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Mensajes del libro «Presentación breve de lo que es el recobro del Señor, Una»
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Una presentación breve de lo que es el recobro del Señor

PREFACIO

  Este pequeño libro está compuesto de mensajes dados por el hermano Witness Lee el 7 y 8 de julio de 1990 a fines del Entrenamiento de Verano en Anaheim, California.

B. En Su economía

  En Su economía, Dios es económicamente tres. Esencialmente Dios es uno, pero económicamente, El es tres: el Padre, el Hijo y el Espíritu (Mt. 28:19; 2 Co. 13:14). Un ejemplo de este principio puede verse en el candelero. En el Antiguo Testamento, el candelero fue puesto en el tabernáculo y en el templo (Ex. 26:35; 1 R. 7:49). En el Nuevo Testamento el candelero se ve en Apocalipsis 1:11-13 y 20. El candelero consta de una sola base, pero tiene siete lámparas. Las siete lámparas no indican la esencia del candelero; más bien, indican su función. La función es un asunto de economía. Así que, en el aspecto económico, el candelero tiene siete lámparas para alumbrar, y las lámparas alumbran para cumplir la función del candelero, esto es, llevar a cabo la economía del candelero. En esencia, el candelero mismo es uno, pero en el aspecto económico, es siete. Este es un buen ejemplo del ser divino de nuestro Dios.

  En Su economía, Dios es tres: el Padre, el Hijo y el Espíritu. Los grandes teólogos de los siglos cuarto y quinto se refirieron a los Tres de la Trinidad como a tres hipóstasis. El sentido principal de la palabra griega que se traduce hipóstasis es algo que está por debajo, es decir, un soporte o un fundamento. Como ejemplo, una mesa tiene cuatro patas que la sostienen, y las cuatro patas de la mesa son sus cuatro hipóstasis. De igual manera, hay un solo Dios, pero El es el Padre, el Hijo y el Espíritu. Estos tres —el Padre, el Hijo y el Espíritu— son las tres hipóstasis divinas. La palabra hipóstasis, que fue usada en los escritos teológicos que se escribieron en griego, puede también ser traducida sustancia. Después, cuando la teología se escribió en Latín, se usó la palabra persona. Luego, en el inglés, el término llegó a ser person [persona]. Por esto, se dice que el Padre, el Hijo y el Espíritu son tres personas. Sin embargo, no debemos concluir que esto quiere decir que Ellos son tres personas separadas, de acuerdo al entendimiento común de la palabra persona.

1. El Padre, como origen, es la fuente, el Hijo, como expresión, es el manantial, y el Espíritu, como trasmisión, es el fluir

  El Padre, como origen, es la fuente; el Hijo, como expresión, es el manantial; y el Espíritu, como trasmisión, es el fluir. Una fuente es el origen de un arroyo o río, un manantial es la salida o expresión de la fuente, y el arroyo o río es el fluir. En Jeremías 2:13 Dios se llama a Sí mismo la fuente de aguas vivas; en Juan 4:14 Cristo es el manantial que brota en los creyentes para vida eterna; y en Apocalipsis 22:1 el Espíritu es el fluir, el río de agua de vida. Esto muestra que Dios es uno esencialmente, pero tres económicamente.

2. No hay tres Dioses separados (el triteísmo), no hay dos Padres divinos y no es “Jesús solo”

  Es incorrecto decir que los Tres de la Trinidad divina son tres Dioses separados; ésta es la enseñanza del triteísmo. Igualmente, es incorrecto decir que hay dos Padres divinos, uno, el Padre en la Trinidad (Mt. 28:19), y el otro, el Padre eterno mencionado en Isaías 9:6. No tenemos dos Padres divinos; tenemos sólo un Padre divino. Así que, el Padre eterno es el Padre en los Tres de la Trinidad divina. Además, la enseñanza particular expresada en la frase “Jesús solo” también es incorrecta.

3. El Padre está incorporado en el Hijo, y el Hijo se hace realidad como el Espíritu

  El Padre está incorporado en el Hijo, y el Hijo se hace realidad como el Espíritu. Esto es plenamente revelado en Juan 14:16-20. Si leemos estos cinco versículos, veremos que el Espíritu es la realidad del Hijo, Cristo.

4. El Padre propuso, el Hijo logró lo que el Padre había propuesto, y el Espíritu aplica lo que el Hijo ha logrado

  El Padre propuso (Ef. 1:4-6), el Hijo logró lo que el Padre había propuesto (Ef. 1:7-12), y el Espíritu aplica lo que el Hijo ha logrado (Ef. 1:13-14).

5. El Hijo y el Padre son uno, y el Espíritu es uno con el Padre y con el Hijo

  El Hijo vino con el Padre para efectuar la redención (Jn. 6:46), y mientras el Hijo estuvo sobre la Tierra, el Padre estuvo con el Hijo todo el tiempo (Jn. 8:16b, 29). En Juan 6:46 la preposición traducida de tiene el significado de de y con. Así que, cuando el Señor Jesús vino a la Tierra para efectuar la redención, El vino no solamente del Padre sino también con el Padre. En Juan 8:16 y 29 el Señor Jesús nos dijo que El no estaba solo, sino que el Padre estaba siempre con El.

  El Hijo también vino en el nombre del Padre (Jn. 5:43). Es por esto que en Isaías 9:6 el Hijo es llamado el Padre. Además, el Padre envió al Espíritu en el nombre del Hijo (Jn. 14:26a). Estas dos cosas son evidencia no sólo de que el Hijo y el Padre son uno, sino también de que el Espíritu es uno con el Padre y con el Hijo. Los Tres de la Trinidad divina son uno solo.

a. Para el dispensar de la Trinidad divina en los creyentes

  Esta clase de economía, arreglo, o plan, es para el dispensar de la Trinidad divina en los creyentes. En Romanos 8:5-11 podemos ver este dispensar.

b. Para que los creyentes experimenten y disfruten al Dios Triuno procesado

  Este arreglo también es para que los creyentes experimenten y disfruten al Dios Triuno procesado (2 Co. 13:14).

c. Para que el Dios Triuno procesado y los creyentes regenerados sean mezclados en uno para la edificación del Cuerpo orgánico de Cristo

  Este arreglo también es para que el Dios Triuno procesado y los creyentes regenerados sean mezclados en uno (Ef. 4:4-6) para la edificación del Cuerpo orgánico de Cristo (Ef. 4:12-13, 15-16). En Efesios 4:4-6 se nos dice que hay un solo Cuerpo, un solo Espíritu, un solo Señor, y un solo Dios y Padre de todos. Esto indica que el Dios Triuno está mezclado con el Cuerpo de Cristo, esto es, con nosotros los creyentes. Este mezclar tiene como fin la edificación del Cuerpo orgánico de Cristo. Efesios 4:12-13 y 15-16 son cuatro versículos que nos muestran que el mezclar de la Trinidad divina con los creyentes tiene por objeto una edificación orgánica, la edificación del Cuerpo de Cristo.

