26.
        17. Algunos, como por ejemplo Himeneo y Alejandro, desecharon la fe y una buena conciencia, y naufragaron en cuanto a la fe—1 Ti. 1:19-20 cfr. 4:1-2.
        18. Todos los creyentes de Asia se apartaron del ministerio de Pablo—2 Ti. 1:15.
        19. Algunos, como Himeneo y Fileto, erraron en cuanto a la verdad, diciendo que la resurrección ya se había efectuado—2 Ti. 2:17-18.
        20. Demas amó el siglo actual y abandonó al apóstol Pablo—2 Ti. 4:10a.
        21. Alejandro el calderero causó muchos males al apóstol Pablo—2 Ti. 4:14-15.
        22. En la primera defensa de Pablo nadie estuvo con él para apoyarle, sino que todos lo abandonaron—2 Ti. 4:16-17.
        23. Algunos fueron más lejos y no permanecieron en la enseñanza de Cristo—2 Jn. 9-11.
        24. A Diótrefes le gustaba tener el primer lugar en la iglesia y no recibía a los apóstoles—3 Jn. 9-10.
        25. Algunos, siguiendo el camino de Caín, se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la rebelión de Coré—Jud. 11-13.
        26. Entre las siete iglesias de Asia, mencionadas en Apocalipsis 2 y 3, la primera perdió su primer amor por el Señor (2:4); la tercera cayó en el mundo donde está el trono de Satanás, retuvo la enseñanza de Balaam involucrándose en idolatría y fornicación, y retuvo también la enseñanza de los nicolaítas, relacionada con la jerarquía (2:13-15); la cuarta tenía la enseñanza de Jezabel, envuelta en fornicación, en idolatría y en las profundidades de Satanás (2:20, 24a); la quinta tenía nombre de que vivía, pero estaba muerta y nada perfecto tenía delante de Dios (3:1-2); la última, Laodicea, era tibia, se jactaba de sus “riquezas”, pero no se daba cuenta de que estaba en una condición miserable, pobre, ciega y desnuda, y Cristo el Señor, estaba afuera tocando a la puerta (3:14-17, 20).
  2. La terminación del caos satánico y la consumación de la economía divina:
    1. El caos satánico terminará cuando se le dé fin al maligno Satanás, a la vieja creación, y a todas las cosas negativas, poniéndolos en el lago de fuego—Ap. 20:9—21:1, 8; 22:15.
    2. La economía divina tendrá su consumación con el Dios Triuno procesado, la nueva creación, y la ciudad santa de agua viva—Ap. 21—22.

  Al tratar con la humanidad, Dios lo hace sólo con dos razas. Estas dos razas son la raza de Adán, la raza creada por Dios, y la raza de Abraham, la raza escogida por Dios. Los primeros diez capítulos y medio de Génesis están centrados en la raza de Adán, la raza creada. Esta raza fracasó hasta lo máximo ante Dios en Babel, donde ellos, junto con Satanás, con miras a estorbar la economía divina, se rebelaron contra Dios, se exaltaron a sí mismos y adoraron ídolos. Entonces Dios escogió una persona llamada Abraham y decidió hacer de los descendientes de éste una nueva raza, la raza escogida. Toda la Biblia, desde la segunda mitad de Génesis 11 hasta el final del Nuevo Testamento, se ocupa de esta raza escogida.

  Con respecto a ambas razas, la creada y la escogida, Dios sufrió una pérdida. La raza de Adán le falló y la raza de Abraham también le falló. Al leer el Antiguo Testamento hasta el final, podemos ver que los hijos de Israel, la raza de Abraham, le fallaron más a Dios. A pesar de todo, el Antiguo Testamento no termina en desaliento, sino en expectación, dado que los hombres piadosos de entre la raza escogida anhelaban al Mesías y esperaban recibirle. Así que, el Antiguo Testamento termina en la expectación de que el Mesías, el único Mesías, vendría.

  Mientras que el Antiguo Testamento termina en expectación, el Nuevo Testamento comienza con una genealogía. Mateo 1:1 dice: “Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham”. El versículo 2 dice que Abraham engendró a Isaac, que Isaac engendró a Jacob y que Jacob engendró a Judá y a sus hermanos. Esta genealogía continúa hasta que llega a una persona única: Aquel que en el Antiguo Testamento es llamado el Mesías y en el Nuevo Testamento es llamado Cristo. El versículo 17 concluye: “De manera que todas las generaciones ... hasta Cristo”. Todas las generaciones de la raza de Abraham estaban encaminadas hacia Cristo y produjeron a Cristo. Cristo es la meta, la consumación, la conclusión, el completamiento y el perfeccionamiento de todas las generaciones; como tal, El cumple sus profecías, resuelve sus problemas, y satisface sus necesidades. Cuando Cristo viene, con El vienen la luz, la vida, la salvación, la satisfacción, la sanidad, la libertad, el reposo, la paz y el gozo. A partir de este punto, todo el Nuevo Testamento es una exhibición cabal de este Cristo maravilloso, quien lo es todo para nosotros. ¡Aleluya, Cristo ha venido!

  Al comienzo del Nuevo Testamento podemos ver una nueva raza, con un nuevo centro, y este centro es Cristo. En El tenemos la economía divina, el dispensar divino y las inescrutables riquezas (Ef. 3:8). Cuando Cristo viene, toda una gama de cosas positivas viene con El. La lista de estas cosas es interminable.

  La lista de lo que vino con Cristo nos incluye a nosotros los que creemos en Cristo, ya que como creyentes, somos descendientes de Abraham. Cuando Dios escogió a Abraham, El decidió darle a Abraham dos clases de descendientes: los descendientes físicos y los descendientes espirituales. Los descendientes físicos de Abraham son el Israel físico, y los descendientes espirituales de Abraham son el Israel espiritual. El Nuevo Testamento no trata principalmente del Israel físico, sino del Israel espiritual. A fin de que tengamos plena confianza con respecto a esto, consideremos algunos versículos del libro de Gálatas.

