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Mensajes del libro «Enseñanza de los apóstoles, La»
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CAPITULO NUEVE

LOS SIETE SELLOS, LAS SIETE TROMPETAS, Y LAS SIETE COPAS EN RELACION CON EL ARREBATAMIENTO DE LOS SANTOS Y LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO: LOS SECRETOS DEL UNIVERSO EN CUANTO AL HOMBRE DESDE EL TIEMPO DE LA ASCENSION DE CRISTO HASTA LA ETERNIDAD EN EL FUTURO SIN FIN

  Este mensaje es muy crucial en nuestra comunión sobre la enseñanza de los apóstoles acerca de la economía neotestamentaria de Dios desde la encarnación de Dios hasta la consumación de la Nueva Jerusalén. En este mensaje deseamos ver los siete sellos, las siete trompetas, y las siete copas en relación con el arrebatamiento de los santos: los secretos del universo en cuanto al hombre, desde el tiempo de la ascensión de Cristo hasta la eternidad en el futuro sin fin. Si hemos de entender el arrebatamiento, tenemos que entender estos tres conjuntos de “sietes”: siete sellos, siete trompetas y siete copas.

LOS SIETE SELLOS: EL MISTERIO DE LA ECONOMIA DE DIOS

Los primeros cuatro sellos

  Los siete sellos son el misterio de la economía de Dios (Ap. 6:1-17; 8:1-2). Los primeros cuatro sellos son el curso de los cuatro caballos: la predicación del evangelio, la guerra, el hambre y la muerte (6:1-8; Mt. 24:6-8, 14). El curso de estos cuatro caballos es el curso del mundo en la era actual, la de la iglesia. Inmediatamente después de la ascensión de Cristo, estos cuatro cosas —el evangelio, la guerra, el hambre y la muerte— empezaron a correr como jinetes en cuatro caballos, y continuarán igual hasta el fin de esta era. Empezando con el siglo primero, el evangelio se ha estado esparciendo durante todos estos veinte siglos. El evangelio va a la vanguardia. La guerra entre la raza humana también se ha estado dando en forma simultánea. La guerra siempre ha causado hambre, y el hambre ha causado muerte. Estos cuatro sellos empezaron desde la ascensión de Cristo y continuarán hasta desembocar en las calamidades sobrenaturales en el sexto sello (6:12-17).

El quinto sello

  El quinto sello es el clamor de los mártires clamando por venganza (6:9-11). Mientras el evangelio es predicado, como se indica por el primer sello, se da siempre el martirio de los santos fieles. Ahora necesitamos considerar el arrebatamiento de los vencedores. Podemos considerar esto como una inserción entre el quinto y el sexto sellos.

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Insercion i.

EL ARREBATAMIENTO DE LOS VENCEDORES

  Antes de ser abierto el sexto sello, ocurrirá el arrebatamiento de los vencedores. Antes de que vengan las calamidades sobrenaturales, Dios tomará a quienes le son fieles. Ellos serán arrebatados a Sion, que está en los cielos, donde están el trono de Dios y de Cristo hoy, y el tiempo de su arrebatamiento será antes del comienzo de la gran tribulación en el sexto sello. La gran tribulación empieza a partir del sexto sello y termina con la séptima copa.

  Según la Biblia, podemos clasificar a los vencedores en cinco categorías. En primer lugar, tenemos al hijo varón, compuesto de los mártires resucitados quienes deben de participar en la “superresurrección”, la “mejor resurrección” (Ap. 12:5; Fil. 3:11; He. 11:35). Pablo dijo en Filipenses 3:11 que él deseaba alcanzar la “superresurrección”. Aquí en griego, se le añade el prefijo ek a la palabra que se traduce “resurrección”. Pablo quería alcanzar a esta ek-resurrección. En Hebreos 11:35 se usa la expresión “mejor resurrección”. El hijo varón participará de estas perresurrección, una mejor resurrección.