  Todos los puntos anteriormente mencionados han sido pasados por alto por la mayoría de los cristianos hoy en día. En el adiestramiento recibido por la mayoría de los estudiantes de teología, se les dice meramente de una manera general que Dios es triuno: el Padre, el Hijo y el Espíritu. La mayoría de los cristianos no han avanzado más allá de este punto en su entendimiento de la Trinidad divina. Sin embargo, todos los puntos anteriormente mencionados son revelados claramente en la revelación divina, especialmente en el Nuevo Testamento.

II. EL RECOBRO DE LA REVELACION DIVINA CON RESPECTO A CRISTO

  El segundo punto principal del recobro del Señor es el recobro de la revelación divina en cuanto a Cristo.

A. En la eternidad, Cristo es la Palabra de Dios y Dios mismo

  En la eternidad, Cristo era la Palabra de Dios y también era Dios mismo (Jn. 1:1). El era no solamente la Palabra de Dios, sino también Dios mismo. Juan 1:1 dice: “En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios” (gr.). La Palabra no sólo estaba con Dios, sino que la Palabra era Dios.

B. En el tiempo, Cristo como la Palabra de Dios se hizo carne para ser un hombre y extender tabernáculo entre los hombres, lleno de gracia y realidad

  En el tiempo, Cristo como la Palabra de Dios se hizo carne para ser un hombre y extender tabernáculo entre los hombres (Jn. 1:14), lleno de gracia (la cual es Dios, a quien el hombre puede recibir como su disfrute) y de realidad (la cual es Dios, a quien el hombre puede experimentar como realidad).

C. Cristo es el Dios completo y el hombre perfecto, y posee tanto la naturaleza divina como la naturaleza humana para ser la incorporación de la plenitud de la Deidad

  Así que, Cristo es el Dios completo y el hombre perfecto, el Dios Triuno y el hombre tripartito, y posee tanto la naturaleza divina como la naturaleza humana, para ser la incorporación de la plenitud de la Deidad (Col. 2:9).

D. Cristo es Aquel que es todo-inclusivo y todo-extensivo

  Cristo es Aquel que es todo-inclusivo y todo-extensivo (Ef. 1:23b). De acuerdo a Efesios 1:23, Cristo es Aquel que todo lo llena en todo; por lo tanto, El es todo-extensivo. Como el todo-extensivo, ciertamente El es todo-inclusivo.

1. Es el unigénito Hijo de Dios desde la eternidad, y el primogénito Hijo de Dios desde Su resurrección en humanidad

  Este Cristo todo-inclusivo y todo-extensivo es el unigénito Hijo de Dios desde la eternidad (Jn. 3:16a; 17:24b), y el primogénito Hijo de Dios desde Su resurrección en humanidad (Ro. 8:29b; Hch. 13:33). Cristo como Hijo de Dios tiene dos condiciones: el unigénito Hijo de Dios y el primogénito Hijo de Dios. La mayoría de los cristianos no tienen un entendimiento acerca de esto, y puede ser que algunos hasta digan que esto es herejía. Sin embargo, esto no es herejía, porque es mencionado claramente en Juan 3:16, que dice que Cristo es el unigénito Hijo de Dios, y en Romanos 8:29, se nos dice que El es el primogénito Hijo de Dios entre muchos hermanos.

2. Como el Hijo dado es llamado el Padre Eterno y, por lo tanto, es uno con el Padre

  Como el Hijo dado, Cristo es llamado “El Padre eterno” (Is. 9:6); por lo tanto, es uno con el Padre (Jn. 10:30; 14:8-10). Podemos decir que Cristo es tanto el Padre como el Hijo porque El es todo-inclusivo. Si fuera únicamente el Hijo y no el Padre, no sería todo-inclusivo.

3. En Su resurrección, se hizo el Espíritu vivificante, por lo tanto, es el Espíritu y el Señor Espíritu

  En Su resurrección Cristo se hizo el Espíritu vivificante (1 Co. 15:45). El no sólo es el Hijo y el Padre; con el tiempo, El también se hizo el Espíritu vivificante. Por lo tanto, El es el Espíritu y el Señor Espíritu (2 Co. 3:17-18).

  En 1964, un poco después de que vine a los Estados Unidos, un querido amigo me advirtió, diciéndome que aunque esta clase de enseñanza está en la Biblia, el cristianismo no la aceptaría. Así que me aconsejó que hiciera esta enseñanza a un lado. Como respuesta, le dije a este hermano que ya que esta enseñanza está en la Biblia él debía darme la libertad de hablar este punto como el Señor me había guiado a hacerlo. Le dije que si yo no podía hablar acerca de Cristo como el Espíritu no tendría nada de que hablar. Ahora, veintiséis años después, es común oír que los santos en el recobro del Señor hablen de Cristo como el Espíritu. En las reuniones de la mesa del Señor, muchos de los santos alaban al Señor no sólo porque murió por nosotros en la cruz y porque resucitó de entre los muertos, sino también porque es el Espíritu vivificante que mora dentro de nosotros. Si alabáramos al Señor sólo porque murió por nosotros en la cruz, por Su resurrección, y por estar hoy sentado en los cielos, nuestro sentir no sería tan agradable, porque Cristo estaría lejos de nosotros. Pero, ¡aleluya, hoy el crucificado y resucitado es un Espíritu vivificante que mora en nosotros! Nadie puede negar esto. Esto es un punto importante en el Nuevo Testamento. También es un punto principal en el recobro del Señor.