  Gálatas 3:8 dice: “Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, anunció de antemano el evangelio a Abraham, diciendo: ‘En ti serán benditas todas las naciones’”. Aquí Pablo no dice que Dios justificaría a los judíos; dice que Dios justificaría a los gentiles. Sin embargo, luego nos dice que el evangelio fue anunciado no a los gentiles sino a Abraham. Dios le anunció a Abraham el evangelio tocante a los gentiles. Esto es un indicio de que los gentiles estarían incluidos entre los descendientes espirituales de Abraham.

  El versículo 9 dice a continuación: “De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham”. Hoy día nosotros somos los de la fe, y somos bendecidos con el creyente Abraham debido a que somos sus descendientes espirituales.

  En los versículos 13 y 14 Pablo dice: “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: ‘Maldito todo el que es colgado en un madero’), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu”. ¿Cuál es la bendición que Dios le prometió a Abraham? Es el Espíritu, el Dios Triuno consumado. El Dios Triuno consumado, el Espíritu todo-inclusivo, es la bendición del evangelio predicado a nosotros.

  Ahora consideremos los versículos del 27 al 29. Estos versículos dicen: “Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. No puede haber judío ni griego, esclavo ni libre, varón ni mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa”. Abraham sólo tiene un linaje o simiente: Cristo (v. 16). Por consiguiente, para ser la simiente de Abraham tenemos que ser de Cristo, ser parte de Cristo. Debido a que somos uno con Cristo, también somos simiente de Abraham, herederos según la promesa, la cual es el Espíritu todo-inclusivo como la consumación máxima del Dios Triuno procesado. Por lo tanto, por medio de la fe, nosotros los creyentes somos simiente de Abraham. Esto quiere decir que nuestra raza ha dejado de ser la raza de Adán y ahora es la raza de Abraham. Ahora nosotros, todos los creyentes en Cristo, blancos, negros, amarillos, morenos y rojos por igual, pertenecemos a la misma raza, a la raza de Abraham.

  Tenemos una confirmación adicional de esto en Gálatas 6. El versículo 10 dice: “Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe”. ¿Quiénes son los de la familia de la fe? Son los descendientes espirituales de Abraham, incluyendo a todos los creyentes judíos y gentiles. Sin importar cuál sea el color de nuestra piel, todos nosotros tenemos fe y somos miembros de la familia de la fe, miembros de la misma familia. Todos los creyentes en Cristo constituyen una familia universal, la gran familia de Dios.

  Mientras que en el versículo 10 tenemos la familia de la fe, en los versículos 15 y 16 vemos la nueva creación y el Israel de Dios. “Porque ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación. Y a todos los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea sobre ellos, o sea sobre el Israel de Dios”. La familia de la fe es la nueva creación, y la nueva creación es el Israel de Dios. Esto quiere decir que estas tres cosas: la familia de la fe, la nueva creación y el Israel de Dios, son sinónimos. Como verdaderos judíos, como descendientes espirituales de Abraham, primero somos la familia de la fe.

  En segundo lugar, somos una nueva creación. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva creación es” (2 Co. 5:17a). Por último, somos el Israel de Dios. Todo el que cree en Cristo es miembro de la familia de la fe, una nueva creación y parte del Israel de Dios. ¡Qué personas tan maravillosas somos en Cristo!

  Por un lado, somos una nueva creación; por otro lado, todavía nos causa problemas el caos. A veces quizá nos preguntemos por qué razón Dios no simplemente elimina el caos satánico. El Dios eterno e infinito efectuó el milagro de encarnarse; permaneció en el vientre de María por nueve meses y luego nació para ser el Dios-hombre. Puesto que El pudo hacer un milagro así, ¿por qué no destruyó a los que se le oponían cuando vivió en la tierra? No mucho después de que el Señor Jesús naciera, Herodes trató de matarlo. ¿Por qué razón Dios no se deshizo inmediatamente de Herodes? A la postre, los fariseos, los saduceos y los herodianos conspiraron para matarlo. ¿Por qué Dios no los quitó de en medio a todos ellos? En otras palabras, ¿por qué Dios no eliminó de la tierra el caos? Según nuestra opinión, Dios debió intervenir para eliminar todo el caos satánico. Tal vez le preguntemos a El: “¿Señor, a qué se debe que todavía haya caos aquí? ¿Por qué no quitas el caos? Si eliminaras el caos, se ahorraría mucho tiempo y ya no habría problemas”. Es probable que todos nosotros hayamos pensado de este modo.

  Actualmente todavía experimentamos el caos en nuestra vida familiar. Es posible que por la mañana pasemos un tiempo agradable con el Señor disfrutando la economía divina. Sin embargo, no mucho después tal vez nuestro cónyuge o alguno de nuestros hijos nos causen problemas. De súbito, en vez de economía hay caos.

  Tenemos caos no sólo en nuestra vida familiar, sino también en la vida de iglesia. Algunos tal vez digan que la vida de iglesia es un paraíso. Sí, en cierto sentido la vida de iglesia puede ser como un paraíso, mas esto no significa que nunca habrá un disturbio en la iglesia. En los treinta años que el recobro del Señor ha estado en los Estados Unidos, hemos visto disturbio tras disturbio, caos tras caos. Cuando hay algún disturbio en la vida de iglesia, es posible que nos turbemos y preguntemos: “¿Es ésta la vida de iglesia? ¿Es éste el recobro? ¿Cuál es la diferencia entre esto y las denominaciones?” A fin de que todos seamos consolados, tengo la carga de señalar que en la Biblia se puede ver el caos satánico en la vieja creación y la economía divina para la nueva creación.