  La segunda categoría de vencedores es las primicias (Ap. 14:1, 4). La tercera categoría es los vencedores de Filadelfia (3:7-8). Los vencedores que velan y ruegan son la cuarta categoría (Lc. 21:36). Por último, la quinta categoría es aquel santo, de entre dos, que vigila (Mt. 24:40-42). Los dos santos de Mateo 24 representan los santos que vivan durante el tiempo de la parousía del Señor. En Mateo 25 las diez vírgenes representan a los santos que hayan muerto. Diez es la mayor parte de doce, mientras que dos es lo que queda. Durante la parousía del Señor, durante Su venida, la mayoría de los santos, representados por los diez dozavos, son los que han muerto, y la menor parte de los santos, representada por los dos dozavos, son los que han quedado vivos. Entre los que vivan, algunos serán tomados, arrebatados, y algunos serán dejados.

  Las cinco categorías de vencedores ya mencionadas serán arrebatadas antes de que se abra el sexto sello. Después del arrebatamiento de los vencedores, a la mitad de la última semana (siete años) de las setenta que se mencionan en Daniel 9:24-27, el anticristo quebrantará el pacto de una semana (siete años), hecho con Israel, y comenzará la gran tribulación (Mt. 24:21), la cual durará tres años y medio —cuarenta y dos meses, o mil doscientos sesenta días—, en los cuales ocurrirán los siguientes males, calamidades sobrenaturales, plagas y ayes. Primero, Satanás será arrojado de los cielos a la tierra para causar, con gran ira, ayes sobre la tierra y el mar, y para perseguir al pueblo de Dios, aquellos que hayan quedado sobre la tierra, y peleará contra los judíos, quienes guardan los mandamientos de Dios, y contra los creyentes, quienes tienen el testimonio de Jesús (Ap. 12:7, 12b-13, 17). Segundo, el anticristo, quien saldrá del abismo (Ap. 17:8), se exaltará a sí mismo por encima de todo lo que se llame Dios o sea objeto de culto, sentándose en el templo de Dios y proclamando que es Dios (2 Ts. 2:4; Dn. 9:27b; Mt. 24:15). Tercero, todos aquellos que moran sobre la tierra adorarán a Satanás (el dragón) y adorarán al anticristo (la bestia) y a su imagen; aquellos que no lo adoren a él ni a su imagen serán muertos (Ap. 13:3-4, 8, 15). Algunos cristianos ciertamente serán inmolados porque en Apocalipsis 15, éstos que fueron inmolados, serán resucitados y arrebatados. Ellos serán aquellos que estarán de pie sobre el mar de vidrio (vs. 2-4). Apocalipsis 20:4 también menciona estos mártires de la gran tribulación quienes no adoraron a la bestia ni a su imagen. Cuarto, el anticristo guerreará contra los santos, y los vencerá, y obrará como le plazca durante cuarenta y dos meses (13:7, 5). Durante ese tiempo, un ángel anunciará el evangelio eterno a aquellos que estén sobre la tierra, mandándoles que teman a Dios y le adoren o sea que no adoren al anticristo ni a su imagen, porque la hora de Su juicio ha llegado (14:6-7, 9-11). Por causa de este evangelio, algunos entre las naciones no adorarán al anticristo ni a su imagen. Más bien, según Mateo 25, ellos tratarán al pueblo de Dios, los hermanos del Señor, con bondad. Cuando el Señor venga a la tierra, El los considerará como “ovejas” y los hará el pueblo que estará sobre la tierra en el milenio. Quinto, el falso profeta (otra bestia) hará grandes señales para engañar a la gente, haciendo que construyan una imagen del anticristo y que la adoren (Ap. 13:11-15; 16:13; 19:20). Sexto, además de toda la devastación provocada por la trinidad satánica —Satanás, el anticristo y el falso profeta— Dios, en Su ira, infligirá Su juicio sobre los hombres que estén en la tierra, con calamidades sobrenaturales, muertes, úlceras malignas, y tinieblas, como ayes en el sexto sello, en las primeras seis trompetas, y en las siete copas de la séptima trompeta. Ahora llegamos a la apertura del sexto sello.

