Éste era el Día de la Expiación (Lv. 23:27).
Éste era el Día de la Expiación (Lv. 23:27).
En su cumplimiento dispensacional, las siete fiestas anuales se relacionan con el disfrute de Cristo por parte del pueblo de Dios para la realización de la economía eterna de Dios (véase la nota Lv. 23:441). Cuanto más el pueblo de Dios disfrute a Cristo y lo experimente, más realizarán la economía de Dios y más Cristo podrán ofrendar a Dios como Su alimento. Por tanto, Cristo es alimento de Dios en el sentido de que cumple la economía eterna de Dios. En Nm. caps. 28—29 se distinguen tres secciones: la sección concerniente a la vida diaria que lleva el pueblo de Dios (véase la nota Nm. 28:21a), la sección concerniente a la iglesia (de la Fiesta de la Pascua a la Fiesta de Pentecostés, esto es, Semanas) y la sección concerniente al futuro de Israel (de la Fiesta del Toque de Trompetas a la Fiesta de los Tabernáculos). Todas estas secciones tienen como finalidad el cumplimiento de la economía eterna de Dios. Debido a que Cristo lo es todo en el cumplimiento de la economía de Dios, en cada una de estas secciones Él es el alimento de Dios, quien lo satisface, el cual es servido a Dios por Su pueblo y disfrutado por éste juntamente con Dios. Por la eternidad Cristo será quien satisfaga a Dios, y por la eternidad disfrutaremos del Cristo que satisface a Dios.