4. En Su resurrección y ascensión, llegó a ser el Señor de todo y el Cristo de Dios

  En Su resurrección y ascensión, Cristo llegó a ser el Señor de todo y el Cristo de Dios (Hch. 2:36; Ap. 11:15). El llegó a ser el Señor nuestro y el Cristo de Dios para llevar a cabo la economía de Dios. El es el Cristo de Dios, el ungido de Dios para llevar a cabo la economía de Dios.

5. Es el Primogénito de toda creación y el Primogénito de la resurrección de entre los muertos

  Cristo es el Primogénito de toda creación y el Primogénito de la resurrección de entre los muertos (Col. 1:15, 18). Dios tiene dos creaciones, la vieja creación y la nueva creación. La vieja creación llegó a existir por la obra creadora de Dios. Colosenses 1:15 dice que Cristo es el Primogénito de la vieja creación. La segunda creación, la nueva creación de Dios, llegó a existir por y en la resurrección. De acuerdo a Colosenses 1:18, Cristo es el Primogénito de la resurrección de entre los muertos. Así que, Cristo es el Primogénito de ambas creaciones.

6. Es Aquel que es digno de abrir los siete sellos de Dios que tienen que ver con la administración de Dios en todo el universo de acuerdo a la economía de Dios

  Cristo es Aquel que es digno de abrir los siete sellos de Dios que tienen que ver con la administración de Dios en todo el universo de acuerdo a la economía de Dios (Ap. 5:2-5). El es el único que es digno de abrir los sellos secretos de la economía de Dios.

7. Es la Cabeza del Cuerpo, y también es el Cuerpo del Cristo corporativo

  Cristo es la Cabeza del Cuerpo (Col. 1:18), y también es el Cuerpo del Cristo corporativo (1 Co. 12:12). Esto significa que El es tanto la Cabeza como el Cuerpo.

8. Es todos los miembros del nuevo hombre

  Así que, Cristo es todos los miembros del nuevo hombre (Col. 3:10-11). El nuevo hombre es Cristo. Cristo es todo- inclusivo.

9. Es la porción dada por Dios a los creyentes como su vida y suministro de vida hoy y como su gloria en el futuro

  Cristo es la porción asignada por Dios a los creyentes (Col. 1:12) como su vida y suministro de vida hoy (Col. 3:4) y como su gloria en el futuro (Col. 1:27). Colosenses 1:27 dice que Cristo en nosotros es la esperanza de gloria. Como porción que Dios nos ha dado, Cristo es nuestra vida hoy, y El será nuestra gloria en el futuro.

10. El es la piedra del fundamento, la piedra angular y la piedra principal del edificio de Dios

  Cristo es la piedra del fundamento (1 Co. 3:11; Is. 28:16), la piedra angular (Ef. 2:20b), y la piedra principal (Zac. 4:7) del edificio de Dios.

11. El es resurrección, vida, poder, sabiduría: justicia, santificación y redención y además es la realidad de todas las cosas positivas

  Cristo es resurrección, vida, poder, sabiduría: justicia, santificación, y redención, y la realidad de todas las cosas positivas (Jn. 11:25; 14:6; 1 Co. 1:24, 30; Col. 2:16-17; Gá. 3:27; Jn. 10:9; 1 Co. 10:3-4). Colosenses 2:16-17 dice que comer, beber, días de fiesta, el Sábado, y lunas nuevas son sombras, y que el cuerpo de estas sombras es Cristo. Según Gálatas 3:27, Cristo es nuestra vestidura; es decir, nosotros nos vestimos de El. En Juan 10:9, Cristo es nuestra puerta; a través de El salimos del redil religioso y entramos en los ricos pastos. En 1 Corintios 10:3-4, Cristo es nuestro alimento espiritual y nuestra bebida espiritual; El es también la roca espiritual que nos sigue. El es la realidad de todas las cosas positivas.

12. Sus riquezas son inescrutables

  Según Efesios 3:8, las riquezas de Cristo son inescrutables.

13. Nos da el Espíritu sin medida

  Cristo nos da el Espíritu sin medida (Jn. 3:34b). Debido a que El es todo-inclusivo y todo-extensivo, Cristo también es inmensurable.

14. Su gracia es suficiente para nosotros

  La gracia de Cristo es suficiente para nosotros (2 Co. 12:9).

  Todos los puntos anteriores tocante a Cristo están incluidos en el recobro del Señor. Casi todos estos puntos se han perdido, se han descuidado o han sido pasados por alto por el cristianismo.

III. EL RECOBRO DE LA REVELACION DIVINA EN CUANTO AL ESPIRITU

  El tercer punto del recobro del Señor es el recobro de la revelación divina en cuanto al Espíritu.

A. El Espíritu Santo, el Espíritu de Dios, el Espíritu de Jesús, el Espíritu de Cristo, el Espíritu de Jesucristo, y el Espíritu de vida

  El Espíritu es el Espíritu Santo (Hch. 16:6b), el Espíritu de Dios (Ro. 8:9a), el Espíritu de Jesús (Hch. 16:7), el Espíritu de Cristo (Ro. 8:9b), el Espíritu de Jesucristo (Fil. 1:19b), y el Espíritu de vida (Ro. 8:2a). Aunque yo estuve en el cristianismo por muchos años, nunca oí a nadie hablar acerca del Espíritu de Jesús, del Espíritu de Cristo, y del Espíritu de Jesucristo. Sin embargo, el Espíritu de Jesús se menciona claramente en Hechos 16:7, se habla del Espíritu de Cristo en Romanos 8:9, y el Espíritu de Jesucristo se menciona en Filipenses 1:19. Al leer estos tres libros, podemos ver que hoy el Espíritu Santo, quien es el Espíritu de Dios, ha venido a ser algo más: El es el Espíritu de Jesús, el Espíritu de Cristo, y el Espíritu de Jesucristo. Y no sólo eso, El también es el Espíritu de vida.

