Véase la nota Jer. 9:11a.
Véase la nota Jer. 9:11a.
Es decir, el etíope. Habiendo abandonado a Dios, que es el origen, la fuente de aguas vivas (Jer. 2:13), Israel se tornó malvado al tener un corazón que era engañoso sobre todas las cosas e incurable (Jer. 17:9) así como al tener una naturaleza pecaminosa inalterable, como la piel del cusita y como las manchas del leopardo, las cuales no pueden ser cambiadas. Esto pone en evidencia la verdadera condición del hombre caído.