  También a mí me han molestado los disturbios, pero un día el Señor me mostró en el Nuevo Testamento hasta qué grado el Señor Jesús mismo fue acosado por el caos. Cuando El era un niño de brazos, Herodes trató de matarlo. Mas el ángel del Señor se le apareció a José en un sueño y le dijo que tomase al niño y a Su madre y huyera a Egipto (Mt. 2:13). Más tarde José recibió instrucciones en sueños de que regresase a la tierra de Israel y se estableciera en la ciudad de Nazaret (vs. 19-23). Dios no eliminó todo el caos.

  Aunque Dios envió Su recobro a este país, El no ha quitado el caos. Al contrario, hemos sido acosados por el caos tanto desde afuera como desde adentro. Ciertos oponentes desde afuera escribieron libros perversos en los cuales nos calumniaban y difamaban. Otros que alguna vez estaban con nosotros han levantado disturbios, diciendo falsamente que desde 1984 el recobro ha cambiado en naturaleza. Una persona llegó al extremo de decir que el entrenamiento en Taipéi debería ser cancelado. Otros me han acusado de que no me importa la vida sino sólo los números. Estas acusaciones fueron hechas por aquellos que anteriormente estaban en el recobro, incluyendo a algunos que tenían una estrecha relación conmigo y que habían estado bajo mi entrenamiento por veinticinco años. Tales acusaciones y el disturbio que ocasionaron son indudablemente caóticos.

  Durante los años que estuve con el hermano Nee hubo un caos tras otro. Pude observar que el caos se presentaba en ciclos. Había un ciclo cada ocho o diez años. Puesto que yo era ayudante del hermano Nee, el caos no venía dirigido a mí, sino a él. El era el “paraguas” sobre quien la “lluvia” caía, y yo estaba bajo su amparo. Luego de que fui enviado a salir de la China continental, hasta cierto punto yo vine a ser el “paraguas”, y a lo largo de los años la lluvia ha estado cayendo sobre mí. Sin embargo, puedo testificar que en realidad el caos no lastima ni hace daño. Al contrario, el caos es una ayuda para el recobro. Por esta razón, aun en medio del caos, soy consolado, alabo al Señor y me regocijo en El.

  El Nuevo Testamento está lleno no sólo de la economía divina sino también del caos satánico. Ahora veamos lo que consta en el Nuevo Testamento con respecto a la economía divina y al caos satánico. Luego veremos en qué termina el caos satánico y la consumación de la economía divina.

VII. EN EL NUEVO TESTAMENTO

A. En cuanto a Cristo y Su ministerio

  En cuanto a Cristo y Su ministerio, el Nuevo Testamento revela que había tanto economía divina como caos satánico.

1. La economía divina en Cristo, el Dios-hombre

  La economía divina, el ministerio de Cristo y el Nuevo Testamento van juntos. Si no hubiese economía divina, no habría existido el ministerio de Cristo ni el Nuevo Testamento.

a. Cristo, la incorporación del Dios Triuno, se encarnó para ser un Dios-hombre

  En la economía divina, Cristo, la incorporación del Dios Triuno, se encarnó para ser un Dios-hombre (Jn. 1:1, 14; Lc. 1:26-38; Mt. 1:18-23). Es necesario que todos veamos este hecho maravilloso y que alabemos al Señor por ello.

b. Juan el bautista dio testimonio de Cristo

  Juan el bautista dio testimonio de Cristo (Mt. 3:1-12; Jn. 1:6-8, 15, 19-36). Con respecto a Cristo, Juan era un ayudante.

c. Los que buscaban al Mesías fueron a Cristo y le siguieron

  Ya hemos hecho notar que muchas personas piadosas esperaban la venida del Mesías. Según el Nuevo Testamento, los que buscaban al Mesías vinieron a Cristo y le siguieron (Jn. 1:37-49; Mt. 4:17-24; Jn. 3:1-15). Esto también tenía que ver con la economía divina.

d. Cristo enseñaba acerca del reino, proclamaba el evangelio y sanaba toda clase de enfermedades

En Su ministerio, Cristo enseñaba acerca del reino, proclamaba el evangelio y sanaba toda clase de enfermedades, atrayendo a una gran multitud a que le siguiera (Mt. 4:23-25). Esta enseñanza acerca del reino, esta proclamación y esta sanidad eran aspectos de la economía divina.

e. Cristo les reveló a Sus seguidores el reino de los cielos, los misterios del reino de los cielos, Cristo y la iglesia, la consumación de esta era, la segunda venida de Cristo, y el misterio de la Trinidad Divina en unión con los creyentes de Cristo

  Cristo les reveló a Sus seguidores muchas cosas maravillosas. En Mateo 5—7 El reveló el reino de los cielos; en Mateo 13, los misterios del reino de los cielos; en Mateo 16:13-19, Cristo y la iglesia; en Mateo 24—25, la consumación de esta era y la segunda venida de Cristo; y en Juan 14—17, el misterio de la Trinidad Divina en unión con los creyentes de Cristo. Por tanto, Cristo capacitó a Sus seguidores para que vieran muchos misterios celestiales, aun para que vieran el misterio de la unión orgánica de los creyentes con el Dios Triuno.