B. El Espíritu compuesto, el aceite de la unción

  El Espíritu es también el Espíritu compuesto, el aceite de la unción (2 Co. 1:21; 1 Jn. 2:20, 27 cfr. Ex. 30:23-26). La palabra ungido es usada por el apóstol Pablo en 2 Corintios 1:21, y la palabra unción es usada por el apóstol Juan en 1 Juan 2:20 y 27. Esta palabra es tomada de Exodo 30:23-26, la cual habla acerca del ungüento compuesto para la unción. Ese ungüento no era solamente aceite de oliva, sino un compuesto de aceite de oliva como base, y cuatro clases de especias. Las cuatro especias se molían hasta hacerlas polvo y luego se mezclaban con aceite de oliva para hacer el ungüento. Este ungüento tenía como fin ungir el tabernáculo, el altar y todos sus muebles y utensilios.

  Me familiaricé con esto a través de los escritos de los Hermanos. En Exodo 30 la Biblia anotada de Scofield tiene una nota que nos dice que el ungüento compuesto tipifica al Espíritu Santo. Sin embargo, no nos dice que este ungüento es un compuesto con el aceite como base y con otras cuatro especias como elementos para mezclarse. Yo mismo pasé mucho tiempo durante un período de más de cincuenta años estudiando este asunto. A través de mi estudio descubrí que el aceite tipifica al Espíritu de Dios y que cada una de las cuatro especias tipifica a Cristo en Su muerte y resurrección. La primera especia, la mirra, tipifica la muerte preciosa de Cristo; la segunda, la canela, tipifica la dulzura y la eficacia de la muerte de Cristo; la tercera, el cálamo, tipifica la preciosa resurrección de Cristo y la cuarta, la casia, tipifica el poder de la resurrección de Cristo. Estos ingredientes han sido mezclados con el Espíritu de Dios para ser el ungüento. Este es el Espíritu compuesto como el ungüento de la unción. Hoy el Espíritu es el Espíritu compuesto, quien está compuesto con Dios el Espíritu y con la humanidad de Cristo, con la muerte de Cristo y con la eficacia de la muerte de Cristo, y con la resurrección de Cristo y el poder de la resurrección de Cristo. Ahora todo esto está en el Espíritu. Finalmente, el Espíritu compuesto es mencionado en la Biblia como el Espíritu (Jn. 7:39; Ap. 22:17).

C. El Espíritu vivificante

  El Espíritu también es el Espíritu vivificante (2 Co. 3:6b). No debemos olvidar que hoy el Espíritu vivificante es un Espíritu compuesto.

D. El Espíritu que mora en nosotros

  Como el Espíritu vivificante, el Espíritu también es el Espíritu que mora en nosotros (Ro. 8:11).

E. El Espíritu séptuple

  En Apocalipsis 1:4; 4:5 y 5:6b, el Espíritu es revelado como el Espíritu séptuple. En estos versículos el único Espíritu de Dios es llamado “los siete Espíritus”. Sin embargo, aquí no tenemos siete Espíritus separados; más bien, tenemos un solo Espíritu que es séptuple.

F. El Espíritu como el Espíritu consumado para ser la consumación del Dios Triuno procesado

  Finalmente, el Espíritu en todos los aspectos anteriores es simplemente el Espíritu como el Espíritu consumado para ser la consumación del Dios Triuno procesado (Jn. 7:39; Ap. 22:17). En este Espíritu tenemos a Dios, a Cristo, al hombre, la muerte de Cristo, la resurrección de Cristo, el poder de la muerte de Cristo, y la fragancia de la resurrección de Cristo. En todo el cristianismo actual sería muy difícil encontrar una persona que tuviera conocimiento de estas cosas. Este es el recobro de la revelación divina en cuanto al Espíritu.

IV. EL RECOBRO DE LA REVELACION DIVINA CON RESPECTO A LA VIDA ETERNA

  El cuarto punto del recobro del Señor es el recobro de la revelación divina con respecto a la vida eterna. Muchos cristianos tienen el concepto de que la vida eterna es una bendición dada a los creyentes, en la cual ellos meramente van a una mansión celestial a disfrutar una vida mejor. Cuando yo estuve en el cristianismo, nadie me dijo que la vida eterna no es una bendición, sino que es simplemente vida. En nuestro cuerpo físico tenemos una vida biológica (bíos), y en nuestra alma tenemos una vida psicológica (psujé). Antes de ser salvos teníamos estas dos clases de vida. Pero cuando fuimos salvos, recibimos otra vida, la vida eterna (zoé).

A. La vida que no meramente perdura por siempre, sino que es eterna tanto en tiempo como en naturaleza

  La vida eterna es la vida que no sólo perdura por siempre sino que es eterna tanto en tiempo como en naturaleza (Jn. 3:16, 36; 1 Jn. 1:2). Esta vida es ilimitada tanto en tiempo como en naturaleza; por lo tanto, es eterna.

B. La vida increada de Dios, la vida indestructible, y la vida incorruptible

  La vida eterna es la vida increada de Dios (Ef. 4:18), la vida indestructible (He. 7:16), y la vida incorruptible (2 Ti. 1:10). Con respecto a la definición de la vida eterna, recibí mucha ayuda a través de los escritos de Watchman Nee, Mary McDonough, Ruth Paxson y T. Austin-Sparks. A través de sus escritos descubrí que ser regenerado es simplemente recibir a Dios dentro de nosotros como nuestra vida, recibir una vida que es divina, una vida diferente de nuestra vida humana.

C. La vida que está en el Hijo de Dios y que es el Hijo de Dios

  La vida eterna es la vida que está en el Hijo de Dios y que es el Hijo de Dios (1 Jn. 5:11-12; 1:2; Jn. 14:6). Esta vida no solamente está en el Hijo de Dios, sino que es el Hijo de Dios mismo.

D. La vida con la cual los creyentes son regenerados y que viene a ser la vida de los creyentes, haciendo a los creyentes hijos de Dios y miembros de Cristo

  La vida eterna es la vida con la cual los creyentes son regenerados y la cual viene a ser la vida de los creyentes (Col. 3:4a), haciendo a los creyentes hijos de Dios (Jn. 1:12-13) y miembros de Cristo (Ef. 5:30).

