O, miserias.
O, miserias.
Este libro, escrito por Jeremías, el profeta que llora y lamenta (Lm. 2:11; 3:48; Jer. 9:1), contiene cinco lamentaciones que expresan la pena y el amor de Jeremías por la ciudad santa y el pueblo santo de Dios. Jeremías había profetizado con respecto a la destrucción de Israel que se llevaría a cabo bajo las medidas gubernamentales tomadas por Dios, y él también había sido testigo de la destrucción, la devastación, la profanación, la captura y la ruina del país entero, incluyendo Jerusalén. Por disposición soberana de Dios, Jeremías fue liberado del cautiverio (Jer. 40:1-6). Sabemos por la historia que desde una colina de la cual se divisaba todo Jerusalén, Jeremías se sentó a contemplar las ruinas de la ciudad y, comenzando a llorar, no pudo dejar de poner por escrito sus sentimientos.
Jeremías escribió sus cinco lamentaciones de modo muy fino. En el texto en hebreo, la primera letra de cada versículo de los capítulos 1, 2 y 4 corresponde al orden de las veintidós letras del alfabeto hebreo. En el capítulo 3, cada tres versículos forman un grupo que comienza con la misma letra del alfabeto hebreo, y los veintidós grupos corresponden al orden de las veintidós letras del alfabeto hebreo.