2. El caos satánico en el caso de los romanos, los judíos, y los seguidores de Cristo

  Todas estas cosas maravillosas en la economía divina fueron acompañadas por algo maligno, el caos satánico.

a. Herodes procuró matar a Cristo mientras Cristo era un niño de brazos

  Según Mateo 2:1-22, Herodes procuró matar a Cristo mientras Cristo era un niño de brazos.

b. Los fariseos criticaron a Cristo y blasfemaron contra El

  Mientras Cristo llevaba a cabo Su ministerio en la economía divina, los fariseos lo criticaron y blasfemaron contra El (Mt. 9:10-13, 33-34; 12:22-35).

c. El pueblo de Israel rechazó a Cristo y Sus enseñanzas

  El pueblo de Israel rechazó a Cristo y Sus enseñanzas (Mt. 11:20-24; 13:53-58).

d. Los fariseos y los saduceos tentaron a Cristo e instruyeron al pueblo con sus enseñanzas leudadas

  Los fariseos y los saduceos tentaron a Cristo e instruyeron al pueblo con sus enseñanzas leudadas (Mt. 16:1-12). Por esta razón, El le dijo a Sus discípulos: “Guardaos de la levadura de los fariseos y de los saduceos” (v. 6), y con el tiempo ellos aprendieron que al hablar de la levadura se refería a la enseñanza de los fariseos y de los saduceos (v. 12).

e. Satanás se movió en Pedro para impedirle a Cristo ir a la cruz

  Satanás se movió en Pedro para impedirle a Cristo ir a la cruz (Mt. 16:21-26). Cuando el Señor Jesús les reveló a Sus discípulos que sería crucificado, Pedro, mostrando su amor por el Señor, lo tomó aparte y “comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca” (v. 22). Cuando Pedro dijo esto, el Señor Jesús se volvió a él y le dijo: “¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres” (v. 23). Aparentemente Pedro estaba mostrando amor para con el Señor; en realidad, fue motivado por Satanás. Esto quiere decir que hasta el amor que Pedro sentía por el Señor Jesús fue instigado por Satanás.

f. Los seguidores de Cristo contendían entre sí por ver quién iba a ser el mayor

Los seguidores de Cristo contendían entre sí por ver quién iba a ser el mayor (Lc. 22:24; Mt. 20:21-27). Mientras el Señor Jesús estaba cerca de ser crucificado, Sus seguidores discutían entre sí respecto de quién sería el primero entre ellos. Habían oído decir muchas cosas tocante al reino celestial, pero en vez de que les importasen esas cosas, a ellos les importaba ser grandes. La contienda que había entre ellos por ser grandes debió de haber sido instigada por Satanás.

g. Uno de los seguidores de Cristo le traicionó, otro le negó tres veces, y los demás, como ovejas, fueron dispersados

  Uno de los seguidores de Cristo, Judas, le traicionó (Lc. 22:21-23, 47-48). Otro de Sus seguidores, Pedro, le negó tres veces estando bajo el zarandeo de Satanás (Lc. 22:31-34, 54-62). Al final, los demás, como ovejas, fueron dispersados (Mt. 26:31), y el Señor Jesús quedó solo.

h. Los judíos colaboraron con el gobierno romano para sentenciar a Cristo a la muerte y para crucificarle

  Los judíos colaboraron con el gobierno romano para sentenciar a Cristo a la muerte y para crucificarle (Lc. 23:1-43). Eso ciertamente era parte del caos satánico, pero al final, el resultado de ese caos fue algo muy bueno.

3. La economía divina en la crucifixión, la resurrección y la ascensión de Cristo

  Ahora debemos ver la economía divina en la crucifixión, la resurrección y la ascensión de Cristo.

a. Dios juzgó a Cristo en la cruz por el pecado del mundo y por el pecado de los creyentes, y Cristo pasó por una muerte sustitutiva y todo-inclusiva

  Una gran parte de la economía de Dios estuvo en la muerte de Cristo en la cruz. Dios juzgó a Cristo en la cruz por el pecado del mundo y por el pecado de los creyentes (Jn. 1:29; 1 Co. 15:3). Cristo pasó por una muerte sustitutiva y todo-inclusiva (Jn. 19:34; 12:24).

b. Las seguidoras de Cristo presenciaron Su crucifixión

  Las seguidoras de Cristo presenciaron Su crucifixión (Mt. 27:55-56). Esto denota que el amor de las hermanas por el Señor Jesús es más intenso que el de los hermanos y aventaja al de los hermanos. Mientras que Pedro y los demás discípulos abandonaron al Señor, las mujeres le siguieron desde Getsemaní y hasta presenciaron Su crucifixión.

c. José, quien esperaba el reino de Dios, y las seguidoras de Cristo, dieron a Cristo una excelsa sepultura

  José, quien esperaba el reino de Dios, gozaba de una elevada posición en la sociedad y era un discípulo secreto. El y las seguidoras de Cristo dieron a Cristo una excelsa sepultura (Lc. 23:50-56; Mt. 27:57-61). Cristo no nació en la excelencia, ni tampoco murió de una manera regia. Sin embargo, Su sepultura fue excelsa y conforme a la norma más elevada.

d. Los seguidores de Cristo descubrieron Su resurrección y recibieron la revelación de que Cristo en Su humanidad nació en Su resurrección para ser el Hijo Primogénito de Dios, con Sus muchos hermanos, los cuales constituyen el Cuerpo

  Los seguidores de Cristo descubrieron Su resurrección y recibieron la revelación de que Cristo en Su humanidad nació en Su resurrección para ser el Hijo primogénito de Dios, con Sus muchos hermanos, los cuales constituyen el Cuerpo (Mt. 28:1-10; Jn. 20:1-18; Hch. 13:33; Ro. 8:29; He. 2:11-12). Este descubrimiento lo hicieron las hermanas, no los hermanos, y a ellas se les dio la revelación. Luego las hermanas dieron la noticia a los hermanos. La revelación consistió en que el mismo Cristo que había estado en la carne había ahora nacido en Su resurrección para ser el Hijo primogénito de Dios, y que todos Sus creyentes nacieron al mismo tiempo para ser los muchos hijos de Dios y los muchos hermanos de Cristo, quienes constituyen Su Cuerpo, la iglesia.