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El sexto sello: la tierra y el cielo son conmovidos

  El sexto sello es que la tierra y el cielo son conmovidos (Ap. 6:12-17). Este es el comienzo de las calamidades sobrenaturales para dañar la tierra habitable y los cielos con sus huestes (Lc. 21:11), como el principio de la respuesta de Dios al clamor de los mártires del quinto sello (Ap. 6:9-11). El sexto sello también es la iniciación de la gran tribulación (Mt. 24:21) de tres años y medio (Dn. 12:7; Ap. 11:2; 13:5), la hora de la prueba que ha de venir sobre toda la tierra habitada (3:10). Esta también es una advertencia a los habitantes de la tierra (6:15-17). Después del sexto sello viene el séptimo sello, el cual es la introducción de las siete trompetas (8:1-2).

LAS SIETE TROMPETAS: EL CONTENIDO DEL SEPTIMO SELLO

Las primeras cuatro trompetas:las calamidades sobrenaturales intensificadas que dañan todas las fuentes naturales de abastecimiento para la vida del hombre

  Las siete trompetas son el contenido del séptimo sello (Ap. 8:6—9:21; 11:14-18). Las primeras cuatro trompetas serán las calamidades sobrenaturales intensificadas que dañan todos los recursos naturales para el abastecimiento del hombre. Todas las fuentes de recursos naturales fueron preparadas por Dios, pero todas ellas serán dañadas con las primeras cuatro trompetas. La primera trompeta será el juicio de Dios sobre la tierra: granizo y fuego mezclados con sangre serán lanzados sobre la tierra; la tercera parte de la tierra, la tercera parte de los árboles, y toda la hierba verde se quemarán (Ap. 8:7). La segunda trompeta será el juicio de Dios sobre el mar: una gran montaña ardiendo con fuego será echada al mar; la tercera parte del mar se convertirá en sangre, la tercera parte de los seres vivientes que estén en el mar, morirá, y la tercera parte de las embarcaciones será destruida (vs. 8-9). La tercera trompeta será el juicio de Dios sobre los ríos: una gran estrella, llamada Ajenjo, caerá del cielo, ardiendo como una antorcha, y caerá sobre la tercera parte de los ríos y sobre las fuentes de las aguas; la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo, y muchos hombres murieron por causa de las aguas amargas (vs. 10-11). La cuarta trompeta será el juicio de Dios sobre el sol, la luna, y las estrellas: la tercera parte del sol, de la luna y de las estrellas será herida; la tercera parte de los tres luminares (el sol, la luna y las estrellas) se oscurecerá, y no serán vistos en la tercera parte de ellos el día y la noche (v. 12). La tercera parte del día será oscuridad. La luna y las estrellas no brillarán en la tercera parte de la noche. Este es el juicio de Dios sobre los recursos naturales que son el abastecimiento de la vida del hombre.

La quinta trompeta, el primer ay: el juicio de Dios sobre el hombre: que Satanás atormente al hombre en colaboración con el anticristo

  La quinta trompeta, que es el primer ay, es el juicio de Dios sobre el hombre, que consiste en que Satanás, en colaboración con el anticristo, atormente al hombre (Ap. 8:13—9:11). No habrá mucha diferencia de tiempo entre el sexto sello, en Apocalipsis 6:12-17, y las primeras cinco trompetas, en Apocalipsis 8:7—9:11. Esto se puede probar en Joel 2:30-31. El sexto sello y las primeras cinco trompetas están conectadas como un grupo, y abarcan las primeras dos ocurrencias de las calamidades sobrenaturales: la primera vez es para sacudir y dañar la tierra habitable y los cielos junto con sus huestes (Ap. 6:12-17); la segunda vez es para juzgar todas las fuentes naturales de abastecimiento del hombre (8:7-12). Las dos tendrán lugar casi simultáneamente en secuencia.

