Este capítulo nos revela principalmente el aspecto práctico de la vida que el pueblo de Dios lleva en unidad con Él con miras al cumplimiento de Su propósito eterno. El matrimonio de Isaac no tenía como finalidad meramente el vivir humano de Isaac, sino que, en todo aspecto, tenía como objetivo que un pueblo, la descendencia de Abraham, fuese producido para el cumplimiento del propósito de Dios (Gn. 22:17). Por tanto, en lo referido a obtener una esposa para Isaac, todo fue hecho conforme a la economía de Dios a fin de producir a Cristo con miras a formar el reino de Dios.
Este capítulo también presenta una rica tipología respecto al matrimonio de Cristo, tipificado por Isaac, y la iglesia, tipificada por Rebeca.