  El Cristo resucitado le dijo a María: “Vé a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios” (Jn. 20:17). Con respecto a que los creyentes son los hermanos de Cristo, Hebreos 2:11 dice: “Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos”. El versículo siguiente, una cita de Salmos 22:22, dice: “Anunciaré a mis hermanos tu nombre, en medio de la congregación te alabaré”. Al anunciarles el nombre del Padre a Sus hermanos, el Señor Jesús los constituyó como la iglesia. Esto es de gran importancia en la economía divina.

e. Cristo en Su resurrección les enseñó a Sus once apóstoles acerca del reino de Dios por cuarenta días

  Hechos 1:3 dice que, como parte de Su economía divina, Cristo en Su resurrección les enseñó a Sus discípulos acerca del reino de Dios por cuarenta días.

f. Los discípulos de Cristo presenciaron Su ascensión

  Según Hechos 1:9-11, los discípulos de Cristo presenciaron Su ascensión.

4. El caos satánico en el caso de los principales sacerdotes, los fariseos y los ancianos

  La resurrección de Cristo fue acompañada por el caos en el caso de los sacerdotes, los fariseos y los ancianos. Tampoco en esta situación Dios quitó el caos, sino que lo dejó.

a. Los principales sacerdotes y los fariseos enviaron soldados para que guardaran el sepulcro de Cristo

  Al día siguiente de la crucifixión de Cristo, los principales sacerdotes y los fariseos fueron ante Pilato y le pidieron que diera órdenes de que el sepulcro fuese asegurado hasta el tercer día (Mt. 27:62-64). Pilato les dijo que tomaran una guardia y aseguraran el sepulcro. Luego ellos fueron y guardaron el sepulcro, sellando la piedra (vs. 65-66). A pesar de todo, al tercer día Cristo salió del sepulcro en resurrección.

b. Los principales sacerdotes y los ancianos sobornaron a los soldados para que dijeran que los discípulos de Jesús se habían robado Su cuerpo

Después de que el Señor Jesús fue resucitado, los principales sacerdotes y los ancianos sobornaron a los soldados para que dijeran que mientras ellos dormían por la noche, los discípulos de Jesús se habían robado Su cuerpo (Mt. 28:11-15). Esta mentira produjo confusión. Por un lado, los discípulos decían que Cristo había resucitado. Por otro lado, los soldados sobornados decían que los discípulos se habían robado el cuerpo de Jesús. Esto causó que la sociedad judía se confundiera. ¿A quién habrían de creer? ¿A los discípulos o a los soldados? Ellos, por supuesto, creyeron lo que los soldados decían, y quitaban mérito a las noticias de la resurrección de Cristo. Sin duda esto fue otro aspecto del caos satánico.

B. En el ministerio de los apóstoles

1. La economía divina

  La economía divina también puede ser vista en el ministerio de los apóstoles.

a. Pedro y unos ciento veinte discípulos se reunieron y oraron unánimes por diez días

  Pedro y unos ciento veinte discípulos se reunieron y oraron unánimes por diez días (Hch. 1:12-15). Esa unanimidad fue algo maravilloso. Si es difícil para los creyentes orar en unanimidad siquiera por una hora, mucho más por diez días. En Hechos 1 los discípulos tenían la carga de perseverar unánimes en oración.

b. El Espíritu fue derramado sobre los ciento veinte discípulos de Cristo el día de Pentecostés

  El Espíritu fue derramado sobre los ciento veinte discípulos de Cristo el día de Pentecostés (Hch. 2:1-4, 17-18). Eso fue grandioso. El Espíritu derramado ese día era en realidad el Cristo pneumático. El Cristo pneumático se derramó a Sí mismo, el Espíritu consumado, compuesto y todo-inclusivo, sobre Sus discípulos a fin de que fueran constituidos y edificados para ser Su Cuerpo, el organismo del Dios Triuno.

c. Pedro predicó en el día de Pentecostés, y tres mil se arrepintieron, creyeron, y fueron bautizados en el nombre de Jesucristo

Pedro predicó en el día de Pentecostés y tres mil se arrepintieron, creyeron y fueron bautizados en el nombre de Jesucristo (Hch. 2:14-41). Entonces la iglesia fue establecida. Luego el número de hombres aumentó a aproximadamente unos cinco mil (4:4).

d. Los creyentes perseveraban en la enseñanza y la comunión de los apóstoles, en el partimiento del pan y en las oraciones, teniendo todas las cosas en común, y aumentaba cada día el número de nuevos creyentes

  Los creyentes perseveraban en la enseñanza y la comunión de los apóstoles, en el partimiento del pan y en las oraciones (Hch. 2:42). Tenían todas las cosas en común, y aumentaba cada día el número de nuevos creyentes (vs. 43-47; 4:32-37).

e. La palabra de Dios crecía, y el número de los discípulos se multiplicaba diariamente

  Según consta en el libro de los Hechos, la palabra de Dios crecía, y el número de los discípulos se multiplicaba diariamente (6:7; 12:24; 19:20).

f. Los discípulos fueron esparcidos desde Jerusalén para que predicaran el evangelio por las regiones de Judea y Samaria

  Los discípulos fueron esparcidos desde Jerusalén a las regiones de Judea y Samaria. Los que fueron esparcidos predicaban el evangelio en esas regiones (Hch. 8:1, 4).

g. El evangelio se extendió bajo el ministerio de Pedro

  En Hechos 9:32-43 vemos que el evangelio se extendió bajo el ministerio de Pedro.

h. El evangelio, por medio del ministerio de Pablo, se extendió al mundo gentil, y fueron establecidas muchas iglesias

  Por medio del ministerio de Pablo el evangelio se extendió al mundo gentil, y fueron establecidas muchas iglesias (Hch. 13—28).

i. Las iglesias establecidas mediante el ministerio de Pablo fueron fortalecidas y corregidas bajo el ministerio de Juan

  Las epístolas 1, 2, y 3 de Juan y el libro de Apocalipsis nos muestran que las iglesias establecidas por medio del ministerio de Pablo fueron fortalecidas y corregidas bajo el ministerio de Juan.

