La respuesta de Ezequías a lo dicho por Isaías indica que Ezequías era egoísta, que se preocupaba únicamente por sí mismo. El reino de Judá, sobre el cual Ezequías llegó a ser rey, en realidad era el reino de Dios sobre la tierra, y Ezequías no debía haberlo considerado como su propio reino (cfr. la nota 1 S. 31:61). Que Ezequías perdiera su propio reino no sería significativo, pero que Dios perdiera Su reino ciertamente era de gran trascendencia. La respuesta de Ezequías registrada en este versículo indica que él no pensaba en Dios ni en el reino de Dios, y que a él no le importaban ni siquiera sus propios hijos. Él estaba por completo preocupado consigo mismo.
Los factores causantes del fracaso de Ezequías incluyen:
) exhibir lo que tenía, según la carne,
2) no velar,
3) no buscar al Señor,
4) no orar,
5) no considerar el resultado de sus acciones y
6) preocuparse únicamente por sí mismo y no por el reino de Dios sobre la tierra.