  Después del toque de la quinta trompeta, Satanás caerá del cielo como una estrella para soltar las “langostas” del abismo (la sima sin fondo) para atormentar a los hombres hiriéndolos como escorpiones durante cinco meses (9:1-5, 7-10). Además, el anticristo, el ángel del abismo, será el rey de las langostas que atormentarán, por nombre Abadón (destrucción) en hebreo, y Apolión (destructor) en griego (v. 10). El anticristo será tanto la destrucción como el destructor. El saldrá del abismo con el único propósito de destruir al hombre. En esos cinco meses, los hombres buscarán la muerte y anhelarán morir, pero no hallarán la muerte porque ésta huirá de ellos (v. 6). Hoy nosotros no deseamos la muerte; en aquel entonces los hombres querrán la muerte, pero ellos no la podrán hallar.

La sexta trompeta, el segundo ay: Dios trae más juicio sobre el hombre haciendo que doscientos millones de jinetes maten la tercera parte de los hombres

  La sexta trompeta, que es el segundo ay, es más juicio de parte de Dios sobre los hombres, y consiste en que doscientos millones de jinetes maten la tercera parte de los hombres (Ap. 9:12-21). Después de que se toca esta trompeta, los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Eufrates son liberados para que doscientos millones de jinetes maten la tercera parte de los hombres en un período de trece meses y un día y una hora (vs. 14-16). Las tropas de caballería matarán a los hombres con el fuego, el humo y el azufre que salen de la boca de los caballos, y con las colas de sus caballos, las cuales son como colas de serpientes (vs.17-19). El resto de los hombres que no hayan sido muertos por estas plagas no se arrepentirán de sus idolatrías, sus asesinatos, sus hechicerías, sus fornicaciones y sus robos (vs. 20-21). La quinta y la sexta trompetas durarán más de año y medio. Después de la sexta trompeta y antes de la séptima trompeta hay otra inserción relacionada con el arrebatamiento de los santos y la segunda venida de Cristo. Esa inserción es sobre el descenso de Cristo de los cielos al aire.

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Insercion ii.

CRISTO DESCIENDE DE LOS CIELOS AL AIRE

  Apocalipsis 10, del versículo 1 al 6 nos muestra el descenso de Cristo del cielo al aire. Antes de esto, Cristo estaba en los cielos con los vencedores quienes habían sido arrebatados para el trono. Aquel fue el principio de Su parousía (presencia). Ahora Su parousía desciende del cielo al aire. En Su parousía en el aire, El está vestido con una nube, o sea que esto es en secreto (v. 1a). Esta es Su venida secreta, la sección secreta de Su parousía. El arco iris está sobre Su cabeza como recordatorio del pacto que Dios hizo con Noé en cuanto a la existencia de los seres vivientes que hay sobre la tierra (v. 1b; Gn. 9:8-17). El pondrá Su pie derecho sobre el mar y Su pie izquierdo sobre la tierra, para tomar posesión de la tierra (Ap. 10:2b). En ese momento El declarará que no habrá más demora, sino que en los días del toque de la séptima trompeta, el misterio de Dios será consumado como la buena nueva anunciada por Dios a los profetas (vs. 6-7). Después de esta inserción acerca del descenso de Cristo del cielo al aire, el plan de Dios sigue siendo llevado a cabo con el toque de la séptima trompeta.

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La séptima trompeta: la consumación del misterio de Dios

  En los días de la séptima trompeta se completará el misterio de Dios (Ap. 10:7; 11:14-18).

El reino eterno de Dios y de Cristo y el juicio de los muertos

  Al tocar la séptima trompeta, llegará el reino eterno de Dios y de Cristo (Ap. 11:15). Será en este tiempo que el reino del mundo vendrá a ser el reino de Dios y de Cristo. El reinará por los siglos de los siglos. El toque de la séptima trompeta también incluye el juicio de los muertos (v. 18b) para decidir entre todas las personas muertas quién participará en la primera resurrección (20:6b), la resurrección de vida (Jn. 5:29a) antes del milenio, y quiénes permanecerán en muerte hasta la resurrección de condenación (v. 29b) después del milenio, para ser juzgados ante el gran trono blanco (Ap. 20:11-12). Leemos en 1 Corintios 15:52 que a la final trompeta, los muertos serán resucitados. Esta es la séptima trompeta, una trompeta de Dios (1 Ts. 4:16). Esto nos trae a las inserciones que tratan del arrebatamiento de la mayoría de los santos y el arrebatamiento de los dos testigos.