2. El caos satánico

  De nuevo el caos satánico fue inevitable y estuvo a la par de la economía divina en el ministerio de los apóstoles. Este caos incluye veintiséis asuntos.

a. La religión judía y el gobierno romano persiguieron a los apóstoles y a la iglesia

  La religión judía y el gobierno romano persiguieron a los apóstoles y a la iglesia (Hch. 4:1-3, 5-6; 7:57—8:3; 12:1-4; 16:22-24). La religión y la política a menudo colaboran para perseguir y perjudicar el interés del Señor en la tierra.

b. Ananías y Safira engañaron al Espíritu y fueron castigados con la muerte

  En Hechos 5:1-11 Ananías, un hermano, y su esposa Safira engañaron al Espíritu y fueron castigados con la muerte ante la presencia de la iglesia. Sin duda eso tenía que ver con el caos.

c. Los judíos rechazaron la predicación de los apóstoles y los persiguieron

  Los judíos rechazaron la predicación de los apóstoles y los persiguieron (Hch. 13:45-46, 50; 14:2, 5, 19; 17:13; 18:12-13; 19:9; 20:3; 21:27-36). Los judíos buscaban a los apóstoles para perseguirlos.

d. Los judaizantes recalcaban entre los creyentes la importancia de la circuncisión

  Los judaizantes recalcaban entre los creyentes la importancia de la circuncisión (Hch. 11:1-3; 15:1-2). Eso fue muy negativo.

e. Pedro y Bernabé fueron débiles en guardar la verdad del evangelio

  Pedro y Bernabé fueron débiles en guardar la verdad del evangelio (Gá. 2:11-14). Se comportaron hipócritamente y fueron reprendidos por Pablo.

f. Bernabé se separó de Pablo y también llevó a cabo su obra aparte de la de Pablo

  En Hechos 15:36-39 Bernabé se separó de Pablo y también llevó a cabo su obra aparte de la de Pablo. Eso puso fin al glorioso ministerio de Bernabé. Por esa razón, en los restantes capítulos de Hechos, aunque hay una extensa narración de la gloriosa actividad de Pablo, no se dice ni una palabra gloriosa respecto de la actividad de Bernabé. El quedó fuera del fluir del Espíritu. Bernabé es mencionado en otras partes del Nuevo Testamento, pero no se alude a él de manera gloriosa.

g. La iglesia en Corinto tenía divisiones, fornicación y litigios, puso en duda el apostolado de Pablo, y le acusó de ser astuto, diciendo que estaba tratando de sacar ventaja de ellos con engaño

  La iglesia en Corinto tenía divisiones, fornicación y litigios (1 Co. 1:10-13; 11:18-19; 5:1; 6:1, 6-8). Ellos además pusieron en duda el apostolado de Pablo (9:1-3), y hasta le acusaron de ser astuto, diciendo que por intermedio de Tito estaba tratando de sacar ventaja de ellos con engaño (2 Co. 12:16-18). En principio, la situación es lo mismo hoy día.

h. Los judíos que predicaban el evangelio, lo hacían por contienda con Pablo

  Los judíos que predicaban el evangelio, los judaizantes, predicaban el evangelio por contienda con Pablo (Fil. 1:15-17). En esto podemos ver que hasta en la predicación del evangelio es posible que haya contienda.

i. Los judaizantes, como perros, malos obreros, mutilados y falsos hermanos, se infiltraron en las iglesias

  Filipenses 3:2 y Gálatas 2:4 revelan que los judaizantes, como perros, malos obreros, mutilados y falsos hermanos, se infiltraron en las iglesias para causar problemas.

j. Los gnósticos entraron para desviar a los creyentes con su filosofía según la tradición de los hombres y los rudimentos del mundo, y no según Cristo

  Los gnósticos, partidarios de una filosofía griega, entraron para desviar a los creyentes con su filosofía, la cual seguía la tradición de los hombres y los rudimentos del mundo y no era según Cristo (Col. 2:8). La actividad de los gnósticos provocó mucha disensión.

k. Se enseñaban cosas diferentes de la economía de Dios, la cual se funda en la fe

  Se enseñaban cosas que eran distintas de la economía de Dios, la cual se funda en la fe (1 Ti. 1:3-4). Tanto en los tiempos de Pablo como hoy en día, existen distintas enseñanzas, enseñanzas que son distintas de la economía divina que Pablo enseñaba.

l. Los vientos de enseñanza en la astucia de hombres, con estratagemas, invadieron las iglesias

  Los vientos de enseñanza en la astucia de los hombres, con estratagemas, invadieron las iglesias (Ef. 4:14). Sabemos lo que son los vientos de enseñanza, puesto que los hemos visto y experimentado.

m. Se levantaron algunos que causaban divisiones

  En Romanos 16:17 Pablo dice: “Ahora bien, os exhorto, hermanos, a que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la enseñanza que vosotros habéis aprendido, y a que os apartéis de ellos”. Esto es un indicio de que habían surgido algunos que causaban divisiones.

n. Los tendenciosos (sectarios) existían en las iglesias

  En Tito 3:10 Pablo dice: “Al hombre que cause disensiones, después de una y otra amonestación deséchalo”. Esto nos dice que en las iglesias llegaron a existir hombres tendenciosos (sectarios). Tales sectarios causaron divisiones al formar en las iglesias partidos conforme a la propia opinión de ellos.

o. Las dos colaboradoras, Evodia y Síntique, estaban en discordia

  Las dos colaboradoras, Evodia y Síntique, estaban en discordia (Fil. 4:2-3a). Es común que las hermanas estén en discordia.

p. Jacobo y los ancianos de Jerusalén exhortaron a Pablo a que guardara las ordenanzas de la ley judía

Jacobo y los hermanos de Jerusalén exhortaron a Pablo a que guardara las ordenanzas de la ley judía (Hch. 21:18-26). Es difícil creer que los principales ancianos de Jerusalén hayan exhortado a Pablo a que regresara al templo y, bajo la dirección de los sacerdotes del judaísmo, guardara las ordenanzas de la ley de ellos. Sin embargo, esto fue lo que hicieron, y Pablo siguió la exhortación de ellos. No obstante, el Señor no permitió que Pablo completase la ceremonia. El último día de la ceremonia hubo un disturbio, y Pablo fue encarcelado. Al final, Pablo fue transferido a una prisión en Roma. Pablo fue liberado, pero al cabo de un año fue arrestado de nuevo y martirizado.

