En su oración a Dios, Nehemías se basó en la palabra de Dios y oró conforme a ella (vs. 8-9). Así que, Dios estaba atado por Su propia palabra.
En su oración a Dios, Nehemías se basó en la palabra de Dios y oró conforme a ella (vs. 8-9). Así que, Dios estaba atado por Su propia palabra.
Véase la nota Lc. 1:64.
La ciudad de Jerusalén servía de salvaguarda y protección para la casa de Dios, que estaba en la ciudad. Esto significa que la casa de Dios, Su morada y hogar en la tierra, requiere que el reino de Dios sea establecido como un ámbito que salvaguarde los intereses de Dios sobre la tierra con miras a Su administración, de modo que Él pueda llevar adelante Su economía. La reedificación de la casa de Dios tipifica el recobro efectuado por Dios de la iglesia degradada, y la reedificación del muro de la ciudad de Jerusalén tipifica el recobro efectuado por Dios de Su reino. La edificación de la casa de Dios y la edificación de Su reino, las cuales Dios realiza, van siempre juntas (Mt. 16:18-19). Véase la nota Sal. 42:13, párr. 2.
El libro de Esdras relata la historia del retorno de Israel de su cautiverio y de la reedificación de la casa de Dios, como inicio del recobro efectuado por Dios entre Sus elegidos para obtener Su testimonio sobre la tierra conforme a Su economía. El libro de Nehemías relata la historia de la reedificación del muro de la ciudad de Jerusalén y del recobro adicional de los servicios y la adoración que Israel le rendía a Dios, como recobro continuo efectuado por Dios entre Sus elegidos a fin de obtener Su testimonio para el cumplimiento de Su economía.