En representación del reino norteño de Israel.
En representación del reino norteño de Israel.
Probablemente en referencia, primero, al rey de Asiria y, después, al rey de Babilonia (2 R. 17:3-18; 24:10-16).
El castigo de Jehová a Israel tiene como resultado que Él lleva a cabo Su restauración. En la era de la restauración, después que hayan concluido las medidas disciplinarias que Dios tomará con respecto a Israel, Jehová de los ejércitos como Cristo será por corona de gloria y diadema de hermosura al remanente de Israel, el pueblo escogido de Dios.
Estos mandatos formaban parte de la ley. A Efraín le molestaba el hecho de que los mandatos y estatutos de Jehová fueran presentados de manera dispersa y reiterada, como por pedazos.
El lenguaje de los invasores gentiles, que se convirtió en molestia y motivo de vergüenza para Efraín (cfr. 1 Co. 14:21 y la nota 2).
Véase la nota Is. 28:101.
Jehová destruyó el reino norteño de Israel mediante el ejército asirio (vs. 14-15, 17-20, 22; 2 R. 17:3-18). Esto fue hecho a manera de advertencia para Jerusalén, representante del reino sureño de Judá.
El castigo de Jehová a los borrachos de Efraín también introducirá al Cristo fidedigno como piedra de fundamento y preciosa piedra angular para el edificio de Dios (Sal. 118:22-24 y las notas). El aspecto de Cristo como la piedra tendrá su pleno cumplimiento durante la era venidera, la era de la restauración (Sal. 118:26 y la nota; cfr. Mt. 23:38-39 y la nota Mt. 23:391).
En contraste con el sacerdote y el profeta descritos en el v. 7, el Cristo fidedigno es el fiel Sumo Sacerdote y el Profeta fidedigno para los redimidos de Dios (He. 7:26; Hch. 3:22-23).
Ésta es la reacción combativa de Jehová contra los asirios, quienes habían destruido excesivamente a Israel (véase la nota Is. 26:131).
En los vs. 24-29 Jehová, como agricultor, trata con las personas como labranza Suya, valiéndose para ello de diferentes utensilios en conformidad con Su extraordinario consejo y gran sabiduría.