¿Qué diría usted de la situación de Pablo? Algunos podrían decir que Pablo cometió un error y no llevó fielmente su ministerio, y que ésa fue la razón por la cual fue encarcelado y a la postre, enviado a Roma para ser juzgado directamente por César. Sin duda, en Hechos 21 había un gran caos. Sin embargo, si no fuera por este caos no tendríamos los libros de Efesios, Filipenses, Colosenses, 1 y 2 Timoteo y Tito. Estos libros contienen profundas verdades tocante a la vida de iglesia, la vida cristiana y la economía de Dios con el dispensar divino. Si estos libros no estuvieran en el Nuevo Testamento, habría un gran vacío. Mientras Pablo estaba en prisión, él escribió epístolas llenas de una revelación maravillosa y elevada. Esto indica que el caos a la larga permitió que algo más excelente fuera producido. Además, el martirio de Pablo ha sido un aliento para los santos de todos los siglos. Así que, lo que el enemigo hizo en esa situación caótica vino a ser un beneficio para los intereses de Dios.

q. Algunos, como por ejemplo Himeneo y Alejandro, desecharon la fe y una buena conciencia, y naufragaron en cuanto a la fe

  Algunos, como por ejemplo Himeneo y Alejandro, desecharon la fe y una buena conciencia, y naufragaron en cuanto a la fe (1 Ti. 1:19-20 cfr. 4:1-2). Himeneo y Alejandro han de haber sido de los que tomaban la iniciativa, de los principales entre las iglesias, pero aún así tuvieron un cambio drástico.

r. Todos los creyentes de Asia se apartaron del ministerio de Pablo

  Todos los creyentes de Asia se apartaron del ministerio de Pablo. La palabra todos en 2 Timoteo 1:15 denota cómo era la situación en general. No quiere decir que todos los de Asia habían abandonado el ministerio de Pablo. En general, los santos y las iglesias de Asia abandonaron el ministerio de Pablo. El Nuevo Testamento indica que a esto se debe que las iglesias en Asia se hayan degradado.

s. Algunos, como Himeneo y Fileto, erraron en cuanto a la verdad, diciendo que la resurrección ya se había efectuado

  Algunos, como Himeneo y Fileto, erraron en cuanto a la verdad, diciendo que la resurrección ya se había efectuado (2 Ti. 2:17-18). La palabra errar significa errar el blanco, desviarse, apartarse. Decir que la resurrección ya se había efectuado fue una seria herejía que negaba el poder divino en la vida (1 Co. 15:52; 1 Ts. 4:16; Ap. 20:4, 6).

t. Demas amó el siglo actual y abandonó al apóstol Pablo

  Demas, un colaborador de Pablo, amó el siglo actual y abandonó al apóstol Pablo (2 Ti. 4:10a). Actualmente ciertos colaboradores nos han abandonado. Hasta en los tiempos de Pablo algo similar ocurrió cuando Demás abandonó a Pablo.

u. Alejandro el calderero le causó muchos males al apóstol Pablo

  Alejandro el calderero, alguien que se oponía al apóstol Pablo y lo atacaba, le causó muchos males (2 Ti. 4:14-15). Es posible que Alejandro haya tenido una relación muy estrecha con Pablo, pero más tarde llegó a aborrecerlo y se convirtió en su enemigo.

v. En la primera defensa de Pablo nadie estuvo con él para apoyarle, sino que todos lo abandonaron

  En la primera defensa de Pablo nadie estuvo con él para apoyarle, sino que todos lo abandonaron, lo dejaron solo (2 Ti. 4:16-17).

w. Algunos fueron más lejos y no permanecieron en la enseñanza de Cristo

  Algunos fueron más lejos y no permanecieron en la enseñanza de Cristo (2 Jn. 9-11). Esto quiere decir que algunos no permanecieron en la enseñanza respecto de la persona y la obra redentora de Cristo. Los tales eran herejes y Juan nos dijo que nos apartáramos de ellos y que no los recibiésemos en casa ni les diésemos la bienvenida.

x. A Diótrefes le gustaba tener el primer lugar en la iglesia y no recibía a los apóstoles

  A Diótrefes, quien era muy ambicioso, le gustaba tener el primer lugar en la iglesia y no recibía a los apóstoles (3 Jn. 9-10). Esto demuestra cuán serio había llegado a ser el caos.

y. Algunos, siguiendo el camino de Caín, se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la rebelión de Coré

  Algunos, siguiendo el camino de Caín, se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la rebelión de Coré (Jud. 11-13). Las historias acerca de Caín, Balaam y Coré se repitieron en la vida de iglesia, y esta repetición introdujo caos en la iglesia.

z. La situación de la primera, tercera, cuarta, quinta y séptima de las siete iglesias de Asia

  Entre las siete iglesias de Asia mencionadas en Apocalipsis 2 y 3, la primera perdió su primer amor por el Señor (2:4); la tercera cayó en el mundo donde está el trono de Satanás, retuvo la enseñanza de Balaam involucrándose en idolatría y fornicación, y retuvo también la enseñanza de los nicolaítas, que estaba relacionada con la jerarquía (2:13-15); la cuarta tenía la enseñanza de Jezabel, que tenía que ver con la fornicación, con la idolatría y con las profundidades de Satanás (2:20, 24a); la quinta tenía nombre de que vivía, pero estaba muerta y nada perfecto tenía delante de Dios (3:1-2); la última, Laodicea, era tibia, se jactaba de sus “riquezas”, pero no se daba cuenta de que estaba en una condición miserable, pobre, ciega y desnuda, y Cristo el Señor estaba afuera tocando a la puerta (3:14-17, 20).

