Según la tipología, la plata representa la redención efectuada por Cristo.
Según la tipología, la plata representa la redención efectuada por Cristo.
Aquí se le llama alarma al sonido de la trompeta porque, según el pensamiento de Dios, los hijos de Israel estaban todo el tiempo en pie de guerra. Cuando ellos se movían, avanzaban preparados para combatir (cfr. Éx. 12:51; 13:18). Esto significa que el andar cristiano, el mover cristiano, es un mover combativo (Ef. 6:10-20; 1 Ti. 1:18; 6:12a; 2 Ti. 4:7a).
O, Jehová de las miríadas, a los millares de Israel.
Puesto que la referencia a levantarse en el v. 35 nos remite al hecho de que Cristo subió a los cielos en Su ascensión (véase la nota Nm. 10:351a), la palabra vuelve usada por Moisés en este versículo deberá referirse a la segunda venida de Cristo. Lo dicho por Moisés en los vs. 35-36 presenta una perspectiva completa de la economía de Dios que va desde la encarnación de Cristo para ser el Arca —la corporificación del Dios Triuno—, pasa por la ascensión de Cristo y abarca hasta Su segunda venida.
Números 10:35 es citado en Sal. 68:1. En Ef. 4:8-10 Pablo aplicó lo dicho en Sal. 68 a la ascensión de Cristo. Por tanto, el acto de levantarse descrito en este versículo se refiere a que Cristo subió a los cielos en Su ascensión. Véase la nota Sal. 68:11a.
Dios guiaba a Su pueblo de una manera general por medio de la nube y las trompetas (9:15—10:10), pero los conducía de una manera más específica mediante el Arca (vs. 33-36), que tipifica al Cristo crucificado y resucitado quien está en Su resurrección. Por tanto, el único Líder del pueblo de Dios no es hombre alguno (cfr. vs. 29-32), sino el Cristo crucificado y resucitado (Mt. 23:10). Él es el Líder, y Él nos conduce al lugar de reposo apropiado durante la larga y ardua jornada que es la vida cristiana (He. 4:8-9 y las notas).
La dirección provista por el Arca del Pacto indica que Cristo nos conduce fielmente, en conformidad con un pacto. Dios hizo un pacto con Abraham y sus descendientes a fin de introducirlos en la buena tierra (Gn. 17:1-8 cfr. la nota Éx. 23:201a). Con el tiempo, el pacto de Dios fue colocado dentro del Arca; por lo cual, el Arca fue llamada el Arca del Pacto. Por tanto, el Cristo que nos conduce a un lugar de reposo es el Cristo del pacto, el Cristo de la fidelidad de Dios (cfr. 2 Co. 1:19-20).
Moisés pensaba que su suegro sería de gran ayuda, pero Dios, en Su soberanía, no toleraría la intervención de hombre alguno. Por tanto, Moisés y los hijos de Israel tuvieron que poner toda su confianza en el Señor. El relato según el cual Moisés puso su confianza en el hombre es insertado aquí para hacer un contraste entre la dirección provista por el hombre y la dirección provista por el Arca en los siguientes versículos.
Lit., fijó tabernáculo.
Tocar la trompeta sobre nuestros holocaustos y sobre los sacrificios de nuestras ofrendas de paz significa proclamar lo que Cristo es para Dios y Su pueblo. El holocausto representa a Cristo como Aquel en quien somos aceptados por Dios y como Aquel que es nuestro vivir, un vivir para Dios; la ofrenda de paz representa a Cristo como la paz y el deleite que disfrutamos con Dios (véase la nota Lv. 1:31a y la nota Lv. 3:11a). De las cinco ofrendas básicas (Lv. caps. 1—7), estas dos eran un gran deleite para Dios y para Su pueblo. Siempre que hoy, en la iglesia, los hijos de Dios viven entregados absolutamente a Dios y moran con Dios en paz, éste constituye un gran día, un día digno de que se toquen las trompetas.