E. La vida a la cual debemos asirnos

  En 1 Timoteo 6:12 el apóstol Pablo nos encarga que echemos mano de esta vida eterna.

  El Nuevo Testamento nos enseña que la vida eterna tiene tres etapas, y estas tres etapas están en tres eras: la era presente, es decir, la era de la iglesia; la era venidera, es decir, la era del reino; y la era eterna, en el cielo nuevo y la tierra nueva con la Nueva Jerusalén como el centro. En la primera era, es decir, la era de la iglesia, recibimos la vida eterna. Así que, viene a ser nuestra vida, y la disfrutamos y vivimos por ella. En la era de la iglesia es un asunto de recibir la vida eterna, pero en la siguiente era, la del reino, la vida eterna no estará allí para que la gente la reciba, sino para que la gente entre en ella. En Mateo 25:46, aquellos de entre las naciones que sean juzgados por el Señor Jesús siendo hallados “ovejas”, entrarán en la vida eterna en la era del reino. Así que, en la era venidera la vida eterna llegará a ser una esfera para que la gente entre en ella. En esa era la vida eterna se dará como recompensa. En esta era la vida eterna está a disposición para que la recibamos como un don gratuito (Ro. 6:23b), pero en la era venidera la vida eterna estará allí para que entremos en ella, no como un don gratuito sino como una recompensa. Esta recompensa se dará tanto a los creyentes vencedores como a las “ovejas” que se mencionan en Mateo 25, que pagaron un precio por cuidar de los hermanos de Cristo durante la gran tribulación. Luego en la era eterna, es decir, en el cielo nuevo y la tierra nueva que tienen a la Nueva Jerusalén como centro, la vida eterna finalmente será el don consumado para que todo el pueblo redimido de Dios manifieste al Dios Triuno por la eternidad.

  Si tenemos esta visión, podremos entender muchos versículos de los Evangelios. En los Evangelios el Señor le dijo a la gente que entrara en la vida eterna y que recibiera la vida eterna. En Mateo 19:17 el Señor le dijo al joven que entrara a la vida eterna, pero en Juan, especialmente en el capítulo tres, El habló de recibir la vida eterna. Hemos recibido la vida eterna como un don, pero que entremos o no a la vida eterna en el futuro como recompensa está por ser determinado. Podemos recibir la vida eterna sin hacer ningún trabajo, como un don gratuito, pero para entrar en la vida eterna se requiere que hagamos las obras apropiadas, que tengamos las virtudes apropiadas y que paguemos un precio. Si no entendemos bien esto, tal vez sintamos que el Nuevo Testamento se contradice al decir, por una parte, que recibiremos la vida eterna como un don gratuito, y por otra, que tenemos que pagar el precio para entrar en ella. Necesitamos entender claramente que en la era actual, la vida eterna es un don dado para que nosotros lo recibamos, pero en la era venidera la vida eterna será una recompensa para premiarnos por el precio que hemos pagado por causa del Señor. Entonces, en la era eterna, el recibir y el entrar serán una sola cosa.

  Es por medio de esta vida eterna y en ella que los creyentes han sido producidos. La vida eterna es crucial para la producción de los creyentes y para la edificación del Cuerpo orgánico de Cristo.

V. EL RECOBRO DE LA REVELACION DIVINA CON RESPECTO A LOS CREYENTES

  El quinto punto en el recobro del Señor es el recobro de la revelación divina con respecto a los creyentes.

A. Los creyentes son seres tripartitos: tienen espíritu, alma y cuerpo

  Los creyentes son seres tripartitos constituidos de espíritu, alma y cuerpo (1 Ts. 5:23).

B. Los creyentes son redimidos, justificados y reconciliados con Dios en Cristo

  Los creyentes son redimidos, justificados, y reconciliados con Dios en Cristo (Ro. 3:24; 5:10a). No sólo hemos sido salvos, sino que también hemos sido redimidos, justificados y reconciliados con Dios en Cristo.

C. Los creyentes han sido bautizados en el Dios Triuno para tener una unión orgánica con el Dios Triuno procesado

  Los creyentes han sido bautizados en el Dios Triuno para tener una unión orgánica con el Dios Triuno procesado (Mt. 28:19). M. R. Vincent en Word Studies in the New Testament [Estudio de las palabras del Nuevo Testamento], dijo con respecto a Mateo 28:19: “Bautizar en el nombre de la Santa Trinidad implica una unión espiritual y mística con El”. Tal pensamiento, tal revelación, se ha perdido en el cristianismo. El bautismo tiene como fin bautizarnos en el Dios Triuno para que tengamos una unión orgánica con el Dios Triuno procesado.

D. Los creyentes son regenerados en su espíritu por el Espíritu y con la vida divina, la cual es Cristo, para ser hijos de Dios, teniendo la naturaleza divina, y para ser miembros de Cristo en la unión de la vida divina

  Los creyentes son regenerados en su espíritu por el Espíritu (Jn. 3:5-6) y con la vida divina, la cual es Cristo (Col. 3:4a), para ser hijos de Dios (Jn. 1:12-13), teniendo la naturaleza divina (2 P. 1:4b), y para ser los miembros de Cristo (Ro. 12:5) en la unión de la vida divina. La regeneración tiene lugar en nuestro espíritu; es llevada a cabo por el Espíritu con la vida divina, y nos hace, primero, hijos de Dios, y luego, miembros de Cristo.

E. Los creyentes han sido crucificados con Cristo, habiendo llegado a su fin en su viejo hombre

  Los creyentes han sido crucificados con Cristo, siendo muertos en su viejo hombre (Gá. 2:20; Ro. 6:6).

F. Los creyentes tienen a Cristo viviendo en ellos como el Cristo , el Espíritu que mora en ellos

  Los creyentes tienen a Cristo viviendo en ellos como el Cristo pneumático, el Espíritu que mora en ellos (Ro. 8:11).

