Esto indica que, aunque Jerusalén y Sedequías serían capturados, Dios aún conservaría la Tierra Santa con Su pueblo. Según la intención de Dios, la Tierra Santa seguiría siendo un lugar adecuado para que Su pueblo viva en él.
Esto indica que, aunque Jerusalén y Sedequías serían capturados, Dios aún conservaría la Tierra Santa con Su pueblo. Según la intención de Dios, la Tierra Santa seguiría siendo un lugar adecuado para que Su pueblo viva en él.
Lit., ellos.
Aquí Jeremías llegó a conocer la intención de Dios, la cual, según Dios se lo reveló a Jeremías en Su palabra, se convirtió en Su promesa al profeta.
Nosotros, el pueblo escogido por Dios, debemos todos tener un solo corazón: amar a Dios, buscar a Dios, vivir a Dios y ser constituidos con Dios a fin de poder ser Su expresión; y debemos tomar un solo camino: el propio Dios Triuno como la ley interna de vida con su capacidad divina (Jer. 31:33-34; Jn. 14:6a). Este único corazón y único camino constituyen la unanimidad (Hch. 1:14; 2:46; 4:24; Ro. 15:6). Las divisiones son resultado de tener un corazón que desee alguna otra cosa que no es Cristo mismo y tomar otro camino que no es el propio Cristo.
Este pacto eterno es el nuevo pacto (Jer. 31:31-34; He. 13:20). Es por este pacto que Dios no se apartará de nosotros y nos plantará en Cristo, nuestra buena tierra (véase la nota Dt. 8:71), y Cristo en todos Sus aspectos será adquirido por nosotros (vs. 40-44), esto es, será ganado por nosotros cuando paguemos el precio requerido para olvidar todo lo que queda atrás e ir en pos de Cristo (Fil. 3:8-14).
Véase la nota Jer. 17:261.