  Hasta aquí, en este mensaje hemos hablado de casi todo el Nuevo Testamento con respecto a la economía divina y al caos satánico. Hemos visto que tanto el ministerio del Señor Jesús como el de los apóstoles estuvo acompañado de caos. Ningún otro apóstol sufrió tanto como Pablo. El sufrió persecución de parte de la religión judía y también de parte del gobierno romano. Adondequiera que iba, el caos lo esperaba. La última vez que fue a Jerusalén lo hizo por el bien de la iglesia de ese lugar; él estaba profundamente preocupado por el asunto judaico presente en la iglesia en Jerusalén. Después de haber llegado, siguió el consejo de Jacobo y de los demás ancianos tocante a ofrecer sacrificios en el templo. Ya hemos hecho ver que el Señor no le permitió terminar la ceremonia. Hubo un disturbio que causó que Pablo fuese puesto en prisión. Aunque eso puso fin a sus viajes ministeriales, no le puso fin a sus escritos ministeriales. Al contrario, su ministerio, en lo que a los escritos se refiere, llegó a ser más elevado, más profundo y más rico, y las epístolas escritas desde la prisión han sido un gran beneficio para los creyentes a lo largo de los siglos. Con el tiempo, el caos que seguía al ministerio de Pablo benefició a la iglesia.

  El mismo principio se aplica al reciente disturbio ocurrido entre nosotros en el recobro del Señor. Este caos ha sido de ayuda para el recobro y ha estabilizado al recobro en este país. Mediante este disturbio, muchos han sido probados, estabilizados y confirmados.

VIII. LA TERMINACION DEL CAOS SATANICO Y LA CONSUMACION DE LA ECONOMIA DIVINA

  Ahora quisiera dar una conclusión con respecto a la terminación del caos satánico y a la consumación de la economía divina.

A. El caos satánico terminará cuando se le dé fin al maligno Satanás, a la vieja creación, y a todas las cosas negativas, poniéndolos en el lago de fuego

  El caos satánico terminará cuando se le dé fin al maligno Satanás, a la vieja creación, y a todas las cosas negativas, poniéndolos en el lago de fuego (Ap. 20:9—21:1, 8; 22:15). El lago de fuego será el “basurero” del universo, y todas las cosas negativas, que causaron el caos en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento, serán echadas ahí. El lago de fuego, por tanto, será el fin de todo el caos.

B. La economía divina tendrá su consumación con el Dios Triuno procesado, la nueva creación y la ciudad santa de agua viva

La economía divina tendrá su consumación, no el fin, con el Dios Triuno procesado, la nueva creación y la ciudad santa de agua viva (Ap. 21—22). La ciudad santa de agua viva es la Nueva Jerusalén, y la Nueva Jerusalén es una composición, una constitución, del Dios Triuno redentor con Su hombre tripartito redimido. El será nuestro templo, donde adoraremos y tendremos nuestra morada, y nosotros seremos Su tabernáculo, donde El mora y donde nos disfrutará como Su satisfacción. Por consiguiente, la Nueva Jerusalén será un lugar donde se habita mutuamente y donde habrá satisfacción mutua por la eternidad. Espero que todos seamos confortados por esta revelación tocante al fin del caos satánico y la consumación de la economía divina.

  Hemos recalcado el hecho de que el caos satánico está en la vida cristiana, y que la economía divina es para la nueva creación. La economía divina consiste en producir la nueva creación a partir de la caótica vieja creación. Esta producción de la nueva creación continuará hasta el final del milenio (Ap. 20). Ese será el tiempo en que el nuevo cielo y la nueva tierra aparecerán junto con la Nueva Jerusalén. La Nueva Jerusalén, la ciudad santa, será la consumación de la economía divina.

  La Nueva Jerusalén será el agrandamiento y la consumación de la actual vida de iglesia. Alabamos al Señor porque estamos en la iglesia. En la vida de iglesia experimentamos la economía divina con la ayuda del caos satánico. El caos satánico es una ayuda para nuestra vida cristiana y también para nuestra vida de iglesia.

  En el Antiguo Testamento, el cual termina en la expectación de la venida de Cristo, se profetiza acerca de Cristo y se promete Su venida. El era la expectación del pueblo escogido de Dios. En el Nuevo Testamento Cristo ha llegado y está llegando. La primera venida de Cristo, o sea, la primera parte de Su venida, dio comienzo a la economía neotestamentaria. Su segunda venida, o sea, la segunda parte de Su venida, producirá la consumación de la economía neotestamentaria. Entre el comienzo y la consumación existe un largo periodo de vida de iglesia. La vida de iglesia también forma parte de la venida de Cristo. Cristo ya vino y sin embargo, Su venida aún se está llevando a cabo en la vida de iglesia. El proceso de la vida de iglesia es el proceso de la venida de Cristo.

  Hoy día estamos experimentando la vida de iglesia, la cual es el proceso de la venida de Cristo. Cada vez que un pecador es bautizado, se avanza un paso más en la venida de Cristo. Del mismo modo, nuestro crecimiento en vida es el avance, el adelanto, de Su venida. Cuanto más avancemos, más pronto Cristo vendrá. Si queremos favorecer la venida de Cristo, tenemos que avanzar más rápidamente.

  Al estar en la vida de iglesia, la cual es el proceso de la venida de Cristo, ninguna clase de caos nos molestará. El caos no debe molestarnos ni desanimarnos, ya que en realidad el caos nos ayuda. Toda clase de caos le es una ayuda al pueblo escogido de Dios y al Cuerpo de Cristo, el organismo del Dios Triuno.

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