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Insercion iii.

EL ARREBATAMIENTO DE LA MAYORIA DE LOS SANTOS

  El arrebatamiento de la mayoría de los santos los llevará al granero del Señor en el aire entre las nubes (Mt. 13:30), donde estará la parousía (presencia) de Cristo (1 Ts. 4:17). La mayoría de los santos será arrebatada no a la cima del universo, a Sion en el tercer cielo, sino al aire. La Biblia compara a los creyentes con la cosecha, y al Señor con el agricultor. El arrebatamiento de la mayoría de los santos como cosecha, tendrá lugar durante la consumación de esta era, después de la manifestación del anticristo, al final de la gran tribulación, a la final trompeta, es decir, la séptima trompeta (Mt. 13:39; 2 Ts. 2:1, 3b-4; Ap. 14:9-12). Este arrebatamiento incluirá a los santos resucitados que habrán resucitado “en un abrir y cerrar de ojos” (Mt. 25:1-12; Ap. 15:2; 20:4-6; 1 Ts. 4:16; 1 Co. 15:51-52), y también a los santos que hayan quedado (1 Ts. 4:15-16; Ap. 16:15; 14:14-16; Mt. 13:30). La mayoría de los santos, quienes serán dejados después del arrebatamiento de los vencedores para que pasen por los tres años y medio de la gran tribulación, serán preservados en un lugar preparado por Dios para ellos en el desierto durante estos tres años y medio (Ap. 12:6, 14). Debido a que ellos serán preservados en un lugar preparado por Dios para que estén allí estos tres años y medio, que es el período completo de la gran tribulación, el arrebatamiento de la mayoría de los santos debe de ocurrir al final mismo, el último día, de la gran tribulación. Aquellos que serán los salvos en Cristo y que tendrán el testimonio de Jesús durante la gran tribulación (v. 17), serán incluidos entre los santos que hayan quedado a quienes el Señor recordará Su venida en Apocalipsis 16:15.

Insercion iv.

EL ARREBATAMIENTO DE LOS DOS TESTIGOS: MOISES Y ELIAS

  Al final de la gran tribulación, ocurrirá también el arrebatamiento de los dos testigos: Moisés y Elías (Ap. 11:3-12). Lo que ellos harán en Apocalipsis 11:5-6 es igual que las obras de Moisés y Elías (Ex. 7:17, 19; 9:14; 11:1; 2 R. 1:10-12; 1 R. 17:1), quienes aparecieron ante el Señor en el monte de la transfiguración (Mt. 17:1-3). Moisés, que representa la ley, y Elías, que representa los profetas (Lc. 16:16), ambos dan testimonio para Dios. Ellos son los dos olivos, los dos hijos del olivo (Ap. 11:4) en Zacarías 4:3 y 11-14. Ellos profetizarán mil doscientos sesenta días, cuando la ciudad santa, Jerusalén, será hollada por el anticristo durante cuarenta y dos meses (2, Ap. 11:3). Cuando ellos hayan completado su testimonio, el anticristo hará guerra contra ellos y los matará (v. 7). Sus cadáveres estarán en las calles de la gran ciudad (Jerusalén) por tres días y medio (vs. 8-9). Después de tres días y medio, ellos resucitarán y serán arrebatados a la nube en el último día de su ministerio de mil doscientos sesenta días, es decir, en el último día de la gran tribulación (vs. 11-12). Puesto que hemos visto las inserciones en cuanto al arrebatamiento de la mayoría de los santos y de los dos testigos, veamos las siete copas, que son el contenido negativo de la séptima trompeta.

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Las siete copas, el tercer ay: las últimas plagas de la gran tribulación, el contenido negativo de la séptima trompeta

  Hemos visto que el contenido de la séptima trompeta incluye el reino eterno de Dios y de Cristo, y el juicio de los muertos. Ahora necesitamos ver las siete copas como el contenido negativo de la séptima trompeta. Las siete copas serán el tercer ay, las últimas plagas de la gran tribulación (Ap. 11:14, 18a; 15:5-8; 16:1). El primer ay es la quinta trompeta, el segundo ay es la sexta trompeta, y el tercer ay es las siete copas de la séptima trompeta. No hay palabras humanas capaces de describir cuán terribles serán estos tres ayes.