G. Los creyentes han sido santificados posicionalmente por la sangre de Cristo y están siendo santificados disposicionalmente por el Espíritu, para que puedan ser renovados, transformados en su alma, conformados a la imagen del Hijo primogénito de Dios y glorificados en su cuerpo en la gloria del Dios Triuno procesado

  Los creyentes han sido santificados posicionalmente por la sangre de Cristo (He. 13:12) y están siendo santificados disposicionalmente por el Espíritu (Ro. 15:16; 6:19, 22), para ser renovados, transformados en su alma (Ro. 12:2a; 2 Co. 3:18), conformados a la imagen del primogénito Hijo de Dios (Ro. 8:29), y glorificados (redimidos) en sus cuerpos (Ro. 8:23) en la gloria del Dios Triuno procesado (17-18, Ro. 8:30). Aunque los creyentes han sido regenerados en su espíritu, su alma y su cuerpo, siguen siendo viejos. Por esta razón, los creyentes necesitan ser renovados, transformados en su alma, conformados a la imagen del Hijo primogénito de Dios, y glorificados en sus cuerpos en la gloria del Dios Triuno procesado. Los creyentes son seres tripartitos constituidos de espíritu, alma y cuerpo. Primero, su espíritu es regenerado, luego su alma es transformada, y finalmente su cuerpo será glorificado. De esta manera, todo el ser de los creyentes será saturado con la vida espléndida de Dios. La vida de Dios es una vida de esplendor, y ese esplendor es la gloria de la vida divina. Cuando seamos invadidos, saturados y empapados con el esplendor de la vida divina, estaremos en la gloria.

H. Los creyentes son saturados en su ser tripartito con el dispensar de la Trinidad divina para que sean mezclados con el Dios Triuno procesado

  Los creyentes son saturados en su ser tripartito con el dispensar de la Trinidad divina (Ro. 8:5-11), para que sean mezclados con el Dios Triuno procesado.

I. Los creyentes están unidos al Señor en un solo espíritu

  Los creyentes están unidos al Señor en un solo espíritu (1 Co. 6:17).

J. Los creyentes son los pámpanos de Cristo, la vid, el organismo del Dios Triuno, para expresar al Dios Triuno procesado mediante llevar fruto para el aumento de Cristo

  Los creyentes son los pámpanos de Cristo, la vid, el organismo del Dios Triuno, para expresar al Dios Triuno procesado mediante llevar fruto para el aumento de Cristo (Jn. 15:1-5, 8, 16). Como pámpanos de Cristo, los creyentes deben llevar una vida que produce fruto para el aumento de Cristo.

K. Los creyentes son los sacerdotes neotestamentarios de Dios, sacerdotes de Su evangelio para ofrecer a los pecadores salvos como sacrificios a Dios

  Los creyentes son los sacerdotes neotestamentarios de Dios, sacerdotes de Su evangelio para ofrecer a los pecadores salvos como sacrificos a Dios (Ro. 15:16; 1 P. 2:5, 9). Como sacerdotes de Dios, los creyentes deben tener el servicio de salvar pecadores para ofrecer sacrificios a Dios.

VI. EL RECOBRO DE LA REVELACION DIVINA CON RESPECTO A LA IGLESIA

  El sexto punto del recobro del Senor es el recobro de la revelación divina con respecto a la iglesia.

A. La iglesia es la iglesia de Dios, escogida y predestinada por Dios el Padre, redimida por Dios el Hijo, y sellada por Dios el Espíritu

  La iglesia es la iglesia de Dios (1 Co. 10:32), escogida y predestinada por Dios el Padre (Ef. 1:3-6), redimida por Dios el Hijo (Ef. 1:7-12), y sellada por Dios el Espíritu (Ef. 1:13-14).

B. La iglesia es el Cuerpo de Cristo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo, como Su expresión, unida orgánicamente a la Cabeza resucitada, ascendida y transmisora

  La iglesia es el Cuerpo de Cristo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo (Ef. 1:23), como Su expresión, unida orgánicamente a la Cabeza resucitada, ascendida y transmisora (Ef. 1:19-22).

C. La iglesia es también la plenitud del Dios Triuno procesado, llena de las riquezas de Cristo y del Cristo inmensurable

  La iglesia es la plenitud de Cristo, y también es la plenitud del Dios Triuno procesado (Ef. 3:14-19), llena de las riquezas de Cristo y del Cristo inmensurable (Ef. 3:8b, 17-19a). La iglesia está llena de Cristo mismo y de las riquezas de Cristo. Tal iglesia es la plenitud del Dios Triuno procesado.

D. La iglesia es el complemento de Cristo como Su aumento, una iglesia gloriosa, santa y sin mancha

  La iglesia es el complemento de Cristo, tal como Eva era el complemento de Adán (Gn. 2:21-23), como Su aumento (Jn. 3:29-30), una iglesia gloriosa, santa y sin mancha (Ef. 5:27).

E. La iglesia es el nuevo hombre creado en Cristo, mediante Su cruz con los creyentes judíos y gentiles

  La iglesia es el nuevo hombre creado en Cristo, mediante Su cruz, con los creyentes judíos y gentiles (Ef. 2:14-16).

F. La iglesia es la mezcla del Dios Triuno procesado y los creyentes, edificada como el Cuerpo orgánico de Cristo por los miembros dotados y por cada parte activa mediante el crecimiento en vida

  La iglesia es la mezcla del Dios Triuno procesado y los creyentes (Ef. 4:3-6), edificada como el Cuerpo orgánico de Cristo por los miembros dotados (por cada coyuntura del rico suministro) y por cada parte activa mediante el crecimiento en vida (Ef. 4:11-13, 15-16). La iglesia como Cuerpo orgánico de Cristo es edificada por dos categorías de personas: primero, las personas dotadas, que son las coyunturas del rico suministro, y segundo, cada parte activa en su propia función. Debemos tener, y de hecho tenemos, estas dos clases de personas entre nosotros. En la edificación del Cuerpo de Cristo, las personas dotadas perfeccionan a los santos para que los santos hagan la obra del ministerio del Nuevo Testamento, es decir, para que edifiquen el Cuerpo de Cristo.

G. La iglesia es la casa de Dios, la habitación de Dios en nuestro espíritu

  La iglesia es la casa de Dios (Ef. 2:19b; 1 Ti. 3:15), la habitación de Dios en nuestro espíritu (Ef. 2:22).

