El pueblo cruzó el río Jordán para hacer guerra contra las siete tribus en Canaán (vs. 12-13; 3:10b). Ellos estaban prestos a entrar en la buena tierra y tomar posesión de ella, pero en su viejo hombre no podrían obtener la victoria; así que, su viejo hombre tenía que ser sepultado para que ellos llegasen a ser un nuevo hombre. Esto corresponde con la economía neotestamentaria de Dios. Según la tipología, los hijos de Israel fueron sepultados en la muerte de Cristo y, después, fueron resucitados en la resurrección de Cristo para llegar a ser un nuevo hombre en Cristo a fin de combatir en la guerra espiritual. Esto indica que incluso en tiempos del Antiguo Testamento, los hijos de Israel estaban identificados con Cristo.