  Las primeras cuatro copas son las calamidades sobrenaturales terminantes que hacen gran daño a la habitación del hombre en el universo (vs. 2-9). La primera copa será más juicio que Dios traerá a la tierra, haciendo que una úlcera maligna y pestilente venga sobre los adoradores del anticristo (vs. 1-2). La segunda copa será más juicio de parte de Dios sobre el mar, haciendo que el mar se convierta en sangre y que muera todo ser vivo que esté en el mar (v. 3). La tercera copa será más juicio de parte de Dios sobre los ríos y las fuentes de las aguas, haciendo que se vuelvan sangre, la cual los hombre tendrán que beber (vs. 4-7). La cuarta copa será más juicio que Dios traerá al sol haciendo que queme a los hombres con fuego, y los hombres, al ser quemados, blasfemarán el nombre de Dios (vs. 8-9). La quinta copa será el juicio final sobre el reinado del anticristo, ejecutado contra su trono, haciendo que el reino sea cubierto de tinieblas y que su pueblo se muerda la lengua de dolor, y blasfeme a Dios por sus úlceras (vs. 10-11). La sexta copa será el daño al río Eufrates, haciendo que éste se seque a fin de que esté preparado el camino para los reyes del oriente para la batalla de Armagedón (v. 12 con v. 16). Entre la sexta y la séptima copas tenemos la inserción de la preparación para la batalla de Armagedón.

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Insercion v.

LA PREPARACION PARA LA BATALLA DE ARMAGEDON

  Tres demonios inmundos semejantes a ranas, provenientes de la boca de Satanás, del anticristo, y del falso profeta, saldrán para reunir a los reyes de toda la tierra habitada para la batalla de Armagedón en el gran día (Ap. 16:13-16). Mientras los tres espíritus inmundos reúnen a los reyes, el Señor les recordará a los santos que estén vivos, que El viene (v. 15). Después de esta inserción de la preparación para la batalla de Armagedón, tenemos la séptima copa.

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La séptima copa: la plaga con la cual concluye la gran tribulación

  La séptima copa será la plaga con la cual concluirá la gran tribulación: el más grande terremoto y el enorme granizo (Ap. 16:17-21). Este terremoto será el último terremoto de todo el universo, y el más grande. El terremoto dividirá la gran ciudad —Jerusalén— en tres partes y las ciudades de las naciones caerán (v. 19a). Babilonia la grande (la ciudad física de Roma) será destruida (v. 19b). Toda isla huirá y los montes desaparecerán (v. 20). El enorme granizo (cada uno de un talento de peso, aproximadamente cien libras) herirá a los hombres, y éstos blasfemarán contra Dios (v. 21).

La entrega de la recompensa a los vencedores, juzgados ante el tribunal de Cristo

  Después de las siete copas está la entrega de la recompensa a los vencedores, los juzgados ante el tribunal de Cristo (2 Co. 5:10; Ap. 11:18c). Inmediatamente después del arrebatamiento de la mayoría de los santos, se comparecerá ante el tribunal de Cristo. Ante el tribunal, el Señor dará una recompensa a los vencedores. El matrimonio del Cordero en Apocalipsis 19:7-8 debe de ocurrir después de tenerse el juicio ante el tribunal de Cristo.