H. La iglesia es hoy el reino de Dios, la realidad del reino de los cielos

  La iglesia es hoy el reino de Dios, la realidad del reino de los cielos (Mt. 16:18-19). En Mateo 16:18 el Señor dijo: “Sobre esta roca edificaré mi iglesia”. Luego, en el versículo 19 El dijo: “A tí te daré las llaves del reino de los cielos”. Esto muestra que hoy la vida apropiada de la iglesia es la realidad del reino de los cielos.

I. La iglesia existe universalmente como la única iglesia universal, pero se expresa localmente en muchas iglesias locales

  La iglesia existe universalmente como la única iglesia universal (Ef. 1:22-23), pero se expresa localmente en muchas iglesias locales (Ap. 1:4a, 11).

J. Todo esto es conforme al arreglo de la economía eterna de Dios

  Todo esto es conforme al arreglo de la economía eterna de Dios (Ef. 3:9-11; 1:9-11).

VII. EL RECOBRO DEL TERRENO DE LA IGLESIA

  Como continuación de los seis puntos principales anteriores en cuanto al recobro del Señor, me gustaría añadir dos puntos más, que son: el recobro del terreno de la iglesia y el recobro de la práctica de las iglesias locales.

A. La definición del terreno de la iglesia

1. No el fundamento, sino el lugar

  La palabra terreno que nosotros usamos refiriéndonos al terreno de la iglesia no conlleva la denotación de un fundamento, como el fundamento de un edificio; tiene la denotación de un lugar, como el lugar en el cual se pone el fundamento de un edificio.

2. Los tres elementos cruciales del terreno de la iglesia

  De acuerdo a la revelación divina del Nuevo Testamento, el terreno de la iglesia se constituye de tres elementos cruciales, como sigue:

a. La unidad única del Cuerpo universal de Cristo

  El primer elemento de la constitución del terreno de la iglesia es la unidad única del Cuerpo universal de Cristo, la cual es llamada “la unidad del Espíritu” (Ef. 4:3). Esta es la unidad por la cual el Señor oró en Juan 17. Esta es una unidad de la mezcla del Dios Triuno procesado y de todos los creyentes en Cristo. Esta unidad es en el nombre del Padre (Jn. 17:6, 11), el cual denota la persona del Padre, en la cual está la vida del Padre. Esta unidad es incluso en el Dios Triuno mediante la santificación por Su santa palabra como la verdad (Jn. 17:14-21). Esta unidad es finalmente en la gloria divina para la expresión del Dios Triuno (Jn. 17:22-24). Tal unidad fue impartida en el espíritu de todos los creyentes en Cristo, en su regeneración por el Espíritu de vida con Cristo como la vida divina; esta unidad ha venido a ser el elemento básico del terreno de la iglesia.

b. El terreno único de la localidad de una iglesia local

  El segundo elemento del terreno de la iglesia es el terreno único de la localidad, en el cual una iglesia local se establece y existe. El Nuevo Testamento nos presenta un cuadro claro de que todas las iglesias locales, como expresión de la iglesia universal —el Cuerpo universal de Cristo— están ubicadas en sus ciudades respectivas. Así que, vemos la iglesia en Jerusalén (Hch. 8:1), la iglesia en Antioquía (Hch. 13:1), la iglesia en Cencrea (Ro. 16:1), la iglesia en Corinto (1 Co. 1:2), y las siete iglesias en Asia en siete respectivas ciudades (Ap. 1:4, 11). Cada ciudad, constituyendo los confines en los cuales una iglesia existe, es el terreno local de esa iglesia. Tal terreno, la localidad, siendo único, impide que la iglesia sea dividida por muchos diferentes asuntos que sirven de terrenos o bases diferentes, tal como en el caso de las denominaciones divisivas que están divididas, denominaciones tales como los bautistas, los presbiterianos, los luteranos, los metodistas y los episcopales.

c. La realidad del Espíritu de unidad

  El tercer elemento del terreno de la iglesia es la realidad del Espíritu de unidad, que expresa la unidad única del Cuerpo universal de Cristo, basada en el terreno único de localidad de una iglesia local. En pocas palabras, el tercer elemento del terreno de la iglesia es la realidad del Espíritu, quien es la realidad viviente de la Trinidad divina (1 Jn. 5:6; Jn. 16:13). Es por medio de este Espíritu que la unidad del Cuerpo de Cristo se hace real y viva. También es por medio de este Espíritu que el terreno de la localidad se aplica en vida y no en legalismo. Y es por este Espíritu que el terreno genuino de la iglesia está ligado al Dios Triuno (Ef. 4:3-6).

B. El terreno genuino de la iglesia guarda la unidad genuina de la iglesia en el aspecto práctico

  El terreno de la iglesia anteriormente definido guarda, en el aspecto práctico, la unidad genuina de la iglesia tanto local como universalmente (Ef. 4:3), sin ninguna división. Esta es la única manera de evitar la situación actual de división y confusión entre los miembros de Cristo.

C. La base de la comunión genuina de los creyentes

  El terreno de la iglesia anteriormente definido también es la base de la comunión genuina y apropiada de todos los creyentes, la cual es llamada “la comunión de los apóstoles” en la revelación divina (Hch. 2:42); una comunión con el Dios Triuno y con todos los miembros de Cristo (1 Jn. 1:1-3). Esta es la comunión única del Cuerpo de Cristo, la cual es local y universal. Debido a los muchos terrenos divisivos del cristianismo actual, la comunión entre los miembros de Cristo también está dividida en muchas comuniones que causan división. La manera de salvarse de todas estas comuniones también es tomar y mantener el terreno genuino y apropiado de la iglesia única. Esto no es un asunto de doctrina y regulación; es un hecho espiritual y una necesidad práctica.

VIII. EL RECOBRO DE LA PRACTICA DE LAS IGLESIAS LOCALES

A. La necesidad de las iglesias locales

  La iglesia de Dios, como Cuerpo viviente de Cristo, necesita las iglesias locales para su existencia y función. Sin las iglesias locales, el Cuerpo de Cristo no tiene manera de existir ni de llevar a cabo su función en el aspecto práctico. En realidad, las iglesias locales son el Cuerpo de Cristo, y el Cuerpo de Cristo es todas las iglesias locales.

