En su hipocresía la casa de Jacob ayunaba, pero hacían muchas cosas en procura de sus propios intereses. Ellos no descansaban en Dios ni le tomaban como su nutrimento y suministro de vida (cfr. Is. 55:1-2). En esto consistía su hipocresía.

En su hipocresía la casa de Jacob ayunaba, pero hacían muchas cosas en procura de sus propios intereses. Ellos no descansaban en Dios ni le tomaban como su nutrimento y suministro de vida (cfr. Is. 55:1-2). En esto consistía su hipocresía.
El verdadero significado de ayunar es dejar de comer todo lo que no sea el propio Señor Jesús y no gustar de otra cosa que no sea Él mismo. Dios desea que cesemos toda actividad y seamos reemplazados por Cristo (guardar el Sábado, Is. 56:2) y, además, que no gustemos otra cosa que no sea Cristo (ayunar). Al descansar y ayunar, podemos ser partícipes de todo lo que el Cristo procesado logró por nosotros. La totalidad de lo que Cristo es y lo que Él ha logrado es para nosotros el agua divina (Is. 55:1), la cual es el Espíritu consumado como consumación del Dios Triuno que podemos beber y disfrutar (Jn. 7:37-39; 1 Co. 12:13).