Sansón fracasó al no tener contacto con Dios y al dar rienda suelta a sus concupiscencias sexuales. Él no fue sincero en su búsqueda de una esposa; más bien, buscaba a las mujeres para dar rienda suelta a sus concupiscencias. Él se dejó llevar por su concupiscencia con la mujer filistea, con la cual se casó y quien después reveló su secreto a los filisteos (vs. 1-3, 10-17); con una ramera en Gaza, donde Sansón fue rodeado por los filisteos (Jue. 16:1-3); y con una mujer llamada Dalila, quien reveló el secreto de su fuerza extraordinaria (Jue. 16:4-20a). Aunque había sido fortalecido con poder por Dios, Sansón fue completamente dañado al dar rienda suelta a su concupiscencia. Al final, Jehová le abandonó, y Sansón tuvo un final deplorable (Jue. 16:20-30).