B. Las muchas expresiones del único Cuerpo de Cristo

  Las iglesias locales son las muchas expresiones en muchas localidades del único Cuerpo de Cristo. Las iglesias locales, siendo la existencia del Cuerpo de Cristo para su función, son las muchas expresiones del Cuerpo de Cristo. El Cuerpo de Cristo puede existir en los cielos, pero para expresarse, tiene que llegar a ser las iglesias locales.

C. Existe en una localidad, una ciudad

  Una iglesia local es una que existe en una localidad, o sea una ciudad. La jurisdicción de la iglesia está dentro de los límites de la ciudad. Hemos visto que todas las iglesias locales están ubicadas, respectivamente, en diferentes ciudades. Ubicar una iglesia en una ciudad es práctico y conveniente para su administración y su función. La jurisdicción de una iglesia local para su administración está dentro de los límites de la ciudad en la cual existe; pero su obra y testimonio no debe estar limitado o restringido por ninguna frontera. Para su administración, la jurisdicción de una iglesia local es la localidad; pero el testimonio de una iglesia local a través de su obra es tanto local como universal.

D. La administración de una iglesia local

1. Por los ancianos

  Una iglesia local se administra por el cuerpo de ancianos, el cual consta de un grupo de ancianos (1 Ti. 3:1-5; 5:17) designados por las personas dotadas que han establecido la iglesia (Hch. 14:14, 23; Tit. 1:5). Una iglesia local, siendo una expresión orgánica del Cuerpo de Cristo como organismo del Dios Triuno, no debe administrarse en ninguna manera organizativa que la haga una organización mundana. Se debe administrar por los ancianos como entidad orgánica, los componentes de la cual son personas orgánicas que han sido regeneradas por el Dios viviente con Su vida divina, y quienes viven en esa vida y con la misma (1 Ti. 3:1-4; Tit. 1:5-9). Además, su administración bajo este cuerpo de ancianos debe, en todo, llevarse a cabo de una manera orgánica, no por ningún método organizativo.

2. No bajo el control de una iglesia mayor

  La administración de una iglesia local no debe estar bajo el control de ninguna iglesia mayor. Entre las iglesias locales no hay un centro; no hay una iglesia mayor o menor; no hay arzobispo sobre los obispos y no hay obispos sobre los ancianos. Todas las iglesias locales están en el mismo nivel, y todos los ancianos, en calidad de los que vigilan y protegen, también están en el mismo nivel; y cada cuerpo de ancianos administra sólo su iglesia local.

3. Con el ministerio de los apóstoles, profetas, evangelistas, y pastores y maestros

  Después de que una iglesia local ha sido establecida por las personas dotadas y después de que sus ancianos han sido designados por las personas dotadas, una iglesia local todavía necesita el ministerio de las personas dotadas que la establecieron y que designaron sus ancianos, para ser edificada como un testimonio viviente de Cristo. Este aspecto se comprueba plenamente por el caso de la iglesia en Efeso, la cual recibió siempre el ministerio del apóstol Pablo (Hch. 20:17-35), hasta que el apóstol murió como mártir (Ef. 6:19-22; 2 Ti. 4:6).

4. Sin ninguna autonomía absoluta ni federación

  Entre las iglesias locales, no hay autonomía absoluta en la administración de ninguna iglesia local, ni tampoco hay federación alguna entre las iglesias. Los asuntos administrativos de una iglesia local son absolutamente locales, pero todos los otros asuntos, especialmente su testimonio por Cristo y su comunión, deberán ser tanto locales como universales, y deberán ser los mismos entre las iglesias locales. Esto se comprueba categóricamente por las siete iglesias locales que estaban en Asia (Ap. 2—3). Aunque diferían la una de la otra en sus localidades, en sus situaciones, y en sus cosas negativas, ellas, como los siete candeleros de oro, eran absolutamente idénticas en lo que al testimonio de Cristo se refería. Los siete candeleros de oro son absolutamente idénticos en naturaleza, en forma, en apariencia y en función (Ap. 1:12-13). Así que por un lado, el Señor las trató individualmente, escribiendo una epístola a cada una, respectivamente; por otro, El las trató corporativamente dirigiendo las siete epístolas como una sola epístola para todas, y encargándole a cada una de ellas que oyera lo que el Espíritu decía en todas las siete epístolas.

E. La edificación de una iglesia local

  Una iglesia local se edifica por medio del funcionamiento de todos sus miembros con el perfeccionamiento de las personas dotadas, tales como los apóstoles, profetas, evangelistas y pastores y maestros (Ef. 4:12), por medio de:

  1) la predicación del evangelio para salvar y bautizar a los pecadores (Mt. 28:19);

  2) la alimentación de los nuevos creyentes en sus hogares para el crecimiento en vida y en verdad (Jn. 21:15; 1 P. 2:2);

  3) el perfeccionamiento de los santos en las reuniones de grupo para la edificación del Cuerpo de Cristo (Ef. 4:12); y

  4) el profetizar en las reuniones de la iglesia para la edificación de la iglesia (1 Co. 14:1-5, 23-26, 31).

  Las personas dotadas llevan a cabo su ministerio en cuanto a perfeccionar a todos los miembros de una iglesia local en una localidad, para que todos los miembros de esa iglesia local puedan hacer lo que las personas dotadas hacen (Ef. 4:12) en los cuatro puntos anteriormente mencionados, para la edificación de esa iglesia local, lo cual resulta en la edificación del Cuerpo universal de Cristo. Las personas dotadas no edifican la iglesia directamente; más bien, son todos los miembros que han sido perfeccionados por las personas dotadas quienes lo hacen.

F. La edificación de una iglesia local redunda en la edificación de todo el Cuerpo de Cristo

  La edificación de una iglesia local no sólo tiene como fin su edificación a nivel local (1 Co. 14:3), sino la edificación de todo el Cuerpo de Cristo a nivel universal (Ef. 4:12). De hecho, la edificación de las iglesias locales es la edificación del Cuerpo de Cristo, porque las iglesias locales son el Cuerpo de Cristo, la expresión del mismo Cuerpo. Sin la edificación de las iglesias locales, ¿de qué otra manera podría ser edificado el Cuerpo de Cristo de modo práctico?

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