Que los israelitas no vivieran como acostumbraban los egipcios, entre quienes alguna vez vivieron, significa que los creyentes, en cuanto a su pasada manera de vivir, deben despojarse del viejo hombre (Ef. 4:22). Que los israelitas no vivieran como acostumbraban los cananeos, a cuya tierra serían llevados, significa que la conducta y vida que llevan los creyentes después de haber sido salvos no debe conformarse a la vida y conducta de la gente mundana (Ro. 12:2). Que los israelitas tuvieran que llevar una vida santa en conformidad con la santidad de Dios (18:4—20:27) significa que los creyentes deben vestirse del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la realidad (Ef. 4:24).