Que Dios respondiera a la oración no por amor de Ezequías, sino por amor de Sí mismo y de David, indica que a los ojos de Dios Ezequías poseía poco mérito. Todo el mérito fue atribuido a Dios mismo o al antepasado de Ezequías, esto es, a David (cfr. Is. 38:5a).
Búsqueda