No quedó claro a quién presentaron su ofrenda Balac y Balaam: a Jehová o a Baal (Nm. 22:41 y la nota). Balaam adoró según el camino fijado por Dios, pero él mezcló la adoración a Dios con la adoración de un ídolo. Esta mixtura en la adoración puede ser hallada en el catolicismo romano.