La batalla de Armagedón

  Después del juicio ante el tribunal, la entrega de la recompensa, y el matrimonio de Cristo con Sus vencedores, Cristo vendrá con Su novia desde el aire a la tierra (Mt. 24:27-28) para pelear en contra del anticristo y derrotarlo en la batalla de Armagedón (Ap. 16:14, 16). La batalla de Armagedón será la última batalla de esta edad. En Armagedón, Cristo hollará a los hacedores de maldad de la tierra en el gran lagar de la ira de Dios (14:19-20). Esa batalla será el lagar para hollar a todos los hacedores de maldad. Cristo con Su novia —los vencedores— peleará contra el anticristo, los diez reyes, y sus ejércitos y los vencerá en una hora (17:12-14) destruyendo a los destructores de la tierra (11:18d). Cristo lanzará al anticristo y su falso profeta vivos al lago de fuego (19:19-20), en el cual el diablo, Satanás, a quien ellos siguen, también será echado, para sufrir el tormento eterno con fuego (20:10). Es por medio de esta guerra que la nación de Israel con su ciudad santa, Jerusalén, será rescatada del sitio puesto por el anticristo, y al mismo tiempo toda la casa de Israel se arrepentirá volviéndose al Señor, y El los salvará (Zac. 12:10-14).

La destrucción de la Babilonia religiosa y misteriosa, y de la Babilonia física y política

  El título “Babilonia” es usado en Apocalipsis como un símbolo en dos aspectos. En el primer aspecto, simboliza la iglesia apóstata, la Iglesia Católica Romana, como la Babilonia religiosa y misteriosa revelada en Apocalipsis 17; y en el segundo, simboliza la ciudad de Roma como la Babilonia política y física revelada en Apocalipsis 18. Ambos aspectos son malignos y abominables a los ojos de Dios. De ahí que, Dios primeramente destruirá la Babilonia religiosa y misteriosa (Ap. 14:8), es decir, la Iglesia Romana apóstata, por medio del anticristo al comienzo de la gran tribulación cuando él quebrante el pacto con Israel (Dn. 9:27) y empiece a perseguir a todas las religiones (8:11; 2 Ts. 2:3-4). Al final de la gran tribulación, inmediatamente después de la batalla de Armagedón, en la séptima copa, Dios también destruirá a la Babilonia política y física (Ap. 16:19), esto es, la ciudad de Roma.

  Por todo lo que hasta aquí hemos visto, al toque de la séptima trompeta, los siguientes eventos tendrán lugar el mismo día, el último día de la gran tribulación de tres años y medio:

  1) El reino del mundo vendrá a ser el reino de Dios y de Cristo.

  2) Los santos que hayan muerto serán resucitados y serán arrebatados al aire junto con los santos que hayan quedado.

  3) Los dos testigos serán resucitados y serán arrebatados al aire. Esto ocurrirá probablemente después del arrebatamiento de la mayoría de los santos o incluso al mismo tiempo.

  4) Cristo juzgará a todos Sus santos ante Su tribunal para dar una recompensa a los vencedores.

  5) Cristo tendrá Sus bodas con los santos vencedores.

  6) Cristo con Su novia, los santos vencedores, descenderá a la tierra para derrotar al anticristo y su ejército, destruir al destructor de la tierra en la batalla de Armagedón, y lanzar al anticristo y al falso profeta al lago de fuego.

  7) Con la batalla de Armagedón, Cristo liberará a la nación de Israel del sitio puesto por el anticristo, y toda la casa de Israel se arrepentirá y será salva.

  8) La Babilonia física y política, la ciudad de Roma, será destruida.

  9) Mientras tanto, las siete copas que constituyen el último ay de la gran tribulación ocurrirán, y en la sexta copa estará la batalla de Armagedón, en la cual el anticristo y su ejército serán destruidos. Las plagas de estas siete copas serán el contenido negativo de la séptima trompeta, la cual Dios infligirá en el mismo día, probablemente mientras estén ocurriendo las cosas positivas mencionadas arriba.

Satanás es atado y lanzado al abismo

  Después de que Cristo derrote y destruya al anticristo y sus seguidores, Satanás será atado y lanzado al abismo, la sima sin fondo. Esto está incluido en la séptima trompeta.

El juicio sobre las naciones

  La séptima trompeta también incluye el juicio de Cristo sobre las naciones en Su trono de gloria en Jerusalén (Mt. 19:28; Jer. 3:17). Esto tiene como fin separarlos en ovejas, las cuales serán el pueblo en el reino milenario, y en cabritos, los cuales perecerán en el fuego eterno (Mt. 25:31-46). Este es el último juicio antes del juicio de Dios en el gran trono blanco.

