El verdadero significado de ayunar es dejar de comer todo lo que no sea el propio Señor Jesús y no gustar de otra cosa que no sea Él mismo. Dios desea que cesemos toda actividad y seamos reemplazados por Cristo (guardar el Sábado, Is. 56:2) y, además, que no gustemos otra cosa que no sea Cristo (ayunar). Al descansar y ayunar, podemos ser partícipes de todo lo que el Cristo procesado logró por nosotros. La totalidad de lo que Cristo es y lo que Él ha logrado es para nosotros el agua divina (Is. 55:1), la cual es el Espíritu consumado como consumación del Dios Triuno que podemos beber y disfrutar (Jn. 7:37-39; 1 Co. 12:13).