El establecimiento del reino milenario, y la última rebelión de las naciones y la perdición de Satanás en el lago de fuego, el juicio eterno ante el gran trono blanco, y el cielo nuevo y la tierra nueva como la esfera con la Nueva Jerusalén como el centro del eterno reino de Dios

  Después de este juicio sobre las naciones, el Señor establecerá el reino milenario, el reino de Cristo por mil años (Ap. 20:4-6). Al final del milenio, las naciones, que son el pueblo que está sobre la tierra durante el milenio, serán engañadas por Satanás quien será desatado y soltado de su prisión, para rebelarse contra el Señor. Las naciones rebeldes serán devoradas por fuego desde el cielo y Satanás, el diablo, será lanzado al lago de fuego para ser atormentado para siempre (vs. 7-10). Luego tendremos el juicio eterno de Dios ante el gran trono blanco para que sean juzgados todos los incrédulos de todos los siglos (vs. 11-15). Después de ese juicio, habrá un cielo nuevo y una tierra nueva como la esfera del eterno reino de Dios con la Nueva Jerusalén como centro del reino de Dios (Ap. 21—22). Esta es la conclusión del séptimo sello y de la séptima trompeta que perdurarán para siempre. Todos estos eventos son también el contenido de la séptima trompeta, la cual es la parte más grande del séptimo sello que perdurará para siempre. Esta comunión, junto con todas las citas bíblicas, debe ser una ayuda para nosotros en cuanto a entender los siete sellos, las siete trompetas, y las siete copas en relación con el arrebatamiento de los santos.

UNA PALABRA EN CUANTO AL DIA, LA HORA, Y EL AÑO

  En Mateo 24:36 el Señor dice: “Pero de aquel día y hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino sólo el Padre”. De acuerdo con el contexto de esta palabra, Mateo 24:32-44, “el día y la hora” se refiere al día y la hora del arrebatamiento de los vencedores a la sección secreta de Su parousía (Su venida) al tercer cielo. El día y la hora nadie lo sabe sino sólo el Padre, quien guarda ese día y hora en Sí mismo en secreto.

  Sin embargo, el año de la aparición de la sección pública de la parousía (la venida) del Señor en la tierra, se puede calcular según la última semana (siete años) de las setenta semanas reveladas en Daniel 9:24-27. Conforme a la profecía de Daniel, al llegar a la última semana, el anticristo confirmará un pacto con Israel por siete años, y a la mitad de los siete años él quebrantará el pacto y perseguirá al pueblo de Israel y a los creyentes que queden (v. 27). Cuando los creyentes vean al anticristo que ha de venir, haciendo un pacto con los judíos por siete años, se podrá calcular, con base en las profecías de Mateo 24:15-44; 1 Corintios 15:51-52; 1 Tesalonicenses 4:15-17; 2 Tesalonicenses 2:1-8; y Apocalipsis 6—16, el año del arrebatamiento de los vencedores, que debe ser probablemente en la primera mitad del cuarto año de la última semana, y el año del arrebatamiento de la mayoría de los santos y de los dos testigos, que será el último año de la última semana. Hasta podemos deducir el día del arrebatamiento de la mayoría de los santos y de los dos testigos, que será en el último día de la última semana como ya lo vimos en este mensaje.

  El Señor, en Mateo 24:32-33, nos da algunas señales para que nosotros podemos reconocer el período de Su parousía, la cual será en la última parte de la última semana. El Señor Jesús dice: “De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas”. La higuera es símbolo de la nación de Israel, la cual fue condenada por el Señor a que se secara, en Mateo 21:19. El hecho de que la rama esté tierna y broten sus hojas, representa la restauración de la nación de Israel, la cual ya ha ocurrido. Con este tipo de señal, tenemos el entendimiento de que estamos ahora en un tiempo muy cercano de la última semana de la era actual. Por consiguiente, tenemos que estar más alerta y prepararnos para la parousía (la venida) del Señor.

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